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Coffee Scent. por chenunot

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Notas del capitulo:

¡Hola! n-n mi amiga les agradece por los reviews y las leidas. Aqui les dejo el segundo capitulo de la historia, espero que lo reciban bien :3

En la noche no pude dormir bien que digamos, desperté tres o cuatro veces en la madrugada, tardando como 20 minutos para volver a conciliar el sueño. Me sentía exhausto, pero por alguna razón no conseguía dormir como todas las noches.
Al despertar en la mañana, hice mi rutina de baño, preparé mi desayuno y lo comí, y salí rumbo a la cafetería que había ido el día anterior. El pulso de mi corazón se aceleró un poco al pisar dentro del lugar. Se sintió extraño.
Al sentarme en una de las sillas de la barra, no vi a Ho Seok. En cambio, había otro barista atendiendo la barra.
“Buenos días. ¿Y el otro chico barista?" Le pregunté.
“Ah, se refiere a Ho Seok. No tiene turno los lunes…" el chico respondió ordenando algunas cosas en la barra.
“Oh, ya veo." Mi ánimo decayó un poco.
“Bien, ¿desea ordenar algo?"
“Un espresso, por favor."
 
Al salir de la cafeteria, me sentí un poco incómodo. Como si no ver a Ho Seok me lastimara. ¿Qué es esto? Por Dios… es solo un chico, un simple barista… ¿Qué me pasa?
 
Las horas en la oficina pasaron lentamente. Como si el día fuera eterno. Pero pude mantener mi mente ocupada todo el tiempo, ya que los lunes recibo mucho papeleo.
He trabajado en esta empresa desde hace dos años. Ya había conseguido tener mi propia oficina. Pero todo gracias a contactos de mi padre, y mi propia experiencia en otra de sus empresas. Mi padre era un importante empresario del país. Nada de lo que tiene hoy en día es heredado, sino ganado con su propio esfuerzo. Lo admiro por eso.
 
A las 12:30 estaba descansando del papeleo, ya que era la hora del almuerzo. Entonces escuché que tocaron la puerta de mi oficina.
“Adelante."
So Young había entrado en mi oficina.
“¿Qué haces aquí?" Aparté mi ojos de ella y me enfoqué en mi partida de Solitario en mi ordenador.
“¿Ya pensaste las cosas?" Su tono de voz era más como un susurro.
“¿Pensar qué? No hay nada que pensar, soy un hombre de palabra. Y tampoco ando desperdiciando mi tiempo en cosas que no me interesan…"
“Park Jimin…"
“Bang So Young…" Me encantaba molestar a las personas de esta forma. La chica frunció el ceño y estoy seguro de que me maldijo al salir de la oficina.
No podría importarme menos. 
 
Finalmente, mi horario de trabajo había terminado. Solo quería irme a casa y poder dormir, por fin. Al final del día estaba terriblemente cansado. Necesitaba comida y una cama, la mia de preferencia.
 
--
 
Heme aquí. Solo, de nuevo, solitario en este estúpido apartamento. Solo, de nuevo. Solo, de nuevo. ¿Cuándo será posible que encontraré quien me corresponda en verdad? Quería encontrar a la chica que me haría, finalmente, felíz en verdad. O tal vez, la felicidad no era para mí; sin darme cuenta, ya estaba tirando en el sofá, llorando como solía hacerlo. Se siente horrible estar solo. No tener a alguien que desearle los buenos días y buenas noches. Salir a comer juntos y planear nuestras vidas.
Estaba vuelto un desastre con piernas. Y no es solo ahora como adulto que tengo problemas en el amor. En mi adolescencia estuve enamorado de muchas chicas, pero ninguna se detuvo a conocerme, mis verdaderas intenciones. Nadie quiso comprender mi soledad. Lo único que tenía eran mi trabajo y mi departamento.
 
Otra noche más sin dormir, esta vez fue por culpa de mi estúpido llanto. A la mañana siguiente parecía una bestia, parpados hinchados, ojos inyectados de sangre, pómulos agresivamente colorados. No pensé que podía salir a la calle de esa forma. Pero no podía faltar al trabajo, tenía que resolver algunos asuntos, aún.
Me bañé y me puse un traje color gris. Preparé un miserable desayuno, un vaso de jugo de naranja, y listo, estaba preparado para comenzar el día.
 
Ese día si se me antojaron unos Hotteok, acabados de hacer. Dejé el auto en el estacionamiento de la empresa, y me dirigí caminando hacia el puesto de Hotteok. Ya podía saborearlo en mi boca, a pesar de que hace años que no comía uno.
La última vez que los comí creo que fue de mi madre. Ella era una gran cocinera, todos amaban su comida. Mucha gente iba a mi casa a la hora del almuerzo solo para llevarse un poco. Era una señora humilde, sin problemas cocinaba grandes cantidades de comida para todo el que quisiera.
 
Aún eran las ocho de la mañana y había gente esperando su Hotteok. La gran fila me desanimó y recordé que en la cafetería también vendían. Corrí hacia allí.
Para mi sorpresa, en la barra estaba Ho Seok, pasando un paño sobre ella. En mis labios apareció una pequeña sonrisa.
“Annyeonghaseyo." Dije al entrar.
“Annyeong." Respondió Ho Seok desde su puesto. Estaba sonriendo, mostrando sus dientes. Tenía una linda… ¿qué carajos pensaba?
 
Al vermer mejor, dejó de sonreír. Supongo que todavía tenía la cara hinchada.
“¿Mala noche?" preguntó. Asentí mientras me sentaba en una silla de la barra.
“¿Latte Macchiato?"
“No, en realidad, vine a probar sus Hotteok, pero si me regalas la taza de café, seré un cliente totalmente complacido."
¿Estaba coqueteando con un chico? Una vez más me pregunté: ¿Qué carajos me pasaba?
“No lo creo." Empezó a reír. Su risa, sinceramente, era contagiosa. Entrecerraba los ojos y echaba la cabeza ligeramente hacia atrás.
“Esta bien, ordenaré un Americano."
 
Estaba satisfecho. No era el mejor Hotteok que he comido, pero estaba bastante bueno. Disfrutaba una buena comida como cualquiera. Eso me hacía feliz y de repente mi día se volvía un poco más alegre.
“¿Está bueno?"
“Bastante." Dije engullendo el último bocado de Hotteok.
“Lo siento, Jimin-nim, me refería al café." Había dicho mi nombre. Sentí mi corazón encogerse y tuve la urgencía de tomar un sorbo de café para que la comida no se me quedara atrapada en la garganta.
“Uh? Por supuesto, está perfecto." Le di una sonrisa. De pronto me iba a volver loco.
Esto no podía ser normal.
Pero aún así, seguía apenado por mi situación.
“Hey! He notado tu ánimo más decaído que cuando el sábado." Dijo mientras secaba unas tazas recién lavadas.
“Si… he estado teniendo unos cuantos problemas…" le di un sorbo a mi café.
“Tienes cara de querer alcohol, no cafeína." Ambos reímos de su comentario.
“¿No tendras un poco de /whiskey/ escondido por ahí para echarle un poco a esto?" Le guiñé un ojo. Él desvió la mirada, sonriendo y negando con la cabeza.
 
Estuve unos minutos más allí, antes de dirigirme hacia mi trabajo.
“Vuelva pronto."
“Sin duda alguna." Le dije antes de salir de allí. 
Notas finales:

¿Les gustó? eso esperamos. No olviden dejar su opinion u.u hasta pronto.


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