Todos los días para llegar a su trabajo debía tomar aquel tren. Lo tomaba a la misma hora todas las mañanas debido a que tenía que estar a las siete en punto en su trabajo, pensó muchas veces en mudarse y así acabar con los viajes en tren de una vez por todas. Pero no, si lo hacía no lo volvería a ver nunca más, ese tren era el único lazo que los unía, ya que no sabía su nombre, ni quién era. Lo único que sabía era que tomaban el mismo tren y se bajaban en la misma parada, "¿por qué no nací mujer?" pensó, deseaba ser mujer para acercarse más a él y saber mucho más de su vida, qué era lo que le gustaba y lo que odiaba, sus problemas, sus enojos, quería saberlo todo, enserio le gustaba, nunca pensó que se enamoraría a primera vista y menos de un hombre.
"Si fuera más guapa y un poco más lista si fuera especial, si fuera de revista, tendría el valor, de cruzar el vagón y preguntarte quién eres"
Cada vez que se subía al tren le buscaba, no era alguien muy difícil de encontrar ya que resaltaba con su cabello rojo, su estatura, y sus hermosos ojos color carmesí, cuando lo encontraba, se acercaba lo suficiente para mirarlo de reojo, era una persona muy expresiva se notaba cuando estaba feliz, enojado, preocupado, cansado o triste, cada vez que lo miraba un leve sonrojo salía de sus mejillas, y pequeños y silenciosos suspiros repletos de amor.
"Te sientas en frente y ni te imaginas, que llevo por ti mi falda más bonita, y al verte lanzar bostezo al cristal se inundan mis pupilas"
Ya era hora de bajarse del tren, el viaje fue corto o al menos así lo sintió, estaba tan ocupado observando a aquel hombre que ni se percató de cuándo llegó ni cuánto tiempo tardó el tren en llegar a la parada. Salió con cuidado para no chocar con nadie, pero sus esfuerzos fueron en vano y accidentalmente chocó con alguien saliendo del tren, se agachó para recoger sus cosas, pensando que la persona que chocó con él ya se había ido por que no lo notó por su falta de presencia, pero vio que alguien le extendió la mano para ayudarlo a levantarse, levantó la cabeza para ver quién era, pero cuando lo vio no tuvo tiempo de reaccionar se quedó totalmente perplejo, sin ninguna expresión en su rostro, asustando un poco al pelirrojo más alto ya que este pensó que le había pasado algo al chico de cabello celeste.
-¿Estás bien? -preguntó el pelirrojo alto-
-S-Sí l-lo siento -dijo y se levantó del suelo de golpe, bajó la cabeza ligeramente en señal de disculpa, le temblaban un poco las manos por el nerviosismo y rogaba a Dios por no sonrojarse-
-Tranquilo, no hay por que disculparse. -respondió y le ayudó a recoger las cosas que quedaban en el suelo-
-Aún así, lo siento no me fijé por donde iba- dijo, disculpándose de nuevo y fijándose en el traje del más alto, el cual tenía su nombre escrito: "Kagami Taiga, un hermoso nombre" pensó el menor-
-Enserio descuida-respondió y le entregó las cosas que había recogido del suelo, se despidió apresuradamente y se fue.-
"De pronto me miras te miro y suspiras yo cierro los ojos tu apartas la vista, apenas respiro me hago pequeñita y me pongo a temblar"
Así eran todos los días, subía al tren, le buscaba, cuando lo encontraba se acercaba lo suficiente y le observaba hasta que llegaban a la parada en la que ambos se tenían que bajar. Tuvo varias oportunidades de poder hablar con él en esa semana, usando como escusa cuando accidentalmente chocaron la semana pasada, pero no se atrevía, "¿qué pasa si le molesta?" esa y millones de preguntas más se le pasaban por la mente antes de acercarse y hablarle, por eso decidió conformarse con solo observarlo y nada más.
"Y así pasan lo días, de lunes a viernes como las golondrinas, del poema de BecKer de estación a estación en frente tu y yo va y viene el silencio"
Aquel día el menor no estaba de humor, se sentía algo deprimido, su abuela había muerto el fin de semana pasado así que no tenía ganas de ir al trabajo ese día, pero pensó en él y decidió ir, quería verlo. Ya era tarde así que probablemente no lo encontraría en el tren, pero el tren tardó en salir así que pudo abordar antes de que partiera, lo encontró rápidamente y sin darse cuenta se acercó demasiado y mientras lo observaba, sus miradas se encontraron, haciendo que las mejillas del peliceleste se tornaran de rojo.
"De pronto me miras te miro y suspiras yo cierro los ojos tu apartas la vista, apenas respiro me hago pequeñita y me pongo a temblar"
El pelirrojo un poco sorprendido y ligeramente sonrojado, apartó la mirada por la expresión que hizo el menor, "que tierno" pensó, esa era la primera vez que le miraban con tal expresión y se sentía un poco nervioso. El menor se acercó un poco más, temblaba por el miedo pero se había decidido a decirle lo que sentía al mayor, ya no había vuelta a tras, levantó la cabeza para poderlo mirar a los ojos y le tocó ligeramente el hombro, mientras el pelirrojo se volteaba a ver , en voz bajita casi en un susurro el menor pronunció el nombre del más alto.
"Y entonces ocurre despiertan mis labios, pronuncian tu nombre tartamudeando supongo que piensas, que chica más tonta y me quiero morir"
-¿Sucede algo? - dijo el pelirrojo un poco sorprendido por que aquel extraño sabía su nombre-
Se quedó petrificado cuando el más alto le contestó, las manos le temblaban y sus mejillas ardían por el sonrojo, "¿qué pasará si me tiene asco?" " ¿me odiará?" .Le pasaban un millón de preguntas por la cabeza, ya no podía pensar con claridad, el miedo lo consumía. Cuando estaba apunto de salir corriendo a otro vagón, el mayor le revolvió los cabellos y le sonrió.
-Descuida está bien, no te odiaré ni te discriminaré por eso. -dijo con una hermosa sonrisa en el rostro, ya sabía por que camino iba la conversación y no iba a herir al menor, de todas formas a el también le atraía algo del menor- después de todo, no he dejado de pensar en ti ni de observarte desde que chocamos por accidente aquel día-añadió ligeramente sonrojado-
"Pero el tiempo se para y te acercas diciendo yo no te conozco y ya te echaba de menos, cada mañana rechazo el directo y elijo este tren"
Estaba tan feliz, nunca se le cruzó por la mente que el más alto sintiera algo por él. En un segundo, pasó de no tener nada a tenerlo todo ya que había perdido a su abuela, su padre lo había abandonado y su madre había muerto de una enfermedad. En el transcurso del viaje se preguntaba, que tipo de cosas haría con Kagami después del trabajo, tendrían una cita o quizá harían otras cosas, se sonrojó al pensar esto último, haciendo que el pelirrojo se riera un poco de la situación y le tomara de la mano, Dios por fin había compensado sus esfuerzos y le había dado una oportunidad de estar con el amor de su vida, pensó.
"Y ya estamos llegando mi vida a cambiado, un día especial este once de marzo, me tomas la mano llegamos a un túnel que apaga la luz."
Casi llegando a la estación en donde se tenían que bajar, el tren pasó por un túnel y las luces se apagaron, solo sintieron el impacto, el tren quedó destrozado, aún habían personas vivas, muchos muertos, otras gravemente heridas que morirían desangrados y habían otros que tuvieron suerte y solo tuvieron heridas menores. Entre los gravemente heridos estaba el peliceleste, gritó el nombre de su amado, estaba desesperado y preocupado, no le importaban sus heridas el solo quería saber que Kagami estaba bien, de esta manera moriría tranquilo escuchó la voz del pelirrojo, le dijo "estoy aquí", se acercó lo más que pudo debido a que todo estaba oscuro y no podía ver nada, encontró la mano del pelirrojo y le preguntó si estaba bien, el mayor le respondió que sí que no era nada grabe, le hizo la misma pregunta al peliceleste, este hizo un pequeño silencio haciendo que el más alto se preocupara, después le respondió diciéndole "lo que importa es que tu estás bien". El pelirrojo se asustó, ya sabía que el menor estaba gravemente herido, quería llorar, nunca en su vida sintió tanto miedo y frustración acumulados se preguntaba "¿por qué no fui yo en lugar de él?", el más bajo trató de calmarlo diciéndole:
-No importa, todo estará bien. Me disculpo por no poder haber estado más tiempo contigo, cuídate, estaré velando por ti desde el cielo.
Tomaba su mano con fuerza, no quería soltarlo, las lagrimas caían una tras otra sin parar, se acercó un poco más al peliceleste y le robó un beso en los labios, le preguntó su nombre, este le respondió rápidamente, "Kuroko Tetsuya", le dio otro beso más, el cual sería probablemente el ultimo y le dijo:
-Te amo, Tetsuya.
-Yo también te amo, Taiga. -respondió y abrió un poco sus manos para que el mayor le abrazara-
Este comprendió, y le abrazó con fuerza, cariño, frustración, tristeza, transmitió todos esos sentimientos y más en ese primero y último abrazo, el cual solo duró unos minutos hasta que sintió que las manos, el cuerpo y la respiración de Kuroko se detuvieron.
"Te encuentro la cara gracias a mis manos me vuelvo valiente y te beso en los labios, dices que me quieres y yo te regalo el ultimo soplo, de mi corazón"
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