1.~ El Primer Beso lo diste TÚ
En un lugar muy alejado de nuestro planeta tierra yace un planeta que nadie conoce, un planeta llamado Cray, un planeta muy parecido a la tierra pero con sus respectivas diferencias, un mundo donde criaturas fantásticas coexisten en completa armonía siendo parte de diversos clanes; desde los místicos dragones, pasando por los valientes caballeros así como sus propias contrapartes, llegando a las sirenas, piratas y sin fin de criaturas mas, ángeles, demonios, seres oscuros, plantas e incluso brujas y magas... todo un mundo lleno de magia y grandes poderes que lo mantienen convida... pero...
Un poderosos rugido se hace notar en medio de un campo oscuro, una explosión es lo siguiente que se puede apreciar con claridad... seguido de una gran ola de polvo y escombros...; en aquella terrible explosión se puede apreciar a la perfección a un imponente dragón carmesí de ojos dorados, con un cuerno en la frente, usando una poderosa armadura y espada en mano, se ve imponente pese a que su cuerpo muestra las severas heridas de lo que fue una batalla colosal contra un ser que no pertenece a su planeta ni a ningún otro planeta, una criatura que acaba desapareciendo en partículas de luz rojiza, un nuevo rugido nace desde el fondo de la garganta de aquel imponente y maltrecho dragón, una bruma negra lo rodea pero aquel dragón expulsando su propio poder logra disiparla
-nunca me vencerás Void- ruge el dragón imponiéndose a aquella terrible bruma que pareciera que está viva... y que en cierto modo, lo está...
-no estés tan seguro- surge una voz entre aquella terrible bruma, la voz de aquella criatura que justo acaba de derrotar... sin que el gran dragón pueda preverlo, un remolino negro hecho por la misma bruma lo envuelve, este poderosos dragón trata por todos los medios pero todo es inútil, está demasiado agotado para defenderse y entre más tiempo pasa dentro de aquel remolino, mas heridas nacen en las ya hechas por la batalla, ruge presa del dolor y la impotencia de poder salvarse a si mismo... está demasiado cansado para poder lanzar un ataque más, no puede respirar, el remolino lo asfixia
-¿es así como voy a morir?- se permite pensar mientras su vista se nubla y sus sentidos se adormecen presa del cansancio, mas, en un parpadeo aparece ante su mente la figura elegante y por igual poderosa de 2 jóvenes; uno, usando un traje azul marino oscuro con luces azules delineado, de armadura blanca como la nieve y los mismos delineados azules, con pequeñas joyas carmesí adornando apenas su casco en la frente, su pecho y sus caderas, de piel blanca y ojos verdes que le sonríe tranquilo y con confianza
-*pelemos juntos... amigo*- recuerda aquellas palabras de aquel joven guerrero
-Blaster... Blade...- apenas susurra mientras sus ojos se cierran, luego notan a la otra figura, a simple vista, perfectamente idéntico al otro, pero, solo para aquellos que ven más allá de la primera impresión, encuentra las diferencias de sus vestimentas; usando un vestuario idéntico al del primero, usando un traje azul marino oscuro, delineados azules tan idénticos que casi parece que no hay verdaderos cambios, solo el los puede diferenciar pues se ha tomado el tiempo de ver a ambos a la perfección... sus armaduras, la de este joven caballero es negra lo que lo hace resaltar mas, su forma en sí, es muy idéntica a la de Blaster Blade, pero, al mismo tiempo, son pequeños detalles los que la diferencian de la otra (aparte del color negro), su mirada es igual de seria y casi podría asegurar que fría, su piel es un poco mas pálida que la del primero y mira como si fuera a asesinarte su mirar
-incluso Blaster Dark- si... ambos son el mismo, solo la cara contraria, uno es luz, uno es Royal Paladin mientras que el otro, es su oscuridad, perteneciente al clan de los Shadow Paladin... Blaster Darck es un enemigo poderoso, gran rival y un buen amigo del mismo dragón que ahora pareciera morir agónico por el dolor...
-es verdad... no puedo morir aun... ese par de idiotas me necesitan- pensó entre la burla y la verdad... el había sido atacado en una emboscada pero no por eso el iba a morir... ¡NO! él era el gran Dragonic Overlord, el correspondiente líder de su clan, los Kagero, poderosos seres que aun lo necesitaban para ser su guía... y él no iba a caer por algo tan ambiguo y tan patético como una pequeña brisa de humo irrespirable... no, el lucharía...
Y ahí estaba el, luchando contra aquella bruma que lo estaba "literalmente" descuartizando en pequeños y no tan profundos cortes que, si se hacen con insistencia duelen más que si te cortaran de tajo... mas aquello no lo detuvo, expulsando su último aliento de fuerza creó el milagro... un milagro que bien podía salvarlo o matarlo...
Su cuerpo fue envuelto en un hermoso resplandor carmesí que entre más tiempo pasaba se volvía blanco como la luz, hasta que finalmente, Void, un poder que era la nada, tuvo que alejarse de su cuerpo para ver asombrado como el cuerpo de su presa desaparecía en el mismo halo de luz, rugió con fuerza y verdadera molestia al ver que había escapado a su destrucción, rugió con tal ira que se pudo sentir en todo el planeta Cray donde, justo en esos momentos, todos los demás clanes terminaban otra inútil junta para saber cómo acabar contra Void, el poder de la nada
Justo iban saliendo al mismo tiempo "aunque por lugares opuestos" tanto Blaster Blade como Blaster Darck notando el grito prominente y lleno de ira de aquel terrible poder que los amenazaba, Blaster Blade asombrado abrió los ojos y llevando una mano a su pecho susurró apenas audible "Over...lord..." por su parte Blaster Darck no estaba muy diferente, solo que este no lo demostraba tanto "tks, a ese idiota lo atacaron solo" fueron sus pensamientos mientras caminaba de regreso a su clan para explicar sus respectivos encuentros *solo espero que esté bien* fue el pensamiento de ambos caballeros
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En un lugar por mucho muy alejado de aquel planeta que se encontraba amenazado con la extinción, se encontraba el planeta tierra, un lugar "tranquilo" (dentro de lo que se podía denominar), en este, se encontraba, como un muchacho cualquiera, un joven de cabellos azules cielo, ojos azul cielo, piel blanca vistiendo las ropas de la secundaria viendo hacia el suelo con un ligero moretón en la mejilla apenas y siendo levemente cubierto por un curita
Iba de salida cuando, para su mala suerte, el cielo que desde mitad de escuela se nubló desató toda su furia contra la ciudad sin piedad, aquel joven miro al cielo con asombro y malestar... hoy no había traído siquiera un paraguas para protegerse, ahora tenía que correr para resguardarse
-grandioso... hoy no puede empeorar mas- pensó decaído mientras lograba llegar a un puesto y resguardarse un poco de la lluvia mientras trataba de secar su frente por las gotas que habían empapado ya su cabello y ahora le impedían la vista completa; suspiro al ver que el mal clima empeoraba sorpresivamente, inclino la cabeza decaído, hoy lo habían atacado, le habían robado el dinero, usado como costal para golpear y le robaron también su tarea, había sido regañado por lo mismo y ahora esto, una torrencial tormenta lo atacaba junto a otros pobres que en su mismo descuido no habían previsto que algo así pasaría...
-perfecto Aichi... este es un día perfecto- si dijo con molestia y desánimo mientras miraba todo el lugar, algunos paseaban apurados de un lado a otro con sombrillas tratando de llegar a su destino sin empaparse tanto, a él, Sendou Aichi, comenzó a darle un fuerte frío, pues aparte de la lluvia, el viento soplaba con fuerza haciéndolo tiritar del frio que le calaba hasta los huesos, suspiro mientras miraba el cielo lleno de nubes tan oscuras que parecían negras, no pareciera ser tan temprano, mas parecieran ser las 7 u 8 de la noche a ser apenas y las 2 de la tarde, suspiró una vez mas y pensó que, ahora que ya estaba empapado bien podría llegar a casa, después de todo ya no importaba...
Iba a dar el primer paso cuando sorpresivamente escuchó un quejido extraño en un callejón que se encontraba justo a su lado derecho de donde se encontraba, miro el lugar sin moverse y dudó por un momento de haberlo escuchado, dio por fin el paso que iba a dar y volvió a escuchar aquel extraño ruido... parecía que alguien la pasaba peor que el... se le escuchaba lastimado... pero los gemidos de dolor no los podía distinguir... no sabía si eran de una persona o de algún animal... trago seco y se lo pensó por unos momentos... podía ser alguien que estaba en problemas y necesitaba ayuda... o podía ser un ladrón que solo estaba fingiendo para atrapar a alguna pobre presa que callera... miro a todas partes encontrándose sorpresivamente solo... volvió a escuchar un nuevo gemido de dolor y suspiro aterrado
-es una mera locura...- fue todo lo que se dijo, dándose un poco del valor que no poseía dirigió sus pasos hacia el callejón ligeramente más oscuro que el resto de la acera... suspiro un poco y volvió a tragar duro, con los nervios en punta, con el corazón en la garganta a punto de salirse y correr lejos, con el miedo de saber que podría ser una trampa, se adentró de forma lenta y cuidadosa, viendo a todas partes, tratado de ver que, en dado caso de que fuera una trampa lograra correr antes de que lo tomaran... suspiro entre el alivio y la duda al no encontrar a ningún pandillero en aquel lugar... miro el suelo pero no veía a nadie, aunque los gemidos de dolor se hacían mas notorios... dedujo entonces que aquellos gemidos debían de ser de un animal "eso o que la persona lastimada estaba tirada en el suelo"
-¿ho-hola?- pregunto asustado mientras caminaba al interior, tratando de ver donde pisaba... hasta que, sorpresivamente notó en uno de sus costados un movimiento pequeño bajo un montón de cajas de cartón y lo que posiblemente serian bolsas de basura, tragó grueso mientras con pasos temerosos se iba acercando, se inclinó un poco y con la mano temblorosa entre el miedo y el frio calante quitó las cajas de cartón y una gran bolsa negra que apestaba terriblemente
Sus celestes ojos se abrieron sorprendidos al ver una pequeña mota café manchada con rojo hecha bolita, al no haberle podido ver una forma coherente se asustó, alejando un poco su mano, pero, aquella mota café se volvió a remover y dejó ver un par de ojos esmeralda que le veían apenas, fue entonces que le vio verdadera forma
-¡¿un gato?!- se preguntó asombrado al notar que, en efecto, era un gato café y no solo eso
-¡está muy herido!- grito mientras se arrodillaba dejando su mochila a un lado y luego, con ambas manos y con mucho cuidado tomaba el pequeño cuerpo del gato y lo llevaba a su pecho, el pequeño animal gimió un poco presa del dolor removiéndose con algo de fuerza
-tranquilo, no te aré daño... te voy a ayudar- dijo tranquilo mientras lo abrazaba un poco y quitándose su chaqueta de la escuela cubría un poco al igual de empapado gato, una vez hecho aquello se levantó con su mochila y cargando aun al gato corrió con todas sus fuerzas, por suerte, cercas de donde se encontraba había una veterinaria bien surtida, lo sabía pues por lo regular llevaba ahí a los pequeños animales que encontraba lastimados
Corrió con el felino casi inconsciente entre sus brazos, sin importar sus propias heridas, sin importar lo cansado y titirante que estuviese su cuerpo, corrió hasta llegar a la veterinaria; en cuanto llegó, entró con algo de torpeza y luego miró al encargado, un hombre joven de cabellos verdes, piel blanca y gafas que le sonrió
-ha, Aichi-kun ¿qué sucede, estas bien?- terminó de preguntar una vez que vio las heridas que este tenía, Aichi asintió y entrando por fin al establecimiento le mostró el bulto que cargaba envuelto en su chaqueta
-gerente Nitta, por favor... sálvelo- le pidió sin aire mientras mostraba al pequeño gato, el gerente, sin esperar a nada tomó al gato con cuidado y lo llevó hasta una cama metálica donde comenzó rápidamente a curar al pequeño felino que se veía muy lastimado, Aichi tuvo que esperar en el mostrador mientras miraba al cielo aun nubloso, rogó por que su madre no se preocupara por él, rogó por no encontrar a los mismos tipos que lo molestaban cuando fuera de regreso, pero en especial rogo porque aquel gatito se salvara...
-listo Aichi-kun... fue difícil pero logré salvarlo- dijo el gerente luego de una larga y desesperante hora, volviendo con el pequeño en brazos, tenía varias vendas, una en su cabeza, otra en sus patas y en su cola y una última en su estomago, y vio las heridas que portaba el muchacho, quiso decir algo, pero notó como los ojos azules solo miraban al pequeño animal
-¿lo encontraste en la calle cierto?- Aichi solo asintió
-¿deseas que se quede aquí o quieres cuidar de el?- pregunto al ver que Aichi no le prestaba para nada atención y que sus ojos no se separaban del felino que dormía tranquilo en sus brazos
-¿po-podría cuidar de el?- preguntó por fin viendo al gerente, este asintió con una sonrisa y por fin le entregó el gato, Aichi sonrió tranquilo al verlo así
-está sedado para que sus heridas no le duelan, despertará en un par de horas más, por lo mientras no lo muevas demasiado, aun está muy débil, vamos, te daré una lista de lo que debes de hacer y lo que le debes de dar para que se recupere- dijo el gerente
-ha... pero... no tengo dinero- dijo asustado el joven, el gerente se giro para vero y sonrió
-puedes pagármelo después, confió en ti Aichi-kun- fueron sus palabras para luego darle la espalda y caminar mas, Aichi sonrió alegre y tranquilo mientras corría para alcanzarlo y escuchar atento como tendría que cuidar al pequeño felino
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Abrí los ojos con pesar, me sentía muy débil y torpe, sentía mis heridas pero como algo superfluo, deseaba seguir durmiendo, pero al abrir mis ojos para poder rascarme un brazo noté como tenía pelo, al ver mejor tenía un aspecto pequeño, fue cuando recordé que había tomado una forma falsa para no asustar en el lugar que fuera en el que fui a caer...
Mire interesado todo el lugar... estaba encerrado por 4 paredes, creo... que a este lugar se le podría denominar una habitación... me trató de levantar pero estoy muy agotado, además de que mi cuerpo no me responde como desearía... mis sentidos se alertan y escucho como algo es abierto y posteriormente cerrado; con trabajo logro mover mi cabeza y diviso a un muchacho con ropas extrañas, al verlo por largo rato veo que, "a calculo" es bajo de estatura, está de espaldas y solo veo su cabello azul con un pequeño mechón sobresaliendo en la parte de arriba, al verlo por más tiempo veo como este chico gira su vista hacia mí, es ahí que nuestras miradas colindan y una pequeña sonrisa se muestra en los labios de este chico
-veo que despertaste... me alegro tanto- susurra con alivio mientras se acerca a mi sin dejar de verme, gracias a sus ojos puedo verme reflejado perfectamente, tomé el aspecto de un gato de ojos verdes esmeralda, al ver a aquel chico noto varias cosas... su piel blanca, su estado de humano, su sonrisa amable y que una de sus manos se acerca a mí, cierro los ojos tratando de crear un campo para que no me toque pero es imposible, estoy muy lastimado aun, así que, siento una suave opresión en mi cabeza que se mueve en una suave caricia, abro mis ojos notando como es el humano quien me acaricia mientras su sonrisa se ensancha con dulzura y cierra los ojos mostrando un suave rosa en sus mejillas, yo solo puedo verlo sin parpadear
-ha, ahora que lo pienso no me he presentado, disculpa, mucho gusto, yo soy Sendou Aichi- me dice, yo solo lo veo, quisiera responderle pero aun me siento débil... una vez más noto movimiento por este humano de nombre Aichi, deseo hablarle pero noto como él se sienta a un lado de algo que hace que el lugar en el que me encuentro salte un poco
-ha, lo siento, creo que te asusté- dice notando mi tensión, es entonces que le veo mal, es pone una sonrisa nerviosa y me vuelve a pedir disculpas
-¿tienes familia amigo?- me pregunta sin dejar de acariciarme, miro a todas partes de forma discreta y recuerdo que había hecho un sobreesfuerzo para transportarme a otro lugar... si él tiene ese raro aspecto en sus ropas significa que no es de Cray... debo de estar en otro planeta lo más seguro...
-lo tomaré como un no... bueno, ya tienes familia, mi madre me dio permiso de quedarme contigo pequeño gatito... supongo que debo darte un nombre cierto?- comienza con un monólogo, yo solo puedo verlo mientras el no para de hablar, comienza a decir un montón de nombres estúpidos y muy empalagosos a los cuales solo gruño en forma de negatoria, noto como él se esmera y mientras mira al frente y a su techo en repetidas ocasiones noto su cuerpo lastimado, no tanto como el mío pero puedo percibir un ligero aroma a sangre mesclado con suciedad... ¿este chico será un guerrero? no, no lo creo, se ve muy frágil y débil, tal vez y lo maltraten los demás, sí, eso debe de ser...
-¿Aichi?- de pronto tocas a la puerta, aquel humano se levanta y antes de que pueda dar un paso la puerta se abre dejando ver a una niña pequeña de piel blanca y cabellos castaños claros casi como si fueran naranjas
-¿Emi?- pregunta el humano a la pequeña
-¿que estás haciendo Aichi?- pregunta entrando a la habitación aun sin el permiso del otro, aquel humano, Aichi me mira y se vuelve a sentar mientras me acaricia con suavidad la cabeza
-estoy tratado de darle un buen nombre al gatito pero tal parece no le gustan los nombres que le digo- dice algo decaído, yo solo lo miro con deseos de decirle que por nada del mundo me llamaré bombón o pelusita o valla dios a saber cómo me quiere llamar
-humm... ¿qué tal Yuki? significa coraje, dijiste que querías ponerle ese nombre ¿lo olvidaste?- y tal cual, su rostro mostró una mueca de "lo había olvidado por completo", tanto la pequeña niña como yo suspiramos resignados, no llevaba mas de unos minutos de conocerlo y ya sabía lo despistado, torpe y tímido que era este humano con el que fui a caer
-b-bueno, ¿te gusta ese nombre?- me preguntó a mí, yo me le quede viendo
-nyaaa- gemí bajito en señal de aprobación mientras desviaba mi vista a otra parte de la habitación *era mejor que chocolate o dulce... o peluche ¬.¬*
-¡genial!- sonrió con entusiasmo, gracias a aquello giré mi vista rápidamente para encontrarme con una gran y dulce sonrisa sincera de este humano, me le quede viendo encandilado a su sonrisa y de pronto sentí sus cálidas manos en mi cuerpo, me estaba cargando, me puso en su pecho a modo de que nos viéramos a los ojos, su sonrisa no desaparecía y mientras que con una mano me cargaba por abajo para que no callera, con la otra cuidaba el resto de mi cuerpo y cuidaba que no me moviera mucho, aunque, de paso también acariciaba mi dorso con suavidad, sonrió más amable y dio un beso en la punta de mi húmeda nariz, yo abrí mis ojos de sobremanera mientras veía como él en un pequeño gemido de alegría inclinaba la cabeza
-bienvenido a la familia Yuki-chan - susurró mientras se levantaba de su lugar y salíamos de la habitación *gracias...* hubiese deseado poder decirle... mas solo me acurruqué en su pecho sintiendo el calor de su cuerpo y el palpitar tranquilo en su pecho, cerrando mis ojos dejándome llevar adormecido por aquel plácido acto que hacía un simple humano