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King Of Blood - BangHim por BangRin

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Notas del capitulo:

Hola queridos lectores!!! 

Ya sé, ya sé, incluso ya es jueves y yo a penas subo el caítulo. Esque...verán. Tuve un colapso, un fuerte bloqueo donde me quede como casi medio mes sin poder escribir uno de los capítulos del Fic e incluso estaba decidida a no actualizar hasta escribir el mendigo capítulo 13! Pero ya esta! 

Así que, les dejo el capítulo 11 con BANGHIM!!....ya sé... e_e después de once capítulos el BANGHIM hace su primer aparición, asi que..disfrutenlo! A LEER!

 Himchan estaba paralizado bajo esos ojos alargados, con pupilas que temblaban de aquí para allá sin irse aún del centro, sin dejar de mantener el contacto con las suyas. Con todo su cuerpo. Y vibraban, tanto el Lobo como el Vampiro.

Yongguk había caído mientras trataba de llegar a la torre donde –según el mapa- el Rey residía.  Los demás guerreros justo comenzaban a incendiar la ciudad y por alguna flecha enemiga, es que ahora estuviera allí. Bajo aquel hombre de piel más pálida que los demás de su raza y, vibraba.

Quizá por un minuto.

O dos.

La sangre se escurría a sus costados, empapando el pelaje café que Yongguk poco a poco perdía debido a su des transformación, dejándolo así al descubierto, desprotegido de esos ojos que parecían felinos y con brillo. El Rey entonces desconectó sus orbes de los ajenos, ahora el gran Lobo cubierto en pelo, no era más que un hombre de piel bronceada, de labios gruesos que aguantaban las palabras y las dejaba huir entre las venas que sobre salían de su amplio cuello, que sobre llevaban su peso bajo sus hombros fornidos y, guardaba secretos por sus ahuecadas clavículas. Un  hombre de brazos fuertes, cada uno a lado de sus costados, manteniendo una pequeña distancia entre ambos cuerpos, donde las respiraciones iban y venían con el hinchar de sus pulmones y, luego a veces, entre respiro y mirada, una gota de sangre –del ante brazo del Lobo- caía en el mar que yacía debajo, haciendo un sonido acuoso, un sonido entre el silencio. Entre latido.

Himchan deslizó su fría mano, casi con ternura sobre la caliente piel ajena, yendo hasta donde la rajada seguramente del vidrio había causado una herida de cinco centímetros, entre el musculo y una vena. Allí donde la sangre salía con más exquisitez, sus dedos se detenían después del viaje entre piel, porque la trémula mirada del otro no le impedía seguir, pero tampoco le daba permiso para avanzar. Entonces chispeó.

¿Era una alucinación? No, realmente hubo chispas. Cuando Himchan tocó la herida y la sangre, cuando su piel sintió algo nuevo dentro de sí, allí, en ese momento hubo chispas, porque el moreno lanzó como trapo el cuerpo del Rey contra el espejo, dejando estrellado la mitad del vidrio que reflejaba la escena volviéndola cada vez más interesante.

Más el asunto y las chispas no se detuvieron así. El Lobo con esa mirada de ferocidad volvió a transformarse en el animal que era y a cuatro patas observó como el espejo partido caía desmoronado bajo el cuerpo del Rey envolviéndolo en trozos de vidrio que sin importar cómo, cortaron la piel blanca, volviendo el cuadro en uno rojo por la sangre que comenzaba a salir del menor de ambos. Haciendo las emociones a flor de piel.

--Sabes…--Himchan no se había movido. El disfrute de cada corte por el mismo espejo que había ordenado esta mañana, era extasiaste, sin embargo lo que sus dedos sostenían era—Delicioso.

Gimió el Rey llevando sus dos dedos, aquellos que habían palpado la carne y sangre del moreno, a su boca. Allí, sintiendo el deleite, los besó, los chupó y lamió, todo frente al mayor. Más su acto sin vergüenza no fue ese, sino el abrirse descaradamente de piernas, piernas que casi nadando en el charco de sangre temblaban mientras su pecho subía y bajaba, en un estado de locura.

Y después esa sonrisa. Una sonrisa más loca de lo que ya era todo él, una sonrisa que Yongguk deseaba callar por la furia y asco que sentía, así que sin pensarlo corrió en dirección al despreciable Vampiro, echándose contra él y el vidrio, logrando solo estampar su frente contra la del otro. Ya sin transformación. Solo otra vez la piel fría del Vampiro y la ajena del Lobo. Unidas por el golpe seco entre cráneos y sangre. Mucha sangre que salía de una esquina de la frente del más pálido, y del brazo derecho del moreno.

Entonces otra vez el asfixiante silencio solo sostenía las audibles respiraciones, los gruñidos y latidos. En ese momento, ya no había contacto entre ojos. Toda la atención estaba en los labios, en los ojos feroces que miraban los ensangrentados y  en los ojos enloquecidos que miraban los gruesos besos, porque la chispa estaba ahí. Cada que Yongguk respiraba y cada que Himchan exhalaba, pero ¿eran enemigos, verdad? Y los enemigos como aquellos deben destruir, matar. Yongguk era el más calificado de los dos para cumplir con las expectativas, por eso sin despegar sus ojos de los blancos dientes que reían tras la protección de unos labios rojos, su mano izquierda se había unido con el cuello blanco, apresándolo con fuerza mientras que su brazo derecho luchaba por arrancar la cadena que colgaba de su cuello, esa que sostenía el emblema de los lobos y servía como estaca para degollar Vampiros. Esa, la de la garra y la luna. La que recargada sobre la tersa piel del otro hacía estremecerlo pero nunca que dejara de ver al Lobo.

Himchan oyó movimiento fuera de la habitación, fue eso y no las llamas consumir su pueblo por la ventana lo que lo hizo reaccionar, atrapar con su mano derecha la nuca del moreno, forzándolo a acercar más sus rostros, a un espacio donde sus alientos chocarán y sus frentes ya no pudieran despegarse. Y entre ambos un camino de sangre cayó, resbalando entre la nariz de Yongguk y la de Himchan hasta donde sus labios casi se unían y la presión de la daga en el cuello del Rey comenzaba a cortar.

--Jefe, hemos recibido informes…--alguien había entrado al cuarto—JiRin ha vuelto a casa.

Las miradas del Rey y Bang se cruzaron, ambos casi dejando de respirar por un instante. Yongguk soltó la daga del cuello y se alejó, sin antes patear a Himchan, logrando estrellarlo más contra los pedazos de espejo.

--Volvamos—gritó el Lobo con la voz más ronca.

Los guerreros asintieron y salieron junto con Bang de aquel cuarto. Ninguno de los tres volteó a ver lo que dejaban detrás, sin embargo no fue fácil evitar el contacto con unos ojos que a lo lejos, por el pasillo donde transitaban, se mantenían fijos en sus cuerpos. Detrás de una puerta entre abierta y sumida en oscuridad. Una puerta que ninguno de los guerreros de Mato había siquiera pensado en atacar. Una puerta que guardaba el secreto de hace ocho años.

Notas finales:

QUË TAL? OwO

Les gusto? no? Por fis, dejenme comentario! 

Igual muchas gracias a las personitas que se toman la molestia de leer, estoy muy feliz por los 10 comentarios que tengo~ <3

Y...si no comentan sobre este cap...lloraré...! X_X

ahahaha bueno, nos leemos el próximo miercoles!

GRACIAS INFINITAS!


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