Aquel pasado que creía olvidar y me hizo ser... Judal. por KatastroficLucky

''Sufrimiento... Dolor... Angustia. Tres palabras que me aprendí siendo tan sólo un crío. Despertarte un día sin saber nada.¿Quién eres?¿De dónde vienes? Tu mente está vacía y solo puedes ver lo que está frente a ti,que es la pura oscuridad. Te levantas y ves sólo oscuridad,lo único que te acompañan son unos miseros rayos de sol que lastiman tus hinchados ojos. Los tocas. Están húmedos,¿por qué? Vas a mirarte al espejo y ves que los tienes levemente enrojecidos,al parecer has llorado. Pero,¿qué era de esperarse? Tan sólo eres un niño. Miras tus enormes orbes,los cuales son rojos como la sangre,te preguntas el por qué más nadie te da respuesta. Sales de aquella lúgubre habitación después de ver quien eras,o al menos físicamente. En cuanto sales te encuentras con dos hombres con rostros tapados y vestidos ambos con túnicas blancas. No te da tiempo a hablar cuando ya te tienen atado con grilletes y una mordaza. El metal de hace rozaduras en la piel,la mordaza te aprieta y apenas puedes respirar por los nervios. Tus ojos inexpresivos ven como esos dos hombres te llevan a quien sabe donde. Te llevan a un gran palacio y ves un altar,donde en medio,había un gran tono y en él una aparente hermosa mujer. Pelo negro,recogido en un bonito moño. Pero algo no iba bien. ¿Por qué alguien que te parecía tan amable era tan lúgubre y malvada a la vez? ¿Una fachada? Lo más probable. Te llevan ante ella y sueltan tus grilletes y la mordaza. Los miras con odio y después te ordenan que te acerques a aquella mujer. Obedeces. Entre sus brazos te besa y te da caricias aparentemente cálidas pero,no era así. Sus manos y caricias eran gélidas,su sonrisa era acompañada con locura y maldad,esa mujer era mala. Te repites a ti mismo mientras intentas aguantar el asco que te provoca el ser tocado por ella. Sigues sin saber quién eres y qué haces ahí cuando la extraña mujer te habla y te dice: '' Mi preciado hijo... Judal-chan~ Yo soy tu mamá~ Gyokuen.'' Tu pequeño estómago se retuerce. Sentías repugnancia mas lo ocultas. Pasan 2 años,ahora tienes apenas 7 años. Te visten cada día unas doncellas y nunca te falta de nada. Tu rostro sigue inexpresivo,sabes que eres Judal pero no sabes nada más pero tampoco te importa. Cada noche te desvelas con el mismo maldito sueño de ver como asesinaban al parecer a alguien que conocías y tú,sólo miras,como un ser efímero que solo sirve para ver y recordar. Tu supuesta madre te llama a primera hora de la mañana,acudes aún somnoliento pero entre sus gélidos besos y abrazos te despiertas. Te dice que tienes una misión como Magi. Te emocionas ya que parecía algo bueno,o eso creías. Tenías que hacer un maldito trato con un mercader para que te diera sus tierras a cambio de dinero. Pero,no acepta. Le insultas y te burlas de él como el niño que eres. El mercader agarra un cuchillo y está dispuesto a matarte. No tienes tu arma a mano,mueves tu cuerpo para que no te apuñale,en un descuido tuyo te corta la mejilla levemente. Te asustas al ver el vital y rojo líquido bajar por tu piel. Por instinto,aprovechas que se a despistado y le clavas el cuchillo que antes intentó matarte. Le cortas la yugular. Sientes como la sangre te salpica sobre el rostro,por lo que cierras los ojos,acabas lleno de sangre y el cadáver del mercader sobre ti. Acabas de matar. Sales de debajo del hombre con miedo y nerviosísmo,¿qué has hecho Judal-chan~? Te pregunta una vocecita en tu pequeña consciencia. No le contestas ya que te aterra. ¿Quién era? En breves momentos entran los miembros de la organización,mas no te dicen nada. Tan solo te llevan ante tu ''madre'' y ella te espera con una sonrisa. Creías que te iba a regañar pero es lo contrario. Te recoge y te abraza. ''Bien hecho Judal-chan~ Has matado a tu primer hombre'' Te aterras de ti mismo al escucharla y lloras sin poder evitarlo. Entonces tu madre te da una bofetada,con la cual te ordena que te vayas a tu habitación,mirándola con odio por el camino. En un abrir y cerrar los ojos pasan 4 años. Ahora tienes 11 años. Tu vestimenta cambia por una más práctica para ti. Nadie te regaña por ello. Te miras al espejo y aún ves la sangre de aquel día. ¿Cuántos hombres habrás matado ya? Te pregunta aquella vocecita,burlándose de ti. Sales de tu habitación,te has acostumbrado a odiar todo lo que te estorbara. Aparecen varios hombres de la extraña organización y te dicen que como Oráculo (Sacerdote) del imperio tienes que pasar por un Rito. Te preguntas cuál es y los sigues. Entras a una extraña guarida y cuando estás dentro del todo,te tapan los ojos con una venda y te reducen en el suelo. Estás atado de pies y manos con una cuerda. Te ponen en un suelo extraño,el cual tenía extraños grabados. Te asustas cuando notas que te empiezan a tocar manos extrañas. Les insultas,pataleas,te resistes. Pero una bofetada y varios golpes junto a una violación de tu pequeño cuerpo te hacen callar. Cuando creías que tu tortura se había acabado sientes una aguja que te quemaba junto a una tinta que salía y entraba. Te están haciendo un tatuajes. Gritas y te retuerces de dolor pero te agarran de las magulladas manos. Tu labio inferior sangra y tienes moratones por todo tu cuerpo. Cuando termina el insoportable dolor sientes como tu cuerpo duele,en especial tu parte trasera. Tu cabello está desordenado,algunos largos mechones estaban desperdigados. Tu tumbado en el suelo,moribundo de tanto dolor,pero,no lloras. Tan solo ves como se te nubla la vista y tu recitas algo en un tono muy bajo pero que pudrió tu pequeño corazón por completo: ''Maldigo... Mi destino... '' Te desmayas después de haberlo dicho. Se fue repitiendo año por año y tu fuiste acostumbrándote,simplemente te dejabas y jurabas lo que les pasaría. Los matarías. Un día,el día de tu mayoría de edad,irrumpes en la sala y vas matando a cada uno de ellos,reservando para el final a los cerdos que te hicieron todo eso siendo nada más un maldito crío. Sonríes sádicamente. Estás loco. Podrido. Acabas lleno de sangre de nuevo y aquel lugar donde te violaron tantas veces también. Sonríes al terminar y destrozas el lugar. Ya no volverás a ser el mismo. Despiertas de aquel largo sueño. Dime,¿qué se siente haber juzgado a alguien sin saber su pasado? ''