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Síndrome de Estocolmo por Xenophilica

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Notas del fanfic:

Esto es algo que se me ocurrio una tarde.

Notas del capitulo:

Two-shot

Prometo no demorarme con la segunda parte.

Tambien prometo ponerme al corriente con "Mala Suerte" y "Forgive me"

Gracias por leer mis Fic, en verdad, ustedes me animan a seguir escribiendo :D

 

*Todos los personajes pertenecen a Marvel Comic's y a la mitologia Nordica respectivamente, esto lo hago por diversion, asi que no gano efectivo para seguir conviviendo entre los vivos.

*+-.Síndrome de Estocolmo.-+*

 

 

Las bandas delictivas no son algo nuevo en nuestra sociedad, no son nada del otro mundo hoy en día, incluso hasta parece más que normal que cada día se hable de que alguna de dichas bandas a secuestrado a algún miembro de alguna familia adinerada.

Lo que en verdad sorprendía era que el miembro secuestrado volviera con la familia, por lo general una vez que te secuestran, tu familia ya no vuelve a saber de ti… si, es cruel, pero verdad.

 

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Loki regresaba de un cansado día en la universidad, el moreno caminaba despreocupado de la vida, se ajustó un poco la mochila que llevaba colgando al hombro con una mano, mientras que con la otra se acariciaba el cuello.

Calor, estúpido y malnacido calor. Maldita la hora en que su coche se descompuso y tuvo que ir a la universidad a pie ya que él no era fanático del transporte público y tampoco se sentía cómodo viajando en un auto con un desconocido. Algo raro, tratándose de un miembro de la familia Laufeyson, el más joven de hecho.

Siguió caminando como si nada, ignorando al mundo a su alrededor, algo no muy grato cuando en tu ciudad está la inseguridad hasta el tope, pero siendo uno joven y con el pensamiento de “Eso nunca me pasara a mí”, crees que nada malo te pasara, hasta que eres lo suficientemente “afortunado”.

Si Loki no hubiera seguido recriminando el clima en ese momento, el moreno se habría dado cuenta de que una camioneta negra con vidrios totalmente polarizados, lo había estado siguiendo en las últimas tres cuadras, más específicos, desde que salió de la universidad aquel vehículo se había movido, solo con el fin de seguirlo.

—Aquí la Hechicera—. Hablo una mujer desde dentro de aquella camioneta. —Tenemos al objetivo en la mira, no hay gente cerca, ¿Comenzamos con el plan?—. Pregunto esperando su respuesta desde el otro lado del teléfono.

—No, por el momento solo síguelo, no hagas nada precipitado—. Le informo la voz de un hombre, a lo que la mujer simplemente contesto con un “entendido” y siguió de cerca al pelinegro.

 

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Loki ya había llegado hasta su casa, saco las llaves de su bolsillo y entro a la misma siendo recibido por la anciana encargada del aseo.

—Joven, que bueno que ya haya llegado—. Le dijo la mujer con una sonrisa. —La comida ya está servida, sus hermanos lo esperan en el comedor—. Loki asintió y se encamino al lugar donde Helblindi y Býleistr se encontraban ya devorando su comida como viles y salvajes vikingos, Loki dio un respingo con la nariz ante grotesco espectáculo.

— ¿Acaso no pueden comer como gente civilizada?—. Pregunto el moreno mientras arrastraba una silla hacia atrás y se sentaba en ella. Helblindi lo miro con el ceño fruncido.

—Disculpa que no seamos unas damas en la mesa, hermano—. Dijo el otro con sarcasmo, ganándose una mirada de enfado por parte de Loki.

—Además la comida fue hecha para disfrutarse, a la manera que sea, pero disfrutarse a fin de cuentas—. Le apoyo Býleistr el cual se llevaba un buen pedazo de carne a la boca, Loki suspiro con cansancio, nunca podía ganarles en una discusión a ese par de trogloditas hambrientos.

—Al menos podrían cerrar la boca al masticar la comida—. Dijo el menor llevándose un poco de comida a la boca.

— ¿Y dejar que disfrutes de nuestros buenos modales?—. Le dijo el otro con burla. —Eso jamás, hermanito—. Ambos hermanos soltaron una carcajada y se dedicaron a ignorar al moreno por lo que restaba de la comida.

 

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Loki había pasado la mayor parte del día encerrado en su habitación haciendo las tareas para la universidad, nadie dijo que estudiar una licenciatura en literatura fuera fácil, así como leyendo algunos libros que sus profesores amablemente le recomendaron. Cuando termino de leer el último libro del día, se estiro como felino en la cama y se acostó viendo directamente al techo, perdiéndose en la blancura del mismo sin pensar en algo en particular.

— ¡Loki!—. Escucho la voz de Helblindi llamarlo. Loki arrugo la nariz y cuando pensaba levantarse para ver qué es lo que quería su molesto hermano, la puerta de su habitación fue abierta de manera brusca por el anterior mencionado.

— ¡Hey, al menos toca antes de entrar!—. Le reprocho el menor.

—Oye, Býleistr y yo saldremos por unas horas—. Le dijo, ignorando totalmente su reclamo.

— ¿A dónde van?—. Loki se levantó para dejar el libro que acababa de leer sobre su escritorio.

—Vamos a un juego de la facultad, tal vez lleguemos pasada la media noche—. Helblindi se acomodó un poco la playera deportiva con el escudo del equipo de la facultad. —Dile al viejo que tengo el celular, por si quiere llamarme—. Loki frunció el ceño.

— ¿Y porque tengo que ser yo quien le diga de tus escapadas?—. Pregunto arqueando una ceja con molestia, Helblindi lo encaro con un gesto amenazante.

—Porque eres el menor, porque debes hacer lo que yo digo y porque te golpeare si no lo haces—. El mayor alzo su puño para enfatizar su amenaza, Loki paso saliva.

—Okey, okey…. Yo le diré, baja ese puño, por favor —. Loki a pesar de ser un espíritu rebelde, él sabía perfectamente que si algo no debía hacer, era hacer enojar a Helblindi, no al menos cuando se encontraban solos en la casa, ya que por lo general la fuerte presencia de Laufey o Fárbauti mantenía a los hermano mayores a raya.

—Bien—. Le dijo el mayor con una sonrisa para después darle la espalda al menor. —Alana ya se va, si quieres que haga algo antes de que se marche, este es el momento para decírselo—. Loki se lo pensó, pero negó con la cabeza dando a entender que él no necesitaba nada. —Le diré que se marche entonces—.

 

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El movimiento que podían ver desde dentro de los vidrios de la camioneta, era demasiado, los hermanos hacían mucho escandalo hasta que subieron al su auto para comenzar el trayecto hasta el estadio de la universidad.

—Los hermanos se retiran, ¿Comenzamos ahora?—. La misma mujer volvía a pedir luz verde para llevar a cabo el plan.

—La del aseo sigue dentro, espera a que salga y entonces avísame—. Dijo la misma voz masculina de la tarde, la mujer no dijo nada más, pues justo en ese momento la mujer del aseo había salido, despidiéndose de Loki, el cual ahora cerraba la puerta. —Ella ya salió, ¿Ahora?—. La mujer en la camioneta espero por unos segundos.

— ¡Ahora!—. Al decir esto, ella y el otro hombre que venía con ella manejando la camioneta, salieron de la misma, ambos vestían ropas negras, al acercarse a la casa se cubrieron con antifaces y cubrieron sus bocas con algunas bufandas.

—Ya sabes que hacer, ¿No?—. Pregunto la mujer al hombre, el cual asintió pegándose lo más posible a la pared. La mujer toco el timbre de manera insistente.

 

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Loki que había comenzado a subir las escaleras mientras se frotaba el cuello con su mano, la dejo caer pesadamente cuando escucho el tocar del timbre, frunció el ceño, ¿Acaso esa persona no podía ser más oportuna?, ¿Por qué no tocar el timbre antes de que subiera las escaleras?, frunció mas el ceño ante la insistencia del sonar del jodido timbre.

—Ya van, ya van…. ¡Que ya van!—. Grito al ver que sus palabras no hacían que quien sea que estuviese tocando dejara de hacerlo, el moreno miro el reloj de pared, faltaban cuarto para las diez, alzo una ceja. — ¿Quién podrá ser a esta hora?—. Se preguntó mientras abría la puerta, él al no ver a nadie ahí, se aventuró a salir de la seguridad de su casa. — ¿Pero qué…?—. El menor no pudo continuar hablando cuando un fuerte golpe en la espalda lo había derribado. De inmediato sintió un peso encima de él y como sus brazos eran llevados detrás de su espalda, lo siguiente que sintió fue como un pañuelo húmedo era colocado en su boca y nariz, trato de pelear, pero con el peso ajeno encima no podía hacer mucho, finalmente y ante la anestesia del momento, todo para Loki se volvió obscuro cayendo irremediablemente en la inconciencia.

—Tenemos al objetivo, repito, tenemos al objetivo—. Reporto la mujer mientras el otro hombre cargaba al moreno como si fuera un simple costal de papas.

—Bien, regresen lo más rápido y asegúrense de que nadie los haya visto—. La mujer hizo un ademan indicándole al otro que subiera a la víctima a la camioneta, mientras ella comenzaba con una tranquila revisión por el área, la mujer cerró la puerta de la casa de Loki y camino hasta la camioneta en donde su compañero ya había amarrado los pies y manos del moreno, le había puesto una mordaza tipo bozal y le había cubierto los ojos.

— ¿Todo listo?—. Pregunto la mujer mientras se sacaba el antifaz y la bufanda, el hombre que había regresado a su lugar en el asiento del piloto, simplemente asintió y comenzó a encender la camioneta para ponerla en marcha.

 

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Maldición. Todo daba vueltas, sentía el estómago adolorido, sus músculos de igual manera, fue recobrando la conciencia poco a poco, solo para toparse con una borrosa luz tenue, parecía que se encontraba en una habitación, sentado y amordazado, de pronto los recuerdos de la pasada noche se hicieron presentes en su mente y fue como con quejidos comenzó a retorcerse en la silla donde se encontraba, algunas lágrimas comenzaron a salir por sus ojos, la desesperación se sentía en cada poro de su piel, lo cual hizo que sus movimientos fueran bruscos y descuidados, lastimándose su pálida piel que había optado un tono rojizo ante las marcar de las ataduras.

—No hagas eso o terminaras lastimándote—. La voz de un hombre le hizo detener todo movimiento, paseo su vista por la habitación hasta que dio con aquella figura alta. —Y no tenemos pensado pasar por un hospital para que te atiendan—. Loki se le quedo viendo, aquel hombre parecía muy tranquilo… ¡Claro que estaría tranquilo, era su maldito secuestrador!—Traje un poco de agua, no queremos que te deshidrates mientras estas aquí—. Le mostro un vaso con agua, Loki frunció el ceño ante aquella extraña hospitalidad. —Te quitare la mordaza y te pediré de favor que no grites…—. Le advirtió el otro. —…claro a no sé qué quieras recibir una paliza—. Le sonrió de medio lado. Loki lo miro con desconfianza pero al final opto por obedecer a aquel desconocido, ahora no se encontraba en un buena posición como para llevar la contra, en especial si su vida dependía de eso.

Aquel hombre se acercó al moreno pasando sus manos por el cuello pálido del menor y finalmente posarlos en la atadura que mantenía aquella mordaza en la boca de Loki, el moreno jalo un poco de aire y miro al contrario.

— ¿Dónde estoy?—. Pregunto tratando de sacar aunque sea un poco de información.

—No tienes por qué saberlo, no es de tu incumbencia—. Le dijo el hombre mientras le acercaba el vaso a los labios y dejaba que el moreno bebiera el líquido. Cuando Loki hubo saciado su sed volvió la mirada a aquel hombre, el cual llevaba cubierta la mitad de su cara con una bufanda negra, dejando descubiertos sus alborotados cabellos rubios y sus intensos ojos azules.

— ¿Q-quienes eres?—. Pregunto el moreno perdido en esos ojos. —O ¿Quiénes son?—. El otro sonrió de lado bajo aquella obscura prenda.

—Somos una de las más famosas bandas delictivas de este sector—. Loki abrió sus ojos de sobremanera por aquella información revelada.

— ¿S-son Los Nórdicos?—. Pregunto con algo de miedo en su voz, el otro hombre rio debajo de la prenda.

— ¡Hey, Trueno!—. Lo llamaron desde afuera, era una mujer. —Deja de socializar con la víctima, suficiente tememos con Esgrimista como para que tú también comiences con estas estupideces—. Le dijo con molestia en su voz. —Ya le diste agua, vuelve a ponerle la mordaza y deja de hablar con él—. Así como llego, la mujer se fue, el hombre volteo a ver al moreno.

—Disculpa su mal humor—. Dijo el rubio mientras se acercaba al moreno. —Ha tenido un mal día—. Loki lo miro incrédulo.

—Dímelo a mí—. Le dijo con sarcasmo, a lo que el otro rio, volvió a colocarle la mordaza al moreno, aunque Loki se resistió un poco.

—Volveré en un rato para traerte comida, de nada nos sirves si estas medio muerto—. Le dijo con bastante naturalidad, como si aquel acto ilegal llamado secuestro no estuviese pasando. Lo último que oyó Loki fue a la pesada puerta de metal cerrarse detrás del rubio.

“¿Pero qué mierda pasa con estos tipos?”—. Pensó el moreno para sí. —“En las noticias los hacen ver como los más despiadados villanos”—. La confusión era evidente y más con el trato tan… ¿Grato? Que estaba recibiendo por parte de aquel rubio, por un momento dudo, aunque las ataduras en sus pies y manos y la mordaza en su boca le hacían ver  lo real de aquel hecho. Lo habían secuestrado y no lo trataban como la víctima. Si, bastante extraño.

 

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— ¿Ya le diste agua?—. Pregunto otro hombre que acomodaba papeles en la mesa donde se encontraba, el otro asintió. —Bien, creo que es hora de comenzar con las llamadas y amenazas—. Dijo a lo que los presentes asintieron. —Hechicera, ¿Tenemos todo listo?—. La mujer asintió.

—Los teléfonos se encuentran protegidos con varias señales que causaran confusión por si la policía ya fue avisada—. El rubio asintió y ahora miro al otro.

—Trueno, ¿Cómo están los circuitos de la casa?—. Pregunto al rubio. —No quiero que nada falle como la última vez—.

—Los circuitos están en perfectas condiciones, los revise tres veces—. Afirmo el ojiazul.

—Bien señores, es hora de comenzar con el show, les prometo que a más tardar en cinco días tendremos una buena fortuna entre manos—. Afirmo con alegría a lo que los otros rieron. —Cocinero, comienza con la llamada…. ¡Ahora!—. Un hombre bastante robusto comenzó a teclear un numero mientras se ponía un distorsionador de voz y esperaba a que le contestaran al otro lado.

— ¿Bueno?, ¿Loki, eres tú?, ¿Dónde te has metido?, llevamos toda la noche buscándote—. La voz de Fárbauti se escuchó preocupada al otro lado de la línea, Cocinero espero a que la mujer dijera lo que tenía que decir, miro al Esgrimista el cual asintió para que Cocinero comenzara a hablar.

—Deje de hablar—. Le dijo el hombre, aquellas palabras hicieron callar a la mujer en seguida. —Tenemos a su hijo y créame cuando le digo que si no cumple con nuestras demandas aquí mismo se lo ejecuto, ¡¿Entendió?!—. Dijo de manera agresiva, tratando de asustar lo más posible a la mujer.

— ¡No, no por favor, no le haga nada a mi Loki!—. Trueno le dio la espalda a Cocinero, como odiaba oír a la gente suplicar por el bienestar de sus familiares, le hacía sentir verdaderamente culpable, pero sabía que no habría marcha atrás, la mirada de él Esgrimista se lo decía y aunque a él también no le gusto oír la voz desesperada de aquella mujer, debían entender que trabajo es trabajo.

—Listo—. Dijo el Cocinero mientras terminaba la llamada. —Les he dado el plazo de cinco días para que reúnan el dinero—. El Esgrimista asintió, miro al otro rubio.

—Trueno, dile al cautivo que su familia responderá dentro de cinco días, dile que si hace lo que le decimos en ese tiempo el regresara con bien a su casa—. El rubio asintió y le dio la espalda al trio. —Y llévale algo de comer, debe tener hambre—. Sonrió.

 

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Loki aún se encontraba encerrado en sus pensamientos, aun confundido por el trato que le daban, ¿Qué no eran criminales peligrosos?, si eso era verdad, ¿Por qué no se encontraban torturándolo o…violándolo?... E-eso haría cualquier banda criminal hoy en día, pero parecía que ellos, Los Nórdicos, operaban de otra manera y no se quedaría con la duda.

Escucho la puerta de metal que lo encerraba en ese cuarto abrirse y por ella entraba el mismo rubio de hace algunos minutos con la misma fachada de antes, en una mano sostenía una charola con comida y en la otra un refresco.

—Te traje de comer—. Le dijo el rubio al moreno, el cual lo seguía viendo con desconfianza, Trueno le quito la mordaza después de que Loki le prometiera no gritar. —Espero que te guste la comida china—. Le dijo mientras abría la charola que mantenía caliente la comida que había salido a comprar.

— ¿Porque?—. Pregunto el moreno aun con confusión, el rubio alzo su mirada azul.

—Pues porque no sería bueno que haya gastado mi dinero por nada…—.

—No—. Lo corto el moreno. — ¿Por qué son atentos conmigo?, ¿No se supone que son una peligrosa banda de secuestradores?—. Pregunto el moreno con el ceño fruncido, Trueno suspiro y dejo la comida a un lado.

—No nos interesa lastimar a nuestra víctima, si ella es la que nos dará dinero—. Le dijo con simpleza para volver a tomar el plato con comida y acercarle un poco a Loki, el cual se negó a comerla.

—Pero no se supone que deberían ser malos, gritarme, humillarme, lastimarme tanto física como mentalmente—. El rubio soltó una ligera risa, a lo que Loki frunció el ceño confundido.

—Digamos que nuestro “modus operandi” es muy distinto al que comúnmente se conoce—. Dijo el rubio para volverle a acercar la comida, pero nuevamente Loki se negó a comerla.

— ¿Porque?—. Trueno frunció el ceño.

—Haces demasiadas preguntas—. Le reprocho. —Eso es algo que no debe importante, volverás con bien a tu casa, siempre y cuando tu familia cumpla con lo que se le ha pedido—. El rubio volvió a acercarle la comida, Loki gruño inconforme con la respuesta, pero acepto la comida que el otro le ofrecía.

Loki termino la comida que le había traído el rubio, el cual lo hacía sentir incomodo con las penetrantes miradas que le lanzaba, y eso más que disgustarle lo hacía sentir nervios de lo que estuviera pasando por la mente de aquel “criminal”.

— ¿Qué tanto me ves?—. Pregunto, ya con cierto tono de molestia por la insistente mirada del otro. — ¿Acaso no habías visto a un hombre amordazado o qué?—. El rubio desvió la mirada.

—L-lo siento—. Dijo entrecortado, lo que hizo que Loki alzara una ceja, ¿Qué es lo que le pasaba a ese rubio?—Es hora de que me vaya—. Dijo para ponerse de pie, tomar la mordaza para volver a ponerla en la boca de Loki.

—No…por favor—. Pidió el moreno, no soportaba tener esa cosa amarada a su cara por más tiempo. —Prometo que no gritare ni nada—. El rubio dudo por un momento, pero finalmente suspiro.

—Está bien, siempre y cuando no hagas ruido, así los otros no sabrán que te la he quitado—. Loki asintió prometiendo que no haría ruido, el rubio simplemente recogió los restos de comida y basura y salió de la habitación dejando a Loki solo, una vez más.

 

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Trueno cerró la puerta de metal, soltó un suspiro y se dio media vuelta solo para toparse con su otro rubio amigo, Esgrimista le dio al otro una mirada reprobatoria y con brazos cruzados se acercó a él.

—No deberías tomarle tanta confianza—. Le dijo el rubio. —Es una víctima y no creo que sea de las personas que se quedan “calladas” solo por cumplir una promesa—. Trueno desvió la mirada.

—Yo… creo que si lo hará—. Le dijo aunque el tono de duda estaba presente, el otro alzo una ceja. —Fandral… ¿Qué fue lo que sentiste cuando te quedaste con Sif en lugar de devolverla?—. El otro alzo ambas cejas ante la mención de su verdadero nombre y el nombre de la mujer, eso solo decía una cosa, el rubio hablaba las cosas con seriedad, algo no muy propio de él.

—No es sencillo hablar de esto, mi amigo—. Le dijo como respuesta. —En especial para mí, pues fue ella la que decidió quedarse conmigo—. El otro alzo una ceja. — ¿Has oído del síndrome de Estocolmo?—. Le pregunto su compañero.

 

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Loki removía una y otra vez sus manos en las molestas ataduras, viendo si podía librarse de ellas aunque sea por un instante, la piel le ardía en esas zonas, pero al ver que no podía y que lo único que lograba era que el ardor aumentara, dejo por la paz la lucha contra las cuerdas y suspiro con pesadez.

Sus verdes ojos de centraron en la puerta por donde el rubio entraba y salía, de pronto la imagen de aquel hombre de formo en su cabeza. Alto, rubio, ojos azules, de aparente buen físico, quedo embobado recordando lo profundo de esos hermosos ojos color cielo… un momento… ¡UN MOMENTO!, ¿Acaso llego a pensar, a creer que los ojos de ese hombre eran hermosos?, ¿Buen físico?, ¿Atractivo?... ¡No! … bueno lo de atractivo estaba de más pero… ¡NO!

Movió su cabeza de un lado a otro tratando de desvanecer aquellos pensamientos que estaban tomando un rumbo totalmente fuera de lugar, ni siquiera conocía con totalidad la cara de aquel hombre… no podía decir que era atractivo, ¡No, Loki deja de pensar en eso!, se reprochó de nuevo mientras sus mejillas se tornaban rojizas.

—D-debe ser la falta de aire en esta habitación—. Dijo en un susurro, culpando de todos sus desvaríos y pensamientos a la falta de ventilación del lugar, lo estaba haciendo alucinar cosas.

Aunque también podría atribuirse a las tan atentas atenciones que el rubio tenía con él, ¡Por todo lo sagrado, era un criminal!... y él su pobre víctima, su semblante se torció con disgusto, el pensar una y más cosas, le estaba ocasionando un fuerte dolor de cabeza.

Entonces para cambiar el hilo de sus pensamientos fue que se preguntó cuánto tiempo es el que llevaba encerrado, aquel hombre no se había ido hace mucho, por lo que creía que solo habían pasado algunos minutos.

Entonces volvió a escuchar la puerta abrirse y por ella entro el rubio con un plato de comida, el cual aún humeaba, clara señal de que estaba recién hecho.

—Te taje de cenar—. Le dijo el rubio para sentarse frente al moreno y señalar el plato de comida. —Mi compañera se dignó a cocinar—. Loki miro el plato con desconfianza. —No te preocupes, no tiene nada malo—. Le dijo al sentir la duda en el rostro del contrario. El rubio le acerco el cubierto lleno de comida, para que Loki degustara la comida, pero el moreno se negó, de nuevo.

— ¿Cuánto llevo aquí?—. Pregunto, el otro sonrió.

— ¿De nuevo las preguntas?—. Loki alzo una ceja ante la risa del otro. —Llevas solo un día—.

— ¿Y cua…?—. La pregunta quedo a medias, pues el rubio le metió la cuchara con comida en la boca, Loki escupió la comida y tosió un poco por lo brusco que había sido el rubio.

— ¡Idiota, está caliente!—. Le grito, pero de inmediato quiso disculparse, pero el otro se adelantó.

—Lo siento… pero sigues haciendo preguntas—. Le dijo el rubio para dejar la comida de lado para que se enfriara. —No preguntes, no necesitas saber nada—. Le dijo el rubio mientras concentraba sus zafiros en las esmeraldas del otro. Loki se sintió nervioso de nuevo, ¿Por qué le veía tan fijamente?, ¿Tenía algo en la cara?

— ¿Qué?—. Pregunto el moreno mientras desviaba la mirada. El rubio se sobresaltó ante la pregunta.

— ¿Disculpa?—.

— ¿Qué tanto me ves?, ya son dos, ¿Tengo algo en la cara?—. El rubio se apresuró a negar. — ¿Entonces?—. Trueno desvió la mirada.

—No se… me gusta verte, solo eso—. Esto hizo que Loki se inevitablemente de sonrojara, ¿Porque? Ni él lo sabía y no quería saberlo… ¿O sí?, el sonido del estómago de Loki saco a los dos de sus pensamientos, el rubio tomo el plato y le ofreció nuevamente comida a Loki, el cual ahora no se negó a recibir alimento.

Al igual que esa tarde, el rubio recogió los restos de comida, para salir de ahí, pero fue detenido por la voz del moreno.

— ¿Cómo te llamas?—. Pregunto el moreno, sin ninguna mala intensión. —Solo por saber, te juro que no le diré a nadie sobre tu identidad secreta—. Sonrió de medio lado, el rubio pensó en no contestar aquel cuestionamiento y le dio la espalda al moreno. —Por favor… en verdad te juro que no le diré a nadie—. El rubio volteo y vio confianza en esos ojos, suspiro no podía hacer eso, y sus colegas se lo habían dicho, ¿Entonces porque no podía negarle nada a esas hermosas esmeraldas?

—Mis compañeros me llaman el dios del trueno—. Fue lo único que dijo para después salir del lugar y dejar a Loki con un gesto confuso en su rostro.

— ¿Dios del trueno?—. Se preguntó, medito un poco para finalmente sonreír. —Mucho gusto, Thor—.

Después de aquello, las visitas del rubio eran más frecuentes, demasiado frecuentes, Thor visitaba a Loki cada hora, para darle comida, agua o simplemente solo para ver como estaba, la Hechicera miro su comportamiento y reprobó la actitud de Thor para con la víctima.

—Si sigues conviviendo con él, solo tendrás dos opciones—. Le dijo la mujer al rubio. —O lo enamoras para que se una a nosotros o tendremos que matarlo—. Le dijo con gesto frio y Fandral, que se encontraba al lado de ella, apoyaba lo dicho por ella.

—Nosotros no operamos así—. Reprocho el rubio. —Solo esperamos a que se nos dé el dinero y lo liberamos—.

—Thor, el chico sabe demasiado—. Le reprocho Fandral. —Te ha llamado por tu nombre, sin mencionar que has entablado conversaciones con él—.

—Pero…—.

—No hay pero que valga, Thor—. Le reprocho Sif. —Nos pones en riesgo a todos, el simple hecho de que sepa tu nombre, tu verdadero nombre, es un riesgo para nosotros—. El rubio bajo la vista, no tenía nada más que decir, no podía llevarles la contraria, pues sabía que ellos tenían razón. —Es tu decisión, Thor—.

 

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¿Cuánto había pasado?, ¿Tres días? No estaba seguro, solo sabía que un día se terminaba cuando el rubio le traía la cena y es ahí donde decía, un día termina, en total, el hombre le había traído tres veces la cena, eso decía que ya llevaba tres días en cautiverio y para lo único que lo sacaban, era para ir al baño, y curiosamente siempre era ese rubio, de sus compañeros no había tenido ni siquiera un saludo, más que de la mujer que lo veía de manera fría.

La puerta volvió a abrirse y por ella entro el rubio trayéndole más comida y algo de beber. Loki sonrió y el rubio le regreso la sonrisa, el moreno se acercó a él, ya que Thor lo había desatado hacia uno o dos días.

Por extraño que parezca, Loki ya había comenzado a sentirse feliz con las visitas de Thor, con las charlas tan amenas que tenía con él, por lo general no podía platicar tan abiertamente con alguien, sus hermanos estaban idiotizados por los deportes, sus padres todo el día ocupados y sus compañeros de facultad, solo decían estupideces, o al menos así le parecía a él.

Pero Thor… era diferente, podía hablar de cualquier cosa con él y era demasiado agradable, al principio se asustó con aquellos sentimientos, en especial por el poco tiempo que llevaba conociendo al “criminal”, si es que aún lo podía considerar así, la palabra “enamorado” cruzo por su cabeza miles de veces en esas horas solo, pero al final parecía que así era.

La tristeza que sentía cuando se iba y la alegría que sentía al verlo cruzar esa puerta se lo confirmaba.

¿Alguna vez oyeron hablar del síndrome de Estocolmo?... él sí, es más, una amiga suya lo había vivido, Sigyn le había hablado sobre un novio que tenía, también recordó que ella había pasado lo mismo que él estaba viviendo, un secuestro.

“Mi amado me secuestro un día, pero al final termine enamorada de él”

 …Esas palabras carecían de sentido cuando las escucho de la boca de su amiga, ¿Cómo te puedes enamorar de alguien que te mantiene encerrado?, pero entonces entendió, ¿Cómo no enamorarse de alguien que en lugar de hacerte daño, te brinda atenciones que nadie más te ha dado?, ¿Cómo no enamorarte de esos bellos ojos azules que reflejaban un alma limpia?, ¿Cómo no enamorarte de alguien que te escucha?, ¿Cómo no enamorarse de Thor?

— ¡Thor!—. Dijo Loki para acercarse al rubio y abrazarlo, el otro abrió los ojos sorprendido ante la acción del moreno, ¿Por qué hacía eso?, no pudo evitar sonreír debajo de su bufanda negra, la cual siempre llevaba.

—Hola—. Saludo el rubio mientras pasaba sus brazos alrededor del otro, no podía abrazarlo porque si no se le caería la comida que llevaba.

Esta vez el rubio traía comida para ambos, tenía pensado comer con él y el moreno no se negó a compartir el tiempo con el rubio que… para que negarlo, le había robado el corazón, tuvieron una plática amena, temas triviales

—Pronto regresaras con tu familia—. Le dijo el rubio mientras recogía los platos sucios, Loki abrió los ojos sorprendido, ¿Regresar con su familia?

— ¿Q-que?—. Pregunto incrédulo, Thor volteo su mirada en los ojos de Loki se podía ver… ¿Desilusión?, eso lo hizo sonreír.

—Que volverás con tu familia, ellos ya cumplieron con el trato, solo tenemos que ponernos de acuerdo en donde dejarte y listo… serás libre—. Estaba a punto de abrir la puerta, cuando sintió un brusco empujón en su espalda y unos brazos rodearle por la cintura.

—N-no—. Susurro el moreno.

—Loki—. Susurro el rubio mientras ponía sus manos contra las del moreno y hacia que Loki lo soltara, se dio media vuelta para encarar al moreno, pero no conto con que este se le colgara al cuello y aun con la bufanda en el rostro del otro, le besara, el rubio abrió los ojos por la sorpresa de tal acción, soltó los platos que tenía los cuales se hicieron añicos al chocar contra el piso y abrazo fuertemente a Loki.

—Thor—. Susurro el moreno una vez separados. —Solo…—. Loki llevo sus manos a las majillas del otro y deslizo sus dedos hacia abajo llevándose consigo la bufanda, Thor tomo las pálidas manos del moreno y las aparto con gentileza de su cara.

—Yo lo hago—. Dijo el rubio para llevarse una mano a su rostro y retirar aquella bufanda y así mostrarle al moreno su rostro por completo. Loki se sonrojo, sus suposiciones parecían ser verdaderas, Thor en verdad era atractivo, el moreno volvió sus manos al rostro del rubio, tocando la ligera barba que tenía este, Loki tomo con firmeza las mejillas del rubio y lo acerco a él, para ahora si plantarle un beso en los labios sin oposición.

Thor saboreo por primera vez los dulces labios de Loki, sus manos se aferraron a la cintura del moreno solo para acercarlo más a él, Loki dejo las mejillas de Thor para ahora enredar sus manos en los rubios cabellos del otro, el contacto simple del beso se volvió más salvaje, como si ambos hubieran aguantado demasiado el hacer algo como aquello.

Los brazos de Thor se enredaron a la cintura de Loki, apretándolo contra su cuerpo, creía que si lo soltaba el moreno desaparecería delante de él, pero ese no era el caso, él quería a Loki, a pesar de haber pasado solo unos días con él, lo quería, posiblemente lo amaba, y tal parecía que el moreno correspondía aquel sentimiento.

¿Han escuchado del Síndrome de Estocolmo? Es una reacción psicológica, en donde la victima de secuestro, desarrolla sentimientos afectivos hacia su captor.

Loki lo padecía y parecía no importarle cuando comenzó a enredar sus piernas alrededor de la cintura de Thor, el rubio había arrastrado sus manos hasta los glúteos de pelinegro solo para enredar sus piernas en su cintura y así poder friccionar su muy despierta hombría contra la del menor, simulando leves embestidas contra el cuerpo contrario.

Loki solo despego sus labios para decir…

—Ahh… Thor—.

 

 

♥Continuara---------->

Notas finales:

Si, lo se, soy mala por cortar el Lemon en esta parte... pero ¡Hey! tranquilas que tratare de hacelo bien xD, en el proximo Cap. les traere el Soundtrak para este Fic :D

 

Xeno


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