PROV. LUHAN
El dolor que recorrió todo mi cuerpo no fue agradable y menos lo asfixiante que me sentía al no poder respirar bien, gemidos de dolor se me escapaban mientras trataba de pasar saliva y mover el cuerpo. A lo lejos podía escuchar voces, muchas voces, no comprendía nada de lo que decían y en el momento que sentí el como jalaban lo que fuera que se encontraba recorriendo mi garganta, llore, cuando por fin me sentí libre tosí.
Con los ojos aun cerrados sentí una caricia en mi mano que me tranquilizaba, era relajante, quería volver a dormir me sentía cansado, exhausto, y lo logre –o eso creía- porque los gritos que se fueron formando alrededor solo me despertaron y luego todo volvió a ser calma. Al abrir los ojos la intensa luz que me invadió me hizo cerrarlos de golpe nuevamente y poco a poco entre varios parpadeos pude adaptarme a la luz fluorescente.
Desconocido.
Todo me parecía desconocido, me sentía perdido observe a las tres únicas personas que estaban conmigo pero me eran desconocidos, quise moverme pero el dolor que me recorrió me hizo soltar unas cuantas lagrimas que fueron limpiadas por una señora.
“Hijo, mi bebé, gracias a Dios despertaste” comento.
“Eres fuerte, campeón” dijo el señor que se encontraba cerca de la puerta tratando de ocultar que estaba llorando.
Mire a las dos personas tratando de saber quiénes eran ¿los conocía? ¿Por qué me decía hijo? ¿Por qué estaban aquí? ¿Por qué lloraban? Cerré los ojos cuando un dolor invadió mi cabeza, era leve, pero me incomodaba, me aferre a la mano que sujetaba la mía tratando de tranquilizarme pero entonces caí en cuanta que tampoco sabía quién era esa persona, abrí los ojos alejando mi mano de la del chico que se encontraba parado junto a mí.
Se le veía cansado, triste pero con un brillo de ¿esperanza? ¿Felicidad? En los ojos, mire su mano y nuevamente a sus ojos, se podría decir que es atractivo, pero se veía tan demacrado que su belleza perdía luz.
Trague saliva y abrí mi boca a la espera que saliera algo de ella.
“¿Quién eres?” pregunte mirando al chico “¿Quiénes son ustedes?” volví a preguntar mirando a los dos señores que ahora me miraban sorprendido.
Observe como el chico daba un paso hacia atrás y apretaba la mandíbula, todo brillo que antes había visto en sus ojos se perdió y ahora se veía dolido, destrozado, unas cuantas lagrimas hicieron su camino por sus mejillas y luego escuche como la señora que antes me llamaba hijo lloraba y se aferraba desesperadamente al señor junto a ella, maldiciendo y negando lo que pasaba.
“Esto es tu culpa, eres un maldito desgraciado, tu trajiste la desgracia a mi familia” Comentaba una y otra vez la señora señalando al chico.
En esas entro otro señor con una bata blanca y se encamino a mi lado poniendo una lucecilla en cada uno de mis ojos y luego revisando los monitores que se encontraban a mi costado, hablo con una jovencita que se encontraba a su lado la cual se llevo a la histérica señora fuera del cuarto.
“Doctor, mi hijo…” la voz del señor se quebró, no estaba llorando ya pero algo me decía que en cualquier momento lo haría.
“Joven Xiao ¿podría decirme cual es su nombre?” me pregunto el doctor.
“¿Mi nombre?” pregunte sin entender.
“Si su nombre ¿Lo recuera?” Negué con la cabeza preguntándome cual podría ser mi nombre.
“¿Reconoce o recuerda el nombre de los dos hombres que se encuentran en el cuarto?”
“¿Debería?” pregunte cerrando los ojos el dolor de cabeza que antes me parecía leve ahora se intensificaba.
Quería definitivamente volver a dormir y que se me pasara el dolor que me estaba atormentando, volví a escuchar leves voces a lo lejos y cuando abrí los ojos vi al doctor con el señor hablando muy concentradamente.
Y luego estaba el chico que había sostenido mi mano con fuerza y se había alejado para dejar caer unas cuantas lágrimas, lentamente camino nuevamente a mi lado y sostuvo nuevamente mi mano entre las suyas, me altere cuando lo vi acercarse y posar un beso en mi frente para luego acercarse a mi oído.
“Esto es mi culpa, lo siento mucho, espero y puedas perdonarme en un futuro”
Su voz quebrada, el dolor, el sufrimiento que salía de ella me hizo apretar nuevamente una de sus manos y mirarlo, podía sentir mis lagrimas acumularse en mis ojos hasta que caían libremente por mis mejillas, el también lloraba lo veía aunque tratara de ocultarlo.
El verlo así me partía el corazón ¿pero porque me sentía así? El era un simple desconocido, realmente no sabía nada de él, pero ahí me encontraba llorando junto a él con nuestras manos entrelazadas, no podía negar que me sentía completo con su agarre y por eso cuando poco a poco se fue alejando y nuestras manos se fueron separando no pude explicar el vacio tan repentino que me invadió, quería tenerlo nuevamente a mi lado, llamarlo pero ¿Cómo se podría llamar a una persona de la cual desconoces su nombre?
Llorar no ayudo de a mucho, el dolor en mi cabeza si iba intensificando cada vez y cerrando los ojos deje que la oscuridad me invadiera, ignorando las voces que me decían que me mantuviera despierto.
Cuando desperté nuevamente me encontré con la luz directa del sol en mi cara, era cálida y no me incomodaba, la ventana que tenía el cuarto estaba abierta dejando entrar también una suave brisa que acariciaba la piel de mi cara y brazos, me encontraba solo, cosa que me agrado porque no quería hablar con nadie y tampoco quería escuchar a nadie, era mejor estando solo, todo era más tranquilo, pero obviamente no toda la tranquila dura para siempre porque al poco tiempo de despertarme el doctor que había estado conmigo antes volvió a entrar acompañado de la señora histérica que al parecer no dejaba de llorar nunca ¿es que acaso tiene una reserva de lagrimas infinitas para estar llorando siempre?
“¿Cómo te sientes Luhan?” pregunto revisando el tubito que se encontraba conectado a mi brazo.
“¿Luhan? ¿Ese es mi nombre?”
El doctor asintió mientras observaba como la señora nuevamente empezaba a llorar intensamente, me estaba estresando, mire al doctor suplicando que hiciera algo pero el ignoraba mis miradas de suplica.
“Si va a llorar de esa forma ¿no podría hacerlo en privado? Realmente me está incomodando señora” dije cortante viendo como las dos personas me miraban sorprendido.
“Luhan no deberías hablarse así ella es…”
“En estos momentos no me interesa quien es, solo me interesa que deje de llorar cada que me ve, me produce dolor de cabeza el solo verla así”
Con asombro la señora salió del cuarto llorando fuertemente, la verdad es que si me interesaba saber quién era pero el dolor que tenia no me permitía soportar cualquier otra cosa.
“No debiste tratarla así Luhan ella es…”
“Ahora mismo no quiero saber quién es, solo quiero que me quite el dolor, solo eso”
Con un asentimiento de cabeza el doctor salió de mi cuarto para luego volver con otras dos personas e inyectarme lo que supuse era algo para el dolor, cerré los ojos esperando que todo se calamara y sin darme volví a caer rendido en las profundidades del sueño.
Cuando desperté nuevamente no quise abrir los ojos, en vez de eso me quede escuchando la pequeña conversación que se oía a lo lejos.
“¿puede ser permanente?”
“Señor Xiao, aun no podemos verificar nada, Luhan y apenas lleva 24 horas de haber despertado del coma, aun nos toca esperar unos días más”
“¿unos días más? ¿No pueden simplemente hacerle más exámenes y saber si a perdido la memoria o no?”
“Claro que se le pueden realizar más exámenes pero esos tomarían unos días, nos toca esperar aun a que Luhan esté un poco mas recuperado… puede que en los próximos 7 días el comience a recordar todo como pueda que no”
“Hay esperanza entonces”
“Puede que la halla como no, solo nos queda esperar señor Xiao”
Los siguientes días a esa conversación fueron tortuosos para mi, cada día después de despertar me “obligaban” a realizar pequeñas caminatas que me dejaban exhausto, según los doctores eso me ayudaba a recuperar el manejo de mis piernas y aparte de eso me veía expuesto a extenuantes pruebas de memoria, identificando objetos, colores, animales. La mayoría de cosas las lograba recordar y eso era un avance según ellos, por otra parte cuando me pedían que recordara a las personas que siempre estaban conmigo en la habitación –las cuales resultaron siendo mis padres- no podía se me hacía imposible y más si después de eso se le sumaba dolores de cabeza.
En esos días no había vuelto a ver al chico el cual estaba conmigo cuando desperté y cuando trate de preguntar por él había recibido solo gritos de quien supuestamente era mi madre, tenía que aceptar que esa señora no me agradaba, siempre la veía llorando –no la culpaba ella podía llorar lo que quisiera y más cuando su hijo no la recordaba pero se volvía fastidioso la mayoría del tiempo- siempre estaba de un humor de perros y siempre que preguntaba por aquel chico me gritaba hasta el punto que creía me pegaría.
Por otra parte estaba el señor Xiao –mi padre- era un señor agradable, siempre se quedaba hasta tarde hablándome sobre lo que encontraría en casa cuando me dieran de alta, de lo que me gustaba hacer y de los amigos que tenia, nunca se negaba a contarme algo y le agradecía eso porque no me hacía sentir tan vacio y perdido.
“¿Estas preparado Luhan?”
El doctor era otra persona que me había parecido muy agradable, siempre me preguntaba cómo me sentía, si me dolía algo o si me hacía falta algo y ahora que estaba por afrontarme a algo nuevo fuera del hospital quería asegurarse de que todo estuviese bien.
“Muy preparado” conteste con cierto entusiasmo.
“Listo entonces vamos que te están esperando”
Teniendo aun el brazo derecho con férula y cuello ortopédico deje que me llevaran en silla de ruedas hasta la salida, donde un lujoso carro negro me esperaba en compañía del señor Xiao.
Hoy empezaba una vida que ya había vivido.
Hoy volvía a vivir.
~°~°~
“Luhan en definitiva a perdido recuerdo de su vida señor Xiao, acepto que hay una gran cantidad de cosas que reconoce y eso es sorprendente ya que su condición era para que el no reconociera absolutamente nada”
“¿pero esta la posibilidad de que vuelva a tener recuerdo alguno?”
“Eso es algo que no está en mis manos saber, sus recuerdos pueden ir llegando poco a poco, mientras duerme o al encontrarse en un lugar que solía visitar mucho o simplemente nunca llegar, pero si en verdad se quiere que el recuerde recomiendo que se le comience a realizar tratamiento...”
“Doctor usted sabe que yo quiero el bien para mi hijo, y usted más que nadie sabe todo lo sucedido entre Sehun y Luhan y el porqué el llego a esta condición, no quiero que mi hijo sufra y aunque me duela porque le estoy arrebatando toda una vida, no puedo permitir que el recuerde, no puedo.”