Mis manos se descendieron a sus caderas y luego sus muslos. Lo cargué hasta el mesón, sus dedos se enterraron más fuerte en mi pelo, tiraba de él mientras arrugaba mi camiseta con su otra mano. Toqué la parte baja de su espalda y llevé mis manos hacia adelante, pero me empujó con fuerza haciéndome chocar con el fregadero y se bajó de un salto.
“Mierda Chanyeol...” su respiración estaba agitada. “¿Qué es esto?” levantó los ojos, pero no pudo sostener mi mirada. “Tú te burlas de mí, me evades y luego te comportas como si te importara.” Levantó la voz. “¡Y LUEGO LLEGAS A MI APARTAMENTO Y ME BESAS! ¿PARA QUE? ¿PARA DECIRME QUE "SOLO TE GUSTA BROMEAR CONMIGO" MAÑANA?”
“Pues si no me equivoco, tú también me besaste.” me adelanté y lo tomé del brazo. “Tú me correspondiste, ¿o no?” lo mire a los ojos, una sonrisa inevitable atravesó mi cara.
“PUES CLARO QUE LO HICE, PEDAZO DE PENDEJO.” sus gritos sonaban por toda la casa. “OBVIAMENTE TU SABIAS QUE IBA A HACERLO.” me miró con rabia. “Puedo ser lo que tú quieras, pero nadie juega conmigo.” tiró de mi camiseta como forma de amenaza. “Ni siquiera tú.
Tome su mano con rapidez halándolo y volviendo a pegarme sobre sus labios. Lo sostuve con fuerza mientras acariciaba el interior de su boca con mi lengua, volví a reír. Me empujó haciendo que casi perdiera el equilibrio, su puño impactó mi mandíbula con un sonido seco. El dolor se extendió. Me sobe la cara con una expresión de asombro.
“¡SAL DE MI CASA PARK CHANYEOL! MALDITO SEAS.” me empujó por la espalda, golpeándome.
“Te veré mañana.” sonreí.
“NO ME JODAS MAS.” me empujó hacia el pasillo. “NO ME INTERESA VERTE MAÑANA. NO QUIERO VERTE, ¿ENTIENDES ESO?”
“Lo harás...” susurre. Me cerró la puerta en la cara.
Llegué a mi habitación aun sobándome la mandíbula, era increíble que ese ratón tuviera tanta fuerza. Me quité lo que traía puesto y me di cuenta de que había dejado mi celular en el apartamento de al lado. Mañana iría a buscarlo. Me metí bajo las sábanas tapando mi cabeza con una almohada.
“¿Te gustan los hombres?” Pregunté en voz alta. La respuesta llegó inmediatamente a mi cabeza, me mordí el labio. “Te gusta Baekhyun.” sonreí. “Si te... gusta Baek...hyun.”
Soy demasiado impulsivo; siempre lo he sido y termino perdiendo las cosas que quiero por eso, pero no voy a perderlo a él. Ni siquiera lo tengo, aun no tengo nada con Baekhyun, pero aún así lucharé por tenerlo. Sea lo que sea, no lo voy a perder.
No sé cuánto tiempo tenía pensando en eso, el sueño empezó a vencerme. Tenía los ojos cerrados y estaba por dormirme cuando escuché tres golpes en mi pared. Me incorporé en la cama y devolví uno, entonces mi celular salió disparado por el hoyo. Me bajé de la cama y me tire al suelo, sentándome al lado de la abertura.
“¡POR SI PENSABAS VENIR MAÑANA CON ESA EXCUSA!” La voz de Baekhyun salió por el mismo lugar que el teléfono. “BUENAS NOCHES.”
“PERO QUE CONSIDERADO ERES.” grité de vuelta. “YO TAMBIÉN TE QUIERO, ¿EH?” sonreí y me acosté para poder ver a través del hoyo, no pensaba que iba a encontrarme a Baekhyun haciendo exactamente lo mismo. Cuando sus ojos encontraron los míos los abrió como platos, asustándose. Mis carcajadas hicieron eco en toda la habitación y al parecer en la suya también, pues pude escuchar su rabieta del otro lado.
De pronto la tristeza me consumió. ¿Mis malditas condiciones de vida iban a dejarme ser feliz esta vez? solo... ¿tal vez un poco aunque sea? me conformaría con eso. Mi vida siempre ha sido miserable. Me quedé en el piso apoyado de la pared, mire al otro lado un par de veces aunque es obvio que no podía ver nada. Pasó un largo rato en lo que estuve allí. No me di cuenta en qué momento había empezado a llorar, pero ya no era capaz de detenerme.
Mi padre murió cuando mamá aun estaba embarazada entonces fue cuando conoció a ese hijo de puta, que le dio un techo y la compró con palabras bonitas. Se haría cargo de su hijo como si fuera suyo y los amaría siempre, iba a protegerlos... ¿A protegernos? La primera vez que la golpeó yo tenía cuatro años. Es obvio que no pude hacer nada, llegó borracho y comenzó a insultarla, a llamarla prostituta y a romper cosas.
La situación empeoró con el tiempo, ya tenía seis años. Un día fue a recogerme al colegio, el auto tenía maletas dentro pero mi madre no estaba ahí. Pregunté por ella pero no me contestó, jamás volví a verla. Desde entonces me trajo a Seúl y nos mudamos en este apartamento. Nunca quiso responder nada sobre mi madre, a excepción de que nos había abandonado. Yo sabia... yo sé, que eso no es cierto. Ese día juré que un día iba a encontrarla, y lo voy a hacer. Ella... yo se que está viva. Me lo dice mi corazón.
Cuando conocí a la señora Yuri estaba solo. Estaba escondido en la habitación y quería desaparecer, pero no podía hacer nada. El bastardo me había abandonado a mi suerte sin siquiera dejarme que comer. Ella entró porque vio la puerta abierta y quería saludar a los nuevos inquilinos y desde ahí me prometió que iba a cuidarme y que no volvería a llorar o a estar solo. Se hizo cargo de mí y Me dio comida, amor, atención... todo.
Después de unos meses me inscribió en una escuela y comencé mi vida como Park Chanyeol; me había dado el apellido de su familia. Viví hasta los trece años en su departamento porque en ese entonces me sentía una carga para ella y decidí mudarme solo. Ella no quería pero accedió ya que a final de cuentas era en el mismo edificio e iba a seguir cuidándome.
El asqueroso regresó poco tiempo después mandando a la mierda toda la vida que ya tenía hecha. Fue entonces cuando empezó a abusarme y maltratarme física y mentalmente. La señora Yuri quiso que volviera a vivir con ella pero yo sabía que si ese maldito se enteraba de que ella tenía algo que ver conmigo sería capaz de hacerle daño, así que no acepté. El sabía que tenía la ayuda de alguien, pero no mencionó nada. Después me enteré de que había estado siguiéndonos de cerca y que lo sabia absolutamente todo, nuestros movimientos, a qué hora salíamos y entrábamos, si respirábamos o no.
Pensé en escaparme muchas veces, pero estoy amenazado de muerte si lo hago. Morir es algo que no importaría pero sé que también le haría daño a Yuri y a su familia. La única manera de mantenerlos a salvo y volver a ver a mi madre es si lo aguanto. Es la única razón por la que sigo teniendo fuerzas para levantarme. Ese desgraciado me quitó todo lo que me hacía feliz, y algún día voy a hacer que me las pague todas, una por una.