Desde siempre, si, desde siempre, he estado enamorada del galán de la aldea: Uchiha Sasuke.
Siempre había pensado que yo solo era otra chica más enamorada del más deseado entre las niñas de Konoha, que no tenía oportunidad absoluta de que él se fijara en mí.. pero aún así, él me gustaba.
Cuando nos asignaron compañeros en el equipo siete, sentí que tal vez, sólo tal vez, si hacía bien las cosas, él me miraría, se fijaría en mí, y me daría oportunidad, aunque sea la más mínima.
Pero pronto noté que eso no sucedería, que mi amado Sasuke amaba al idiota de Naruto. Muchas veces me sentí rara respecto a la situación, dado que estábamos en algo así como un "triángulo amoroso" en el que todos salíamos perdiendo. Yo estaba enamorada de Sasuke, que a su vez estaba enamorado de Naruto, que a su vez estaba enamorado de mí. Todos amores no correspondidos, todos amores locamente reprimidos.
Con el paso del tiempo me había resignado a la situación, con la esperanza de que algún día, Sasuke dijera "me cansé de que Naruto no se fije en mí, le daré una oportunidad a Sakura".. Pero todos sabíamos que eso no sucedería, dado que él.. no me odiaba, pero no me tenía tanto aprecio, por el hecho de que su amado rubio me amara a mí.
Luego comencé a notar cambios en la actitud de Naruto, él competía más y más y pasaba más y más tiempo pendiente de Sasuke.. muchos dirán "sí, por que lo veía como un rival", pero para mí las cosas no eran así. Para mí, Naruto estaba empezando a tener otra clase de sentimientos por el azabache.. sentimientos.. que matarían toda esperanza amorosa mía respecto al Uchiha.
Fue entonces cuando sucedió la huida de Sasuke, y fue entonces cuando todo se confirmó: a Naruto le gustaba Sasuke.. pero éste luego de haberse resignado al rechazo y haber reprimido todo sentimiento por el rubio, había huido para continuar con su venganza hacia su hermano.
A medida que se realizaban las misiones de rescate, los días pasaban, y Sasuke no volvía, Naruto desesperaba más y más.
Recuerdo cuando ambos separamos nuestros caminos temporalmente para irnos a entrenar, él fue con Jiraiya-sama, y yo con Tsunade-sama. Al cabo de 2 duros años de entrenamiento, Naruto volvió a la aldea y nos reencontramos. Ambos con la misma meta que nos habíamos planteado años atrás: traer a Sasuke de regreso a Konoha.
Para entonces, ya estaba más que confirmado que Naruto amaba al Uchiha, que lo quería a su lado, y que ese era su motivación y la razón de su duro entrenamiento...
Pasaron muchísimas cosas, y mucho tiempo, y la situación se ha.. "arreglado".
La Cuarta Gran Guerra Ninja ha terminado, con muchísimas pérdidas y demasiadas tristezas, pero con "buen" final.
Sasuke volvió a Konoha, y luego de cumplir con los procedimientos debidos, se mudó a vivir con Naruto, lo que a muchos les pareció un tanto raro, pero a los que los conocíamos, no.
Para nosotros era obvio que la razón de que haya regresado tenía nombre y apellido: Uzumaki Naruto.
Las personas se fueron acostumbrando a verlos juntos, Sasuke retomó su camino como shinobi de la aldea escondida entre las hojas, y Naruto tomó su puesto como Hokage. Yo también continué con mis estudios, recientemente ascendí a Jounin.
¿Mi corazón? Sigue roto. Pero tengo a alguien cerca mío que cada día lo cura un poco. Ella es mi actual motivación para seguir, la razón de mis sonrisas, mis llantos, mis enojos y, sobretodo, mi felicidad. ¿Su nombre? Lo reservaré para el final, primero, quiero contarles cómo es que se volvió alguien tan especial para mí, como es que, ella, tan pacientemente, recogió cada trozo de mi corazón, los acomodó y se dispuso a pegarlos uno por uno.. con amor.
Todo comenzó el día en que Sasuke y Naruto, organizaron una cena, para todos sus amigos y personas cercanas, en la casa que ambos compartían y anunciaron que estaba saliendo, que eran pareja, que se amaban y eran felices, y que esperaban que todos lo aceptaran y les dieran su aprobación.
Como era de esperarse, todos los felicitaron y hicieron comentarios aprobando la relación, ya que de todos modos, todos los ahí presentes sabíamos de dicha relación desde antes que ellos dos lo anunciaran, todos los ahí presentes sabíamos la razón del trabajo duro y el entrenamiento de estos últimos 3 años en la vida de Naruto, y la razón por la cual Sasuke había regresado.. la razón por la cual vivían juntos, y la razón por la cual desde que eran críos se la pasaban juntos, ya sea peleando o riendo. Para todos los ahí presentes, Sasuke y Naruto se amaban más que a nada en el mundo, y eran felices juntos.
¿Yo? Por supuesto que también los felicité, hacía años me había resignado a la situación, preparándome para ese momento. Claro que una parte de mí estaba triste, mal, y hasta enojada, por que yo amaba a Sasuke desde antes que Naruto, por que yo también había sufrido durante estos años en su ausencia, y cambio, como pago, sólo había recibido una puñalada al corazón, un amor no correspondido, y la persona que amo y mi mejor amigo esperando mi aprobación. Pero otra parte estaba feliz por ellos, dispuesta a ayudarlos y acompañarlos, dispuesta a seguir con mi vida, aceptando que las cosas no siempre salen como una quiere, como una espera o anhela que salgan.
Desde hacía unos meses, yo compartía departamento con ella, con la que había visto como mi mejor amiga desde que eramos unas crías peleándonos por el mismo chico que ni se fijaba en nosotras.
Ese día, luego de la cena, volví sola a la casa, aún sabiendo que ella también se dirigía ahí, me despedí de todos y salí primero. Recuerdo que hacía frío, había comenzando a nevar.. y yo a llorar. La casa Uzumaki-Uchiha estaba a unas 15 cuadras de la nuestra, pero decidí caminar.. lento y tranquilamente, dejando por fin, a toda mi tristeza reprimida salir.
Nadie podía verme u oírme, ¿Quién iba a estar a las 2 de la madrugada, en plena nevada, en la calle? Yo sola. Y eso era justo lo que quería, estar sola. Nunca había hablado con nadie respecto a cómo me sentía con ello. Todos entendían, ya que yo se los había dejado en claro, que a mí no me gustaba hablar de ello.. me hacía mal, sentir triste. Prefería ocupar mi mente en otras cosas y fingir que nada de eso sucedía. Aunque sabía que eso no remediaría las cosas, fingir que no sucedía sólo calmaba el dolor temporalmente.
Lloré y lloré, ya ni sabía por donde o hacia dónde caminaba, en algún punto me había desviado del camino y no me apetecía detenerme a pensar en cómo volver o a leer los letreros de las calles y saber dónde me encontraba. De pronto sentí pasos acelerados detrás de mí, seguidos de un grito y una voz familiar, algo en mí se activó, un sentimiento.. una sensación.. si lo pusiera cómo un cuento de princesas: sentí algo así como la voz de mi principe azul viniendo a mi rescate. Claro que en su momento no supe identificar el sentimiento y me convencí de que había sido por el susto del grito repentino.
-¡Sakuraaaaaaaaaaa! ¡Por fin te encuentro! Salí justo detrás tuyo, me detuve a ver algo en mi móvil, y cuando miré, ¡Ya no estabas! Te he buscado por todos lados, llevo una hora corriendo de aquí para allá, -dijo entre jadeos, ¿una hora? no creí que había caminado durante tanto tiempo- ¡Hasta he ido al departamento!
-Lo siento.. -miré al piso, avergonzada, aunque todavía flotando en una nube de pensamientos, y llorando.
-Está bien, linda -dijo abrazándome-. La que lo siente soy yo..
-¿Por qué?
-Porque hayas tenido que hacer eso.. sé como son las cosas.. sé que sufres. Aunque también sé que estabas preparándote para este momento desde hacía tiempo, estas cosas siempre duelen, aunque las asimiles desde hace años.. -la abrazé más fuerte y escondí mi cara en su hombro- Llora, te hará bien.. llora todo lo que quieras, aquí estoy.
Estuvimos ahí paradas, abrazadas, bajo la nieve, justo debajo de un faro de luz, mientras yo lloraba a los gritos, mientras dejaba salir todo sentimiento, lo que pareció 5 minutos, pero cuando comenzamos a temblar, noté que habían sido alrededor de 40..
-Vamos.. vamos a la casa.. -dije, mi voz estaba ronca de tanto gritar y llorar-.
-Está bien -dijo, secándome las lagrimas con los pulgares-.
No noté sino hasta que llegamos a la casa, que habíamos caminado el resto del trayecto abrazadas. Me reconfortaba estar cerca de ella, que me dijera palabras tranquilizantes o que me acariciara el pelo.. pero no me molestaba en detenerme un segundo a pensar a qué se debía.
Cuando entramos, preparó chocolate caliente y sacó una caja de dulces de quién sabe donde. ¿Desde cuando a ella le gustaban tanto los dulces como para tener una caja guardada? Eran mis dulces favoritos.
Hablamos y comimos dulces durante alrededor de 3 horas. Yo también había continuado llorando, y habíamos terminado sentadas en el sofá-cama abrazadas, mirando la tele y cada tanto yendo a la cocina a preparar más chocolate. Cuando miré para afuera, noté que era de noche, pero, claro, era invierno, no amanecía hasta las 9 de la mañana. Miré el reloj y marcaba las 5:58.. Había comenzado a hacer más frío.
Fue hasta la cocina a buscar más chocolate, y también volvió con más almohadones y frazadas. Nos quedamos ahí, mirando la tele.
Cuando me desperté, estaba sola acostada en el sofá-cama, la luz entraba por la ventana, y al parecer hoy no nevaba. Encendí la tele, eran las 13:30. Hoy era sábado, así que no tenía que preocuparme de nada, los fines de semana eran mis días libres salvo que surgiera una emergencia, pero nadie salía de casa los sábados de invierno cubiertos de nieve, así que todo estaría bien.
Fui al baño, hice mis cosas y me lavé la cara, y fue ahí, cuando salí luego de haberme lavado la cara, cuando estaba totalmente despierta, cuando noté la decoración en la sala. Fui a la cocina a buscarla y preguntarle de dónde había sacado todo de un momento para el otro. La sala estaba cubierta de flores, en especial de mis favoritas.
Cuando entré a la cocina, noté un rico aroma y, enseguida la vi y escuché tarareando una canción mientras cocinaba de espaldas a mí.
-Hola -dije acercándome a ella-.
-Hola, -dijo, acercándose y abrazándome- ¿cómo estás? ¿tienes hambre?
-Un poco. Bien, ¿y tú?
-Bien -dijo, volviendo a cocinar-.
-Gracias.
-¿Por qué?
-Por todo. Por estar conmigo, por aguantarme, por buscarme y permitirme llorar en tu hombro siendo que cualquiera tranquilamente se hubiese venido directo a dormir, por escucharme llorar durante horas sin protestar, por quedarte conmigo, por comprar mis dulces favoritos, por llenar la casa de esas hermosas flores.. Gracias.
-Sakura, no tienes que agradecer nada -dijo dejando la cuchara a un lado y acercándose a mí-. Eres, y lo sabes, lo más importante para mí. No me gusta verte así, y prefiero que llores en mi hombro antes que en el de alguien más, frentesota. "Lo más importante para mí".
-Jajaj, de todos modos, gracias, cerda.
Ambas reímos y la ayudé con la comida. El día transcurrió de manera normal.
Luego de eso, los días pasaban y ella siempre era así de atenta y cariñosa conmigo. Yo me sentía rara cuando estaba junto a ella, pero era un sentimiento agradable, cálido.
Cada día yo me sentía más así por ella, y cada día estábamos más unidas.. hasta que una linda tarde de invierno en la que sí nevaba, descubrí por qué.
Desperté en un hospital. Desconcertada, no entendía que había sucedido, aunque supuse que algo había salido mal en la misión de la cual regresaba en mis últimos recuerdos. Noté que alguien lloraba aferrado a mi mano, sentado junto a mi camilla. Cuando miré, era ella. Escuché que murmuraba algo.
-Por favor, por favor. Despierta, despierta. Yo sin ti me muero, te amo, te amo, despierta, ponte bien, sonríe.. Sakura.. Sakura.. -decía entre sollozos.
Fue ahí cuando algo hizo "click" en mi cabeza. Ahora todo tenía sentido. Claro, los primeros segundos fue un shock enterarme que mi mejor amiga, me amaba de "esa" manera.. Pero ahora yo comprendía por qué eramos así juntas, por qué ella era así conmigo y por qué yo era y me sentía así con ella. Yo también la amaba. Ambas nos amábamos.
Me removí, y ella me miró con los ojos como platos, llenos de lágrimas y unas ojeras inmensas, parecía que hacía días que no dormía.
-Hola.. -dije, mi voz apenas audible, me dolía todo.
-¡SAKURA! -dijo, y se tiró sobre mi y me abrazó tan fuerte que sentí que me partiría algún hueso, mientras repartía besos sobre mi cara- Despertaste.. por fin.. Dios.. ¡Nunca vuelvas a darme un susto así! -gritó, volviendo a llorar-.
-Vamos.. no llores.. -dije, limpiándole las lágrimas y abrazándola también-. ¿Dime, qué ha pasado?
-Hace.. hace dos semanas cuando volvías de tu misión, tu y tus compañeros fueron atacados desprevenidos y a ti te hirieron y te dejaron inconsciente..
-¿Llevas dos semanas aquí?
-Sí.. -explicó- los médicos habían dicho que despertarías en unas horas, pero luego quisieron hacerte más estudios y al final coincidieron en que no se sabría bien cuando despertarías dado que te habías golpeado fuerte en la cabeza y luego de estar inconsciente pasaste a estar en coma. A demás, no sabían si cuando despertarías tendrías secuelas..
-Oh..
-Estaba tan preocupada -dijo volviéndome a abrazar-.
-Perdón por asustarte así -me disculpe, apenada por haberla tenido 2 semanas preocupada durmiendo en una silla en el hospital-.
-Si.. -de pronto fue consciente de que estaba prácticamente acostada sobre mí, y que me había llenado de besos, y a juzgar por su cara, temía que yo la haya escuchado hablar antes de que notara que estaba despierta.- Eh.. -dijo, corriéndose.
-No -dije, abrazándola más fuerte contra mí-. Quédate así.
-¿Sakura..? -parecía totalmente desconcertada.
-Te amo.
-¿Qué..? ¿Qué dijiste?
-Que te amo. Y no te hagas la tonta por que sí, te escuche hace un rato.
-Ohh... aaah.. si.. yo también te amo. -dijo, al parecer, pensó que yo me tomé sus "te amo" como de amistad.
Tiré de ella y la besé, al principio pareció sorprendida, quedó rígida, luego, se relajó y me correspondió el beso. Luego de un rato, el aire comenzó a hacer falta y nos separamos.
-¿Sakura,,? -dijo, al parecer, todavía no terminaba de creérselo.
-Gracias, gracias por estar conmigo, por arreglar mi corazón, por hacerme feliz -dije, comenzando a llorar.
-Te amo, Sakura.. -dijo también llorando.
-Te amo, Ino.