Un dolor insoportable, me está comiendo el alma,
nada que ver con la flama, de una pasión que arde.
Si supiera por lo menos, ¿qué me duele?
10 de enero de 1960
La sola idea de tener que levantarse a una hora tan temprana, hacia que el estomago de Terry se encogiera del coraje, por esa razón odiaba su trabajo, tener que levantarse temprano, bañarse y soportar a un jefe imbécil, que en este caso era su padre. No es que Terry odiase a su padre, el buen señor Boot es un hombre amable y considerado con su familia, ama y cuida a sus hijos y esposa, cumple siempre con su trabajo en la tienda de música y va a visitar la tumba de su padre, fue parte del ejercito en la segunda guerra, es el ciudadano perfecto del pequeño condado de Cheltenham.
Lo que el joven de 20 años realmente odiaba era la presión de su padre, había veces en las que Terry se sentía como una olla exprés y que en cualquier momento explotaría, pero siempre se tranquilizaba, no podía darse el lujo de explotar y decepcionar a su padre. Por eso se fue al baño dispuesto a arreglarse pronto para ir a su trabajo como vendedor de discos en la tienda de su padre, y de paso prepararse para su nueva lección de violín.
El cuarto de Terry era uno de los más grandes de su casa, estaba totalmente repleto de instrumentos musicales, desde una batería hasta una flauta, eso era lo que más predominaba en el cuarto, incluso sus sabanas tenían dibujos de guitarras, todo cortesía de su padre en su último cumpleaños.
Los años me son infieles y el sufrimiento atroz;
una sensación feroz como una muerte eterna.
Me han cortado las dos pierdas
se ha muerto Dios.
Cuando ya estaba bañado y cambiado el joven Boot se miro en el espejo, no había cambiado mucho en los últimos años, solo tenía el cabello un poco más largo , se sentía igual que cuando tenía 13 años, como un pequeño mequetrefe que tiene que cumplir los deseos de otros. Dio una mirada rápida a su habitación y lanzo un largo suspiro, eso tampoco había cambiado, sentía que tenía 80 y que dormía en el cuarto de otra persona.
En el trayecto hacia el comedor se encontró a su hermano menor, Bobby es un pequeño de 14 años, rubio de cabello rizado y ojos azules, y tiene un gemelo idéntico, solo que con un nombre más ridículo, Dobby. Para la familia Boot aquellos gemelos eran el corazón de la casa y de sus vidas.
-Buenos días Terry- el adolescente tenía una absurda etapa hippie, que hace mucho tiempo su hermano mayor ya había pasado, pero que pronto volvería.
-Buenos días enano, ¿Alguien me ha llamado ayer?- Bobby le extendió un papel mal doblado, cuando lo abrió pudo ver un número de teléfono desconocido y según lo escrito, Percy Weasley había llamado ayer como a las 5 de la tarde para que fuera a su casa a observar el nuevo telescopio que se había comprado con su aumento en el trabajo.
-¿Te vas a quedar ahí o bajas a desayunar?- el adolescente le dio un empujón a su hermano y se fue corriendo al comedor para poder tomar más.
-¡Maldito mocoso!
-¡Viejo amargado!- Terry corrió en busca de su hermano para darle un buen golpe, y cuando estaba a punto de hacerlo lo interrumpió la voz de su madre.
-¿Qué estabas tratando de hacer Terry?, deja a tu hermano - su madre era una mujer rubia de ojos azules, una que tenia gran preferencia por los gemelos.
-¡El tuvo la culpa!
-Es un niño, y es tu hermano menor, ¡tienes que cuidarlo no golpearlo!
El rubio trato de tranquilizarse, inhala y exhala eran las palabras que siempre estaban en la mente de Terry Boot, en ciertas ocasiones llegaba a ser una persona bastante explosiva con su furia y sabia que si se ponía a discutir con su madre solo daría vueltas en círculos, lo mejor era callarse y desayunar en paz.
Estoy mal.
Infinitamente mal.
¿Y por qué?
Es un misterio fatal.
Su trabajo comenzaba a las 9 de la mañana y ya eran las 8:30, pero no podría estar 100% despierto si no tomaba una taza de café con miel, toda su familia consideraba eso asqueroso y de mal gusto, pero a él realmente no le importaba, a Terry solo le bastaba que esa bebida tuviera un sabor delicioso. Como cada mañana el señor Boot les dio el beso de buenos días a sus hijos y esposa y se sentó a la cabeza de la mesa para leer el periódico, el Profeta.
-¿Otra vez tomas eso hijo?- eso también era parte de su rutina diaria, su padre criticando cada aspecto de su vida con una alegre sonrisa, mostrando sus dientes blancos y chuecos, como un conejo.
-Échale la culpa a tu esposa- la aludida solo se limito a lanzarle una mirada exasperada a su hijo mayor, cuando estaba embarazada de él una de sus antojos era comer miel a todas horas con cada alimento, el día del alumbramiento todo el mundo sonrió al ver que los ojos del bebe tenían el color y eran tan dulces como la miel. Su hijo era el más grande admirador de la miel y todo lo dulce.
-Deberías cambiar esos hábitos hijo, no quiero que te vuelvas un diabético o algo así
-Claro papá
El desayuno siguió de forma tranquila, todos comiendo en perfecta armonía y haciendo una que otro comentario para hacer más ameno el desayuno, hasta que Terry recordó la nota que tenia de Percy, quería ir a ver el nuevo telescopio de ese idiota pomposo, que a pesar de todo era un buen amigo suyo, eran muy parecidos por dentro, porque por fuera eran muy contrarios, Percy Weasley es como toda su familia, una pandilla de pelirrojos pecosos, solo que su amigo no es una persona humilde y honesta, en eso se parecían mucho, ambos eran unos pomposos idiotas y genios presumidos, pero estaban orgullosos de serlo.
-¿Puedo salir hoy temprano del trabajo papá?- dijo tratando de hacer una cara dulce y tierna, aunque a sus 20 años ya no funcionaba como cuando tenía 8 años - Tengo que hacer algo muy importante a las 3
-¿Para qué hijo?, hoy puede que vayan muchos clientes- su padre le sonrió, y el simplemente se le quedo mirando como si le acabara de contar un chiste realmente malo, desde hace meses que ya casi nadie iba a la tienda de música, tenían 5 clientes por semana, era obvio que ya nadie iba a ir- No me mires así, estoy seguro de que hoy vendrá alguien, además tienes tus lecciones de violín hoy
-Quede de verme con Percy, me dijo que se compro un nuevo telescopio y quería verlo
-¿Weasley?, ¿El pelirrojo listillo que vive en Oxford?- cada vez que mencionaba a Percy su padre se burlaba durante horas de su amigo, no paraba de decir que era un perdedor sin vida ni amigos, que no sabía hacer otra cosa que enterrar la nariz en libros y telescopios, pero Terry igual o mejor dicho peor que Percy, el ocultaba todo eso.- No iras, vive muy lejos y no tienes nada que hacer rodeado de libros
Nada que hacer, no encuentro
dónde ni cuándo y qué.
Mejor sentarme y esperar que vuelva lo que fue.
Ahora que me siento lacio, me angustio.
-Papá, por favor se lo prometí y es mi amigo
-Es más viejo que tú, ¿Cómo te puede agradar?
-Solo me lleva 4 años y no es para tanto- se conocieron en la tienda de discos hace 2 años, Percy se encargo de llevar a sus hermanos menores, George, Fred y Ron, este último era de su edad solo que no se hablan muy seguido, pero se llevan bien, con los gemelos no hablo mucho ya que no le agradaron del todo, comenzó a hablar con Percy cuando este hizo un comentario sobre el libro de física nuclear que tenía, así comenzó su amistad, por la física.- No me aburre estar con él, anda déjame ir y regreso pronto
Ve en la mirada de su padre que no va a dar su brazo a torcer tan fácilmente, pero se conforma con darse cuenta de que se lo va a pensar, cuando acaban el desayuno padre e hijo parten hacia la tienda de música Thestrall, es una tienda que su padre hizo luego del fin de la segunda guerra, ya que tenía miedo de abrirla antes y de que los alemanes le hicieran algo, porque su familia era judía, yo nací el 5 de septiembre de 1940, años antes de que la segunda guerra acabara, yo fui una de las principales razones para que la tienda no abriera hasta 5 años después, mi protección. Pasan las horas y la tienda permanece igual de vacía que siempre, aun le parece extraño que hace 2 años la tienda marchara bien y de la nada empezara a empeorar, su padre dice que desde que conoció a los Weasley la tienda se fue a pique, siempre ha dicho que los pelirrojos son hijos del diablo, que por algo son rojos.
Terry mientras practica con el violín bajo la atenta mirada de su padre, no deja de esperar que el reloj avance y den las 3 de la tarde, solo faltan 2 minutos y será libre para ver el telescopio de su amigo y si es posible pasar toda la tarde con el hablando de sus nuevos libros, le costó mucho pero compro 2 libros sobre astronomía y física nuclear, ambos los esconde de su padre que no apoya la ciencia.
-Me voy papá, ya son las 2 y no quiero llegar tarde, ¿Me prestas las llaves del auto?
El señor Boot da un bufido y va hacia su escritorio para sacar las llaves de su auto, hay veces que su hijo es un completo extraño para él, pero sabe que es algo completamente normal en la pubertad.-Toma hijo y ten cuidado
De Cheltenham a Oxford hay una hora de diferencia en automóvil y 2 si se va en transporte público, por suerte para él, su familia cuenta con un automóvil y el con un permiso de conducir, así que solo hará una hora de viaje y llegara a tiempo a La Madriguera, Ron le había dicho hace tiempo que a su casa la llamaban así porque no eran los únicos que vivían ahí, detrás de las paredes y en el jardín habían varias comadrejas, nombraron a su casa así como una especie de unión con aquellos animales, ya que eran muy parecidos a las comadrejas, no se cansaban de reproducirse.
Cuando por fin llego y toco la puerta se encontró con un pelinegro que nunca antes había visto en su vida, por unos instantes pensó que se equivoco de casa, pero al ver la estructura de la casa y una comadreja saliendo detrás de un árbol supo que estaba en el lugar correcto, volvió a dirigirle una mirada al mucho de gafas redondas y ojos verdes que lo miraban con curiosidad.
-Soy Potter, ¿Eres el amigo de Percy?- el ojiverde se le quedo mirando aun con la curiosidad pintada en su rostro, a Terry le pareció agradable y estiro su mano para presentarse.
-Soy Boot, y si soy el amigo de Percy, ¿Esta aquí?- estrecharon sus manos y el tal Potter le dio un asentimiento con la cabeza y se hizo a un lado para dejarlo pasar, iba con una chamarra de cuero y el cabello negro hecho un nido de pájaros, parecía una especie de ladrón.
La casa seguía igual como la última vez que la había visto, aun podía sentir la presencia de Potter detrás de su persona, cuando volteo de nuevo para devolverle la mirada escucho pasos viniendo de la escalera, era Ron Weasley.
-Hola Terry, no te esperaba tan pronto, pero olvide que eras igual de anticuado que mi hermano, siempre puntuales- Ron era una persona muy carismática y optimista, le caía muy bien a pesar de no hablar tan seguido, hablaban de música, era lo que más los unía, a Ron por gusto y a el por fuerza.- El vago de ahí es mi amigo, vive aquí con nosotros, ¿No te lo había mencionado antes?
-Pues si es así, no lo recuerdo, últimamente tengo muchas cosas en la cabeza sobre la tienda y todo eso- no sentía la confianza necesaria para hablar frente a ese extraño moreno, y al parecer este se dio cuenta de que no iba a hablar frente a él, por eso decidió pararse e irse, pero ambos olvidaron el mayor defecto de los Weasley: tenían la percepción e intuición de una patata.
-¿Es sobre tu padre?, vamos Terry no te deprimas, si hablas con tu padre estoy seguro de que dejara de fastidiarte con eso de los instrumentos- maldito chismoso, fue el único pensamiento que invadió la mente de Terry Boot durante los 5 minutos de conversación que tuvo con Ronald, el chico Potter se fue y no lo volvió a ver hasta horas después.
Percy y el habían pasado horas hablando sobre el nuevo telescopio y haciendo planes para usarlo un día de estos, habían comentado los libros y cuando ya habían dado las 6 de la tarde, Terry había decidió declinar la invitación a cenar e irse a su casa, no quería enfurecer a su madre, esta odiaba que comiera en lugares extraños para ella. Mientras bajaban las escaleras comentando sobre unos detalles de unos libros que vieron hace unos días, escucharon el grito de Ronald.
-Sabes que ya estoy harto Harry, yo no quiero hacer eso con mi vida, eres mi amigo, pero ya no puedo más
No escucharon la respuesta de Potter, pero si el grito lleno de furia de Ron.
-¡No quiero ser tu puta sombra maldito idiota!
Luego escucharon la voz de Potter gritando que se largaba y al final el sonido de la puerta cerrándose de un golpe y recibiendo fuertes patadas, ambos bajaron corriendo el resto de las escaleras y vieron a Ron sentado en el sofá son las manos en la cabeza, tratando de regular su respiración.
-¿Por qué peleaste con él?- pregunto Percy mientras se acomodaba sus gafas y se cruzaba de brazos, su hermano menor guardo silencio unos instantes y le dirigió una mirada breve.
-Le he dicho que no quiero trabajar con él y no se lo ha tomado bien - Ron se veía bastante triste por la pelea con ese chico, me dio un poco de pena por él y le puse una mano en el hombro para reconfortarlo, el me vio y fue como si cara se iluminara de nuevo- ¿Puedo pedirte un favor Terry?
-Claro, ¿De qué se trata?
Nunca imagine que su pregunta me cambiaría la vida por completo, cuando me levante esta mañana del 10 de enero de 1960 jamás pensé que sucedería todo esto, yo vi este día como normal, ni siquiera mi calendario le vio algo interesante. Mi vida cambio a partir de ese favor, y todavía me pregunto si fue para bien o para mal.
Podría darme cuchillazos aquí en el...corazón.
Por lo menos sufriría por alguna razón.
Por la calle gritaría
¡soy un huevón!