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X-Carly-Victorius por minima

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Notas del capitulo:

Bueno... creo que tal vez se lleven una sorpresa en este capi...

6.- Que pequeño el mundo es… y no hablo de una canción

-¿Quiénes son esas chicas?- Kitty miro a la media docena de jóvenes rubias sentadas en la sala de la mansión recién reconstruida de Xavier, eran idénticas en rostro, cabello y ropa, siendo sincera era un poco espeluznante a pesar que las pequeñas rubias no aparentaban más de trece o quizás doce años.

-Son nuevos estudiantes de la escuela- respondía Emma quien se encontraba sentada frente al grupo de rubias más jóvenes en un sillón individual.

-¿Qué? ¿Desde cuándo?-

-Desde hoy- Logan había aparecido al lado de ella con su típica cara dura, realmente no se veía muy entusiasmado de tener más jóvenes en la mansión, a pesar de supuestamente para eso estaba.

-Pero, pero… ¿ya estamos aceptando más estudiantes? ¿Ahora? ¿Con todo lo que está pasando?-

Kitty hacía referencia a todo el asunto del profesor en coma, a Jean desaparecida o… ni ella podía pensar en esa opción en voz alta, y también en ese asunto de que estaban en misiones para tratar de evitar la extinción de los mutantes y quizás también toda la raza humana con el futuro que les había enseñado el profesor, cielos, y ¿acaso tenían tiempo para aceptar nuevos estudiantes?

-Yo también llegue a pensar lo mismo, pero Charles seguramente se levantaría de su coma para tratar de golpearme por patearlas a la calle, estas chicas…- Logan hiso un gesto con la cabeza señalando a las pequeñas rubias –son telepatas, y obviamente quintillizas, se hacen llamar la Cuckoos-

-Oh que nombre… tan original- trato de evitar lo más fuerte que pudo decir en su mente raro o estúpido, lo único que podía relacionar la palabra “cuckoo” era al viejo pájaro de juguete que salía de esos viejos relojes antiguos que simulaban ser una casa para pájaros, como el que tenía su abuela o los que salían en las viejas caricaturas haciendo referencia a locura.

Las cinco chicas se le quedaron mirando fijamente unos segundos para luego volver su vista a la srta. Frost, tal vez si hayan leído sus pensamientos.

-Sus nombres son Esme, Sophie, Irma, Celeste y Pheobe, dicen que no quieren usar el apellido de sus padres después que las rechazaron al saber su naturaleza- dio una breve introducción a las chicas la sta. Frost, ahora Kitty se sentía culpable al pensar que el nombre que eligieron para ellas para identificarse era tonto.

-Oh pobrecitas, no se preocupen, les agradara vivir aquí, bueno, últimamente está algo solo, pero es un genial lugar, tenemos un gran patio, pista de tennis, una enorme alberca, una hermosa vista del mar y los profesores son muy buena onda, no se dejen engañar por la cara dura de Logan, en el fondo, muy en el fondo, tiene un interior tierno-

Logan alzó una ceja al escuchar aquello y las chicas no dijeron nada, al parecer eran algo tímidas y retraídas.

-Les iré a mostrar su nueva habitación- dijo Emma parándose y a su vez el grupo de jóvenes rubias se paró para seguirla por las escaleras.

Kitty observo al pequeño grupo de pequeñas cabezas cargando sus maletas tras Emma, ahora viéndola a las seis parecía que Emma pertenecía perfectamente a ese grupo tanto por su aspecto y porte, y quizás también ayudaba a que tuvieran las mismas habilidades.

-¿De casualidad son parientes de la srta. Frost?-

-Según ella no, aunque a mí también me hiso dudar, su parecido junto a ellas es sorprendente-

-¿Ya se lo contaste a los demás?-

-Hank ya está preparando su inscripción y papeles, Ouroro ya le mande un mensaje, tuvo que hacer un viaje a África rápido por ciertos asuntos, Scott no sé dónde se encuentre, tal vez fue de nuevo a la ciudad, Bobby tubo la misma reacción que tú, ahora se encuentra haciendo unos mandados en la ciudad, le toca hacer la compra, y nuestro jefes de mecánicos se encuentra reparando de nuevo todos los desperfectos de los pisos inferiores-

-Ya veo-

Si nadie se había quejado ¿Por qué ella lo haría? Además habría más mujeres en esa casa y cercanas a su edad, Tormenta era agradable, como una hermana mayor, antes con Jean se había llevado realmente bien, y la srta. Frost la trataba con cortesía, aun no la conocía lo suficiente y tampoco parecía alguien que le gustara sentarse a hablar amenamente de tonterías con una joven adolecente como ella, necesitaba más amigas de su edad o lo más cercano a ello, tal vez tener a las quintillizas sería bueno.

*+*+*

Si, definitivamente su suerte iba mejorando cada vez más, un viejo camión de carga paso a su lado de la carretera después de unos kilómetros de caminar y el viejo conductor, un ancianito pequeño, delgado y con una poblada barba blanca les incito que se subieran a su vehículo para darles un viaje a la ciudad más cercana, al parecer sin saberlo habían cruzado la frontera canadiense porque el ancianito, el sr. Harold, les dijo que llevaría unos pollos a una ciudad cerca de N.Y. a una feria, los cuales los chicos habían tenido el placer de conocer muy íntimamente ya que como no todos cabían en la cabina tuvieron que viajar atrás con los animales emplumados.

Carly y Sam tuvieron la suerte de conocer algunas anécdotas del viejo señor, como la vez que fue a Vietnam y se trajo a su esposa de ahí a vivir a su granja familiar a pesar de todo el racismo de la época en ese entonces, pero se amaban y aun lo hacían, reflejo de ello eran los ocho hijos que tuvieron y que algunos aun trabajaban en su granja y otros en la ciudad; también les conto la vez que había presenciado el famoso ataque a N.Y. hacia un par de años por parte de una horda de seres alienígenas mientras tomaba café con una de sus hijas y nieto en N.Y., el mítico día del nacimiento de un grupo de superhéroes que salía a la acción cuando la situación era demasiado para las fuerzas del ejército o policía normales. LOS VENGADORES.

Ellas solo le contaron que tenían un web show y por alguna razón habían terminado perdidas en el bosque, no contarían lo de la cabezota, el secuestro ni el choque de avión hasta llegar a la policía, no creían que la gente les fuera a creer así como así lo que habían vivido.

Cuando llegaron a un pequeño pueblo pararon en la cafetería más cercana, el señor Harold fue tan amable y generoso en dejarles un par de billetes para comer y beber algo que Carly en un arranque de emoción lo abraso y beso sus mejillas barbudas.

-Jajaja hace tiempo que no me besaba una linda jovencita, no más no le digan a mi mujer que se pone un poco celosa-

-Muchísimas gracias señor- Spencer estrecho la mano del anciano con entusiasmo y al igual que su hermana le dio un efusivo abrazo, eso no emociono tanto al anciano como los besos de la pelinegra.

Con un apretón de manos, algunas palmadas y un adiós de mano el buen samaritano se marchó con su carga de gallinas dejando al grupo de jóvenes más que alegres porque según ellos ya estaban visualizándose en su casa y dando fin a esta ridícula y aterradora aventura.

Prioridades, primero lo primero, tenían que buscar a un policía a una autoridad lo más pronto posible o un teléfono, lo que encontraran primero, aunque Sam opinaba que lo mejor sería comer algo en una cafetería o restaurante a pesar que hacía unos minutos se había comido otra lata de comida en conservas.

-¿Y dónde creen que se encuentre la estación de policías en este lugar?-

-Con mi experiencia e descubierto que haciendo un pequeño alboroto es la manera de que aparezca un policía cuando se necesita o tienes vecinos chismosos-

-No vamos a hacer vandalismo Sam-

-Lo más sencillo es preguntar a alguien- dijo con lógica Freddy mientras miraba a su alrededor, no había mucha gente en la calle caminando por la acera a esa hora, y la mayoría los miraba como si fueran fenómenos, quizás no ayudaba la manera desaliñada en que se encontraba y que Gibby tuvo un par de incidentes desastrosos con las gallinas, léase picotazos y cagadas, al parecer tener aroma de comida de gato altera a algunas aves.

-Yo pregunto- dijo Carly tomando la iniciativa.

La primera persona que detuvo la pelinegra fue un hombre mayor, no tanto como el viejito que les había ayudado pero aun así mayor.

-Disculpe podría…-

-Lo siento estoy ocupado con permiso-

-¿Y a ese que le pasa?-

-Dijo que estaba ocupado-

-Ahí viene alguien más- comento Spencer viendo a una mujer joven caminando apresurada, al parecer todos estaban algo apresurados en ese pueblo –hare gala de un poco de mi encanto Spencer para preguntar-

-Por favor no uses mucho no la vayas a asustar-

-Jajaja muy graciosa Sam, sabes que soy encantador-

El mayor de los Shay se acercó a la joven dama, una castaña de cabellos cortos vestida con un fresco vestido de verano.

-Hola, buenas tardes- Spencer rápidamente le saluda y la borda utilizando una de sus mejores sonrisas, sabe que no es el más galante de los hombres pero tiene lo suyo.

-Uh… hola- la mujer se detiene un momento y le devuelve el saludo un poco confundida y sorprendida.

-No quiero quitarte mucho de tu tiempo, soy Spencer y con mi hermanita y sus amigo fuimos a acampar, por desgracia nos perdimos, si no es mucha molestia ¿podrías decirnos donde se encuentra la estación de policía más cercana?-

-Oh pobrecillos, con mucho gusto, la estación del Sheriff no esta muy lejos, a unas cinco cuadras hacia tu izquierda por esa calle, tuvieron suerte, hace poco que ha habido ataque de… animales creo en el bosque, pudieron salir gravemente heridos-

-¿Animales?-

-Sí, o al menos es lo que me han dicho mi marido y mi padre-

-Wow, increíble, y no digo por los animales sino por el hecho que una dama tan joven y tan linda como tú ya se encuentre casada-

-Jajajaja me avergüenza-

-Su esposo debe ser un hombre muy afortunado-

-Así lo creo-

-De nuevo muchas gracias señorita, a sido de mucha ayuda-

-De nada Spencer, espero que regresen con bien a su casa-

-Igualmente así lo espero-

-¿Y bien Romeo?- pregunto Carly una vez que el mayor ya estaba junto a ellos de nuevo.

-Spencer aún tiene lo suyo, la dama me dijo dónde está la estación del Sheriff, cinco cuadras a lo mucho por haya- dijo señalando a su izquierda.

-Awww ¿tenemos que caminar más?-

-Vamos Sam, no es mucho, además las cuadras aquí no son tan grandes como en la ciudad, caminar un poco mas no nos costara nada-

-Ugh, cuando regresemos a casa no volveré a mover ni un musculo por lo menos por una semana- se quejó la rubia mientras seguía a sus amigos.

-Comparto la idea, hemos corrido más que cualquier práctica de gimnasia en la escuela, me recuerda a lo de Japón-

-No menciones a esos chinos, me dan ganas de golpear algo cada vez que los recuerdo y lo que nos hicieron-

-Japoneses Sam, los japoneses son de Japón, los chinos de china- corrigió su amiga con paciencia ella también recordando con cierto malestar algunos momentos que vivieron en lo que vivieron para lo del concurso de show de internet en Japón, esos hermanos eran lo peor, bueno, en realidad estaban quizás en tercer lugar, en su lista personal estaba Nevelle encabezando de primera, su fanáticas locas con tendencias psicópatas y luego ellos.

Aunque quizás su lista de enemigos era larga para una chica de su edad y sus fechorías demasiado graves también, ya estaba acostumbrada, lo cual también debería ser preocupante, aunque ahora con ese secuestro tal vez Nevelle debería ser desplazado de primer lugar por la cabezota y sus secuaces.

-Para mí todos son iguales-

-Miren, creo que ese edificio es la estación del Sheriff- comento Freddy viendo un pequeño edificio café con una estrella de siete picos en la entrada.

-Claro la estrella lo dice todo, a menos que sea una tienda con un logotipo de estrella- comento Sam con sarcasmo.

-¿Hay tienda especializadas en vender estrellas? ¿Creen que haya una especializada en vender figuras de corazón? Pronto se acerca el aniversario con mi novia- al parecer Gibby no capto el sarcasmo.

Más de uno aún se preguntaba como llego a suceder que Gibby tuviera novia, y una novia muy guapa, y más aún que esta pudiera soportarlo con todo y sus rarezas siendo que del grupo quizás era el más raro, cielos, de hecho era quien más tiempo a durado con pareja de todos ellos, incluso Spencer no había alcanzado a durar un año en cualquiera de sus relaciones.

Hay cosas extrañas en este mundo, realmente extrañas.

Y hablando de ellas, algunas son más peligrosas que otras.

Por ejemplo lo que hay en ese bosque alrededor del pueblo en ese momento.

Ya que en el mundo Carly y sus amigos no son los únicos que pueden sufrir una aventura, hay otros que sufren la suya propia.

Coincidentemente no tan lejos de la suya propia.

Esta ciudad es tranquila, de gente capaz de identificarse una a la otra fácilmente sino personalmente al menos de vista, por lo que cuando cosas extrañas empezaron a suceder cerca de sus bosques de sus bosques la gente no tardo a ponerse nerviosa, de hecho es por eso que la mayoría de las personas en el pueblo, al menos las más influyentes y preocupadas estaban en una reunión en la alcaldía para saber cómo proceder.

Desde hace un tiempo para acá animales empezaron a desaparecer, no solo los domésticos como perros y gatos sino también unos de granja como vacas o toros de granjas cercanas, muchos pensaron que pudiera ser algún depredador como un león de la montaña o lobo, aunque era extraño que estos animales estuvieran cerca de la ciudad no quería decir que nunca se atrevieran a ir cerca del dominio del hombre.

La cosa se puso un poco más de nervios cuando encontraron los restos de los bovinos desaparecidos, ya meros huesos o pútridas partes desparramadas en zonas en que algunos cazadores las encontraron de manera escalofriante colgada de árboles, esto hizo creer más fuerte que trataban con un depredador de gran tamaño, quizás realmente un puma o león de montaña, uno tan grande como para derribar un toro y arrastrarlo hasta el bosque.

Un animal claramente fue el responsable, o bueno, en parte, dicho animal es peligroso y feroz cuando se le provoca, especialmente si se siente acorralado, aunque claro unas cervezas pueden animarlo y quizás serle más manejable si se tomó como prácticamente todo el licor de la cantina fuera del pueblo.

Bueno, quizás este divagando demasiado, es un animal pero no es una animal como tal o como esperarían la pobre y asustada gente del pueblo, que ya estaba planeando armar a los mejores cazadores para eliminar a la amenaza o por al menos ahuyentarla, si no hacían nada el próximo perjudicado seguramente sería un individuo del pueblo, bueno en realidad ya resulto perjudicada varias gentes, en la cantina antes mencionada, nada fatal, pero si varias narices rotas de motociclistas, el recinto en sí, una que otra moto.

En realidad para estos momentos la junta y las preocupaciones eran innecesarias, ya que el peligroso “animal” estaba roncando en una de las celdas del sheriff sin sentirse realmente preocupado por su situación actual.

Creatura con la que tendrían que lidiar y ver cara a cara muy pronto nuestros jóvenes perdidos.

La puerta del edificio golpeo una campanilla al abrir indicando que alguien había entrado al lugar, James, un joven policía que no hacía mucho había salido de la academia había sido asignado a cuidar la jefatura junto a su superior el viejo Harry, quien en esos momentos se encontraba tomando una siesta en una de las oficinas del lugar al igual que al más reciente inquilino de las celdas del lugar, un supuesto ebrio que causo destrozos en un bar afueras del pueblo.

En lo personal James preferiría estar en la junta del pueblo o haciendo patrullaje, algo más emocionante que hacer guardia de un borracho y a su compañero de trabajo por igual. Ten cuidado con lo que deseas James.

Frente a él apareció un grupo muy pintoresco en realidad, adolescentes y un adulto joven seguramente cerca de su edad, todos desalineados, algo sucios y uno a medio vestir.

-Buenas tardes, ¿en qué puedo ayudarles?- le parece lo más lógico preguntar, después de todo ese grupo parece que necesita ayuda.

Las expresiones de varios de ellos parecen iluminárseles, era en esa clase de momentos que recordaba porque había escogido esa clase de trabajo, poder brindar ayuda a quien lo necesitaba, darles esperanza si lo necesitaban, poder hacer lo correcto.

-Oh sí señor, realmente si le agradeceríamos su ayuda, soy Spencer, estos son mi hermana y sus amigos, nos… perdimos en el bosque y realmente le agradeceríamos que nos prestara su teléfono-

-Oh, claro, hay uno en la oficina del sheriff, también otros al lado de las celdas, ¿de dónde son?-

-Somos de otra ciudad, un poco alejada, Seattle-

-¿Seattle? Vaya que si está lejos, ¿y que hacen por aquí? No es una época muy popular para hacer viajes de acampar o turismo-

-Larga historia-

Mientras que los Shay estaban teniendo una plática con el policía los demás tomaban asiento en las diversas sillas desocupadas del lugar, al menos eso hacían los otros dos chicos del grupo, Gibby y Fredie, Sam había decidido curiosear un poco, no todos los días estaba en una estación de policía sin tener cargos en su contra o estar involucrada en un pequeño disturbio, fue así como se encontró frente a las modestas celdas del establecimiento, y a un sujeto rubio que estaba despertando recientemente de su noche de copas.

Este no se encontraba sorprendido de encontrarse en una celda apestosa, no era la primera vez, ni quizás tampoco la última, a pesar de lo ebrio que había estado la pasada noche recordaba bien lo que había hecho, un verdadero espectáculo de golpes y destrozos, le hacía sentir satisfecho.

Una inhalación profundo le hiso saber cuánta gente estuvo en esa celda antes que él, pero también que alguien estaba afuera de esta misma en estos momentos.

Una niña, una puberta rubia de cabellos ondulados con ojos azul-verdosos que le miraba asombrada.

-¿Qué miras mocosa? ¿Acaso es la primera vez que a un hombre de verdad?-

Hubiera esperado que la niña se asustara con solo dirigirle la palabra, molestado, ido corriendo del lugar, en su lugar la expresión de sorpresa cambio a una con el ceño fruncido plantada frente a la celda sin parecer que las palabras hubieran tenido el efecto que él hubiera esperado.

-Así que tú eres Víctor Creed- la rubia soltó de repente, ella lo conocía.

El hombre, el animal, Victor Creed se tensó inmediatamente preparándose para lo que fuera, en su larga vida se había hecho de enemigos, no se sorprendería que alguno de ellos hubiera contratado a una niñata que no aparentaba lo que era para tratar de matarle o algo por el estilo, o quizás sea otra marioneta para hacerse con su paradero.

-¿Y a ti que te importa mocosa?- gruño listo para ensuciarse las manos si era necesario, la chica no se inmuto ante sus reacciones.

-¿Te suena algo el nombre de Pamela "Pam" Puckett?- el solo se le quedo mirando con el ceño fruncido -¿Pam “La Puma” Puckett? ¿De las luchas libres clandestinas en Tijuana…?- intento de nuevo -¿La que lucho en lodo con un bikini de lentejuelas verdes en Las Vegas?-

Recuerdos de un verano de hace años llego a su mente, con una joven rubia despampanante y algo salvaje, fue un entretenido verano.

-Oh, esa Pam… buen trasero… ¿Y que hay con que en el pasado haya conocido a esa mujer?-

-Mi madre- soltó con algo que parecía desprecio o enojo en su tono al decir ese título, o quizás estuviera enojada que dijera que su progenitora tuviera buen trasero al menos en ese tiempo.

-Ha… no parecía alguien del tipo que sería madre-

-Aún no lo es, pero bueno, como el juramento que hice con mi hermana a los cuatro, tengo que decirte, felicidades, eres padre-

-¿Qué?-

-Y de gemelas… por cierto ¿quién se llama así mismo Sabretooth?-




=Promesas de mermelada y mantequilla de maní=

Pamela “Pam” Puckett era una mujer fuera de lo usual por decirlo de alguna manera, despreocupada, irresponsable, fuerte y rebelde son algunas de sus características, no era la típica chica delicada, refinada o femenina, aun así tenía ese algo en su forma de ser que era capaz de cautivar a los hombres, prueba de ello era que uno de sus cajones en su cuarto estaba prácticamente lleno de anillos de compromiso de pasados amantes, aunque ninguno por alguna u otra razón pudo cumplir su promesa de llevarla al altar o al menos finalizar la ceremonia, más que deprimirla aquello pensaba que ellos al final no fueron lo suficientemente hombres para ella.

Ciertamente algunos de ellos si le dolió su ruptura, otros para nada, en su vida relaciones iban y venían, y siendo sinceros muchas de ellas no fueron las mejores elecciones, pero de nuevo, ¿Quién era ella para juzgar los antecedentes criminales de sus parejas si ella misma tenía un muy jugoso expediente con su nombre en las oficinas de la policía?

Se sabía que no era ninguna mujer ejemplar y no le importaba, así no la habían educado después de todo, la habían educado para no dejarse, no hacer que la gente la hiciera sentir menos sea cual fueran sus decisiones de vida y defenderse, una buena lección cuando la mayoría de la familia tiene un historial criminal.

Pero incluso para ella fue una sorpresa terminar siendo madre o al final quedar embarazada de una de sus tantas parejas.

Historia corta: Mujer joven conoce a hombre; hombre y mujer se divierten y salen, desde Tijuana a las Vegas, un viaje de alcohol, diversión, peleas clandestinas y noches de placer; mujer un día se da cuenta que el hombre nunca regresa y bueno, dolió un poco pero lo supero y siguió con su vida; mujer descubre extrañas nauseas matutinas y que su periodo no llega, no tiene que ser un genio para saber que hay un problema con ello; mujer joven se sabe embarazada pero no cambia mucho su estilo de vida, nueve meses después en un autobús da a luz a un par de gemelas a las cuales llama Samantha y Melanie Puckett.

Las pequeñas gemelas de inmediato se ganaron el cariño de todos sus familiares, lo cual fue de gran ayuda en su crecimiento y supervivencia en sus primeros años, ya que Pam no era la mejor de las madres. En un aspecto convencional las niñas no tuvieron los mejores ejemplos a seguir con sus tíos y tías, primos y primas, algunos eran ladrones, estafadores, traficantes de partes de carro y entre otros oficios no muy respetados por la sociedad.

Las niñas crecieron y desarrollaron sus personalidades tan contrarias como el día y la noche, en una familia disfuncional y con una madre que rayaba en lo negligente los niños pueden crecer de diferente forma a un hogar convencional, algunos se vuelven tan disfuncionales como sus padres y otros superan eso o tratan de ser lo más positivos posibles, así eran Sam y Mel.

Sam no estaba contenta con la forma de ser de su madre, en la TV se supone que las madres deben ser cariñosas, debían alimentar bien a sus hijos, cuidarlos, leerles cuentos antes de dormir, su madre no era nada de eso, y su enojo se reflejaba en su comportamiento con quienes conocía, no respetaba a nadie y llego a ser una abusiva con sus compañeros, cosa que cambio a los siete años cuando conoció a su mejor amiga y el hermano de esta, quienes le integraron a su familia más o menos normal y le mostraron que no era necesario ser tan normal en esta vida, especialmente Spencer; Mel por otra parte era hasta cierto punto tímida e introvertida, no se quejaba del comportamiento de su madre y eso era lo que más le agrada a dicha progenitora de su hija, no le causaba problemas, por lo que claramente era su favorita, se volvió estudiosa y aplicada y trataba de ver todo lo bueno hasta llegar a ciertos puntos que rosaban con la negación como por ejemplo las veces que su hermana la insultaba y llegaba a pensar que eran bromas, cuando supo de la amistad de Sam con Carly se alegró mucho por ella, y la chica también le ofreció su amistad. Las hiso sentir menos solas.

Pero antes de que las chicas conocieran a los hermanos Shay las cosas en su hogar eran algo solitarias, su madre era negligente con ellas, a veces olvidaba comprarles comida o mínimo hacerla, sino fuera por sus demás familiares o su abuela las niñas hubieran sufrido de desnutrición e inanición, entre sus primos no había ninguno de su edad por lo que no había muchos compañeros de juego, y a pesar de ser gemelas no eran muy unidas, aun así se juntaban para jugar entre ellas sabiendo que no tenían a nadie más.

De las pocas cosas que se podían preparar ellas mismas para comer cuando sus demás familiares no estaban con ellas y su mamá no les cocinaba, eran emparedados de mermelada y mantequilla de maní, era algo que podían comer diario así como el jamón, amaban el jamón y demás carnes frías.

Un día de esos en que comían emparedados de mermelada y mantequilla de maní mientras veían un programa policial ya que habían escuchado a uno de sus tíos decir que saldría en uno de esos episodios, empezaron a hablar.

-Oye- fue Mel la quien empezó la plática.

-¿Qué?-

-¿Recuerdas lo que dijo el otro día mamá?-

-¿Qué cosa? ¿Lo que le grito al de la pizza o a la TV?-

-No, cuando bebió su ponche feliz y dijo cosas-

-Ah, ¿Qué con ello?-

-Creo que dijo cosas de papá-

-Nosotras no tenemos papá-

-Tenemos, creo, todo el mundo tiene uno-

-Ya, ¿y donde esta entonces?-

-Mamá dijo algo de que en su viaje a Las Vegas y que dijo que volvería, pero no lo hiso-

-Como mamá. A veces dice que volverá cuando sale en la noche y no vuelve hasta el otro día- dijo Sam haciendo referencia a cuando su madre salía a una de sus citas, tal vez su supuesto padre hiso eso.

-Si-

-Pero no creo que él vuelva, ni si quiera lo conocemos-

-Sí, pero, ¿y si algún día lo conocemos?-

-Quien sabe, mamá también dijo que él no sabía-

-Mmm si algún día lo conozco se lo diré-

-¿Qué?-

-Si algún día conozco a papá le diré que tuvo gemelas-

-¿En serio?-

-Si… aunque aún no sé cómo es él-

-Mamá siempre guarda recuerdos, por su habitación debe tener algo que nos diga cómo es- comento Sam recordando las cajas de recuerdos de su progenitora, algunos dirían que guardaba recuerdos, otros que era una acumuladora o que guardaba trofeos, en algún lugar podría haber una imagen de su padre entre la de tantos ex novios de su madre.

-¡Es verdad!- Mel parecía animada con esa información, tal vez podrían saber cómo era su padre al fin de cuentas al menos.

-Creo que yo también tengo curiosidad-

Las gemelas siguieron masticando sus emparedados hasta que a Sam se le ocurrió algo.

-Si yo lo conozco antes que tú se lo diré-

-¿En serio?-

-Si-

-Genial, me avisas entonces-

-Okey-

-Promesa-

-¿Tengo que prometerlo?-

-Por favor, avísame si lo vez antes que yo-

-Okey, promesa de mmm…- a Sam no le gustaba eso de “promesa de dedo meñique” que hacían otras niñas, y la de escupitajo a Mel le daba mucho asco al contrario de ella, así que debía ser algo que ambas podían hacer –promesa de mantequilla de maní y mermelada-

-¿Mantequilla de maní y mermelada?-

-Sí, quien la rompa… tendrá que hacer una montaña de emparedados de mantequilla de maní y mermelada-

-Acepto- dijo la pequeña Mel extendiendo su emparedado y Sam hiso lo mismo chocando ambos aperitivos.

-Huy ya va a aparecer el tío Hugo-

-¿Crees que hayan realmente utilizado el paralizador?-

-Eso dijo el tío shhh ya empieza-

Las hijas de Pam con todo y sus diferencias habían hecho una promesa que estaban dispuestas a cumplir, ya que con todo y sus defectos los Pockett cuando se proponían algo lo cumplían.
Notas finales:

¿Quien se lo esperaba? :P 


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