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La luz de las estrellas por Liz Corleone

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Notas del fanfic:

Discraimer: Katekyo Hitman Reborn! pertenece a Akira Amano, creadora del manga en cuestión.

Todavía recuerdo como nos conocimos, como me sacaste de un pozo que parecía no tener salida, un pozo donde no se podía ver la luz del sol. De alguna forma tiraste una cuerda para que yo saliera, siempre te lo agradeceré.

No acabo de creer del todo en el destino pero de tanta suerte que tuve al conocerte no me lo creo y el destino es la única forma de racionamiento “lógico” que he podido encontrar cuando se trababa de ti. La verdad, te conocí en unos de mis peores años de mi vida pero siempre me aguantaste aunque a veces reventaras, de alguna forma cuidabas de mi sin dudarlo.

Cuando me di cuenta de que sin quererlo me enamoré de ti, no supe que hacer. Yo sabía muy bien que tu corazón ya latía por otra persona y que no tenías ningún interés en estar conmigo. Sin embargo, nunca me sentí mal por ello, la gente no creerá que esto sea posible pero mientras él estuviera feliz con su amada, yo lo estaba también. Es cierto que cuando tú estabas mal por cualquier razón, yo lo estaba al igual, casi que me afectaba más que a ti. ¿Gracioso, verdad?

Yo tampoco entiendo cómo mierdas pasó esto. Solo con una mirada me tenías a tus pies, aun así, nunca te aprovechaste en ese sentido. Supongo que después de aquella promesa te empezaste a oler mis sentimientos y por muy bastardo que seas, supiste tratar ese tema aunque lo ocultas con golpes e insultos. Al principio pensé que me querías dar a entender que no querías nada conmigo y aunque quería tu felicidad, no pude evitar sentirme algo mal. Me sorprendí gratamente al ver, como me equivocaba.

Todo se remontaba a una fiesta que se celebró por uno de los cumpleaños del noveno cuando Xanxus acababa de tomar el puesto en Varia. En ese momento yo era lo más parecido a un perro para él pero dado que me “pedió” a su manera que fuese con él, ya que podía explotar y mandar a la mierda el plan que teníamos preparado para un par de meses más adelante. Como buena lluvia, con solo estar cerca de Xanxus podía tranquilizar a su cielo; sin embargo eso fue algo que me dolió mucho. Yo tenía que estar cerca de aquella ira para que no explotase pero también tenía que verle estar con mujeres que aspiraban a un matrimonio con el moreno. Siempre coqueteando, me parecían muy molestas pero casi que no les hacías caso, por lo cual me sentía algo mejor. Recuerdo a una chica morena de ojos verdes que solía estar contigo antes de que nos conociéramos, yo creía que tu corazón la quería por lo que no quise saber mucho más sobre vuestra relación.

Por lo cual esa noche, quise dejarte con ella y hacer lo que tuvieras que hacer. Así que, me integré más en la fiesta. Era muy formal y había mucha gente de mi antiguo instituto, es más, Dino estaba allí con unos de sus múltiples ligues. Aparte de Xanxus, yo nunca me había interesado por nadie. Me enamoré de él y lo que más me molestaba era que no mi di cuenta, no podía dejar de pensar en ello, había incluso pasado varios días en vela. No era normal ¿A lo mejor solamente estaba loco? Jajaja, como me hubiera gustado no haberme preocupado tanto en aquella época.

Recuerdo que por aquel entonces, una chica se había fijado en mi, yo lo sabía pero como no la podía corresponder, no quise darle falsas esperanzas. Tanto que la intentaba evitar, no porque me molestara,  sinceramente creía que podíamos ser buenos amigos, tal y como somos a día de hoy pero no quería herirla, simplemente porque sé lo que es ese dolor y duele demasiado.  A pesar de esto, ella se acercó a mi en la fiesta, no me di cuenta y cuando quise correr, me había cogido por la manga.

—¿Quieres bailar? —me preguntó algo triste.

—Lo siento pero debo de ir-

—Ya sé que no te gusto, sé que te gusta otra persona pero solo te estoy pidiendo que bailes conmigo, no te pido nada más. De verdad —sentenció la chica.

Me pareció sincera por lo que no me pude oponer. En realidad, podía haberla mandado a freír espárragos con unos de mis típicos “vroi” pero me ponía en su lugar y no podía evitar ser amable. Así que, tome su mano y baile con ella. Había mucha gente bailando así que no pensé que nadie en especial fuera a vernos y más teniendo en cuenta que estábamos muy apartados del centro y no había apenas iluminación donde bailábamos.

A pesar, de saber sobre mis sentimientos, me sonreía. Ella quería disfrutar el momento y pensé “¿Por qué no?”

Reconozco que me lo pase bien, incluso que fue divertido. Hasta que noté una mirada hostil o más bien asesina. Un escalofrío recorrió mi cuerpo y justo en ese momento vi como la chica cambiaba su cara de una preciosa sonrisa a una cara de espanto. Xanxus, junto con su ira desatada, me agarró de mi corto cabello y tiró de mi hasta un patio exterior de la mansión, donde estábamos solos.

— ¡VOOOOOOOOOOOOI! ¡Maldito bastardo! ¡¿Qué te crees que haces?! —pregunté con mi naturalidad gritona.

— ¡Maldita, escoria asquerosa! ¡Tendría que matarte ahora mismo! —me soltó sin más — ¡¿Dónde cojones está ese amor ciego por mi?! ¡Basura te vas a acordar de mi!

Por un momento, no me lo creía. Estaba celoso. Estaba muy celoso porque YO, estaba bailando con la chica. Hubo un silencio muy tenso. Solo se escuchaba el ruido del agua caer de una elegante fuente que había en medio de aquel patio donde nos encontrábamos. Ni  siquiera me había dado cuenta de que estábamos allí. Estaba sorprendido ¿Qué se supone que significaba eso? ¿Él lo quería? ¿Su amor era correspondido? Su mente se vio interrumpida por una gran mano que golpeó violentamente la cara del Albino.

— ¡Puto Xanxus! ¡¿Quién mierdas te crees que eres?! A mi me dejas las cosas claras, no soy un puto juguete ¡coño! —grité tan fuerte que creo que hasta la gente de la fiesta podía oírnos,

Al fin y al  cabo estábamos debajo de un gran balcón que estaba abierto y  que por supuesto daba a la lujosa fiesta. No quise contraatacar porque sabía que de alguna manera acabaría perdiendo. Aun así, mi orgullo siempre va por delante de mí y me puse la mano mecánica en la cara tratando de calmar el hormigueo del guantazo. Me miraba con cara de asesino por lo que me giré dándole la espalda y le levanté mi mano buena, enseñándole mi dedo corazón a la vez que me giraba y le sonreía pícaramente.

Xanxus también se rio mientras sentenciaba la siguiente frase: “Escoria, prepárate para morir”

Vi a Xanxus tirarse contra mi, intentando apresarme contra el suelo. Le pegué una patada en el pecho que consiguió hacerle perder un poco el equilibrio y tener que apoyarse en el borde de la fuente. Cuando lo vi, sentado, medio apoyado en la fuente y bajo la luz de las estrellas, me quedé mirándolo. Realmente, ese bastardo era digno de admirar, parecía un dios romano. Él pareció darse cuenta por mi seguramente boba cara y con una sonrisa lujuriosa me empujó contra el suelo poniendo sus dos manos a cada lado de mi cabeza. Hasta ahora no había reparado en un detalle. Tanto la chica como Xanxus saben sobre mis sentimientos. ¿Cuán se notaba mi homosexualidad por esa bestia de ojos rojos?

Me miraba con una cara que me estaba poniendo muy nervioso. No sabía si quería matarme o realmente… Corresponder a mis sentimientos. De cualquier manera, seguramente sería igual de bruto. Así que cerré mis ojos cuando vi como su cara se acercaba a la mia. Quería abrirlos y a la vez no quería. Estaba nervioso, era la primera vez que hacía algo así con alguien. Xanxus debía de saberlo bien, ya que sabe que mi vida amorosa se resume a cero. Al final opté por cerrar los ojos con más fuerza.

No notaba nada, así que los abrí un poco y vi a Xanxus quien me cogió del brazo y seguidamente dijo:

— Abre los malditos ojos cuando te voy a besar escoria —me ordenó.

En cuanto los abrí se lanzó contra mi boca. Al principio solo rozó sus labios con los míos, proporcionándome un cosquilleo demasiado agradable que hasta él mismo lo noto. Después, junto sus labios con los mios y me besó. Se separó de mi, como esperando una reacción o algo. Sin embargo me quedé mirándolo hasta que pude abrir mi boca.

— Vroooi… ¿Qué pasa?

— Mira que eres virgen.

Yo simplemente me sonrojé y esta vez, sí, se lanzó como una bestia en celo a por mi boca. Podía sentir como su lengua entraba en mi boca y “acariciaba” todo lo que se encontraba a su paso. Yo no tenía ni idea de que hacer, solo toqué mi lengua con la suya cuando realmente necesitaba tocar la de él, porque joder, era Xanxus, el mismo que me estaba dando un beso de tornillo, no me podía quedar sin hacer nada, aunque las “mariposas” fueran demasiado molestas.

Posé mi mano derecha en su nuca mientras de forma muy lenta, le acariciaba el pelo. Mi mano izquierda se dirigió a su pecho. No quería incitarlo a nada más que eso pero necesitaba tocar su cuerpo, Pensé que no volvería a estar en una situación como esta en mi vida con él.

Él medio sonrió, se despegó de mi, cogió aire y con un brazo rodeaba toda mi cintura, mientras que con la otra acercaba mi cabeza a la suya y volvió a devorarme. No podía evitar más nervioso de lo que podría estar, ya que si alguien se asomaba por el balcón podía vernos… Quería pararlo e ir a otra parte más privada pero si lo paraba tal vez no querría seguir.

—   Concéntrate, escoria. Todavía tienes mucho por aprender como para poder estar en tu mundo —me reprochó.

—   Es que… Alguien puede vernos, estamos en la mejor posición para que nos vean…

Me miró decidido y me cogió como un saco de patatas. No tenía ni idea de a dónde íbamos pero igualmente yo iba gritado a base de “Vois” hasta que llegamos a la habitación. A la habitación de Xanxus más concretamente.

. Me tiró sin delicadeza ninguna sobre la cama. Yo le proteste pero me calló con otro feroz pero corto beso.

—   Escoria, te vas a acordar de este día —decía mientras se desvestía.

Y no mintió. Nunca olvidaré esas dos semanas que no pude sentarme, ni gritar. Consiguió la paz en Varia. Dejarme ronco. Todos los miembros estaban muy sorprendidos y muchos de ellos, también me molestaron más de lo común ya que sabían que no podía rechistarles. Sí… Todavía me acuerdo. Menuda bestia eres Xanxus… No me extraña que nadie pueda estar contigo, solo yo.

La verdad, a partir de ahí… todo cambió. Nuestra relación obviamente no era la misma, quizá la violencia fue en aumento pero no hubo día en el que Xanxus no me demostrará su amor. Con el tiempo, me acostumbre demasiado a su brutalidad. No solo eso, también, aprendí más cosas sobre él. Como que aquella morena de ojos verdes, no era más que una heredera de otra familia mafiosa que prácticamente se encontraba en la misma situación que él por lo que, de alguna manera se entendían y en cierto modo apoyaban.

Tengo conciencia de que, a mis catorce años, era demasiado inocente en el tema amoroso y a pesar de la bestia bruta que es, me trató con la más pura delicadeza que pudo.

Pero con el paso del tiempo, eso se le olvidó, aunque ciertamente hacía el juego más interesante.

Nunca olvidaré la luz de las estrellas, iluminándote mientras solo me mirabas a mi.

Notas finales:

Este es mi primer fic sobre esta pareja, espero que sea de su agrado. Espero poder seguir escribiendo más cuando pueda. (Y espero que no sea tan gay (?))

Un saludo a todos~


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