TaeMin Pov
No era la primera vez que sentía ese aroma, pero sí era la primera vez que no sentía el tibio calor que solía provenir del lado de la cama donde descansa Minho Hyung.
Abrí mis ojos y sonreí, venia él entrando sonriente a la habitación, miré lo que sus manos sujetaban y de inmediato me senté en la cama.
- Buenos días TaeMin, ¿tienes hambre? –deja en mis piernas una bandeja con el que probablemente era el mejor desayuno que he tenido-
- Buenos días Minho Hyung, ¿lo has hecho tú? -Veo como asiente con la cabeza aun sonriéndome-
Parecía estar con un humor radiante, más que el de costumbre.
Miré la bandeja.
Tenía un pequeño mantel blanco, un plato con dos tostadas de pan integral con mermelada de fresa, un vaso de jugo de naranja, otro con leche tibia y al lado derecho un pequeño tazón con ensalada de frutas, todas de diferentes colores.
“En verdad se esmeró en este desayuno”
Sonreí.
- Gracias Hyung –lo miro- prometo hacerle lo mismo un día, pero tendrá que esperar porque aún no se cocinar –me sentí un tanto avergonzado al ver como se reía de mi inhabilidad en la cocina-
- Ahora que lo dices me gustaría que me prometas tres cosas para el día de hoy.
- Lo que usted diga.
- Número uno, no me hables de usted, me siento extraño, ¿acaso me veo viejo? ¿Eh? –se indica con ambas manos-
- Hyung se ve joven.
Me fijé en su atuendo, se ve fresco y cómodo, llevaba pantalones negros, una polera blanca en cuello V y unos botines negros.
- Número dos –Dijo llamando mi atención nuevamente- debes comer todo lo que te preparé para que tengas energía, hoy saldremos a pasear.
- ¡¿Es en serio?!
- Hey! ¿Qué no me crees?, te dejé ropa en el armario, partiremos a las 11:30 –mira el reloj de su muñeca- o sea en 25 minutos más –Hace un ademan para retirarse-
-¡Hyung!
- Dime Tae
- ¿Cuál es la tercera cosa que quieres que prometa?
- Esa te la diré luego ––me guiña un ojo y cierra la puerta tras de él-
Comí rápido todo lo que estaba en la bandeja, creo que ya comienzo a sentir energía, ¿o será la emoción?
Me dirigí al baño, me agrada bañarme siendo “humano”, recordé cuando Minho me rescató y luego me lavó, no quería que lo hiciera, yo estaba pequeño y el agua dentro de la tina sobrepasaba mi estatura por lo que me alteré, solo ma calmé cuando Minho Hyung me advirtió que me podía quedar con él solo si me limpiaba.
Abrí la regadera palpando el agua hasta que comenzó a sentirse tibia, entré a la tina y sonreí.
‘Ahora soy grande, no le temo al agua´
Salí del baño con una toalla rodeando mi cintura, el clima se sentía cálido, era como una tarde de primavera.
Abrí una de las gavetas del armario y me asombré, creí que solo encontraría la ropa de Minho Hyung pero había algunas prendas más pequeñas que no estaban antes, al menos no que yo recuerde.
Elegí unos pantalones negros ajustados, una polera manga corta, blanca con letras rojas que decían ´no sale is ever final´, para mi suerte me quedaba apegada al cuerpo pero no ajustada, tomé de al final del ropero unos bototos negros, abrí otra gaveta y encontré diferentes tipos de gorros, tomé uno negro de lana y me dirigí al baño a lavar mis dientes.
Me di una última mirada al espejo, pese al baño de agua tibia aún me sentía nervioso, el pantalón moldeaba bien mis piernas, la polera me daba informalidad y las letras rojas resaltaban de buena forma, arreglé un poco mi cabello para que me quedara un flequillo sobresaliente al gorro.
‘¿Le agradará este estilo a Minho Hyung?’
Sonreí convencido y salí de la habitación, él estaba dándome la espalda puesto a que se encontraba sentado en el sillón.
- Hyung –Me acerqué a donde se encontraba- ¿está bien así? –Me indiqué con las manos-
- Está perfecto –sonrió- vamos –se levantó del sillón- veo que te gustó la ropa que te compre. –Me dio una última mirada antes de hacerme una seña con la mano para que le siguiera-
- Creo no haberla visto ayer –arrugué el ceño pensativo-
- Es porque me levante temprano para ir de compras.
Hace unos días me había explicado que lamentaba no tenerme ropa propia pero que por lo ocurrido la noche de su “cita” no quería dejarme solo aún.
Bufé al recordarlo con esa noona.
Lo miré de reojo, me pregunto ¿esto será también una cita?
Ya en el primer piso al salir del departamento veo como Minho Hyung se dirige a un auto rojo descapotable, era amplio y hermoso, brillaba por causa del sol sobre el cielo.
- ¿Te gusta? –Pregunta abriendo la puerta del lado del copiloto-
- Está muy lindo –me siento- también cómodo.
- Me alegra que te guste, es un regalo de mis padres por mis calificaciones, llegó esta mañana, dijeron que si me gustaba lo podría conservar –Veo como arranca el auto- así que por ahora está en prueba… ¿Y qué opinas?
- ¿Sobre qué? –Para cuando el semáforo da luz roja-
- El auto, quiero tu opinión, después de todo lo usaremos ambos, cuando salgamos.
- En ese caso opino que si lo compras tendremos que salir mucho.
- ¿Eso te incomoda?
- No, me gusta. –dirigí mi mirada hacia afuera algo sonrojado-
- ¿TaeMin?
- ¿Sí? –lo miro-
- También me gusta la idea de pasar tiempo contigo. –Sonreímos y él vuelve a arrancar el auto-
Minho Hyung puso música, lo que agradecí bastante pues no sabía bien que hacer con tanto silencio, quería hablarle pero no sabía si él quería que lo hiciera.
Mentiría si digo que no me siento nervioso, no sé cuánto tiempo durará el viaje pero lo disfrutaré, disfrutaré cada parte de éste día.
Ya habíamos dejado atrás la ciudad, la carretera era ancha, tenía curvas y pequeñas subidas, al lado izquierdo habían como pequeñas sierras de tierra y uno que otro arbusto, del lado derecho se encontraba una baranda de acero protegiendo el termino del terreno tras ella, hacia abajo a lo lejos se veían árboles y un lago.
El viento en mi rostro me provocaba a pararme con el auto en movimiento y gritar, suena suicida, pero me sentía libre, feliz, ese paisaje es lo más hermoso que he visto, ¿Qué cuál es el primero? Sonrío y miro a mi lado izquierdo.
Llegamos al que parecía ser un hostal, se encontraba separado de la carretera por unos 25 metros de distancia, entramos a un estacionamiento pequeño.
Salimos del auto, MinHo Hyung fue a recepción mientras yo le espere afuera, estaba perdido mirando a los pájaros que se encontraban saliendo de los árboles, desde el departamento no se podía ver algo así, ni menos desde el callejón donde vivía antes.
- Tae -cuando me doy la vuelta me fije en un bolso negro que colgaba de su hombro izquierdo-
- ¿te ayudo?
- No te preocupes, yo lo llevo -revolvió mi cabello- sígueme.
Cruzamos la calle y caminamos entre los árboles.
- ¿Qué hacemos aquí?
- Pronto lo sabrás, ¿recuerdas que debías prometerme algo más? -solo asentí- necesito que te pongas esto en los ojos -me entregó una venda- prométeme que no la bajaras para mirar, yo te guiaré, solo confía en mí, ¿si?
- Sí Hyung -tape mis ojos con la venda sin preguntar más-
Caminamos un par de minutos a paso medio, me sentía impaciente y curioso pero prometí no quitar mi venda.
‘¿Debo suponer que me tiene una sorpresa?’
Al pensar eso me sentí más feliz y ansioso que antes, sus manos estaban en mis hombros guiándome, por lo que su cercanía llevaba su aroma a mis fosas nasales, junto al olor a pino que provenía desde los árboles.
- Llegamos, espera un momento, ¡sin ver! ¿eh?
Escuche como abría el cierre del bolso, solo bastaron unos 5 minutos para volver a escuchar su voz.
- ¿quieres ver?
- Sí, por favor -Asiento múltiples veces con la cabeza-
Cuando quita la venda de mis ojos quedé anonadado, estábamos frente al lago que visualicé en la carretera, había cisnes, pájaros de diferentes colores, el color del pasto era tan brillante que incluso parecía ser sintético, cerca de la orilla se encontraba un mantel con unos cuantos platos, cada uno con distintos tipos de comida.
- Sorpresa -Toma mi mano y me lleva hacia donde se encuentra el mantel-
- Hyung... Esto es hermoso, gracias.
- Me alegro que te haya gustado –sonríe-
- No me lo esperaba, Hyung –respiro intentando tomar un poco de aire y a la vez de valor- gracias por dejar que me quede contigo, has sido muy bueno conmigo, te lo recompensaré cuando pueda, aunque aún no sé cómo.
- Me gusta tu compañía y espero tenerla por mucho tiempo más, solo si tu quieres, no es necesario que debas recompensarme –saca una frutilla de uno de los platos- Di ‘aah’ –abre su boca para que yo le imite-
-Aaah –Siento como mis mejillas se acaloran pero no aparto mi mirada de sus ojos, deja la frutilla en mi boca y la como con cuidado- es mi turno, pero debes cerrar tus ojos.
- De acuerdo –abre su boca y cierra sus ojos-
Tomo una frutilla y me acerco un poco a él, miro su cabello castaño, su frente, su nariz, sus labios, detengo mi mirada en estos últimos por un par de segundos hasta que finalmente paso mis ojos a sus mejillas, sonrío y dejo un pequeño beso sobre una de ellas mientras coloco la frutilla en su boca.
Me alejé un poco para volver al lugar donde me encontraba anteriormente, veo como abre sus ojos mientras mastica con una leve sonrisa.
- Tal vez podrías comenzar a recompensarme, solo si lo haces de la misma forma que lo hiciste recién –ambos sonreímos, ya estábamos con más confianza-
Suspiré.
‘Me gustas tanto Minho Hyung.’