Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Un giro de 360 grados. por Aqua

[Reviews - 19]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

* Advertencia: Uso de vocabulario claro y obsceno, sobre todo a la hora de describir escenas sexuales.

Notas del capitulo:

¡Muy buenas a todos!

Os traigo una pequeña historia a la que le tengo mucho cariño, pues en principio iba a ser un oneshot pero se ha alargado bastante, así que tendrá varios capítulos.

Espero que les guste y que la disfruten.

Ese día me desperté más temprano de lo habitual, no es que me emocionara demasiado ir al instituto, ni mucho menos, pero después de un par de meses de supuestas vacaciones me apetecía ver con quién me había tocado en clase. Sí, hoy empezaba el último año de la secundaria. El año más difícil, el que serviría para determinar nuestro futuro, pero el último obligatorio al fin y al cabo.

 

Podría parecer que estaba enfadado con el mundo y no es que fuera así, simplemente mi vida era más complicada que la de cualquier chico “normal” de mi edad. Llevaba seis meses viviendo solo, trabajando casi cada tarde para poder medio mantenerme. Mis padres habían fallecido trágicamente en un accidente de coche y aunque ahora podía seguir adelante sin pensar constantemente en ello, tenía que trabajar duro para hacer lo que quería con mi vida.

 

¿Mi sueño? Ser cantante, compositor, coreógrafo… Cualquier cosa relacionada con la música. Era cierto que no tenía una voz angelical, que lo mío era el rap, pero estaba dispuesto a hacer que mi talento fuera conocido en todo el mundo, o al menos en Asia, que tampoco hay que ser tan ambiciosos. Debido a ello, cuando mis padres vivían me habían inscrito en una de las mejores escuelas de música de todo Seúl. La mayoría de los chicos que iban a ese instituto terminaban siendo como mínimo ídolos de un grupo de música cualquiera. Algunos triunfaban, otros no. Todo dependía del talento. Yo solo necesitaba una oportunidad.

 

Así que ahí estaba, enfundándome unos vaqueros oscuros, una de mis camisetas anchas deportivas, mis gafas de sol y una gorra que casi siempre formaba parte de mi estilismo habitual. Cerré la puerta del pequeño apartamento en el que vivía tras vender la casa de mis padres y fui caminando al colegio, porque sí, me quedaba cerca de casa. Diez minutos más tarde estaba entrando por los enormes portones de hierro forjado, de color negro, que abrían el paso al majestuoso campus. Ah sí, se me había olvidado comentar lo pija que era esa maldita escuela. Ese era el motivo porque el que tenía que trabajar día sí y día también en verano, pues sí quería mantener mi matrícula y sobrevivir con algo más que pasta o arroz debía conseguir nuevos ingresos. La herencia de mis padres no era para nada suficiente, el haber vendido la casa tampoco. Todo debido a que mis padres se endeudaron hasta las cejas solo por mi educación.

 

- ¡Chanyeol! -me llamó mi amigo, Kris, pasándome un brazo por los hombros y despejando todas mis malas ideas.

 

Kris era el único amigo que había conseguido en todos esos años en el dichoso instituto de niños ricos. Él era como yo, no le daba más importancia al dinero o a las apariencias de las que se merecían. Por eso era el único al que le había contado lo del fallecimiento de mi familia. Si no fuera por Kris… ¿qué hubiera sido de mí? Él le había contado a sus padres mi situación, por lo que me habían acogido en su casa los primeros días, comportándose como mis tutores hasta que cumplí la mayoría de edad. Y ahí estaba… Era como un hermano para mí.

 

- No te tendrías que haber ido de casa, Channie… -me susurró en el oído, sacándome una gran sonrisa mientras lo abrazaba- Sabes que no hacía falta…

- Ya lo sé, Kris… pero tampoco podía vivir de tu familia toda la vida -le dije con cariño, pasando mis dedos por su pelo. Una semana entera sin verlo había sido mucho tiempo.

 

Kris, era de Canadá y dos años mayor que yo, aunque a simple vista no lo pareciera. Su familia se había mudado a Corea por negocios, pero sobre todo, para que Kris pudiera cumplir su sueño de ser artista. Por ello, aunque fuera mayor acudíamos al mismo curso, ya que él se había empeñado en hacer todo desde el principio para no perderse nada de lo que pudiera aprender en la academia.

 

- Oh, ¿por fin se ha confesado la parejita? -escuchamos una voz muy conocida a nuestras espaldas, era  Kai, seguido por su séquito.

- Vaya, vaya, parece que en el verano ha surgido el amor, ¿eh? -se siguieron burlaron de nosotros, siendo esta vez Chen quién habló.

- ¿Algún problema, tapones? -les gruñó Kris, saliendo en seguida a defenderme.

- ¿Envidioso, gigante? -saltó el más bajo de todos, Kyungsoo.

- Serás… -Kris fue a empujar a aquellos imbéciles, pero le detuve antes de que hiciera nada. Al fin y al cabo era el primer día y no me apetecía que nos volvieran a expulsar.

- Olvídalo, Kris. No merecen la pena -lo calmé, sacándole de aquella situación mientras escuchábamos las risas de los enanos idiotas.

 

Kyungsoo y  Chen eran las mejores voces de la escuela en aquellos momentos, seguidos por Jongin, quien destacaba en el rap pero sobre todo en el baile. A causa de esto tenían bastantes seguidoras que les acompañaban a todos lados como si fueran perritas falderas. Era costumbre oírlas soltar grititos desesperados cuando alguno las miraba o saludaba. Y eso que aquel trío no era para tanto. Sin embargo, sus habilidades vocales les hacían ser respetados también por los otros chicos, porque a ver,  era cierto que  Kyungsoo y Jongdae cantaban como auténticos ángeles. Y en cuanto a  Kai… Bueno, ese enano conseguía conquistar a cualquiera con su desparpajo y sus movimientos de baile. Pero de ahí en adelante tampoco había mucho que decir.

 

Kyungsoo era el más bajo de todos, apenas llegaría al metro setenta. Así que era un flacucho, enano, con ojos saltones y labios gruesos. De verdad que a veces me preguntaba por qué llamaba tanto la atención cuando solo parecía un cachorrito abandonado. Eso sí, un cachorrito repelente que saca las garras como cualquier gata callejera. Chen era el que le seguía en altura, aunque este tío no era tan flacucho como aparentaba, pues bajo aquellas camisetas anchas que solía utilizar tanto Kris como yo habíamos averiguado que poseía unos brazos bastante fuertes. Porque sí, ya nos habíamos peleado contra ellos en más de una ocasión en cursos anteriores. Y luego estaba Kai, ese que parecía el menos inocente de todos, con su tez morena y pelo rubio las mataba callando. No era tan bajo como los demás, pero tampoco alcanzaba nuestra altura por un par de cabezas. De todas formas también debíamos tener cuidado con él, pues al igual que Chen estaba más fuerte de lo que parecía. Y ya sabéis, con las caras de ángeles despistados que tenían los tres, para los profesores nosotros siempre éramos los culpables.

 

Kris y yo aún no teníamos claro por qué la habían cogido con nosotros desde casi los primeros días. ¿Es que no nos podían dejar tranquilos? Ya no solo criticando nuestra sexualidad, apariencia o lo que fuera. Esos malditos insufribles se habían encargado de amargarnos lo máximo posible nuestros días en aquel dichoso instituto. Y sinceramente, ya estaba harto.

 

- Parece que este curso va a estar movidito, ¿eh? -le dije a Kris en un suspiro, estirándome un poco antes de pasar por secretaria para buscar nuestros horarios.

- No lo sabes tú bien… -gruñó contra el papel que nos acababan de pasar, arrugándolo ligeramente.

- ¿Qué pasa Kris…? -le pregunté preocupado por su reacción.

- Este año solo hay un grupo para nuestro curso… -soltó a regañadientes.

- ¿Qué…? -abrí los ojos con bastante fuerza, sorprendido a la vez que irritado.

 

Normalmente nos dividíamos en dos clases debido al número de participantes. Se veía que ese año seríamos mucho menos, seguramente porque la crisis habría afectado a las familias más pobres de la escuela. Pero ese no era el problema en ese momento. El problema era que nos tocaría sí o sí con Kai, Kyungsoo y Chen. Tendríamos que aguantarlos todo el puto curso. Y ni a Kris ni a mí nos apetecía estar con esos tres imbéciles.

 

- ¿Qué os pasa parejita? Tenéis cara de que se os ha caído el mundo encima. ¿Acaso pensabais que tendrías tiempo para meteros mano en el baño entre clase y clase? -oímos la voz de Kyungsoo, atacándonos de nuevo, pasando de largo hacia la que sería nuestra clase, seguido de sus amigos, por su puesto. A veces me preguntaba si esos tapones se atreverían a meterse con nosotros si no estuvieran tan rodeados de gente.

 - ¡Argh! Te juro que cogía a esos enanos y los escachaba aún más, uno a uno, centímetro a centímetro, hasta no dejar rastro de ellos - me dijo Kris mientras hacía indicaciones como si su puño fuera un martillo y estuviera hundiendo un clavo en el suelo, sacándome una buena carcajada.

- ¡Y le daríamos una alegría al mundo! Te lo aseguro. ¿Pero qué se creen? A esos les hace falta un buen meneo. ¿Qué te apuestas? -le vacilé, tomándome a risas las insinuaciones de mi amigo, tirando de él para que no se nos hiciera tarde.

- ¿Un polvo? Eso sería mucho pedir, Chanyeol. Con que les quiten el palo que tienen metido por el culo me conformo -afirmó el rubio, haciendo que me quitara las gafas de sol por fin para dedicarle una mirada divertida.

 

Entre risas entramos en clase, ocupando los asientos del final que por suerte parecían estar aún libres. Nos sentamos juntos dejando nuestras mochilas a un lado. Ese día no solía ser muy difícil, pues los profesores se dedicaban a explicarnos el horario, indicarnos los materiales que necesitaríamos para sus clases y poco más. Sin embargo, ese año se presentaba diferente en muchos aspectos y en este también lo sería.

 

- Buenos días, alumnos. Más les vale ocupar sus asientos en menos de 30 segundos si no quieren elaborar un trabajo de 100 páginas para la próxima clase -oímos que decía una voz grave, profunda, de un profesor que no habíamos visto nunca.

- Pero, ¿qué…? -me susurró Kris dedicándome una mirada de confusión.

 

Yo inmediatamente me encogí de hombros, diciéndole con la mirada que tampoco entendía nada. El resto de la clase pareció asustarse por las palabras de presentación que había utilizado quien parecía nuestro nuevo profesor, porque en silencio se habían situado en sus sillas sin queja aparente.

 

- Muy bien, así me gusta, que sean obedientes -continuó con su discurso el desconocido- Soy el profesor Park Yoochun, para ustedes el señor Park. Estaré a cargo de ustedes este curso, pues aparte de impartirles la asignatura de Historia de la Música, seré su tutor -se oyeron ciertos quejidos que parecieron no agradar al profesor, quien golpeó la mesa con el libro- ¿Algún problema? Porque el que quiera quejarse que lo haga ahora mismo, abiertamente, argumentando sus ideas con una base sólida. Sino, tendrá que hacer una disertación cuyo título será “¿Por qué es mejor parecer tonto que demostrar que uno lo es?”.

 

Sin duda, en la clase reinó el silencio de nuevo. Ninguno se atrevía a decir nada bajo esas circunstancias pero, ¿acaso era eso una dictadura? Algo dentro de mí me hacía querer retar a ese profesor que iba de sabelotodo. Kris pareció notarlo, porque me agarró el muslo en un fuerte apretón, tratando de que no hiciera ninguna locura. En lo que no nos fijamos fue que el profesor también apreció el gesto de Kris.

 

- La parejita del fondo, por favor, nada de meterse mano durante mi clase, ¿mmh? Y tampoco quiero gorras. Puede que el profesor Lee se las permita en sus clases de baile, pero aquí están prohibidas -dijo refiriéndose directamente a nosotros dos, haciendo que Kai, Chen y Kyungsoo soltaran una buena carcajada y que nosotros enrojeciéramos tanto de ira como de vergüenza.

 

Kris resopló por no ganarse una regañina peor, desviando la mirada mientras yo me quitaba la gorra en un gesto furioso. De verdad que ese curso no estaba empezando nada bien y tener las risas de esos tres clavadas en mis oídos, me desquiciaba. Aunque por suerte o por desgracia, el señor Park tampoco pasó por alto ese detalle. No sé cómo pero parecía estar pendiente a todo. Por ello, cuando menos lo esperamos se acercó a la primera fila donde estaban esos tres girados de espaldas, apoyando sus manos sobre la mesa y mirándoles de cerca.

 

- ¿Les parece gracioso que regañe a sus compañeros? Bien, eso explica porque me han hecho cargo de este curso -dijo airadamente, dejando a aquellos tres helados mientras se volvía hasta la tarima y nos miraba por encima- Este curso puede tener muchas estrellas que brillen en sus habilidades individuales, pero les falta algo que es imprescindible en el mundo de la música, el compañerismo. ¿Qué harán si una empresa les escoge junto a su mayor rival para formar un grupo? ¿Piensan rechazar la oferta? ¿Piensan pelearse como críos? Olvídenlo, porque ninguno de los estudiantes de esta academia saldrá con esas características. En este curso el objetivo de todos los profesores será unirlos, conseguir que piensen como grupo, como clase. Y les puedo asegurar que nos dejaremos la piel en el intento. Así que lo siento señores y señoritas, pero lo fácil se ha acabado. Ninguno de ustedes pasará de curso si no consigue mi aprobación. Tienen que madurar, crecer, convertirse en mejores personas y prepararse para el mundo real. Así que lo primero que van a hacer para mi clase es un trabajo en parejas. Y créanme de nuevo, no les va a tocar con sus amiguitos, ni mucho menos, porque yo mismo me he encargado de organizar los grupos.

 

El profesor Park seguía hablando, pero yo ya no podía seguir procesando sus palabras, tenía información más que suficiente para saturar mi cerebro. ¿Qué era eso de obligarnos a hacer un trabajo con quién a él le diera la gana? ¿Acaso éramos niños? Así no había forma de que rindiéramos, pero lo que era peor. ¿Con quién me iba a tocar? Viendo lo capullo que era este hombre estaba seguro que su elección no sería nada buena para mí. Suspiré frustrado por enésima vez ese día, sacando un folio para poder escribir las indicaciones que iba dando ese hijo de satanás.

 

- Y esto es todo por hoy -dijo el señor Park, haciendo que yo viera una luz al final del oscuro túnel que había sido toda su clase- Por favor, pasad por aquí antes de salir para indicaros con quién debéis hacer el trabajo. Cuanto antes empecéis a trabajar, antes terminaréis.

- ¡Uf! Por fin… -me susurró Kris cuando todo el mundo se levantó y comenzó a recoger sus cosas- Menuda manera de empezar los lunes…

- Lo sé, aunque lo peor es la asistencia obligatoria… -le dejé caer mientras nos acercábamos a la mesa del profesor, quién nos miró con una sonrisa que parecía ser sádica.

- Señorito Wu -dijo refiriéndose a Kris por su apellido- Aquí tiene el nombre de su compañero. Señorito Park -me dijo esta vez a mí, entregándonos unas tarjetas que hicieron que mi mundo se derrumbara.

- Tiene que ser un error -le imploré al profesor desesperado.

- Le aseguro que no hay ningún error. Ahora si me disculpan debo ir a mi siguiente clase -nos indicó tajantemente, saliendo de la clase.

- ¿Tan malo es? -me preguntó Kris, a él le había tocado con Sulli. Una chica muy tímida pero que parecía bastante mona.

- Do Kyungsoo… -le dije en apenas un suspiro, sin saber qué hacer. Definitivamente alguien me había gafado.

 

Cuando Kris y yo conseguimos digerir la noticia ya estábamos en el salón de baile con el profesor Lee Hyukjae, más conocido por todos como Eunhyuk o simplemente Hyuk. Sin duda él era el profesor que más adorábamos por su cercanía a los alumnos, sus constantes bromas y lo mucho que lográbamos aprender de él. Hyuk era un experto en baile reconocido en todo el mundo y aún hoy me preguntaba cómo es que había acabado en nuestra escuela. Lo primero que hizo fue indicarnos que nos sentáramos en el suelo a hablar, como hacíamos siempre. Con una sonrisa en los labios todos nos acomodamos a escucharlo.

 

- Hola chicos, como supongo que ya habréis visto este año hay novedades en toda la escuela, así que bueno, no os preocupéis mucho, ¿mmh? Lo único que tenéis que hacer es dar lo mejor de vosotros- empezó a decir con su amplia sonrisa de todos los días, animándonos- En mis clases no habrá muchos cambios. De momento bailaremos en grupo como de costumbre y luego ya iremos improvisando coreografías más individuales o por parejas. Y sé que os morís por contarme todo lo que habéis hecho en verano, pero quiero ver si habéis cuidado esos cuerpos así que todos en pie. Haremos un calentamiento y después debéis seguir mis pasos.

 

Sin mucho más que decir, todos los pusimos en pie con una sonrisa. Eunhyuk se dirigió a la minicadena, poniendo algo de música para que el calentamiento guiado fuera mucho más ameno. Empezamos con algo fácil, estirando nuestros músculos que se encontraban engarrotados por estar tanto tiempo sentados. Un par de movimientos en el sitio que hicieran subir nuestra temperatura corporal y pronto iniciamos lo que tanto nos gustaba a muchos, el baile.

 

La clase pasó rapidísimo, eran casi dos horas y media, pues teníamos que entrenar muy bien esa faceta artística, pero para Kris y para mí voló. Siempre nos ayudaba a olvidarnos de cualquier preocupación que tuviéramos en la cabeza, porque daba igual si sabías bailar o no. Eunhyuk siempre hacía que la clase fuera interesante, divertida y anti-estrés. Por eso, después de los estiramientos necesarios para que nuestros músculos no se engarrotaran, nos dirigimos a las duchas junto con el resto de la clase. No era bueno andar sudados y apestando para el resto del día, así que se nos concedían unos quince o veinte minutos para estar limpios de nuevo. Además, siempre ponían las clases de baile antes del descanso para comer o a última hora. De esa forma aparte del tiempo extra podíamos tener un rato libre más por si nos retrasábamos. Así los profesores se aseguraban de que nunca llegásemos tarde a la siguiente lección.

 

Cuando entramos en los baños saqué de la mochila el neceser, la ropa limpia y una pequeña toalla que me era suficiente para secarme. Dejé las deportivas en la taquilla que me correspondía junto a la maleta que llevaba. Me puse unas sandalias de playa para no coger ningún germen en la ducha, pues por muy pijo que fuera aquel sitio yo no me fiaba. Después, como el resto de mis compañeros me dirigí a uno de los cubículos, cerrando las cortinas para que nadie me viera mientras me desnudaba. Y no porque tuviera vergüenza, ni mucho menos, pero aquellos imbéciles eran capaces de sacarme una foto y publicarla en el tablón de anuncios o en el periódico local. Dejé mi ropa en el pequeño banco que estaba habilitado para eso mismo, lejos de lalcance de la ducha, colgué la toalla y abrí el agua caliente. En seguida me relajé, restregando mi pelo con el champú mientras dejaba que mi cuerpo disfrutara con el calor del agua. Suspiré de placer con los ojos cerrados, retirando todo el jabón cuando escuché pasos detrás de mí. Me giré asustado viendo a Kyungsoo en ropa interior abalanzándose contra mí, tapándome la boca para que no gritara. No me fue difícil deshacerme de él y empotrarlo contra la pared más cercana, inmovilizándolo mientras lo oía quejarse por el golpe.

 

- ¿Qué coño haces aquí? -le pregunté sin elevar demasiado la voz, con miedo de que sus amigos estuvieran fuera tramando algo.

- Para Chanyeol, joder. Solo quería hablar, estúpido -se quejó de nuevo, no demasiado alto, tratando de librarse de la sujeción que tenía una de mis manos sobre sus muñecas.

- Y una mierda. ¿Por eso te cuelas en mi ducha? -le acusé pegándome más a él sin darme cuenta, haciéndole gemir cuando mi rodilla presionó sin querer su paquete. Él abrió muchísimo los ojos, asustado mirando hacia abajo. Yo me reí.

- ¿Quieres soltarme de una puta vez, gilipollas? -me gruñó apurado, mirándome con odio- Sabes tan bien como yo que eres mi compañero para el trabajo del profesor Park y simplemente no quiero que se sepa. Por eso he venido aquí, es dónde único podíamos estar solos sin los demás, sin que se dieran cuenta… -dijo desviando su mirada por unos instantes. Yo aflojé un poco mi agarre, pues eso me había pillado con la guardia baja.

- ¿Y no podía ser cuando al menos llevara algo de ropa? -suspiré accediendo a hablar con él, al fin y al cabo a mí tampoco me interesaba tener esta conversación con todos sus amiguitos juntos o perdería los nervios  terminaría repartiendo puños a diestro y siniestro.

- No se me ocurrió otra opción, no quería que pasara más tiempo. Aunque tranquilo, eso de ahí abajo es algo que no criticaría en mi vida -contestó sinceramente, frotándose las muñecas mientras suspiraba y bajaba la vista a mis partes nobles. Yo me cabreé e intenté cubrirme con mis manos.

- Oye Yeol, ¿vas a tardar? -se oyó desde fuera la voz de Kris, lo que hizo que ambos nos tensáramos.

 

Inmediatamente, le tapé la boca a Kyungsoo para que no se le ocurriera decir ni una palabra mientras rezaba porque Kris no entrara y nos viera en esa situación que se podía malinterpretar fácilmente. Él también pareció asustado, abriendo más sus ya de por sí ojos saltones. Supongo que no se sentiría tan valiente si estuviese a solas con nosotros dos. Eso me hizo reír antes de contestar a mi amigo.

 

- Sí, voy a tardar un poco más. Vete adelantándote, ¿va? Nos vemos en la cafetería -respondí tras ladear una sonrisa.

- Está bien, tío. Eres peor que una chica, tardas demasiado -se quejó Kris entre risas. Yo esperé a oír pasos fuera de allí antes de volver a soltar a Kyungsoo, quien estaba jadeando debajo de mí por la falta de aire.

- ¿Podrías apartarte? -me susurró, haciendo que me diera cuenta de que estábamos demasiado pegados. Sin rechistar por esta vez accedí, me había puesto nervioso de tenerlo tan cerca, tan desnudo…

- ¿Qué propones…? -le pregunté tras que ambos estuviéramos en silencio durante un buen tiempo, solo mirándonos, como si estuviéramos pensando si podíamos confiar en el otro.

- No quiero que Chen ni Kai se enteren de que tenemos que hacer el trabajo juntos bajo ningún concepto, por ende no puede enterarse nadie más, ni si quiera Kris -advirtió, provocando que yo torciera una sonrisa.

- Tarde, Kris ya lo sabe -respondí en lo que él gruñía- Puedo encargarme de que no lo sepa nadie más pero, ¿qué me ofreces a cambio? ¿Por qué es tan importante para ti que nadie se entere? -pregunté de nuevo, olvidándome momentáneamente de mi desnudez.

- Tengo una reputación que mantener, ¿sabes? Dañaría demasiado mi imagen que me vieran contigo -dijo sin más, lo que hizo que yo apretara los dientes. Así que eso era todo, ¿eh? Una maldita imagen. Suspiré mientras él seguía hablando- Si lo haces te prometo que te dejaré en paz a ti y a Kris, tratando que los otros no estén cerca vuestro dentro de lo que pueda, que tampoco son marionetas.

- ¿Acaso crees que eso me importa? -bufé delante de él. ¿Qué más me daba soportarlos un año más?

- Debería importarte, porque si te niegas no haremos el trabajo juntos y no conseguirás graduarte, Chanyeol -puntualizó mirándome seriamente.

- Eso también te afectaría a ti, Kyungsoo -le recordé con una sonrisa casi sádica.

- No, porque iré llorando a los profesores diciéndoles que lo intenté, que pasaste de mí y solo me soltaste uno de tus famosos puñetazos y ambos sabemos que me creerán -respondió de forma retorcida, cruzándose de brazos y dando por finalizada la conversación.

 

Por mi parte, solo pude gruñir. El maldito gilipollas tenía razón y sabía muy bien cómo manejarme, al menos en este caso. Si quería aprobar el curso, por así decirlo no me quedaba más que aceptar. Eso sí, no me iba a rendir, pensaba sacarle alguna clase de ventaja a esta situación. Ya se me ocurriría qué pedirle y haría que no se pudiera negar.

 

- Está bien, Kyungsoo. Por esta vez acepto, pero ya estableceremos los términos más tarde. De momento mantén eso de que no os meteréis con nosotros, aléjate de mí o iré a contárselo a todos para que tu reputación muera - le gruñí al oído, golpeando la pared al lado de su cabeza a causa de la rabia retenida. Él me empujó hacia atrás.

- Quedamos esta tarde, en tu casa. No quiero lugares públicos donde alguien nos pueda ver así que dame tu maldita dirección -exigió con las manos aún en mi pecho, haciendo cierta presión.

- ¿Y por qué no en la tuya, eh? -comenté frustrado ante tanta orden.

- ¿Y que mis padres me vean con el mayor gay de todo el instituto? Olvídalo -dijo con rabia, mirándome directamente a los ojos. Yo me cabreé y le empujé más fuerte contra la maldita pared.

- Creí que habías dicho que no te meterías más conmigo, ¿debería ir a por Chen y Kai para contarles cómo te has metido en mi ducha y me has suplicado que te follara? -le amenacé haciendo que él abriera muchísimo los ojos, asustado.

- ¡Y-Yo no he hecho eso! -tartamudeó de repente. Yo sonreí satisfecho y me incliné sobre él, reteniéndole nuevamente mientras le chupaba uno de sus pezones, lamiéndolo hasta ponérselo duro. Después, se lo mordí con algo de fuerza y succioné la zona con mis labios, dejándole una preciosa marca en el pecho. Él se removió bajo mis brazos, pero no emitió ningún sonido.

- Eso solo lo sabemos tú y yo, pero me gustaría ver cómo les explicarías que yo supiera que tienes esa marca entonces, ¿mmh? -le guiñé un ojo satisfecho con mi pequeña venganza- Te durará un buen par de días así que más te vale obedecerme, ¿entendido nenita? -él asintió, como si tuviera miedo de que le hiciera algo más- Bien, nos vemos a las 5 en la tienda 24 horas que está a dos calles de aquí. Me encargaré de que Kris no abra la boca, así que lárgate y mantén tu palabra, ya nos hemos entretenido demasiado aquí.

 

Y era verdad, seguro habían excedido los minutos que teníamos para tomar la ducha y nosotros dos aún ni si quiera habíamos terminado de refrescarnos. Sin pensármelo, para hacerlo más rápido lo atraje hacia mí y lo obligué a mojarse, aplicándole el champú en el pelo mientras él se quedaba quieto. Después, con mucho descaro le froté el cuerpo con el gel e incluso me froté a mí mismo. Cuando acabé cerré el agua y comencé a secarme, viendo a Kyungsoo en estado de shock.

 

- ¿Nunca te habías duchado con otro tío o qué? -le pregunté llamando su atención.

- Me…me has tocado… -murmuraba él. Yo puse los ojos en blanco.

- Vamos, Kyungsoo, si no me daba prisa nos iban a pillar aquí. Además, ahora hueles a mí, así que podré corroborar mi historia si te vas de la lengua -me reí guiñándole un ojo y vistiéndome cómodamente hasta que me sentí raro por su constante mirada.

 

Él se abrazó a su cuerpo, formulando un sordo “no mires” con sus labios cuando se dio cuenta de que me fijaba en él. Yo negué con la cabeza y me eché el pelo hacia atrás no entiendo su reacción, tampoco es que lo hubiera violado. Me acerqué a él para ver si no se iba a quedar todo el día ahí y él dio un paso hacia atrás, mirándome como si fuera un cachorrillo perdido y asustado. Yo me mordí el labio, preocupándome de si me había pasado, pero no queriendo ceder ante él.

 

- Me voy, así que cumple tu parte del trato, ¿entendido? -él asintió y formó un puchero con sus labios, temblando. Yo hice una mueca y por si era de frío le di mi toalla.

- Lo… Lo haré… -logró decir envolviéndose con la toalla antes de salir corriendo de ahí. Por mi parte, suspiré de nuevo y simplemente recogí mis cosas, llevándolas a la taquilla para coger lo que ahí me quedaba, ponerme de nuevo las deportivas e ir a la cafetería sin preocuparme de nada más.

Notas finales:

¿Qué pasará ahora con Chanyeol y Kyungsoo? ¿Se habrá dado cuenta Kris de algo? No os perdáis el próximo capítulo.

¡Y recordad! Vuestra opinión es importante para mí, así que estaré encantada de leer reviews con dudas, críticas, sugerencias o lo que sea. Si hay algún halago también sería de agradecer.

¡Muchas gracias por leer! ♥


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).