POV AUTOR
El taxi para frente al edificio donde él vive, el conductor como siempre no pronuncio ninguna palabra, solo lo llevaba y traía del colegio, siempre el mismo conductor, volviendo monótono y aburrido el resto del día. Bajo del taxi y se puso en marcha para entrar al edificio, saludo al conserje y entro al ascensor. Vivía en uno de los últimos pisos, por lo tanto siempre ganaba tiempo para olvidar algunas cosas, pero no pudo, la imagen de Kris y Tao dándose ese “beso” no lo dejaba tranquilo, no era que le desagrado ni nada parecido, le habría parecido de los más tierno, pero después de ese beso Suho se acerco mucho a él, al punto de que sus narices se rosaron y sus labios estuvieron a milímetros de distancia, que si no fuera por el timbre de salida, juraría por lo más sagrado que Suho lo quiso besar, y por alguna razón el también quería hacer lo mismo…un momento ¿él quería que Suho lo besara?…al parecer no le molestaba la idea, un calor intenso surge de su interior y se instala en su rostro, se mira por uno de los espejos del ascensor, y se sorprende al ver sus mejillas de un color rojo intenso. Pero si Suho no lo quería besar, si todo era una broma que le jugaba su cabecita, si besaba a Suho y este lo miraría con asco y desprecio ¿Que erial Lay? Si el mayor era su única escapatoria de la tristeza que sentía, si él no estaba la soledad lo atacaría en cada momento, como en las noches, o en las tardes, siempre venia por él, siempre cuándo estaba solo y nadie lo podía ayudar, tendría que guardarse ese sentimiento por Suho, y matarlo lentamente, por se sentía agradable, como algo cálido en su pecho, tan cálido como frio, frio porque ese sentimiento podía destruir su amatad con el mayor, y el no podía permitir eso, sin Suho el no era nada, era solo un niño triste, uno que nadie se preocupaba por él, ni siquiera sus propios padres.
Si no fuera porque la las puertas del ascensor se abrieron, el pequeño Lay hubiera seguido pensando lo patética que era su vida sin Suho. Camino por el pasillo de su piso en busca de la puerta de su departamento, cuando estuvo dentro “sorpresa”…de nuevo estaría todo el día solo en la morada de su hogar. Dejo sus zapatillas y mochilas tiradas en la entrada y camino hasta la sala, encendió la luz de ahí, y se fue a la cocina, abrió el refrigerador, en la puerta del aparato hay una nota “hijo el almuerzo caliéntalo en el microondas, en tu habitación te dejamos un regalo” que al final decía “te quiere: mamá y papá <3” arrugo el papel y lo tiro al cesto de basura. Del refrigerador saco tres emparedados de pollo, su favorito, y una pequeña jarra de cristal con jugo de naranja exprimido. Calentó los emparedados y los puso en un pequeño plato blanco y después coloco todo en una bandeja, sin antes primero buscar un vaso para tomar el jugo.
Dejo la bandeja en la mesa que estaba en el medio de la sala, se tiro sobre un gran sofá blanco y empezó a buscar el control remoto del televisor, un enorme LCD, prendió el televisor en el canal de las caricaturas. Los segundos pasaron, los minutos los siguieron, hasta que las horas se quisieron unir a ellos, todo el mundo seguía su marcha, pero Lay se encontraba en el sofá, después de haber comido y bebido todo lo que trajo, se había quedado dormido, los rayos del sol se filtraban por la ventana de su habitación, se levanta asustado ¿Cuándo fue que él se fue a su habitación? Miro el reloj que estaba alado de su cama “6:00 am” había dormido todo lo que quedaba del día anterior (miércoles) y la madrugada del día jueves. Se fue corriendo al baño a ducharse, cuando salió de el, ya duchado, y se fue a su habitación en busca de ropa limpia, se percato que en la mesa de noche que estaba al lado de su cama, había algo más que solo el reloj, era un celular, uno de eso ultimo modelos, un “Nokia 5200”de color rojo, en la pantalla tenía una nota “enano te olvidaste de nuestro regalo” una risa triste salió de sus labios, no era la primera vez que sus padres le daban un gran regalo para compensar el tiempo que ellos no estaban con él, así fue como obtuvo su PC y Play Station 3, solo porque ellos sentían culpa. Fue hasta la cocina para desayunar, y como siempre el desayuno ya estaba preparado, pero sus padres ya no estaban, ya se habían ido de nuevo a sus trabajos, para su suerte el desayuno todavía estaba caliente. Cuando termino de desayunar, miro su celular todavía tenía más de 20 minutos para que venga el taxi por él, fue hasta su PC para pasarse música al celular, ya cuando se sintió a gusto apago la PC, busco su mochila y bajo del edificio para esperar el mismo taxi de todos los días.
Espero menos de 10 minutos y el taxi llego, un simple “hola” entre ambos y se pusieron en marcha hacia el colegio, no eran más de quince minutos de viaje, pero al parecer ese día no era el mejor para conducir, un embotellamiento los retraso mas diez minutos, después de eso diez minutos que parecieron eternos por fin llegaba al colegio, lo único que hacía que estuviera feliz por ir al colegio era que iba a ver a sus dos nuevos amigos y a Suho por cuatro horas , ahora les podía pedir sus números de teléfonos a Tao y a Kris para mandarse mensajes, le tenía que decir a Suho que se compre un celular así el podía hablar en todo momento con él, emocionado bajo del taxi diciendo “no vemos” y se fue corriendo, pero no por mucho, se detuvo al ver que cuando el taxi se marcho, se estaciono un auto negro lujoso como eso que se ven en las revistas de gente con mucho dinero, se sorprendió al ver a Suho bajar del lujoso auto, lo espero un momento, pero se extraño al ver que Suho caminaba mirando al suelo, luciendo triste, tan triste como él, Suho no podía ser un chico triste, si su sonrisa era capaz de iluminar su vida de una manera que no podía explicar.
-¡ey Suho!-Lay grito para llamar su atención, y este levanto la mirada y se sorprendió, su rostro de tristeza cambio al de una cálida sonrisa tan rápido que Lay no lo pudo creer, la sonrisa de Suho era falsa, el no era feliz, era como él, otro chico triste en este tonto mundo-¿estás bien?-
-hola unicornio…-volvió a sonreír-solo me duele la cabeza pero ya se me pasara…-de nuevo esa sonrisa, que Lay ya estaba odiando-vamos que ya es tarde…-Lay lo agarro de la mono y lo beso en la mejilla sorprendiendo a Suho, y antes que diga algo se puso a correr obligando a Suho a hacer lo mismo.
“Eres como el agua…
Das tu vida por todos…
Pero…
¿Quién te la da a ti?”
TO BE CONTINUED…