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Carriers por aoishii_natsumishiroyama

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Notas del capitulo:

¡Hola a todos! 

¿Cómo están?, pues espero que estén todos bien y con ánimos de leer lo que se viene más abajo. 

Bueno, primero que todo en mi país (Chile) son casi las 2 de la madrugada, y yo estoy aquí actualizando porque simplemente quería despejar mi mente por unos momentos de los estudios, he estado TODO el día estudiando como loca para la universidad, siendo que esta semana no se viene tan pesada como lo fue la semana pasada, tengo que entregar dos trabajos el Lunes, de los cuales uno expondré ese mismo día y el otro el Viernes, también tengo exámen el Miércoles y el Sábado, y esa sería mi semana, pero aún asi son bastantes cosas, por lo que estoy un poco colapsada, así que sabiendo que durante la tarde de hoy (Domingo) estaré agotada, prefiero actualizar ahora y asegurarme :)

Dejando el blah, blah de lago por unos instantes, quiero agradecerles a todas aquellas personas que leyeron el primer capítulo, tantos a los clásicos lectores entre las sombras como a los que dejaron sus review, los cuales he leído con gusto :)  

Continuando, quiero aclarar algunas cosas que fueron puestas a duda en sus comentarios: 

1. El Fic es Shota, por lo que aclararé las edades: Sasuke, a partir de este capítulo, portará sus once años, mientras que Naruto (recordando que está de cumpleaños tres meses después que Sasuke) tiene 20 años, para luego en los siguientes capítulos cargar con 21 primaveras, por lo que les recomiendo siempre sumar nueve o diez años más a la edad de Sasuke :)

2. Sasuke es un portador, sí, pero en este Fic no se lellamará "Doncel" sino que se le reconocerá como "Bendecido" o "Divino" 

3. Habrá mensión de: ItaDei y SaiGaa 

4. Periodo Sengoku, para todos los que tengan dudas, la época en la cual está basada la historia, es "la época antigua" de la serie Inuyasha :) 


Bueno, creo que eso es todo, cualquier duda háganmelo saber y yo las aclararé sin problema alguno

Ahora sí, los dejo de interrumpir: 

Disfruten de la lectura y nos vemos en las notas finales :D

Carriers

NaruSasu

II

 

 

 

Siete días y seis noches desde la celebración del décimo primer año de Sasuke

 

El templo del pueblo, perteneciente a la familia Hyūga, se hallaba invadido por las dos familias, que en ese soleado y hermoso día, serían nuevamente unidas por el santo matrimonio de dos de sus miembros.

En la casona Uchiha, Sasuke era alistado por las criadas, quienes emocionadas despedían al joven, que en ese momento abandonaría el hogar en donde creció, para vivir toda una vida con su amante, con el cual formaría una familia y morirían uno al lado del otro ¡cómo extrañarían al pequeño bendecido! Esta despedida era igual de dolorosa y emocionante como la del mayor de los hermanos, que abandonó la estancia hacía unos meses atrás, yéndose con su marido, el cual en estos instantes esperaba al primogénito del samurái.

Por otro lado, el rubio primogénito de la familia Uzumaki, se miraba en el espejo que reposaba en el dormitorio de sus padres, analizando el Kimono de dos piezas que portaba en esos instantes. La prenda era común en los matrimonios sagrados, que eran realizados por los sacerdotes con que contaba el pueblo. Estaba ansioso, a partir de hoy estaría unido para toda la vida con su azabache amor, formarían la familia que tanto soñaban, serían felices. Esa misma noche, su amor por fin sería consumado, y a la mañana siguiente, apenas amaneciera, debía de entregar a la familia Uchiha la prueba de que el bendecido había perdido su pureza. Temía hacerle daño durante la noche, lo que menos quería era incomodarlo ¡todo lo contrario! Esperaba que Sasuke disfrutara y sintiera de forma carnal cuanto lo amaba. El temor lo invadía.

 

*

 

Las ansiosas familias de los jóvenes miraban expectantes como entraba con gran elegancia el rubio varón, quien se posicionó a un lado del sacerdote. Ahora sólo faltaba que llegara Sasuke, quien era transportado por una carroza de la familia, siendo dejado en las puertas del templo. Exhaló, dándose el valor suficiente antes de entrar. Estaba nervioso, era un hecho, pero deseaba más que nada esta unión.

Con suaves pasos se encaminó a las puertas del templo, traspasándolas bajo la atenta mirada de todos los asistentes, quienes quedaron con la boca abierta con tan sólo verlo por unos pocos segundo ¡Sasuke estaba radiante! Tan bello con ese Kimono blanco que arrastraba una pequeña, pero perfecta cola. Su esbelto cuerpo destacaba como nunca antes. El níveo rostro sobresalía por el sutil rubor que adornaban sus encantadoras mejillas. El ébano cabello, peinado especialmente para la ocasión, le daba un toque indescriptible, tan oscuro que contrarrestaba la clara prendan que portaba.

Naruto no podía dejar de admirar a su casi amante ¡se sentía tan afortunado de tenerlo! Era el ser más perfecto que había conocido en su vida. Sasuke, quien pronto portaría con el apellido de su marido, se posiciono al otro lado del sacerdote, frente al impresionado rubio, quien no dejaba de examinar su cuerpo. Sonrió avergonzado de tal atención.

La ceremonia se dio inicio, las palabras del sacerdote resonaba en la estancia, siendo escuchado con atención por todos los espectadores. Los jóvenes oían ansiosos cada palabra pronunciada por el honorable hombre. El tan esperado día había llegado, y ellos no podían creer que estaban presenciando aquel momento con el que habían soñado incontables veces.

El sacerdote, que respondía al nombre de Hiashi Hyūga, el honorable supremo de aquella reconocida familia de monjes y sacerdotisas, era quien promulgaba las sagradas palabras de los Dioses elegidas para aquella esperada unión. Aquel hombre de gran porte, nobles modales y admirable sabiduría, contaba con un matrimonio constituido por dos hijas, una muchacha recién entrada a la pubertad de nombre Hinata y una pequeña de sólo cinco primaveras llamada Hanabi. Ambas eran las únicas descendientes del distinguido hombre, quien decepcionado por tener dos mujeres como crías, no le quedó de otra que resignarse y educarlas para que fueran unas reconocidas sacerdotisas. Por otro lado, su querido hermano Hizashi, contaba con un varón como descendiente ¡cuánta envidia sentía por éste! Había sido bendecido con un hombre, quien sería el próximo monje una vez se retirara del rubro por adultez. El joven Neji, de gran porte y serio, que honraba a la perfección al apellido de su familia, era codiciado por todas aquellas familias que contaban con mujeres como descendientes, pero ninguna lograba nada, ya que el Hyūga estaba destinado a compartir el resto de su vida con su prima Hinata. O por lo menos eso intuían los familiares de éstos, los cuales los habían comprometido apenas la hija de Hiashi había visto la luz del día.

 

*

 

La campana de bronce sonó con todo su esplendor, anunciando, ante los atentos pueblerinos, que los jóvenes descendientes estaban ya unidos bajo el sagrado matrimonio de los Dioses, frente a éstos habían jurado fidelidad eterna, amor, felicidad, y una vida llena de dicha, la cual sería acobijada por todos aquellas fuerzas divinas que permitieron el nacimiento del  joven que recién adoptó el apellido Uzumaki como propio. Los varones oían el campanear resignados de haber perdido a tal belleza ¡dichoso sea el hombre que desposó al divino ser! Todos se lamentaban por no ser los escogidos. Ahora sólo serían simples expectantes de como aquel puro amor se desenvolvería a partir de ese mismo instante.

En el templo, los invitados y amantes se retiraban para festejar la reciente unión. Tenían planeado un ritual de despedida, en donde tomarían el té y compartirían unos aperitivos, para luego ver partir a los jóvenes enamorados a su morada, en donde el matrimonio sería consumado.

Naruto miraba embalsamado a su marido, quien, con suma delicadeza, sostenía la taza de cerámica con que degustaba el té verde, símbolo de las ceremonias del té en Japón. Su mente divagaba, imaginándose como sería la noche que se avecinaba ¿lograrían consumar su amor? Y si fuera así ¿Sasuke lo disfrutaría? Cientos de preguntas rondaban su confundida mente, sin lograr obtener una respuesta concreta a todas ellas ¿qué más podía hacer? Nada, sólo esperar a que el momento llegara y que las cosas fluyeran con naturalidad, inspirados por el amor que se sentían y en el deseo de estar juntos de forma carnal.

r13;   Naruto r13; el nombrado levantó el rostro fijando su azulina mirada en el progenitor de su amante r13; espero que respetes a Sasuke, y que mañana a primera hora me traigas el Obi con la prueba de que el matrimonio ha sido consumado apropiadamente

r13;   Sí, señor. No tenga duda alguna de que al amanecer estaré aquí con el Obi entre mis manos

Sasuke intentaba por todos los medios mantenerse al margen de aquella charla entre su marido y padre, pero le era casi imposible ignorar los comentarios sobre lo que se vendría en la noche ¡debía de entregarse a Naruto! Y temía no satisfacerlo ¡era su hombre! A partir de aquel momento, en que Hiashi los declaró una pareja oficial bajo los inquisidores ojos de los Dioses, supo que debía de cumplir con su deber como bendecido. Atender a Naruto, darle cariño y complacerlo en la cama con el fin de darle un descendiente, procrear como las deidades dictaban.

Según los consejos que le había dado su madre en reiteradas ocasiones, él sólo debía recostarse en el futón, que compartiría con Naruto, y que éste hiciera el resto. Las mujeres y bendecidos tenían prohibido participar de manera activa en el acto carnal, no podían tocar a sus maridos con gula, claro que no, ellos se mantenían quietos mientras sus hombres les acaricia el cuerpo y se satisfacen con ellos como se les diera la gana.

Una vez se hubo dado por finalizado el ritual entre las familias, los enamorados prosiguieron a despedirse y retirarse a su nuevo aposento, donde iniciarían su emparejamiento y posterior familia. La emoción que sentían por estar por fin juntos emanaba de sus juveniles poros, anunciando que aquella noche se harían uno sobre las mantas de su intocado lecho.

Los sincronizados y tranquilos pasos de ambos, por sobre el reluciente corredor de madera del nuevo hogar que compartirían, dejaban en manifiesto que la pareja ya habitaba la estancia. Su caminar iba directo al dormitorio que compartirían, en medio de ésta se hallaba desplegado el futón ya preparado para lo que se avecinaba. Naruto, con todo el cuidado posible, recostó a su acompañante en medio del edredón, allí prosiguió a despojarlo, con delicadeza, de sus prendas, dejando el Kimono abierto de par en par. Su pálido cuerpo relucía entre sus morenas manos, las cuales se pasearon por las torneadas piernas del azabache, sacándole más de un suspiro en el intertanto. La imagen que tenía bajo su, aún vestido cuerpo, le causaba una gran oleada de placer, excitándolo con una gran facilidad. El poco desarrollado cuerpo del púber, aunque a esas alturas estuviera preparado para engendrar vida, le parecía de lo más atractivo, sin rastro de vello alguno, limpio y sin marcas que pudieran estropear la perfecta vista que tenía en esos instantes ¡cómo era posible que existiera un ser tan divino como éste! Ahora de verdad temía hacerle daño. Notaba la fragilidad del cuerpo que tenía entre sus manos, era claro que el cuidado que tuviera para con él, debía de ser extremo, ya que el mínimo descuido podría perjudicar a tal escultura de cristal.

Deslizó sus manos por los costados de Sasuke, hasta llegar a la altura del Obi que reposaba a los pies de éste. Lo tomó y dobló en dos, colocándolo, luego, bajo las caderas del menor, una vez allí éste quedaría manchado con la sangre que desprendería su interior al ser penetrado por primera vez. La prueba de que el joven que le han entregado era virgen como le habían prometido, y que ahora le pertenecía. Desde ese instante ningún varón podía ponerle un ojo encima a su cónyuge, ya que estarían infraccionando las sagradas escrituras de los todopoderosos.

Se mantuvo por unos segundos quieto, admirando a Sasuke, quien cohibido ante la penetrante mirada del rubial, se cubrió el rostro con sus níveas manos. Naruto sonrió extasiado por tan tierna reacción. Aprovechando aquello, posó sus nerviosas manos en la blanca prenda que cubría la zona púbica de su desposado moreno, el cual emitió un sutil jadeo al sentir como su única área cubierta quedaba a la vista de los azulados ojos del Uzumaki.

Los segundos pasaban con lentitud, impacientando a Naruto, quien no sabía cómo continuar. Ahora sólo faltaba que él se despojara de sus ropas y terminara con lo que ya había empezado, pero ¿qué ocurría si se equivocaba y le hacía daño a Sasuke? Aquella idea no parecía querer abandonar sus pensamiento ¡le aterraba! Pero como fuera, ya no podía seguir aplazando el tan esperado momento.

Incorporándose del edredón, procedió a retirarse el Kimono del matrimonio, dejándolo doblado a un lado del lecho. Se arrodilló frente a los claros pies de Sasuke, los cuales tomó entre sus manos, separándolos, hasta lograr que las piernas de éste estuvieran a una distancia prudente como para acomodarse entre ellas. Con mucha meticulosidad logró acomodarse como se debía sobre el menor, apoyando una de sus manos a un costado de la cabeza de Sasuke para mantener el equilibrio. Su otra extremidad, que se hallaba libre, se dirigió a su virilidad, la cual tomó y guió al esfínter que daba paso al intacto recto. Con un suspiro ingresó la cabeza del pene, causándole un incontenible quejido al más pequeño. Naruto preocupado se detuvo, viendo como el blanco Obi comenzaba a teñirse de un vivo color rojo, eran sólo algunas gotas, que aumentarían apenas lograra ingresar su hombría por completo, pero aquel sangrado se detendría dentro de poco, dándole paso al placer que su bendecido debería de sentir en aquel primer encuentro.

Al notar como el tenso cuerpo bajo suyo se desentumecía, siguió con su labor de empujar lo que quedaba de su erección al interior del recto. Sintió como las estrechas paredes se abrían paso a su intromisión, envolviéndola de una manera tan exquisita, y difícil de explicar, que sólo se dejó llevar por el éxtasis que le causaba aquello. Apenas hubo ingresado por completo su palpitante y caliente falo, se dedicó a ponerle atención al blanquecino cuello de Sasuke, repartiendo besos y lamiendo por cada rincón, era suave y emitía una dulce fragancia a vainilla. Su fuera por él se quedaría todo el día apegado al apetitoso cuello, pero sabía que eso era casi imposible, por lo que a partir de ese día comenzaría a olfatear la zona en cuestión, aunque fuera por unos instantes. El aroma lo embriagaba, era tan dulzón ¡deleitante! Comenzaba a obsesionarse, un fetichismo, claro está.

Después de permanecer por unos minutos en vigilia de las reacciones de Sasuke y de saborear el cuello de éste, inició un lento vaivén, provocándole unos audibles y agudos gemidos que inundó la estancia. Los involuntarios quejidos, que abandonaban los entreabiertos labios de Sasuke, era una insólita combinación entre dolor y placer, lo que le fascinaba al rubial ¡era tan excitante todo aquello! Ver a la futura madre de sus hijos retorcerse bajo suyo, gimiendo descontroladamente, y arqueando en incontables veces su espalda, era una imagen de lo más erótica. Un aspecto que guardaría por el resto de su vida en su memoria. Ahora estaría mucho más inspirado por volver a casa después del trabajo, con tal de poder verlo y repetir lo que estaban viviendo en esos momentos.

Las delgadas, y todavía pequeñas manos de Sasuke, se hallaban a cada lado de su cabeza, arrugando el edredón bajo suyo, sin medir la brutalidad con que lo hacía, causándole unas leves magulladuras que se tornarían de un rojo color al pasar el tiempo. Su corazón latía a mil por segundos ante el acto que estaba viviendo con su marido. Admitía que le dolía ¡era insoportable! Pero en el fondo de todo aquello, sentía un leve placer que no era capaz de ganar la lucha contra el sufrimiento. Su madre Mikoto le había dicho que los bendecidos en su primera noche se retorcían de dolor, ya que la zona rectal no estaba hecha, en un principio, para aquel propósito, pero luego las cosas cambiarían, y en los siguientes encuentros el placer y éxtasis lo envolverían, haciéndolo gemir con gozo el nombre de su pareja. Confiaría en sus palabras, si debía de soportar en esta primera vez, lo haría con tal de experimentar el placer en las próximas ocasiones.  

Los jadeos de Naruto le daban de lleno al menor en uno de sus oídos, provocándole una serie de escalofríos ¿por qué su marido tenía que tener una voz tan varonil? Tan ronca y erótica que cautivaba a cualquiera, cosa que le causaba celos, muchas mujeres intentaban de cortejar a Naruto, siendo que sabían de su compromiso ¡cómo detestaba a aquellas necesitadas!  

r13;   Sasuke r13; escuchar su nombre de esa forma le era excitante ¡cómo lo hacía!

El ritmo de las embestidas aumentó de un segundo a otro. Naruto sentía como estaba a punto de culminar. No aguantaría más, y los gritos de Sasuke no lo ayudaban en nada, su pene comenzaba a liberar las primeras gotas de semen, las cuales se adentraban sin obstáculo alguno por el interior del segundo hijo de los Uchiha. Unas últimas frenéticas y bruscas estocadas dieron paso al completo descargue de la viscosa y blanquecina esperma con la llegada del orgasmo por parte del varón. Sus brazos, a causa del esfuerzo recién implementado, tiritaban, demostrando que en cualquier minuto se desplomaría sobre Sasuke, conociendo la poca fuerza que le quedaba, retiró su flácido pene del recto, se recostó a un lado del agotado bendecido, quien respiraba agitado, buscando recuperar el aliento.

Giró el rostro fijando la mirada en los zafiros de Naruto, él mantenía una ligera sonrisa, se mostraba tranquilo y satisfecho, había cumplido su primera responsabilidad como divino ser. El resto de las obligaciones se desenvolverían con naturalidad, entre las cuales se encontraban el continuar satisfaciéndolo, darle una hermosa familia, esperarle todas las noches con la cena lista para ser degustada, llevarle la merienda del medio día a los campos donde trabajaba, y así iba aumentando la lista, pero él estaba a gusto y cumpliría con cada uno de los puntos en cuestión. Amaba a Naruto y no pondría en duda nunca sus sentimientos.

Esa era la primera noche que pasaban juntos, durmieron abrazados, siendo acobijados por el natural calor que desprendían sus cuerpos.

 

*

 

En el horizonte, por entre las montañas, se podía apreciar el cielo que comenzaba a teñirse de una gama de cálidos colores, anunciando el próximo amanecer. En la casa que habitaba el joven matrimonio, se hallaba en el cuarto principal el menor de los dos arropado durmiendo, sin darse por enterado de que el sol estaba a segundos de acobijar a la comunidad entera. Naruto, que ya estaba en pie de hace minutos atrás, envolvía el ensangrentado Obi de su pareja entre las capas de la refinada seda que le había facilitado los padres de Sasuke para que hiciera entregar de la prenda en cuestión. Una vez envuelto la ofrenda, procedió a retirarse de la morada, tomando rumbo a la casona Uchiha, en donde lo estaban esperando con ansias los padres de su amado con la noticia de que éste había perdido su pureza en la noche anterior ¡cómo anhelaban saber la nueva dicha! Lo único que deseaban era que su pequeño retoño les diera el nieto que tanto deseaban. No importaba el sexo de la cría, sólo que fuera sano e hiciera más feliz la vida del joven matrimonio.

La campanilla tintineaba anunciando la llegada del rubio cónyuge. Dentro de la casa el desesperado matrimonio esperaba a que el joven apareciera frente a ellos con el Obi de su último hijo. En medio del salón estaban todo preparado para la entrega de la ofrenda El firme caminar de Naruto resonaba entre los pasillos de la antigua casona, avisando que estaba cerca del dormitorio en donde esperaba el matrimonio Uchiha. La puerta corrediza se abrió de par en par, dejando a la vista de los dos pares de ojos color ónix, una dorada cabellera, perteneciente al joven varón amante de Sasuke.

Naruto tomó asiento frente a los padres de su azabache marido, dejando, delante de ellos, el envuelto Obi. Fugaku, el serio padre de Sasuke, estiró sus brazos con el fin de tomar el objeto y desenvolverlo frente a los desesperados ojos de su mujer. La rojiza tela de la seda iba dejando a la superficie el blanco Obi, el cual tuvieron que desdoblar, dejándolo desplegado a sus pies, allí, en medio de la costosa y delicada tela blanquecina, se encontraba las salpicaduras, color carmesí, pertenecientes a la perdida pureza del retoño Uchiha ¡qué emoción les daba saber que su pequeño estaba, en esos instantes, siendo invadido por los guerreros espermatozoides, que buscaban fecundar al fértil gameto con que había sido bendecido! ¡Qué alegría más grande! ¡Tendrían aquel nieto que tanto deseaban tener por parte de su divino hijo!

r13;   Estamos a gusto con esto r13; la grave voz, perteneciente al patriarca, resonó en la silenciosa estancia. Los azules ojos de Naruto se fijaron en el recto hombre r13; ahora esperaremos con ansias que se cumplan las treinta y seis semanas para la llegada del nuevo miembro de esta etnia

r13;   Ha sido un gusto, señor Uchiha. Estoy agradecido de que me permitieran la dicha de ser el cónyuge de Sasuke, no saben cuánto lo amo. Prometo respetarle

r13;   Eso esperamos, Naruto r13; intervino Mikoto con una radiante sonrisa entre sus delgados labios r13; lo que más anhelamos, es que nuestro Sasuke sea feliz, y si aquello se da estando a tu lado ¡qué maravilla! Sólo espero que sean felices, y formen la familia que tanto sueñan tener. Nosotros estaremos aquí, apoyándolos en todo momento, cariño

r13;   Muchas gracias, señora Uchiha

 

*

 

La tan deseada gestación se había dado con efectividad. Ahora, cuatro meses después de la épica unión entre el primogénito de los Uzumaki y el bendecido de la familia Uchiha, Sasuke iba en camino a los huertos de arroz, en búsqueda de su rubio marido que se hallaba trabajando en esos momentos, entre sus manos cargaba una pequeña cesta de mimbre con la merienda de éste. De entre sus refinadas ropas resaltaba un abultado vientre de dieciséis semanas, las cientos de miradas que le dedicaban los varones de la villa le incomodaban, sabía que muchos estaban desilusionados con su embarazo y matrimonio, pero ya no había nada más que hacer, ellos debían de aceptar su nueva vida, resignarse de una vez por todas y preocuparse por sus propias familias ¡porque sí, muchos de ellos tenían mujeres e hijos! ¡¿Cómo era posible que no se conformaran con lo que tenían?! ¿Acaso no les gustaba todo aquello? Si es así ¡¿por qué diablos desposaron a todas esas inocentes mujeres?! Pobre de ellas, que debían de soportar a los imbéciles de sus maridos, que seguían ilusionados con un bendecido que jamás, pero JAMÁS, les corresponderían.

Sasuke, simplemente, amaba a Naruto. La unión entre ambos parecía haber estado destinada por los Dioses, quienes ya tenían planeada la vida para ellos, pero no siempre las cosas salen como uno se lo propone, ya que nada es perfecto en este mundo. 

Notas finales:

Y bueno... ¿Qué les pareció este nuevo capítulo? ¿Qué tal estuvo el lemon? He de decir que llevo un largo periodo sin escribir relaciones sexuales, por lo que no me extrañaría en lo absoluto que haya salido algo aburrido, así que me disculpo 

Bueno, si han llegado hasta aquí les digo: ¡MUCHAS GRACIAS POR LEER :D!

¿Me merezco algún review? Lo dejo a su criterio ;) 

Aclaro: responderé todos sus review, lo prometo, pero tal vez no sea al instante, ya que apenas tengo tiempo para comer y dormir jajajaja :( y si tienen duda con respecto a cómo escribo el Fic teniendo tan poco tiempo, es porque: Lo tengo 100% escrito, yo llego y publico XD 

Les dejo mi Facebook personal para que estén al tanto de mis próximos proyectos como actualizaciones: 

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Ahora sin más me despido por hoy, espero que les haya gustado el capítulo que dejé :) 

Cuídense mucho

Besos y abrazos

Adiós ~ 


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