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Corazón en llamas por spookytaco98

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Notas del capitulo:

Gracias a Megumi-san por su gran ayuda ^^.

 

Bilbo ha llegado a la Montaña Solitaria con la nueva misión de buscar la Piedra del Arca, pero lo mas difícil no ha sido el recorrido sino el encuentro con el despiadado dragón, Smaug.

Cuando Bilbo despertó lo primero que vio fue a Balin y Bofur mirándolo fijamente desde arriba.

 

-Eh.... tuve un sueño muy raro; soñé que ustedes querían enviarme a la Montaña Solitaria a hablar con un dragón. -dijo Bilbo mientras sonreía.

 

-No lo soñaste, realmente te enviaremos haya. -dijo Bofur. 

 

El hobbit se sentó de golpe sudando frío y tragó saliva.

 

-Pe.... pero por que yo?!

 

-Porque soy tu rey y te lo ordeno! -dijo Thorin.

 

Bilbo quiso ponerse de pie en ese mismo instante, mirar a los ojos a Thorin y gritarle que no iba a hacer nada porque no era su deber. Pero después recordó que el estaba en ese pueblo por ordenes del rey enano y que si se negaba a seguir sus ordenes probablemente se metería en un aprieto que podía arriesgar su vida.

 

-El dragón no conoce el olor de los hobbits. -dijo Balin tomando el hombro de Bilbo. -Probablemente te examine y te haga preguntas. 

 

-Pero no vayas a tratar de engañarlo, es muy inteligente.- dijo Bombur.

 

-Y rápido y voraz....-dijo Glorin.

 

-De acuerdo, de acuerdo! Ya escuché suficiente. -dijo Bilbo temblando y llevando sus manitas a sus orejas puntiagudas. -Cuando me iré?

 

-Mañana al amanecer. -dijo Thorin. -Este es el plan:

 

»Te irás a pony a Erebor. Son tres días de recorrido, casi no hay peligro. Solo tienes que tener un poco de cuidado si es que ves elfos sentados cerca de una hoguera. 

 

-Por que? -preguntó el hobbit arqueando la ceja.

 

-No son agradables con nosotros. -dijo Balin. -No nos caen bien.

 

-Como sea.... En cuanto llegues a Erebor encontraras una gran montañas rodeada de viejas estatuas de piedra de mis antepasados. Sube por una de ellas. 

 

»Cuando subas quédate hasta que el sol poniente brille sobre el ojo de la cerradura con las ultimas luces de Durin. Mete la llave y penetrarás en la montaña.

 

»Una vez que estés adentro, si Smaug te ve tratalo con cuidado, no como la maldita escoria que es. Se exagerado con tus halagos pero no mucho pues se puede dar cuenta de nuestro plan.

 

»Ganate su confianza y su respeto para que pueda otorgarte la Piedra del Arca. Si no te la da, robala.

 

-Como sabré cual es la piedra?! -preguntó el hobbit.

 

-Tu te darás cuenta de cual es. -dijo Balin.

 

-Confío en ti para dejarte esta llave. Pero si tratas de huir, enviaré un cuervo a torturarte. Te estaré vigilando. -dijo el rey. 

 

Esa noche, Bilbo puso todo lo necesario en una mochila para poder partir en la mañana muy temprano. Kili y Fili le prestaron algunas prendas viejas suyas que ya no les quedaban y que estuviesen a la medida del hobbit.

 

Balin le dio tres libros de Erebor para que matara el tiempo mientras tanto en los ratos libres. Bofur le dio seis sandwiches, tres panes de miel y queso. Por ultimo, Thorin le dio un mapa que lo condujera a la Desolación de Smaug y la llave con la que abriría la gran compuerta.

 

Esa noche, Bilbo no durmió nada bien. Estaba asustado y molesto con los enanos por obligarlo a ir a un lugar que no conocía y en el que tendría que enfrentar a un dragón que no solo era enorme y voraz sino que también era inteligente.

 

Bilbo estuvo listo para irse mucho antes de que las luces del día aparecieran. Balin y Thorin de despidieron de el y le otorgaron un pony de patas gruesas. Balin le deseó suerte y Thorin solo le advirtió nuevamente de no tratar de escapar.

 

Durante un largo rato, Bilbo cabalgó a su pony. Pararon cuando las luces del día salieron, tomaron agua en un pequeño arroyo y el hobbit le regaló una manzana al pony.

 

Por dos largos días tuvo que recorrer tantos lugares y descansando muy poco. Casi no dormía por miedo a encontrar un orco o un trasgo. 

 

En cuanto llegó a la Montaña Solitaria, subió por las piedras con cuidado de no caerse con la mochila en su espalda y el pony esperándolo bajo este. 

 

El cielo se estaba oscureciendo mientras Bilbo buscaba la abertura y esperaba la ultima luz de Durin. Jamas se imaginó que aquella luz fuera la de la luna llena.

 

Antes de que pudiese entrar, escuchó un ruido de un ave. Era fuerte y repetitivo, estaba cerca de el. Se dio la vuelta y miró a un pequeño cuervo parado en una piedra y mirándolo.

 

Bilbo se acercó al cuervo y estiró las dos manos juntas para que el cuervo subiera.

 

-Dile a Thorin que no pienso traicionar el convenio. -dijo Bilbo y soltó al cuervo para que este se fuera.

 

El pequeño hobbit tragó saliva y secó el sudor de su frente, retirando los rizos castaños claros. Puso un pie dentro de la montaña y caminó.

 

Estaba muy oscuro, incluso la luz de la luna asomándose en la compuerta abierta comenzaba a desaparecer con cada escalón que bajaba.

 

-"Ah! Es que nunca se acaban?!" -pensó Bilbo bajando las escaleras hasta que miró un resplandor dorado al que se estaba acercando.

 

Se sorprendió al asomarse por el descanso de las escaleras que todo estaba lleno de tesoros, monedas de oro, copas, perlas y piedras preciosas. Era hermoso, increíble. Incluso las antorchas encendidas eran doradas.

 

Bilbo tal vez había llegado mas lejos que todos los guerreros que habían sido enviados a la Montaña Solitaria. Eso lo hacía sentir orgulloso. 

 

-De acuerdo..... donde esta la dichosa piedra? -se dijo mientras gateaba entre monedas de oro y copas. Deseó que el dragón no despertara pues buscar la piedra iba a ser un trabajo difícil.

 

Pero de pronto el hobbit tropezó con un cofre abierto y cayó de cara junto a otra piedra blanca. Trató de tomarla pero estaba atorada y en cuanto la sacó las dunas de monedas comenzaron caerse, haciendo un ruido fuerte acompañado de su eco.

 

-No, no, no, no! -dijo nervioso. Las monedas no solo cayeron de esa duna, sino de varias que estaban a su alrededor.

 

Las monedas dejaron de caer y el silencio volvió. El hobbit suspiró de alivio hasta que algo grande y pesado cayó sobre las monedas. El ruido anterior se repitió tres veces mas, acompañado de un fuerte gruñido.

 

Bilbo se asustó mucho y tuvo que correr lejos. Se ocultó bajo un puente y sacó su anillo para colocarselo rápidamente.

 

-Bien ladrón..... te huelo y te siento....-habló el temible dragón haciendo que las paredes hicieran un eco de su voz malévola. 

 

Mientras tanto Bilbo se mantenía pegado a la pared del puente calladito pero temblando de miedo. Escuchó como las monedas eran arrastradas por su cola, las pisadas fuertes y su respiración.

 

-Vamos, sal a jugar. No seas tímido. -dijo Smaug dejando ver junto a Bilbo su gran sobra temible. Pero de pronto esa sobra enorme se hizo de poco a poco pequeña como la de un hombre.

 

Bilbo miró una garra en el borde del puente, era mediana de color rojo mas oscuro que la sangre. El dragón rebeló su figura, era como un hombre joven de cabellos castaños rizados, era hermoso. Vestía únicamente con una falda blanca con cinturón de diamantes. Su cuerpo era pálido y fuerte, con las piernas, su espalda y sus brazos estaban llenos de escamas carmesí. Una larga cola del mismo color de sus escamas y como sus dos largas alas de demonio. Sin contar sus cuernos de color negro.

 

El corazón de Bilbo latió inevitablemente fuerte pero no solo por miedo, sino porque aquel dragón era realmente hermoso y sensual. Su rostro pálido parecía de porcelana, sus labios eran delicados y en forma de corazón y sus ojos eran como el oro y la sangre mezclados para hacer un color perfecto.

 

-Sal de las sombras, ladrón silencioso. -Smaug olfateo la pared del puente mientras caminaba hasta quedar junto a Bilbo. 

 

El pobre hobbit comenzó a sufrir un ataque de pánico y a sentir un fuerte dolor de cabeza. El dedo que ocupaba el anillo comenzó a dolerle tanto que lo quemaba y tuvo que quitárselo para que el dolor cesara.

 

-Ahí estas....-dijo Smaug sonriendo y dejando ver sus largos colmillos. Mientras, Bilbo se encogía en hombros por el miedo que lo estaba dominando.

 

-Yo.... yo.... yo.....-tartamudeo el mediano.- No he venido a robarte, Smaug.

 

Smaug no dijo nada, se quedó mirando con confusión al hobbit lo cual puso un poco nervioso al mediano. Smaug olfateo los cabellos castaños de su presa, sus orejas puntiagudas y su cuello.

 

-Smaug? -se atrevió a decir su nombre nuevamente. El dragón lo miró, puso su mano junto a Bilbo y dio una mirada.

 

-No eres un enano como los que acostumbran a venir aquí cada seis meses. -habló Smaug. -Ademas, eres mas bajo que ellos. -lo olfateo. -Ni un hombre, ni un elfo, ni un trasgo, ni un orco. -el dragón acarició su mejilla con sus largas uñas, poniendo nervioso al hobbit. -Que eres? -dijo amablemente.

 

-Soy Bilbo Bolson..... soy un hobbit. -dijo tragando su miedo.

 

-Hueles delicioso. -llevó la diminuta mano del hobbit a su nariz y la olfateo. -Podría devorarte.

 

-Oh por favor, Smaug amo de todas calamidades, no me coma. Le juro que no he venido a robarle. He venido solo a comprobar si las canciones e historias sobre usted son reales.

 

-Lo crees ahora? -se pegó cada vez mas a su cuerpo delicado.

 

-Si.... si, señor.

 

Bilbo deseaba salir corriendo de aquel lugar, salir y nunca voy ver a pisar ningún territorio enano en su vida. Pero los ojos dorados de Smaug, su apariencia, su aroma, su voz lo estaban hechizando.

 

-Te dejaría irte para que no sufras de miedo pero.... eres tan hermoso que te guardaría como mi tesoro mas preciado.

 

Bilbo sintió como la sangre se subía a su rostro y sus piernas temblaban como gelatina derretida. Inevitablemente sonrió, eso encantó al dragón como ninguna otra cosa.

 

-No..... me comas. -dijo el hobbit sin esperar la lengua larga de reptil lamiendo desde su cuello hasta su mentón.

 

-Te voy a comer a besos....-dijo Smaug tomando la entrepierna del hobbit y acariciandola. 

 

-Ah! No hagas eso! -su rostro se coloro como nunca antes.

 

-No te gusta? Por que? 

 

-Yo....

 

-No tengas miedo, solo te haré mio. -apretó el erecto miembro del hobbit.

 

-Pero..... te acabo de conocer....

 

-Calla ya! -Smaug se molestó y rápidamente le quitó el suéter rojo y desgarró su camisa color crema, rompiendo los botones. Nuevamente acarició la entrepierna del mediano con sus largos dedos mientras soplaba su aliento caliente en la oreja puntiaguda.

 

Smaug cargó al hobbit como una princesa, desplegó sus alas y lo llevó hasta una duna con gruesos pedazos de tela y cobijas viejas y lo acostó delicadamente.

 

Smaug comenzó a masajear la hombría del pequeño hobbit, este se resistía, jadeaba y pataleaba hasta que le dio una patada en el rostro al dragón. Este le miró con el ceño fruncido y agarró por el tobillo al pequeño que intento alejarse, hasta que sus caras estaban frente a frente. 

 

Smaug sacó su lengua y lamió todo el cuello haciendo que este se estremecía. El hobbit no podía creer que esto le pasara, lo único que quería era salir de ese lugur para irse con el Gandalf y no volver nunca mas a la Montaña Solitaria ni con los malditos enanos que le obligaron a buscar esa maldita piedra.

 

-Aaaaah! Ya sueltame! Basta!- gritaba a todo pulmón, pero la bestia lo ignoraba. Hasta que sintió las garras que comenzaban a acariciarle el vientre desnudo. Bilbo no quería que Smaug siguiera con ello, así que siguió pataleando con fuerza.

 

Smaug bajó un poco los pantalones pequeños de su víctima, Bilbo le dio una bofetada que resonó en todo el lugar como un eco. Smaug le miró furioso, agarro ambas manos con una sola y la llevo a la altura de la cabeza del pequeño.

 

-Escuchame bien porque no lo pienso repetir....– dijo en el oído del pequeño y haciendo que temblara de miedo.– Tu serás mio, te guste o no.- besó a hobbit, fue un beso muy fogoso que le quitaba la respiración y llenaba su pequeña boca de su aliento caliente. Bilbo apenas podía aguantar la lengua de Smaug dentro de su boca explorando todo y saboreando todo hasta que unos gemidos salieron de sus labios y se sonrojo hasta las orejas. 

 

El dragón bajó los pantalones del hobbit, liberando su erección. Smaug sonrió y comenzó a estrujar su hombría de arriba a abajo.

 

-Ah.... Smaug, no, déjame! Por favor!- gemía el hobbit sonrojado mientras el castaño acariciaba su oreja puntiaguda con su nariz.

 

-Dices que no y ruegas para que te deje ir, pero mira como te estremeces y te pones .....-dijo el dragón sonriendo y volviendo a besar a su presa.

 

Smaug gimió y dejó de besarlo, para lamer los pezones del pequeño que respiraba fuerte por el placer. Comenzó a mordisquear y a chupar un detrás de otro hasta que estos ya estaban erectos. 

 

Con la otra mano que masturbaba el miembro del pequeño sintió el liquido pre seminal tibio, sonrió, tomó un poco y lo llebo a la entrada para acariciar esa parte. Soltó sus manitas y este las llevó a la melena castaña del dragón para alejarlo de su cuerpo.

 

-Ah! de.... déjame.... por..... por favor!- decía con la voz entre cortada, mirando el techo y moviendo inevitablemente las caderas.

 

-Mmmmh.... eres lo mas delicioso que probado en años, mi pequeño.....- dijo mientra bajaba su cabeza a la hombría del hobbit que se estaba volviendo loco. Tomó su miembro y lo llevó a su boca mientras que con la otra mano masajeba la entrada para dar paso a dos dedos.

 

-Ah.....!- gritó el hobbit plácidamente, jamás creyó poder sentir aquella pasión desgarradora en su vida y a un dragón que le estuviera robado lo mas puro su virginidad. Al diablo con eso! No le importaba. 

 

Smaug seguía con el miembro dentro de su boca, degustaba cada parte de aquel delicioso lugar que le hacía gemir muy profundo, miro al pequeño que cerraba sus pequeños ojos y jadeaba.

 

Smaug sacó el miembro de su boca. Bilbo le miró cuando este paro la tortura. El dragón le miraba con lujuria y deseo, con sus garras se quitó la falda blanca y el cinturón de joyas hasta quedar totalmente desnudo. Bilbo le miró aquellos ojos como el oro y el fuego. Vio el hermoso cuerpo de aquel que le miraba sin pudor alguno.

 

Smaug fue hasta el rostro del pequeño y comenzó a besarlo con fuerza. Bilbo sintió que le robaba el aliento pero dejó de forcejear y comenzó a relajarse. Smaug guió su miembro hasta le entrada del hobbit, este clabo las uñas en su espalda. Smaug por igual gimió y dejo que el pequeño se acostumbraba a su virilidad. 

 

Comenzó a besar el cuello dejando marcas prominentes, sintió las piernas del hobbit enredarse en su cintura y profundizando mas la penetración. Smaug entendió y comenzó a moverse mas rápido. Bilbo comenzó a gemir cada vez mas fuerte, realmente le gustaba sentir el miembro caliente de su depredador.

 

Smaug lo besó nuevamente, los brazos del pequeño se enredaron en su cuello y trató de que su lengua dominara la boca del dragón. 

 

El pequeño comenzó a mover mas rápido las caderas mientra que Smaug profundizaba las embestidas, Bilbo se despegó de sus labios y gritó de dolor y placer.

 

Smaug tomó con una mano el trasero del pequeño, le abrió un poco mas las piernas y las llevó a sus hombros para que las embestidas fueran con mas fuerza. Los dos jadeban de puro goce.

 

-AAH! MAS FUERTE..... MAS FUERTE SMAUG..... AAAH- las embestidas eran mas rudas, el corazón del pequeño latía fuerte, este se corrió empapando su estomago. Smaug dio tres estocadas mas fuertes y una corriente eléctrica recorrió todo su cuerpo y llegando hasta su miembro. Dio un grito fuerte como un rugido monstruoso que se escucho en todo Erebor y tal vez mas allá del Lago Largo.

 

Bilbo jadeó fuerte y de poco a poco su respiración volvió a la normalidad, desenredo sus brazos del cuello del dragón y comenzó a calmarse hasta que inesperadamente se dejó caer desmayado.

 

Smaug aun seguía dentro de Bilbo, salió con mucho cuidado de no despertarlo.

 

Miró al pequeño y se recostó a su lado. Comenzó a recorrer todo el cuerpo con su mano con mucho cuidado hasta quedar dormido. 

 

Continuara....

 

Notas finales:

Gracias por leer. Nos vemos en el próximo capitulo.


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