-(mi nombre dib membrana, soy un investigador de lo paranormal, y un estudiante de último año de secundaria... Sigo siendo el mismo ´´hazme reír de la clase ´´, por así decirlo, pero aun asi, eso no me impedirá que me le confiese a mi amor platónico, Z…)-
El joven de cabellos negros dirigió una mirada de intensidad hacia el lado derecho del salón de clases, donde una persona se encontraba sentada pacíficamente en su pupitre, concentrada en sus cosas.
-*suspirando*Zita… -
Zita era la chica más bonita, inteligente, atlética y popular del colegio, tenía muchos chicos a sus pies, eso incluía a nuestro excéntrico adolecente. Ese mismo día Dib había dejado una nota anónima en el pupitre de Zita donde la citaría después de clases, para declararle sus sentimientos.
No sabía exactamente si estaba enamorado, el nunca se había enamorado antes, pero era mejor comprobarlo, tubo que reunir mucho valor para hacer y entregar la carta, e inclusive tuvo que pedir ayuda a Gaz, la cual está al principio se negó, pero después de rogarle tanto y ofrecerle cierta cantidad de dinero esta accedió. Suena patético... cierto…? Tener que pedirle ayuda a tu hermana menor con temas amorosos, pero no tenia de otra si quería que la carta fuera más que perfecta incluso roció un poco de perfume antes de entregarla para que oliera agradable.
La campana que anunciaba el final de las clases lo saco de sus pensamientos.
Zita recogió rápido sus utensilios escolares y se aproximo hacia la salida, Dib por su parte decidió seguirla disimuladamente. Llego hasta la parte indicada una zona solitaria detrás del edificio principal bajo un árbol de almendro. Dib, desde una cierta distancia reuniendo el suficiente coraje para acercarse a una chica, que no fuera su hermana o la señorita Bitters, estaba muy nervioso no savia que decir o que hacer.
La joven de cabellos purpuras, observo la carta que la había llevado hasta este puto.
-Tal vez fue una broma…- dijo eso al notar que la persona que estaba esperando demoraba. Se dio la vuelta y comenzó a caminar lentamente. Dib al notar esto, salió de su no tan alejado escondite y se apresuro para actuar antes que la oportunidad se le escapara de las manos.
-¡ZITA, ESPERA!...- La pequeña de ojos marrones al escuchar esto dio un vistazo al quien la avía llamado.
-¡Dib!… que… que pasa, acaso… ¿tu eres el que me envió la carta…?-
Dib asintió con la cabeza para afirmarlo.- S-si…- un pequeño tono carmesí se posicionaba en las mejillas de este.
-bueno, dime que sucede- dijo con un tono de despreocupación y poco interés
-E-este… y… yo…- de verdad, si que estaba nervioso- Zita… ¡m-me gustas!-
Hubo un pequeño silencio. Fueron un par de segundos pero para Dib se le izo una eternidad, una incómoda y agonizante eternidad.
Acto seguido, resonaron por los tímpanos de dib unas carcajadas exageradamente fuertes. Era zita quien reía descontroladamente pero Dib no entendía el por que.
-¡¡¡¡JAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAAJAJAJAJAJAJAJAAJAA!!!!! –Dib la miraba confundido, mientras que se podían ver lágrimas por los ojos de zita.
-pero que… que pasa, porque te ríes…- dijo un poco preocupado y decepcionado.
-JAJJAJAJAJAJAJAJAJAJAJ, AY… ay… Dib, ¿¡no hablaras en cerio, cierto!?-
-¡Que ¡pero de que hablas, estoy hablando en cerio…-
- ay Dib… escucha…- zita lo miro directo a los ojos y una expresión engreída, burlona y antipática se presento el rostro de la joven chica.-Eres un patético perdedor, yo jamás andaría con alguien como tú, yo la chica más populares del colegio crees que me atrevería a caer tan bajo con alguien tan inadaptado como tú, no eres más que un loco-
-loco…-
-tu ni siquiera mereces que te dirija la mirada, todos en el colegio se burlan de ti, crees que eso va con mi reputación, yo merezco estar con los mejores, y no con un raro ñoño sin amigos como tú, todo de ti me desagrada, jamás te he soportado, me das asco…-lo miro con repulsión y desprecio.
El chico de ojos ambar sintió un fuerte nudo en la garganta y se quedo en shock.
-¡Ha…! Y por cierto *saco la carta de su bolso, la arrugo y la lanzo con desprecio a los pies de dib sin el menor consentimiento y cuidado del mundo* esta estúpida carta es lo más tonto que he leído en mi vida, nada comparado con las que me regalan a diario- se dio media vuelta y comenzó a caminar con la más tranquilidad del mundo- además apesta, literalmente, ha ha , ese es el perfume mas barato y corriente que he olido, y las palabras que escribiste puff…. Ha a quien le pediste ayuda, a tu hermana, ha ha ha patético…-
Dib solo se quedo ahí parado, observando como la fémina abandonaba descaradamente el lugar. Nunca en su vida lo avían tratado así, no podía creer que avía pasado hace algunos instantes, no sabía qué hacer o que sentir.
-Wooow… que duro Dib-humano- una voz ligeramente burlona y aguda pero suave se pudo oír claramente, lo cual lo hizo reaccionar de su pequeño trance.
El adolecente observo detenidamente como frente a él una figura dio un gran salto desde el ese gran árbol, era una persona de muy baja estatura y complexión delgada, con piel verde, con unos grandes y de alguna manera tiernos ojos color lila , cabello negro ligeramente largo y varios mechones caían sensualmente por su rostro, usaba botas y guantes de cuero, unos pantalones ajustados y una camisa magenta, lo miraba fijamente mientras fruncía el ceño de una manera seria en una pose orgullosa con una mano en la cintura. Dib abrió los ojos al ver la persona que estaba frente a él…
-¿¡¡¡¡¡¡ZIM!!!!!!!!?-