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El primer amor para los dos por LumyLum

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Notas del fanfic:

Los personajes de Junjou Romantica y Sekaiichi Hatsukoi pertenecen a su respectiva autora Shugiku Nakamura

Notas del capitulo:

Bueno, aprovechando que lo vuelvo a subir hice algunas correcciones, espero disfruten del capitulo :3

*Prov. Uke*

 

Y allí estaba yo, encerrado en mi habitación negándome a hablar con la gente del exterior. Mi padre continuaba insistiendo en entrar pero yo no lo dejaba.

 

- Por favor hijo…

 

- ¡No! ¡Me niego a casarme con Ángela!

 

- Ya hemos hablado de esto, abre la puerta

 

Ya no lo soportaba más, antes de que el pudiera abrir la puerta yo me salí por la ventana cayendo sobre los arbustos, me levante rápidamente de allí y corrí hasta infiltrarme en el bosque cerca de casa. Entre a un prado oculto que había allí. Me sentía tan triste. Las cosas iban demasiado mal, tenía ya 17 años, ahora mi compromiso ya no era una opción. Y repentinamente comencé a llorar.

 

Hace algunos años yo tenía un tutor particular, solía ser muy unido a mí, teníamos mucha confianza entre si hasta que ocurrió “eso”. Y al final termine dándome cuenta de que en realidad no me interesan las chicas. Nadie sabe sobre ese suceso en realidad, aunque se han hecho notables cambios en mi actitud y gustos.

 

Seguía llorando queriendo que el compromiso con Ángela desapareciera de una vez. De pronto sentí que alguien me abrazaba con dulzura por detrás.

 

- Tranquilo… llora todo lo que necesites… - escuche una voz dulce que provenía de quien me abrazaba.

 

Quería zafarme, pero a la vez, estar entre los brazos de ese chico hacía sentirme seguro, amado y protegido. Deje que mi tristeza saliera, y que aquel extraño me consolara durante algunos minutos. Intente parar de llorar, logre calmarme un poco y entonces el me hablo:

 

- ¿Ya estas mejor? – me pregunto aun abrazándome

 

- S-si… gracias, y perdón por haber llorado así…

 

- No importa n.n

 

- ¡Con que aquí esta! – gritó Tanaka, el mayordomo de la mansión Rhoddes jalándome del cuello de la chaqueta.

 

- ¡Ay! ¡Oye! ¡Suéltame! – gritaba intentando liberarme

 

- Sus padres están preocupados señorito – volvió a hablar antes de llevarme arrastrando con él.

 

El chico solo observó sorprendido lo que pasaba, al parecer era la primera vez que veía algo así.

 

La verdad es que me dio algo de vergüenza encontrarme con un chico así, llorar frente a él y después no saber su nombre gracias a Tanaka ¬¬”.  Al final recibí un regaño por mi padre, despué de su castigo dejó irme.

 

Me fui a dormir. Fue algo extraño, en mis sueños lo veía a él. Ese chico extraño sonriéndome, no sé, me sentía feliz… me gustaba escucharlo decir mi nombre de esa manera tan dulce en la que me habló. Lo que me molesto es que yo no podía hacer lo mismo, no sabía quién era ese chico ni porque apareció cuando necesitaba consuelo. Y lo que me irrito aún más fue el maldito despertador que interrumpió esos dulces sueños.

 

Pues no me quedo de otra, si no me levantaba Tanaka lo haría. Me levante, tome lo que me pondría hoy y me dirigí a mi baño para darme una ducha y después vestirme. Para cuando entro Tanaka a mi habitación para despertarme yo ya estaba en la cocina haciéndome desayuno.

 

La verdad es que a pesar de tener dinero y todo eso, no me gusta recibir mucha atención. Desayune, tome mis cosas y me marche rumbo a la escuela.

 

- Dios, realmente no tienen cerebro… - me burlaba cuando ya iba a medio camino. Seguramente Tanaka ya habría notado que no estoy. Y la verdad no me importaba.

 

Continué caminando hasta ver a un chico parado como tonto a la mitad de la calle volteando de un lado al otro. Me acerqué a él.

 

- Esto… ¡hola! – Salude algo inseguro de lo que hacía, el chico volteo la mirada hacia mí… - “¡no puede ser! ¡Es el!”

 

- Ah, ¡hola! – saludo el alegre

 

- Esto… ¿estás perdido o algo? “¿acaso no me reconoces?”

 

- Jeje… sí, soy nuevo y no conozco el lugar y realmente necesito llegar a la preparatoria Copthorne…

 

- Vas a la misma escuela que yo… - dije algo sorprendido

 

- ¿Enserio? – pregunto igual de sorprendido que yo pero a su vez alegre

 

- sí, es por aquí – camine hacia la dirección correcta

 

- Gracias – respondió siguiéndome y caminando a mi lado – por cierto, ayer que ese hombre te llevo no tuve la oportunidad de saber tu nombre – dijo el sonriendo.

 

- S-soy Rhoddes Sam…

 

- Sam… es muy bonito nombre

 

- Esto… gracias… ¿y tú?

 

- Yo soy Yukiro Kiba, mucho gusto – continuaba sonriendo. Inevitablemente me sonroje ante aquella sonrisa.

 

- Kiba… ¿Qué ese no es un nombre japonés?

 

- Así es, soy originario de Japón…

 

- ¿Y cómo fue que terminaste en Londres?

 

- Transfirieron a mi hermano y nos mudamos aquí.

 

- Ah, eso lo explica… - dije ya comprendiendo un poco

 

- Por cierto, pasan muchas limosinas por aquí… ¿acaso en este lugar viven famosos?

 

- No, todos los que vivimos por aquí somos gente de dinero… de hecho es raro ver a uno caminando para ir a Copthorne

 

- Y si es raro… ¿Por qué tú lo haces?

 

- No me gusta ir con mis hermanos, es incomodo

 

- ¿Tienes hermanos?

 

- Sí, tengo 3 -.-“

 

- ¿Enserio? Yo solo tengo a mi hermano mayor y su pareja

 

- Vale Kiba, a mí no me agrada mi vida, profesores particulares, modales, lujos y… prometidas ¬¬*… - eso ultimo lo dije como un berrinche que al parecer a Kiba le había hecho gracia

 

- Valla es extraño .__.

 

- ¿Qué es extraño? O.o

 

- No es normal que desde un principio alguien me llame por mi nombre, siempre nos llamamos por el apellido

 

- Pues aquí no, aquí desde el principio eres Kiba, y no Yukiro-Kun

 

- ¿Entonces yo no te puedo llamar Rhoddes-Kun?

 

- Definitivamente no -.-“

 

- Jeje… aún estoy acostumbrándome…

 

Al parecer a la gente le había dado por arruinarme la semana, porque en ese momento apareció la persona que menos quería ver en ese instante… Ángela Bennett, desgraciadamente, mi prometida -.-“

 

- ¡Hola Sam! ¿Cómo estás?

 

- Hola Ángela, estoy bien – le respondí caminando un poco más rápido con Kiba siguiéndome, y el chofer de la limosina de Ángela siguiéndome el paso.

 

- ¿Por qué vienes caminando? ¿Te han vuelto a castigar? ¿Quieres que te lleve?

 

- Estoy bien así, gracias – caminaba un poco más aprisa con la esperanza de que me dejase en paz

 

- ¿Estás seguro?

 

- ¡Déjame en paz! – grité finalmente enfadado y tome la mano de Kiba llevándomelo conmigo

 

Ángela solo se quedó allí mirando cómo nos íbamos. Mientras tanto yo continuaba jalando a Kiba conmigo hasta llegar a la escuela.

 

- Oye… ¿no crees que fuiste algo duro con ella?

 

- Tú no sabes lo desesperante que es, tiene la costumbre de acosarme…

 

- Vale, ¿Ya puedes soltar mi mano? – mire nuestras manos entrelazadas y la solté con rapidez y algo de brusquedad

 

- Lo siento… “Idiota ¬//¬” – me decía a mí mismo

 

- No importa…

 

Después de aquello entramos a clase, y como era de esperarse la demás gente lo alejaba de mí.

 

- ¿Así que vienes de Tokio? – preguntaba una chica

 

- Esto… si…

 

- ¡KYAAA! >w<

 

- ¿Y qué te parece la escuela? – preguntó otra

 

- Pues es bastante grande…

 

- Además de nosotros ¿a quién más haz conocido? – preguntó un chico de ese grupo que lo rodeaba

 

- Pues… - me volteo a ver, y yo voltee hacia otro lado – a Sam

 

- No te conviene juntarte con el… - le respondió ese mismo chico

 

- ¿Por qué? O.o

 

- Ese chico es raro, no es como nosotros, además tienen unos gustos y actitudes muy extrañas…

 

- ¿Y qué? Sam es agradable, y en lugar de excluirlo por ser diferente prefiero quedarme con el – respondió Kiba, acto seguido tomo sus cosas de la mesa que compartía con el chico y se dirigió al lugar vacío de la mía – Oye Sam…

 

- ¿Si? – respondí fijando mi mirada en él.

 

- ¿Me puedo sentar contigo?

 

- ¿C-conmigo?

 

- Por favor, no me agrada mucho esta gente

 

- Claro – quite la mochila y deje que Kiba se sentara a mi lado.

 

Continuamos hablando todo el día. Solo que desgraciadamente el regresar no fue igual, ya que me obligaron a subir a la limosina y Kiba tuvo que irse solo. Esperaba con ansias fuera el día siguiente, solo para verlo de nuevo…

 

Continuara…

Notas finales:

pondré el siguiente mañana sin falta, lo juro ;A;


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