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King Of Blood - BangHim por BangRin

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Notas del capitulo:

Volví. 

Espero les guste :D

Sin nada más a leer

Capítulo 4:

Al cuarto día del décimo mes del lado de las cuevas de la Luna el pueblo parecía moverse. Las festividades del Día de la Luna estaban llegando esa noche y en cada rincón los lobos colgaban unas lámparas de aceite, luego si la atención era fija en el medio, se veía el gran camino hacía lo Altos de Mato donde la decoración ya casi se terminaba de colocar. Por allí como la tradición mandaba, el líder debía iniciar el ritual cuando la Luna estuviese llena y su sombra  cubriendo a JiRin, con esto la ceremonia de la futura líder del clan estaría completa y entonces la raza de los lobos se regocijaría en felicidad. Al menos eso se decía en las calles, sin embargo ¿sucedería?

--Bang ¿en qué termina el libro?—la voz energética de JiRin persistía desde la mañana.

--¿Te cuesta tanto llamarme papá?—Yong Guk tenía el ceño fruncido.

--¿Si te digo “Papá” me dirás el final?—la pequeña había detenido su andar. Cuando su padre se dio cuenta no pudo evitar emitir una de esas sonrisas que ya casi no daba.

Su hija estaba parada en una pose tan coqueta, con sus manitas agarrando cada lado del vestido blanco que ese día usaba, con  sus rodillas encontrándose una a la otra y ¡Oh! Con una cara tan tierna que hasta el lobo más feroz –el de caperucita roja- no hubiese dudado en enternecerse. Así entonces con toda esa dulzura Bang se acercó a bebé, se hincó para estar a la misma altura de ella y sonriéndole besó la frente amplia y lisa que su hija había heredado de Chae Rin. La pequeña hizo un mohín y luego se abrazó a su papá. 

Ni él ni ella sabían lo que pasaría esa noche. Si lo hubiesen sabido, quizá JiRin hubiese llamado  “Papá” a su padre todas las veces que pudiese, quizá Bang Yong Guk hubiese besado más esa frente. Quizá solo hubieran huido.

***

--¿Qué me harán?¿Por qué no me matan de una vez?—la voz de Natasha resonaba por todo el calabozo.

Llevaba seis días allí. Sin comida, sin agua, sin saber que le deparaba la vida o cuándo vendría la muerte. ¿Qué planeaban hacer con ella? Todos los guardias se lo preguntaban. Si Himchan hubiese querido matarlo lo habría hecho allá en la frontera donde la había capturado, si Himchan hubiese querido torturarla nadie dudaba que ya los gritos de la hermana  mayor de la familia Bang fuesen emitidos, entonces ¿Qué planeaban?

Como si fuese coincidencia de entre las sombras apareció el Rey, tan altanero, tan aterrador. Detrás de él dos guardias de su legado y enfrente un muchacho, su hijo. Juno el príncipe heredero. Jong Up aún era bebé.

--¿Qué piensas hacerme maldito?—la voz de Natasha ya no usaba los gritos. Estaba tan desgastada, su vida pendía de un hilo y solo su voluntad le mantenía consiente.

--Juno hoy te convertirás en un Vampiro de verdad.

Natasha había levantado la cabeza casi con tanto trabajo como cuando levantaba esas pesas en la zona de entrenamiento. Sí, ella era la líder en la base de defensa de Mato pero ahora, si YongNam le viese jamás lo respaldaría. La fuerte mujer que solía ser no estaba, no existía. Se le había escapado en llanto, desesperación, locura y hambre, esa hambre que  hacía que su propio estomago fundiera en sus jugos gástricos todas sus tripas, sus órganos, la mataba en acido. Pero lo peor no yacía en lo físico. No, el hambre que ella podía aguantar no se comparaba a la tortura interna que su mente le daba. Sus miedos, sus preocupaciones, su familia. Natasha sabía bien que de allí ya no saldría, al menos no con vida.

--Natasha, Natasha ¿Cómo está tu papá?

Un gruñido.

--¡Oh! Cierto. No tienes—La burla estaba allí, de nuevo—Me pregunto ¿así gruñirá tu hijo cuando le pregunten lo mismo, pero en vez de Papá digan Mamá?

Y Natasha se había levantado con la ayuda de los tubos de acero de su celda. Furiosa, con los ojos inyectado en sangre y lágrimas. Pedía piedad con la mirada, ya no podía hablar. Su garganta quemaba en acido.

--Te la pongo fácil—Himchan con diversión se acercó a la celda-- ¿Cuándo es el Día de la Luna? Me respondes y dejó libre a Yoon Gi.

Natasha ni se inmutó en tratar de hablar. Amaba a su pequeño se seis años, lo amaba tanto como había amado a su difunto esposo, sin embargo su raza estaba primero. Sus hermanos, y claro, bien sabía que aunque le dijese al Rey lo que pedía, tanto mataría a su hijo como a ella, entonces con tanta determinación prefería salvar a miles de personas y sacrificarse. A fin de cuentas así los tres podrían estar reunidos de nuevo. Si existía un cielo.

--Juno acércate.

Los ojos llenos de lágrimas de Natasha miraron al joven chico unirse a su padre. Su piel blanca era tan lechosa que parecía transparente, se veía inocente e inexperto y con esa mirada que tenía cualquiera diría que aquel príncipe heredero era más bien un…

--Un…Unhm..Lo—Bang Natasha intentaba hablar pero las lágrimas y la saliva le impedían poder pronunciar lo que necesitaba gritar. Solo balbuceaba.

--Juno enséñale a tu tía el poder que tienes.

El chico no le dio importancia a las palabras de su papá. Era hora de crecer y sabiéndolo cerró los ojos sintiendo como su cuerpo vibraba, luego sintió dolor y cuando hubo sentido la energía, la fuerza y la inocencia irse sus ojos se abrieron mostrando como su pupila antes negra se volvía roja.

--Hoy. Hoy es el Día de la Luna.

Natasha lloró sangre mientras decía las palabras que había jurado llevarse a la tumba, en vez de ellas ahora se llevaría otro secreto, una traición y el dolor más grande su corazón.

 

Notas finales:

Qué tal? 

Estén pendientes, ya que volví espero actualizar más rápido. Sus comentarios simpre son bienvenidos! ~

Hasta la otra


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