2.~ Cuando nos conocimos
Gracias al tiempo que transcurrió después de aquello pude comprender, en este mundo que Aichi llama "tierra" no hay seres como yo, aquí los felinos no hablan, aquí las cosas son demasiado tranquilas... el tiempo que estuve en recuperación pude tratar bastante con él, Aichi era alguien muy tranquilo y torpe, mayormente le faltaba seguridad, pero cuando lo tenía era alguien muy valiente y confiable, era una desgracia que solo yo haya podido ver aquello que nadie más quería ver, ni siquiera su propia hermana le creía capaz y era "sin ella quererlo" alguien que lo amedrentaba al no darle su confianza y apoyo
-moo... no comprendo nada- dijo Aichi en un lamento, yo, que me encontraba tranquilamente durmiendo en la cama de este tuve que levantarme he ir a ver que era aquello que no entendía
-nya- maullé haciendo que me notara, en cuanto nuestras miradas colindaron el sonrió amable
-ha, lo siento ¿te desperté Yuki-chan?- preguntó con una sonrisa tranquila "¿que si me despertaste?, solo no comprendo a que le pones tantos peros" quise decirle, más un nuevo nya solo salió de mi, Aichi volvió a sonreír y me acarició la cabeza con suavidad, luego de un rato vi que en su escritorio yacía un montón de papeles con sin fin de escritos complicados con números y letras reunidos "así que esto es lo que no comprendes Aichi" fue lo que pensé mientras notaba sus revoltijos
Aichi me colocó en sus piernas y mientras acariciaba mi lomo continuó con su tarea, luego de que yo llegué me enteré por habladurías de su madre y hermana que el ya no era molestado mas, tal pareciera por fin se alejaban de él, sonreí tranquilo; por igual mis poderes iban en aumento, de hecho, mis heridas eran ya tan mínimas que realmente volvía a tener todos mis poderes a como antes...
Si bien era consciente que tenía que volver pronto con el resto de los clanes para poder contraatacar a Void, me había encariñado rápido con aquel humano que ahora me rascaba gustoso bajo del cuello haciendo que de nuevo vuelva a caer dormido por sus suaves caricias, ya que, era la primera vez que alguien cuidaba tanto de mi; yo, que acostumbrado debía de vivir por mi cuenta, ser de pronto atendido por alguien que no quita tan fácilmente su mirada se me hacía en extremo raro, pero poco a poco me fui acostumbrando al grado de que ya no estaba tranquilo si no lo veía o a su sonrisa...
Los días se volvieron meses, los mese llegaron a mitad de año, por fin, mis heridas estaban completamente curadas, hoy era un nuevo día, se veía que iba a llover y yo me encontraba en el tejado de la casa en espera de que Aichi volviera, casi no salía de su habitación y si lo hacía me quedaba a dormir en el sofá, solo estaba a su lado pues no dejaba que nadie más me tocara, claro, tenía que acatar una que otra petición de su madre y hermana pero no dejaba por nada del mundo que me tocaran, solo Aichi podía hacerlo
Me estiré en mi lugar y decidí salir a caminar por la calle y alcanzar a Aichi por el camino, iba tranquilo por arriba de las casa viendo con algo de aburrimiento la rutina de estos humanos que vivían en completa paz, hasta cierto punto sentía envidia de su vida, pero, haciendo una examinación a fondo era una vida monótona y aburrida que no valía la pena vivir...
-¡danos todo tu dinero!- escuché el grito de amenaza en un callejón de camino a la escuela de Aichi, al girar mi vista la ira me invadió bastante, justo, 3 humanos más altos que Aichi estaban acorralándolo contra un mugriento muro amenazándolo con una daga filosa, Aichi solo estaba inmóvil viéndolos mientras con lentitud y torpeza abría su mochila sacando algo, gruñí ante la imagen y corrí hasta el otro lado del callejón donde rápidamente me oculté de la vista de cualquier entrometido
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Había ido como siempre de regreso, lo más seguro es que para cuando volviera Yuki-chan tendría hambre y querría que le diera de comer solo yo... era un gato extraño, no le gustaba que le tocara nadie más que yo, no le gustaba la comida normal para animales, solo comía pescados y una que otra verdura evaporada con algo de crema, aun así, era un felino elegante y muy inteligente, lo malo era que era alguien muy arisco a los demás, a veces, hasta a mi me ignoraba... de pronto sentí como era jalado hacia un callejón y estampado contra un muro en mi espalda
-¡danos todo tu dinero!- escuché una amenaza, cuando abrí mis ojos me encontré con 3 delincuentes y el filo de una daga amenazándome, trague duro y asentí mientras abría mi mochila para sacar mi dinero, estaba tan aterrado que no me podía mover bien, solo rogaba por que solo se llevaran mi dinero y me dejaran en paz... pero...
-¿qué diablos están haciendo?- escuchamos una fuerte y grave voz autoritaria del otro extremo del callejón, todos giramos nuestra vista para encontrarnos con un muchacho de unos 17 años, cabello castaño y un curioso mechón delgado atravesando su rostro de un lado al otro y piel blanca un poco mas blanca que la mía, vernos de forma fría
-¿quién diablos eres tú?- preguntó uno de los que me tenían acorralado
-suelten al chico y métanse conmigo- demandó molesto
-p... ¡por favor no lo haga! ¡Vallase antes de que lo lastimen!- grite asustado de que le fueran a hacer algo, el solo afiló su mirada y a todos nos heló la sangre
-¡mas te vale que te calles maldito insecto!- me gritó uno de ellos, aquel que me amenazaba con su daga estampándome de nuevo contra el muro, gemí por el dolor y por un momento sentí todo lejano, aquel golpe había sido mayormente en mi cabeza y sentía que me quería desvanecer, miré todo de forma lejana y borrosa para posteriormente ver como aquel muchacho que vestía ropas de preparatoria vio molesto a los tipos *no... lo van a lastimar...* pensé con miedo de que le fueran a hacer dañó
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-malditos...- gruñí al ver como azotaban a mi dueño de ese modo, 2 de los 3 rieron mientras el otro volvía a estampar a Aichi con fuerza en el muro, rugí con mas ira y inclinándome un poco corrí hacia los 3 tipos, los otros 2 que estaban libres corrieron a detenerme, pero no sirvieron para nada, al primero que me alcanzó le di un fuerte golpe en la tráquea haciendo que se ahogara y no pudiera mas, se terminó desmayando casi al instante, aunque... ahora que recordaba no debía de matar a nadie... demonios...
En cuanto vi acercarse al segundo simplemente le di un fuerte golpe en sus partes nobles, cayó al suelo gritando por unos momentos para finalmente terminar inconsciente, finalmente, el ultimo, aquel tipo que aun tenía sujeto por las ropas a Aichi, lo vi con completa ira y el por fin lo soltó, solo para apuntarme con completa torpeza con aquella pequeña daga que ni cosquillas me haría... ha... como desee en estos momentos que estuviéramos en Cray y el fuera mi enemigo... hubiera gozado descuartizándolo lentamente y de la forma más dolorosa que me fuera posible... ¿cómo se atrevía a dañar de ese modo a Aichi?... creí que cuando le dejé mi aroma impregnado "entre caricias que le hacía como gato restregando mi cara contra la suya" (no sean mal pensados ¬.¬... aun...) ya no le harían más daño... supongo que me equivoqué...
El se abalanzó contra mi corriendo con todas sus fuerzas, no espere a nada, esta vez me quede en mi lugar, escuché como aquel tipo me maldecía y ofendía con un lenguaje por demás vulgar, yo no le tome importancia, simplemente lo ataqué dándole una patada que lo mandó a volar y luego, pese a que se levantó, basto con un solo golpe en la cara para que volviera a caer en el suelo inconsciente y sangrando su nariz... giré a ver a Aichi quien apenas y con trabajo se levantaba de su lugar, me acerqué a él, aunque noté que en cuanto me acerqué el cerró sus ojos con miedo, suspire e hice lo mismo que el hizo conmigo la primera vez que nos vimos... acaricié su cabeza con cuidado
-descuida, no te aré daño gatito- dije recordando que algo por el estilo me había dicho el a mi...
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Abrí mis ojos con sorpresa, el me había tratado de forma completamente diferente a mis atacantes, pensé que al haberlos atacado me aria lo mismo, pero ahí estaba el, extendiéndome la mano con un rostro serio pero tranquilo, yo solo pude asentir y tomar con lentitud su mano, me sentí mareado mientras me levantaba, aquellos golpes que me dieron tal vez y me afectaron más de lo que creí
-g-gracias... por haberme ayudado...- dije dudoso notando por fin un par de ojos verdes como la esmeralda... por un momento al verlo me dio la impresión de ver a mi gato Yuki-chan... pero era imposible... tal vez y el golpe realmente me estuviera afectando demasiado
-¿cómo te encuentras?- pregunto con voz grave y sedosa, sentí como por extraño que pareciera mi corazón saltaba y se alteraba mientras mis mejillas se calentaban, baje mi cabeza con pena y asentí
-ha... yo... e-estoy... bi-bien... g-gracias... s-sempai- dije al notar sus ropas de preparatoria
-Kai, Toshiki Kai, ese es mi nombre- me dijo, yo solo lo vi y asentí, sentí de pronto un mareo, mis piernas no me pudieron sostener y por un momento pensé que iba a caer... pero de igual forma sentí como era abrazado y pegado a un gran y cálido pecho
-oye ¿en serio estas bien?- pregunto algo molesto, creo que lo preocupé
-lo... lo siento... me, me maree un poco- nos quedamos así unos minutos y cuando por fin pude ponerme en pie nos miramos a los ojos, no pude evitar el sonreír al verlo, el había sido la primera persona en ayudarme y le estaba muy agradecido
-gracias... en serio, muchas gracias Toshiki-sempai, es usted la primera persona que me ayuda... de verdad no tengo palabras para agradecerle- dije feliz, el sonrió un poco y paso su mano por mis cabellos en una suave caricia
-¿me dirás cuál es tu nombre gatito?- pregunto mientras acariciaba mas mi cabeza... sus caricias se me hicieron como las que yo le daba a mi mascota... o tal vez el golpe me hace ver cosas donde no hay...
-haaa... soy Aichi, Sendou Aichi, mucho gusto sempai- dije mientras me inclinaba en forma de respeto, escuche una pequeña risa nasal de su parte y su mano por fin dejo de acariciar mi cabeza para bajar a mi mejilla la cual acaricio con su pulgar haciendo que mi corazón latiera mucho más rápido y mi rostro comenzara a calentarse más de lo que quería admitir en ese momento...
-solo llámame Kai ¿de acuerdo Aichi?- me pregunto mientras me sonreía sin dejar de verme en ningún momento y su mano continuaba moviéndose tranquila en aquellas caricias suaves y reconfortantes
-¿de verdad puedo llamarte así?- pregunte con ilusión, el asintió mientras su cálida sonrisa se ensanchaba mas
-con una condición- dijo el, yo asentí entusiasmado, sin embargo, sorpresivamente el paso su mano de mi mejilla a mi barbilla para subirla un poco más, vi como se acercaba rápidamente hacia mí y luego sentí un húmedo contacto... No lo podía creer... ¡Era mi primer beso!... y había sido no solo con otro hombre... sino con alguien que lucía por mucho ser mayor que yo
-quiero volver a verte otra vez Aichi- dijo una vez que me soltó de esa pequeña y simple opresión, yo solo asentí aun en shock notando poco después como el otro se iba alejando de mi despidiéndose con su mano, yo me quede ahí un momento más luego de ver como se perdía en una esquina, pasé 2 de mis dedos por mis labios recordando aquel suave y dulce contacto... mis mejillas me ardían por tanto calor y mi corazón me dolía de tan fuerte que palpitaba... ese chico... Kai-kun... era una persona muy amable y buena...
No pude evitar el sonreír mientras bajaba la mirada con alegría, tome mi mochila y salí rápido del callejón para volver a casa cuanto antes, no quería que me volvieran a tratar de asaltar... por otra parte, me sentía nervioso, ansioso, feliz y con unas tremendas ganas de gritar... aquel simple beso había sido algo sin igual...
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Logré llegar antes que Aichi subiendo al techo para verlo llegar, notando como corría al interior de la casa con alegría, una gran sonrisa y un hermoso sonrojo adornaba esas mejillas suyas, me metí al interior de la casa a esperarlo en su habitación, mientras recordaba la locura que había hecho, bien, ya tenía mi tiempo deseando hacer algo por el estilo, deseaba poder tomarlo entre mis brazos y besarlo, marcarlo como mío... pero que yo sepa él no tenía ese tipo de gustos...
Escuché como la puerta se abría y cerraba, su típico gritillo que anunciaba que había vuelto, luego de un saludo por parte de su hermana y madre subió las escaleras de su habitación con algo de velocidad y casi corriendo se encerró en su habitación, yo lo vi pero al parecer este aun no notaba mi presencia, vi como se recargaba en la puerta como si alguien lo siguiera y luego dejarse caer en el suelo sin quitar esa sonrisa y los ojos fuertemente cerrados
-nya- me hice notar mientras llegaba a su lado y rascaba un poco una de sus piernas, el por fin me vio y mientras me sonreía de aquel hermoso modo me tomaba entre sus brazos y me colocaba encima de sus piernas
-Yuki-chan... no lo vas a creer... he conocido a un muchacho muy genial... se llama Kai Toshiki-kun y me salvó de unos delincuentes- comenzó con su dialogo mientras me acariciaba con algo de velocidad, sonreía y una pequeña chispa de luz asomaba sus hermosos ojos azules, yo solo lo veía enternecido y de cuando en cuando ronroneaba para que supiera que aun lo escuchaba... esta... había sido la primera vez que lo veía tan feliz...
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El tiempo que corrió a su respectivo tiempo continuo, por sorprendente que pareciera cada vez era más seguido que me encontrara con Kai-kun y, siempre que lo veía era lo mismo... el me regalaba siempre una suave y agradable sonrisa junto a un beso robado en los labios, poco a poco nos fuimos tratando más y más al grado de que ya casi era diario el vernos luego de que saliera de la escuela, el siempre me saludaba de forma amable y yo le respondía, una vez que llegábamos a estar a una corta distancia el siempre tomaba mi barbilla con suavidad y levantándola un poco subía suavemente mi rostro para unir nuestros labios en una simple y suave opresión dulce y amable, incluso había ocasiones en que me regalaba una flor y unía ambos labios siendo intermediarios por aquella flor que me regalaba, aunque luego la quitaba y unía con algo de fuerza nuestros labios
Y así... poco a poco Kai-kun se volvió parte de mi vida...