Aquel viento ya impuro; la calidez ahora yacia tan gélida. Si, esa era la sensación que calaba sus entrañas, puesto que solo podía mirar por esa ventana el cielo de nubes sublimes que rodeaban el oscuro anochecer.
De cualquier forma, ya nada cambiaba su destino. Ni sus ganas de volver el tiempo atras, ni la sangre salpicada a sus pies como pequeños rios agobiantes. Ni siquiera podía mantener su postura al ver el cuerpo sin alma que se mantenía recargado en un ventanal.
Aquella humana que tanto había sido parte importante de su vida, hoy ya no pertenecía a ese mundo.
¿Que podía hacer?
Solo gemir, llorar y armar un debate de ira. Quería destruir, enloquecer, mandar todo al demonio. Sentía la necesidad de sonreír con desgracia y lamentarse. Sí, gritar tan fuerte para desgarrar sus cuerdas vocales. Eso y más iba a hacer.
Cayó de rodillas al frio suelo salpicado del espeso liquido rojizo. Su misma respiración fallaba, intentaba tomar oxigeno antes de poder ahogarse. No lo podía evitar, estaba hiperventilando, tratado de convencerse así mismo que nada era real, y que en cualquier momento seria despertado. Todo seria un mal sueño, una pesadilla.
—Ka...sumi —nada era verdad, debía despertar, ¡tenia que volver a la realidad y no ver eso!
Pero sus esfuerzos habían sido en vano. Supo que era la verdad.
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Capítulo IV: Remember?
I'm waiting for you... to drown in my love (So open your arms)
Estoy esperando por ti... para ahogarme en mi amor (Así que abre tus brazos).
—Sasuke —un sonido bello, la tranquilidad del frio invierno, las aves silbando tonterías al día. Todo era tan apacible como para romperlo—. ¿Que haras... cuando ya no pueda apoyarte?
Giro su vista hacia la chica que parecía ver su celular. Bufo molesto, no era la primera vez que sacaba el tema en la semana. Se encontraba cansado por no saber como actuar.
—¿Que quieres decir con eso? —la chica rubia se encogio de hombros sonriendo—, estas... dándole muchas vueltas a ese tema Kasumi.
—Quizás te has confundido —emitió una suave risa, mirando el atardecer. El sol en su vista mas hermosa —. Entiendo que te preguntes por que accedi a ayudarte. Al principio me parecia que eras alguien agrio y inmune a los sentimientos, pero cada vez que hablas de mi hermano; no se. Prefieres encerrarte en tu mundo.
El pelinegro encarno una ceja. No tenía que decir, sin duda que Kasumi le había descubierto. El sabia lo que sentía por ella, y lo que sentía por Naruto, pero jamás imagino que Kasumi estuviera llegando mas adentro, y cada vez que alcanzaba el punto crítico, le hacia pensar de nuevo en Naruto para evitar eso.
—¿Algún día lo haras solo, o querrás mi ayuda con algo que está a tu alcance? —le cautivaba su mirada persistente, siempre mirando más allá de lo requerido y de cierta manera, no sabría describir esas palabras.
—A veces, olvidó que no es real... —suspiro, mirando el cielo que, poco a poco, se iba muriendo en el anochecer—. ¿Estoy escapando?
—No te confundas. Te diré algo... —Se acerco a sus labios e igualmente miraban el cielo con demasiada atención—, creo que es tiempo para dejar de actuar —la sonrisa de apoyo, al igual que comprensión, le hizo sonreír de medio lado; gesto que era muy común en él.
—Te comportas tan madura... —el tono serio en su voz, hizo que la chica rubia sintiera nostalgia, aunque negando con su sonrisa.
—¿Enserio? —puso una mano en su mejilla.
El pelinegro confirmó con un gesto en su rostro.
—Tal vez sea cierto —arrugo la nariz, una acción demasiado graciosa—. Ya se, pero odio que te comportes así. Escapando de tú propia felicidad, y eso me hace no querer dejarte sólo cuando te atrevas a aceptarlo —acaricio la mejilla del peli negro, suspirando de cansancio—. Ese día Sasuke, será el último en que pueda ayudarte.
La rubia le dio un pequeño beso en la mejilla, pero no sorprendiendo al peli negro, después de todo... Kasumi Uzumaki, siempre actuaba raro, por lo cuál tuvo que acostumbrarse.
—No espero que ese día llegue pronto —sentencio Sasuke cerrando los ojos.
—Había olvidado la canción, que con voz sollozante silban los canarios... —pronuncio al aire—,por que algún día, alguien caminara a través de el; en la soledad de todos nosotros.
Recito sin atreverse a mirar de nuevo al pelinegro. Quizás un día, comprendiera sobre las cosas, los sentimientos, la importancia del saber dejar de actuar aunque fuera por impulso.
—La canción... —musito desprevenido. Desde hace mucho sabia la letra de esa canción, suponía que a Kasumi le gustaba mucho—, en verdad la odio.
—Que sorpresa —río suspirando, al igual que Naruto, le desagradaba, tal vez por que nadie comprendía que se apegaba a su vida e incluso pudiera influenciar en ella—. Pues habla sobre una doncella y la comparación de su belleza con la desgracia. Las ultimas horas de su vida antes de querer abandonarlo todo por la felicidad de alguien más.
—¿Que? —exclamó sarcastico—. Eso es muy estupido.
—No lo es —puntualizó ella—. No se trata del «por que muere», si no, «como es que ella le enseña a la muerte una hermosa agonia del amor» —dio una pausa dejando en duda al azabache—, al oscuro ángel de la muerte susurrandole palabras dulces a la vida para arrancarle el alma, y fundirse sin temor a ser condenado... en otras palabras, tú me pareces esa muerte dudando por tomar una vida, aunque esta ya este en tus manos.
—Vale, es solo una canción.
—Tú igualmente lo dudas. Naruto debería saber que sientes por él —el celular de la rubia sono brevemente, le había llegado un mensaje—. Tengo cosas que hacer, pero se que después que lo veas cambiaras de parecer.
El azabache suspiro, las cosas con Kasumi no tenían remedio. La chica se esforzaba demasiado en una relación fingida, solo para presionarlo. Sí, le quería llegar al limite para ir tras Naruto y solo dios sabe que haría.
—Viene en camino —le saco de sus pensamientos, al principio le miro raro, pero al saber que quien estaban hablando, le dieron ganas de romper el maldito aparato que Kasumi traia en sus manos.
Cerro los ojos echando la cabeza hacia atras, no era la primera vez que le hacia algo como eso. Pero deberia tener la amabilidad de preguntarle si en realidad quería hablar con Naruto. Valla forma de despistarlo. Era lista, nada se le escapaba y lo peor es que ni siquiera le importaba meterse en asuntos delicados, como por ejemplo: Naruto.
—Planeas cosas que al final no saldrán bien —comento al ver a lo lejos al responsable de todo, Uzumaki Naruto—. Le diré cuando sea necesario.
—Pues venga que ha llegado el momento.
Se levanto del asiento sin dejar de mirar a su hermano y hacerle señas de donde se encontraban. Rápidamente miro hacia Kasumi y se en camino hacia ellos, sonriendo mientras su hermana se aventaba a él abrazandolo, gesto que Naruto correspondido.
—¡Asta que llegas! —se separó con un fingido tono de molestia—. Sabes que no me gusta esperar demasiado.
—¡Ni siquiera pasaron cinco minutos! —respondió Naruto haciendo una expresión graciosa al inflar sus mejillas.
—No me hagas pucheritos —le pico un cachete aguantando la risa. Le encantaba molestar a su hermano—. ¡No puedes convencer a tu hermana mayor con ese truco!
—¡Solo eres tres minutos mayor, tonta!
—No me insultes pequeño escandaloso.
Sasuke se limitaba a observarlos con una ceja alzada. Era entretenido las pequeñas discusiones que esos rubios armaban. Suspiro al ver la expresión apenada de Naruto al notar su presencia y callar el insulto que ya venia en camino.
—Eh... —él rubio miró a Kasumi que se encogio de hombros tomandolo del brazo— Hola, Sasuke.
El nombrado solo hizo un gesto sin tomarle demasiada atención, lo último que deseaba era Kasumi obigandole a confesarse.
Naruto le miro extrañado, era la primera vez que el pelinegro evadia el saludo por un ademan de rostro. Eso o debía ser una imaginación.
—Naru —llamo su hermana en tono bajo—. Yo tengo que irme; Sakura tiene un problema y Karin no ayuda en nada, siguen insistiendo con eso de la venganza contra el tal Suigetsu.
—Espera, ¿que? —la rubia sonrió alejandose de ellos a prisa— NO. ¡Espera, Kasumi!
Los dos vieron como la chica se alejaba corriendo a toda prisa. Naruto todo los ojos apretando sus puños; odiaba la faceta que ponía para distraerlo. Jamás le gusto que tomara el curso de verano estudiando actuación y canto cuando tenían 12 años.
—Grandísima loca —espetó en un susurró.
—Le dices loca cuándo eres igual a ella.
Naruto volteo encontrandose a Sasuke con una sonrisa típica de él. ¿Acaso no era raro?
Primero no contesto a su saludo, y ahora le sonreía.
Naruto decidió no tomarle importancia a eso.
—Ya, claro.
Tomo asiento a su lado, observando a la poca gente pasar en las cercanías. Quería alejarse de Sasuke, últimamente era incomodo e intimidante su presencia.
—Naruto —pronunció un ruido de poco interés—. En realidad no puedo compararte con Kasumi.
Esta vez le miro extrañado, dandose cuenta que él le atacaba con sus orbes negros, recorriendo su ser y poniendole más incomodo.
—Ella es rara —bajo su mirada pensativo. Tal vez ella tenía razón. No debía esperar tanto—, es terca y piensa que lo sabe absolutamente todo de mí.
—¿Y eso que ti...
—Cree que yo puedo soportar cosas inútiles —prosiguió sin dejarle hablar—. Especula cosas al azar, juega con el mundo queriendo ser algo que no es; y al final sale con el drama de que no puede decirte que ah montado la farsa de ser mi novia, solo para acercarme a ti.
—¿Que? —casi se queda mudo por lo que acababa de escuchar. Eso si es que había escuchando bien.
No tuvo tiempo de ver cuando Sasuke se había acercado a él. Lo tenía enfrente, con sus manos tomando su cintura para pegarlo más a él.
—En verdad, no te pareces nada a ella —Sasuke podría jurar que sentía lo nervioso y confundido que estaba Naruto—. No imaginaís cuanto me ah reclamado por no decirte esto.
—¿Sasuke? —deseaba preguntarle que rayos le había pasado, pero todo de esfumo cuando los labios de Sasuke atraparon los suyos con desespero.
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Suspiro exhausta. Miro el reloj de su casa mientras subía las escaleras. Era una gran suerte que sus padres no estuvieran, la verdad es que ella no deseaba tener la molesta compañía de sus padres, últimamente peleaban por cualquier tontería.
Esperaba que su hermano llegara lo más pronto posible, aunque para ser exactos, suponía que Sasuke se la jugara y al fin se quitara un peso de encima.
Su sonrisa se expandio al pensar en eso.
—Ah, que aburrido —exclamaba la chica. No sería lo mismo jugar videojuegos si no estaba Naruto.
Antes de llegar a su habitación, el tono de su celular sono con insistencia. Apurada, lo tomo en manos y contestó la llamada entrante.
—¿Hola?
—Lamentó molestarte, Kasumi.
—¿Itachi? —pregunto con voz sorprendida—. ¿Que pasa?
Un silencio fue la única repuesta que recibió.
Algo sin duda estaba mal.
—Itachi, no tengo tiempo para tus bromas de mal gusto —respondió secamente.
—No hagas tonterías, Kasumi
Por un momento quedo paralizada. No sabía como reaccionar ante las palabras de él.
—Entonces... —la voz le temblaba.
—En solo un mes.
Ella cerro los ojos pensativa. No quería complicar más las cosas.
—Perdona Itachi —miro la habitación de su hermano—. La verdad es que no tengo ese mes...