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A Veces Las Apariencias engañan. por Artista Desconocida

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Notas del capitulo:

¡Holaaaaaaaaaaa amigas y amigos lectores! -u-/


 


Este capítulo contiene lemon asi que si son personas sensibles o con problemas cardiacos no lo lean plis. :0


 


Ya es martes/miercoles de actualización por fin y aquí esta el sexto capítulo, a leer. n.n

-¡Ey! ¡Naruto! ¿Qué te sucede?-  dijo el pelirrojo al ver como su amigo salía con una profunda tristeza del lugar.

 

 

Este solo lo ignoro y lo paso de largo, cosa que él nunca aria.

 

 

-Mmmm y ¿qué tendrá ahora?- pensó -Ah… ya sé que es- mirando en dirección de la mesa donde estaba sentado el Uchiha menor –maldito desgraciado…- susurro a la vez que se retiraba del lugar.

 

 

 

Mientras tanto en la distribuidora se encontraba el ojiazul platicando plácidamente con la gerente general de lugar,  el cual se encontraba en total tranquilidad y armonía por la ausencia del pelinegro…

 

 

-…Y después nos mudamos a esta ciudad.-

-Wow… sí que has viajado mucho.-

-Bueno, es que me gusta conocer nuevos lugares.- sonriéndole

 

 

Y por fin hace aparición el ojinegro con una actitud algo seria ya que al parecer acababa de venir de una borrachera.

 

 

-También estudie algo de informática en la universidad estatal…- viendo por unos momentos como pasaba el abazache sin ni siquiera voltearlos a ver –pero creo que aprendí más de la cuenta, jejeje-

-¿Qué son estas horas de llegar Itachi? ¿Y por qué vienes ebrio?- dijo molesta.

-Yo puedo llegar a la hora que yo quiera- volteando a ver la con arrogancia -mi papi es el dueño de este cuchitril que te da de comer a ti y a todos los muertos de hambre que laboran aquí por lo tanto hago lo que quiero, vagabunda- inclinándose  en el mueble donde estaba su ordenador para luego prenderlo.

-¡Me vale…!- parándose exaltada para ir lo a confrontar

-Tranquila, tranquila, no le hagas caso a ese hijo de papi...- tomándola del brazo y haciendo que se siente otra vez en su silla.

-Mierda… ¡jip! - susurro Itachi al ver que su ordenador se colgó- Mmmm ya sé quien me puede ayudar Hahaha… ¡jip!- mirando con perversión al rubio.

-¡¡¡Deidara!!!- grito desde su lugar.

-Que se te ofrece compañero…- volteándolo a ver con serenidad.

-Podrías ayudarme… mi ordenador se trabo - con la cara triste de perrito abandonado –y tu sabes de estas cosas… ¡jip! ayúdame plis.- juntando sus manos como si estuviera rezando.

-Ok, ok, ya voy…- levantándose a fuerzas.

-Hahaha, ¡lo tengo!- pensó mientras se ponía derecho y se asía a un lado para que el ojiazul tuviera espacio para ver cuál era el problema.

-Mmmm…-  inclinándose y mirando la maquina  –creo que es un problema de ventilación.- despegando la torre de control  de la pared – ¡listo!- dando media vuelta para poder ver al abazache.

-¡Gracias! ¡jip!  Y ahora que estas aquí… no puedes enseñarme a grabar un disco de música.- sonriéndole con los ojos cerrados.

-Que diablos ¿no sabe grabar un simple disco?- pensó -Esta bien, aunque es muy fácil, solo presta atención eh.- mirándolo  entusiasta y volviéndose a inclinar.

-¡Si claro! Pondré…. mucha  atención…- dijo con voz seductora, acercándosele por atrás e inclinándose asía él, estirando su brazo izquierdo asía el mueble para detenerse, con el otro brazo libre sujetaba a su compañero de la cintura.

-Por supuesto…- sonriéndole algo nervioso ya que sentía la respiración de este en su cuello –primero insertas el disco en la entrada de la torre y…-

-Mmmm…- murmuro el pelinegro con los ojos cerrados.

-¡¡¡Mierdaaa!!!- exclamo el rubio sonrojado con los ojos súper abiertos  al sentir como algo duro lo rosaba por atrás, haciéndose rápidamente asía atrás.

-¿Que pasa? ¿Sucede algo?-  dijo sereno apartándose un poco de este alzando las manos.

-No… nada…- mirando fijamente al ojinegro al cual parecía que ya se le había pasado el hip y se  volvió a inclinar –…solo a deber sido mi imaginación…-susurro

-No, no lo es.- con voz seductora, inclinándose atrás del ojiazul de nuevo.

-¡¡¡Agh!!!- irritado haciéndose fuertemente asía atrás - ¿qué quieres de mi?...- cansado.

-Que no quiero de ti- sonriéndole y alzando la ceja.

-¡¿Que?!- grito asustado. –este tipo todavía sigue ebrio y es más insoportable en este estado- pensó.

-Lo que dije es que…- sonriendo con su cara de arrogancia

-¡Basta de charlas! Deidara te vas conmigo necesitamos recoger una entrega.-

-Un… mo…men…to- volteándola a ver el pelinegro, medio atontado por el alcohol -¿Por qué no… vas tuuuu?-

-Yo no sé manejar camiones de carga… además ¡a ti que te importa Itachi!- sonriéndole

-Mira ya sé lo que tramas- acercándosele hasta quedar cara a cara –tuuu...- hundiendo su dedo índice en su hombro –quieres quedarte, ¡con lo que es miooo! ¿Es eso?-

-¡No me toques!- moviendo con fuerza sus hombros -¡Y ya deja de decir estupideces!- dándose media vuelta para irse.

-Nooo, Nooo, noo tu no te vas sin…- jalándola del brazo asía atrás.

-¡Basta Itachi!- grito el rubio separando la mano de este del brazo de la peliazul.- esta no es la forma de hablarle a una mujer, ¡además vienes borracho y ya ni sabes lo que dices!-

-¡Suéltame imbe...cil! –volteándolo a ver - tu quien te crees para decirme que debo hacer… ahora si te rompo la cara.-  enojado con los ojos entrecerrados, apenas podía estar de pie.

 

 

Al momento de aventar el golpe, ojiazul lo esquiva ya que estando borracho no puede calcular bien el ataque y es fácil de predecir,  sin embargo el guardia de seguridad que pasa a ver el porqué tanto alboroto recibe el fuerte golpe en la cara dejándolo inconsciente tirado en el piso hasta que llega la ambulancia y lo lleva al hospital.

 

 

-Vaya… no pudiste ser más estúpido esta vez… - mirando cómo se alejaba la ambulancia.

-Cállate…- mirándola de reojo.

-¡Maldición Itachi! – Entro furioso el pelinaranja -¿Qué carajos te pasa?- acercándosele y oliéndolo- ¡¿Cuántas veces te eh dicho que no vengas tomado?!-

-Emm… yo…-  serio con la cabeza agachada.

-Bueno gracias a tu chistecito, ustedes dos-  señalándolos -se quedaran TODA la noche aquí.-

-Pero ¡¿porque?!- replico el rubio.

-Nos acaban de llegar dos valiosos cuadros evaluados en más de un millón de dólares cada uno

Y por falta de guardia alguien se debe quedar a cuidar los en la bodega, andan diciendo que por estos lugares anda rondando un ladrón de arte o algo así y no quiero que mañana no estén.-

-Pero…- angustiado

-No te preocupes tú te podrás ir en cuanto termines el inventario con sus respectivos reportes, te pagare las horas extras que te quedes… y ¡tu Itachi!- volteándolo a ver al abazache con seriedad y enojo –tu te quedas toda la noche y obviamente la mitad de tu sueldo será destinado para pagar el hospital y los gastos médicos del pobre hombre al cual golpeaste hoy.- retirándose del lugar junto con la ojicafe dirigiéndose a la salida del lugar.

-Mmmm… :T – observando cómo salían –creo que nos quedaremos solos tú y yo… toda la noche…- mirando al ojiazul pervertidamente.

-¡Claro que no!- mirándolo exaltado con los ojos muy abierto –termino el inventario y me voy- dándose media vuelta y caminado asía la bodega.

-Tú no te irás sin que seas miooo…- susurro parado mirándolo fijamente mientras este se iba para después ir a la pequeña cafetería de la empresa a tomar algo para la resaca.

 

 

En la bodega…

 

 

-Rayos… - murmuro el rubio con unas pequeñas gotas en su frente, mientras estaba arrodillado intentando meter una pequeña caja en la repisa que estaba frente a él. -¡Listo! ¡Por fin lo logre!- dijo para sí mismo sonriendo.

-Eso es bueno- dijo una voz atrás de él.

-¿Qué haces aquí?- parándose rápidamente a la vez que se volteaba confundido a verlo.

-Nada… solo vine a ver que no tuvieras problemas…- sonriéndole con malicia y acercándose más.

-Estoy…. Bien, no necesito ayuda.- caminando así atrás hasta topar con el estante.

-¿Que pasa? ¿Tienes miedo?- acercándosele mas y sujetándolo de los brazos.

-¡No!- moviéndose bruscamente intentando liberar sus brazos - Nada de eso…- mirándolo serio pero a la vez molesto.

-Entonces ¿Por qué tratas de huir?-

-Creo que no deberíamos estar aquí… yo…-  mirando perdidamente por un instante los ojos oscuros del abazache que demostraban una mirada acogedora.

-Sabes… siempre quise hacer esto- sonriéndole con malicia.

-¿Hacer que…?- no termino  de hablar cuando fue callado por  el ojinegro quien se abalanzo sobre su boca, proporcionándole un gran beso.

-¡¿Esto es enserio?!...- pensó sorprendido abriendo con fuerza sus ojos tratando de soltarse, para después dejar de forcejear, cerrar los ojos y corresponder a este.

-Lo tengo, hahaha- pensó el pelinegro mientras llevaba su mano derecha asía la entrepierna de su compañero por encima del pantalón.

 

 

Al darse cuenta de lo que estaba pasando, golpeo con el brazo izquierdo que el abazache le había soltado, el rostro de este a la vez que lo empujaba para poder quitarse de esa parte, caminado con lentitud asía la salida,  pensativo, sin expresión alguna en su rostro, hasta que las palabras del pelinegro lo detuvieron haciendo que se quedara parado estáticamente pero aun dándole la espalda.

-¿No te gusto?- pregunto levantando la cabeza con una sonrisa cínica, mientras se limpiaba con el dedo pulgar la sangre que escurría de su labio inferior.

-…- siguió igual de estático y su rostro no tenia expresión alguna, solo un leve sonrojo en sus mejillas.

-Hahaha…- dijo con voz baja mientras se le acercaba por atrás al ojiazul.- ¡Yo se que quieres!- exclamo en el cuello  de este aun lado de su oído mientras lo abrazaba fuertemente y llevaba de nuevo su mano derecha a la entrepierna de este, apretando con fuerza su zona baja.

-¡Su-el-ta-me!- grito enojado mientras se ponía aun más rojo.

-¡NUNCA!- después de decir esto, empujo al ojiazul aun abrazándolo asía la pared, haciendo que este se arrodillara junto con el –no te resistas…- besándole el cuello mientras bajaba sus manos así la entrepierna de este, pero esta vez fue por adentro del pantalón, tentaba con delicadeza el miembro de su compañero para luego comenzarlo a masturbarlo con rapidez.

-Mmmm…- soltó un leve gemido, cerrando con fuerzas sus ojos.

-Ahora si…-susurro  dejando de masturbar al rubio para inclinarse un poco mas asía él y con sus dos manos bajando un poco el pantalón de su compañero para después sacar y dejar al descubierto su pene que estaba más erecto que nunca.

-¿Qué vas a hacer?- pregunto el ojiazul preocupado ya que se estaba imaginando lo que podía suceder.

-Descuida no te dolerá mucho…- le susurro en el oído pervertidamente.

 

 

Luego de decir esto el abazache introdujo lentamente su pene a la entrada de este, solamente la punta, ya que sin previa lubricación era imposible que entrara todo completo sin lastimarlo.

 

 

-Mierda…- susurro mirando el estante, para su suerte en el había un pequeño embase de vaselina para los labios, el cual tomo y cubrió su pene con un poco de esta crema. –con esto bastara-

 

 

Vino el segundo intento y esta vez su miembro estaba entrando con más facilidad.

 

 

-¡Ay!- exclamo al sentir como todo ‘’eso’’ se abría paso en su recto y como empezaba a entrar y salir lentamente -¡Sácalo! ¡Sácalo!-  volteándolo a ver irritado.

 

 

Al oír esto tomo al ojiazul con fuerza de las caderas y empezó a penetrarlo con más rapidez, inclinándose mas asía dentro.

 

 

-¿Qué decías?- mordiéndose el labio inferior.

-¡Nadaaa!- grito extasiado de placer mientras recargaba su cuerpo contra la pared extendiendo sus manos sobre ella. –Tú sigue, ¡más duro!-

-¡Creo que me vengo!- penetrando a su compañero con más rapidez y con mucha más fuerza.

-Mmmm…- Gemio, mientras se masturbaba al ritmo del ojinegro -Creo que yo también…- mirando lo hinchado que tenía su miembro.

-¡Oh si!-  gritó sonriendo al saber que se estaba vaciando adentro del rubio.

-¡Mierda!- cerrando los ojos fuertemente y bajando la cabeza al sentir como un líquido espeso bajaba por su ano.

 

 

El abazache se despego de su compañero y se dejo caer asía atrás en el piso satisfecho mientras metía de nuevo su pene en su pantalón.

 

 

-¿Repetimos? Hahaha-

-Que chistosito, Itachi- mirándolo de reojo a la vez que se limpiaba su área baja con un pequeño pañuelo que siempre traía consigo, se subía los pantalones y se acomodaba la camiseta.

-Ya pues, no seas amargado y ven conmigo- extendiendo sus brazos desde el suelo.

-Está bien, solo porque estoy cansado, Jejeje.- acomodándosele a un lado, recargando su cabeza en el pecho de este.

-Si…- abrazándolo. –pasar este momento contigo fue maravilloso-

-Así es, aunque nunca me hubiera pasado por la cabeza, que terminaríamos así.- mirando asía el techo.

-Ni yo… ni yo…- volteando a ve al ojiazul para darse cuenta que este ya estaba profundamente dormido y rendido por el sueño. –Hahaha.- soltó una leve risa para después revolver con delicadeza el cabello del que yacía dormido.

 

 

 

Notas finales:

¡Gracias por pasar a leer! Vuelve pronto. ñ.ñ/


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