El apartamento era realmente lindo y sorprendentemente espacioso. Caminaba lentamente observando todos los detalles que podía, mamá se quedo en el marco de la puerta observándome.
“¿Eso es un me gusta?” dijo cruzándose de brazos y dándome una sonrisa.
“Lo es. Me gusta.” La mire, en realidad me gustaba. “¿Cuál es mi habitación?” señale las puertas que se encontraban tras un pasillo, después del comedor.
“Segunda puerta a la derecha. La tuya tiene baño incluido.” me guiño el ojo. “Supongo que ahora quieres estar solo, estaré desempacando mi ropa. ¿Va?” sonrió de nuevo.
“Va.” me acerque para darle un abrazo y un beso y me fui a mi nueva habitación.
Tenía una gran ventana con un balcón, un espacio para la cama, un armario movible, un espejo en la pared y el baño. No era tan grande como mi habitación anterior, pero estaba más que bien para mí. Puse la caja sobre la cama y me decidí por guardar toda mi ropa, tenía mucho que hacer si quería tener mi habitación lista para esta semana.
Cuando termine de sacar toda la ropa de las cajas, tendí una colcha sobre la cama y me tire en ella con mi teléfono celular, revisando mensajes con poco entusiasmo y poco a poco me fui quedando dormido.
***
Me desperté cuando el sol ya se estaba ocultando. Me senté mientras me frotaba los ojos y divise una bandeja con comida en la mesita al lado de la cama. Revise mi teléfono y eran pasadas las 5:30 pm. Cuando me levante para buscar el contenido de la bandeja, vi que mamá me había dejado una nota al lado de esta: "Regreso a mas tardar a las 8, hay algunas cosas que necesito comprar. Te amo"
Deje la nota a un lado y comencé a comerme las galletas que llenaban el plato. Me fui a sentar de nuevo a la cama cuando escuche un ruido proveniente del otro lado de la pared, me sobresalte. Escuche lo que parecía un gemido y el crujir de algo al romperse, me asuste más de lo que estaba y salí disparado hacia la puerta para revisar la casa pero no encontré absolutamente nada. Extrañado regrese para comer el resto de mis galletas. ¿Y si era solo mi imaginación y no había nada ahí? Volví a sentarme en la cama, pero los ruidos no cesaron. Esta vez podía jurar haber escuchado la voz de alguien del otro lado de la habitación.
Decidí restarle importancia al asunto, pero como por arte de magia un recuerdo para nada lejano apareció en mi cabeza.
"Yo soy Park Chanyeol, pero tú puedes llamarme Yeol."
Oh no, no, no.
"Vivo en el B-14, justo al lado del tuyo."
Mierda. Esto era lo último que me faltaba, tener a un maniático viviendo al lado de mí y que me tocara dormir justamente en la habitación que compartía pared con su casa. Estaba sumido en mis pensamientos, cuando el estruendo de una canción a todo volumen me hizo literalmente saltar de la cama. Mire la pared con tanto odio que pensé que podía derretirla, pero pude reconocer la voz de Oliver Sykes en "Antivist". ¿En serio, Bring me the horizon? el sonido hacia que me acordara de mi hermano y lo molesto que solía ponerse cuando le pedía que bajara el volumen. Al final sus canciones me terminaron gustando. El recuerdo me hizo sonreír y me relaje un poco, aunque era casi imposible. Podía sentir las vibraciones de la pared bajo mi cuerpo en la cama.
"MIDDLE FINGERS UP! IF YOU DON'T GIVE A FUCK!" Repetía enérgicamente la voz de Chanyeol del otro lado. Luego de unos segundos y por más que me gustara, la canción... él comenzaba a enfermarme. Decidí tratar de no hacerle caso y concentrarme en lo que sea así que abrí una de las cajas y saque un libro de ella. Volví a recostarme en mi cama para leer pero no podía llevar el hilo de tres oraciones seguidas por el ruido que el idiota provocaba. Luego de cinco intentos de lectura fallidos y pasadas dos canciones, al muy anormal se le ocurrió subir más el volumen de su maldita música. Mis nervios habían terminado aquí.
Camine pesadamente hasta la puerta y luego hacia la sala. Sorprendentemente su ruido solo podía escucharse desde mi habitación. Salí sin pensarlo dos veces y toque la puerta de su apartamento, rogando porque me abriera al menos uno de sus padres, así podría pedir decentemente que bajara el volumen de su...
“Vaya” Sonrió de medio lado y tiro de su cabello hacia atrás cuando me abrió la puerta. Por un momento olvide a que iba, trataba de no desviar mi mirada hacia su torso desnudo pero no funciono, haciendo que una sonrisa más amplia y arrogante apareciera en su cara. “¿A qué debo el honor de tu visita, Baek?” Se recostó del marco de la puerta cruzando los brazos. “¿gustas pasar?”
“No.” Logre decir sorprendentemente sin tartamudear. Sentí una gota de sudor recorrer mi espalda. “Lo único que necesito es que por favor le bajes el volumen a la música. Estaba intentando dormir.”
“¿Dormir?” Miro su reloj de pulsera. “¿A las 6:12 de la tarde?” Encarno una ceja.
“Dormir.” Insistí. “¿Le vas a bajar si o no?” Comenzaba a desesperarme.
“Espera, ¿cómo es que puedes oírla hasta tu habitación?” Se rasco la cabeza de pronto olvidando su actitud seductora de hace unos segundos.
“Tu habitación y la mía tienen la misma pared de fondo, o eso creo.” Bufe. “¿la vas a bajar?”
“¡NO JODAS!” se llevo una mano a la boca. “¿no es genial? Así puedo sentir como que duermo contigo.” Se carcajeo.
Pero por Dios, ¿qué diablos pasa con este estúpido ahora? ¿Será idiota de verdad o se hace?
“¿C-como dices?” sentí el caliente atravesar mis mejillas.
“¡JA! lo sabía” se mordió el labio reprimiendo una carcajada y una sombra rosa se poso en su nariz y mejillas.
“¿Saber que, Chanyeol?”
“Que eras homosexual.” Me miro como si su respuesta fuera lo más obvio, jadee por la sorpresa haciendo que aumentara su sonrisa y su carcajada, anteriormente reprimida, saliera de su garganta llenando mis oídos.
“Chanyeol, estoy cansado.” exploté. “¿Podrías bajarle por.fa.vor el volumen a tu música y dejarme dormir?”
“¿Me vas a dar un beso o algo mas si lo hago?” Se agacho quedando a la altura de mi cara y me dejo ver sus dientes. Miro mis labios, mis ojos y mi entrepierna. Sentí una punzada en esta última parte.
“¡SERÁS ANORMAL!” lo empuje. “No te me acerques, ¿está claro?” amenacé.
“Eeeh” se carcajeo apoyándose del marco de la puerta, doblándose un poco haciendo que su abdomen se marcara mas.
Justo en ese momento me di cuenta que su ropa interior color verde sobresalía de sus pantalones y mis ojos se desviaron sin pedirme permiso. Sentí mi garganta secarse cuando sus ojos atraparon los míos y sonrió encarnando las cejas mientras se enderezaba. Los latidos de mi corazón se aceleraron cuando sus dedos tomaron mi barbilla y acerco su rostro mezclando su respiración con la mía. Estaba parado en mi lugar, incapaz de moverme.
“No soy gay...” susurró haciendo que el aire de su boca golpeara mis labios y riendo después.
“Solo baja el maldito volumen, estoy harto.” golpee su mano para que se alejara.
“Oh.” se hizo el ofendido. “En ese caso, si me lo pides así...”
“Chanye…”
“La respuesta es no, dulces sueños Byun.” Me guiño un ojo antes de azotarme la puerta en la cara.
Jesucristo apiádate de mi, derrama en mí tu paciencia, porque lo mato...