“Uhm, ok. Yo nunca he conducido borracho.”
“Eso es trampa Taemin-ah.” Contesta Jonghyun, botella en mano, equilibrio esquivo y dedo extendido, acusador. “Todo el mundo sabe que por eso me operaron la nariz.”
“Eso no lo convierte en trampa. Bebe y no protestes más.” Le contesta Taemin desde el suelo, cabeza apoyada sobre la pierna izquierda de Jonghyun, de manera que sus ojos parecen más pequeños, más rasgados, sus labios aún más carnosos y apetecibles. Jonghyun frunce el ceño y piensa, joder, qué borracho estoy.
“Yo nunca he bebido banana milk.” Taemin coge la botella y bebe.
“Yo nunca he pensado que me gustaba en serio una canción de Justin Bieber.” Jonghyun se agacha a tomar la botella “Joder, no es justo…”
“Yo nunca he sido un idiota con mi compañero de grupo Jjongie.” Dice, medio enfadado porque Taemin no parece ni la mitad de borracho de lo que debería estar después de todo lo que le ha hecho beber. Taemin levanta una ceja “¿Ah?” Pone los ojos en blanco y le quita la botella de las manos para beber, tumbado como está, consiguiendo no atragantarse ni echarse todo el alcohol por encima por algún capricho del destino. Jonghyun resopla y mira el techo del set, que parece estar a miles de kilómetros de distancia.
“Estamos. Emborrachándonos. En el set de grabación de Everybody.” Dice Jonghyun, despacio, saboreando el pensamiento, y se echa a reír repentinamente, la vibración viajándole por todo su cuerpo hasta que le contagia la risa a Tae y Jonghyun se siente extrañamente triunfante, con el estómago dolorido y el corazón a mil metros del suelo. Lo cual es absurdo porque Tae se ríe por nada y están bastante borrachos los dos, pero esto, este pequeño salto en el estómago, este aleteo inconfundible le invita a pensar que es todo por algún tipo de conexión extraña entre los dos. Porque los dos son exactamente igual de raros, y punto.
“No me puedo creer que el manager te dejase las llaves.” Taemin le mira a través de las pestañas y se gira sobre su pierna, apoyando una mano sobre su rodilla para mirarle mejor. Jjong se incorpora sobre sus codos.
“Pues ya ves, así es. Deberías admitir que mis encantos son muchos y variados Minni-eh, hay para todos los gustos.” Dice el dino, dignamente, haciendo que Taemin suelte tremendo resoplido.
“Oh, ¿en serio? Yo diría que tienes el tipo de encanto que sólo convence a las niñas de nueve años.
“Pues te informo, pequeño, de que tengo una larga y variada lista de conquistas que no piensa igual que tú. Pero eso es una cosa que no se sabe hasta que se prueba.” Contesta Jonghyun, moviendo las cejas arriba y abajo hasta que se da cuenta de que está ligando con Tae y entonces para en seco, pegándole un trago a su botella para disimular el rubor. Taemin le mira fijamente y le aprieta un poco la rodilla, diciendo de repente:
“Yo nunca he tenido sexo con dos personas. A la vez.” Jonghyun se seca el sudor de las manos en los pantalones y se sienta un poco, las baldosas frías del suelo dejando marcas triangulares sobre la palma de su mano, intenta que no se le note mucho la incomodidad cuando se lleva la botella a su boca.
“¿En serio?” Taemin se incorpora rápidamente, repentinamente interesado.
“Eh, sólo fue una vez.” Asiente Jonghyun, intentando sonar natural y no consiguiéndolo en absoluto. “Con… Había una noona que me gustaba, ¿vale?” Tae asiente con la cabeza y el añade. “Mucho.”
“¿Has estado con un chico?” Pregunta Taemin, acercándose más de lo que es recomendable para alguien tan borracho, haciendo que sus hombros se choquen un poco con los del cantante.
“Sí, ¿vale? Sí.” “Con un chico y una chica.” Contesta Jonghyun.
“¿Y qué tal?” El rubio platino levanta la mirada. “Él” “Con él”. Taemin hace un gesto con la mano. “Ya me entiendes. Con él.”
Jonghyun carraspea y se mira las uñas. El pelinegro teñido se acerca aún más, sin darse cuenta, hasta que Jonghyun puede sentir su respiración rebotarle sobre la piel.
“¿Qué es lo que quieres saber exactamente, Minnie?” Pregunta. Taemin abre mucho los ojos Y Jonghyun siente algo ligeramente sádico retorcerse en su interior, el pulso disparándosele en el cuello “¿Si nos llegamos a tocar?” “¿Si me llegué a tocar con él?” “¿Si igual en la confusión llega algún momento en el que da lo mismo a quien beses, a quién lamas, sea chico o chica porque sólo quieres que acabe ya o que no acabe nunca.?” Jonghyun puede ver las pupilas del maknae crecer dentro de su iris, y ya no sabe lo que dice pero no se siente con fuerzas para parar, el alcohol y algo más, porque hay algo más, algo peor, creciéndole en el estómago. “O mejor. Igual te gustaría saber cómo es que te la metan, aunque al principio no estés seguro pero al final realmente te dé todo lo mismo, tan lento y profundo que crees que te quieres morir pero no te mueres y entonces sólo quieres más, hasta que te corras o se corra él dentro de ti o hasta el fin de tus días.” “¿Es eso lo que quieres saber, Tae?” “¿Cómo es que te follen?” Taemin tiene los labios entreabiertos, los dedos del mayor enroscándose sobre la muñeca diminuta del maknae. La oreja es suave bajo sus labios cuando añade. “¿Neh?, ¿es eso lo que quieres saber?” Y espera a que asienta, rápidamente, sin decir nada, el color iluminando en sus mejillas. “Porque si es eso, déjame que te diga que es jodidamente increíble.”
Jonghyun se aparta nada más decirlo, mirando atentamente la cara de Tae, que frunce el ceño intensamente alargando la mano para coger la botella.
“Yo nunca he…”
“ Hey, hey… espera, ¡No es tu turno!” Protesta el rubio platino, algo desconcertado, intentando apartar la mano que avanza hacia la botella de vodka. Taemin se pone de rodillas y le empuja contra el suelo, cogiendo la botella rápidamente.
“ Yo nunca he querido tirarme a mi compañero de habitación. Repetidas veces. Durante mucho tiempo, a poder ser.” Dice, casi sin aire, y se lleva la botella a los labios, deliberadamente, la lengua saliendo para dar lamidas a las gotas que se escapan al final. Jonghyun sigue el recorrido de su lengua con los ojos, traga con dificultad.
El maknae deja la botella en el suelo y acto seguido se apoya contra el pecho de su hyung, algo brusco, una mano alrededor el cuello y la otra sobre el corazón, intentando llegar a sus labios. Le besa. Jonghyun le responde con sus propios labios, besándole despacio y con cuidado como si le fuese la vida en ello, una mano bajando por la espalda del menor, amoldándose a la forma de su culo, la otra despeinándole la parte de atrás de la cabeza, le gustaría seguir haciendo esto, eternamente, durante toda la vida.
“Quiero…” “Joder.” “Quiero…” Susurra Jonghyun, entrecortado, cuando Taemin se separa un poco para mirarle, el final del flequillo rizándosele en todas direcciones. “No sé lo que quiero.”
“ ¿Qué?” Taemin se aparta “Pero quieres, o sea ¿quieres esto?”
“ ¿Eh?” A Jonghyun le pesa el cuerpo y los párpados y la polla, dentro de los ajustados pantalones, así que le cuesta un poco responder. “¿Qué?” Repite, pero el pequeño parece algo alarmado, a dos centímetros de su cara, así que el rubio se esfuerza por contestar. “Sí, sí.” Asiente, frenéticamente, acariciándole la espalda, apretándole el cuerpo contra su erección. “Joder, Sí.”
“Nhg… hyung…”
“Minni-eh…” Jonghyun inspira su aroma, las manos tan sumamente enredadas dentro de su pelo que no sabe cómo va a sacarlas de ahí.
Taemin se pone en pie y el rubio perdido en deseo se deja caer de rodillas frente a él. El corazón latiéndole a toda velocidad, los dos tocándose ligeramente, sin pensar, no quieren perder el contacto entre ambos ni un solo segundo.
Jonghyun observa la erección de Tae por fuera de los marcadísimos vaqueros, abriéndole la bragueta en dos segundos la tiene delante de sus ojos, lo oye gemir, bajito, sus manos enroscándose en su cabello platino, con urgencia y deseo.
Le sujeta de las caderas y marca él el ritmo, introduciéndole dentro de su boca con tanta lentitud que Taemin cree que se va a morir antes de poder correrse, el pene está caliente, imposiblemente suave y el suspiro del pequeño hace que Jonghyun le lama con más ganas, el chico sigue despacio, demencial, de arriba abajo le lame el lateral de la erección como si fuese un helado, sujetándoles los testículos al mismo tiempo, y Taemin está ligeramente hipnotizado por el mosaico de colores: los labios rojos, los ojos azules, las pestañas que caen contra sus mejillas como un abanico oscuro.
“Ah, sí. Sigue hyung...” Murmura, un poco tímido, desesperadamente caliente.
Se muerde los labios hasta que le sangran. Golpea la pared con las palmas, desesperado por encontrar algo a lo que sujetarse, pero Jonghyun le busca a ciegas la muñeca y la coloca contra su rubio cabello. Taemin se queda mirando sus dedos, atontado por tener la boca alucinantecalientecaliente de Jonghyun alrededor de su verga y su pelo imposiblemente suave bajo sus yemas, entierra las manos entre los mechones. Con dificultad el mayor se busca el pene dentro de sus pantalones, se masajea suavemente, mientras sigue lamiéndole al bello pelinegro.
“Ahh, Dios, no pares, no pares…” Gime el maknae. “Porfavor, haré lo que sea.. ahh” “Dios, creo, creo, que ya, que voy a correrme mf… Jonghyun-ah…”
Le despeina, desde la frente hasta la nuca y vuelta a empezar, y el mayor gime alrededor de su erección, encaja el hueco de su palma sobre el pómulo de Jonghyun, que tiene la curva más más bonita, más perfecta del universo, como si la hubiesen hecho a medida para que él la acariciase en ese preciso momento.
En segundos Taemin agarrándole ambos lados de la cabeza y gimiendo contra su nuca, está corriéndose entre lamidas sobre la lengua de su hyung. Su semen salpicando lascivamente el rostro de él.
“Lo siento, lo siento…” Dice el pequeño. Buscándole la cara con las manos.
El rubio sexy se lame los labios a su lado, observándole con párpados caídos. La cara de preocupación de Tae y la situación en general hacen que a Jonghyun le burbujee la risa en el estómago, imparable e inevitable, lágrimas en las comisuras de sus ojos.
“Oye idiota, no te rías.”
Y Jonghyun se siente algo estúpido, algo feliz, encogiéndose de hombros y tocando la parte interior de la muñeca a Tae. El otro suspira y se ríe, también, apartándose el negro flequillo de la cara y mirando embobado cómo le acaricia.
“Bueno creo que ya es hora que volvamos a casa.”
“No, no todavía.” Susurra el maknae en su oído.
Sus labios le atacan, besándole lentamente, sin prisas, la mano deslizándose en el interior de sus pantalones y el rubio intenta hacerle sitio porque ah dios sí, Taemin-ah… procurando no separarse ni un milímetro al mismo tiempo. Los pequeños dedos de Taemin le rodean, fríos y fantásticos y alucinantes de todas las maneras posibles.
Gime contra su boca y le sujeta con más fuerza contra su cuerpo, sintiendo su orgasmo rodarle el final de los dedos, subiéndole por las musculadas piernas a toda velocidad, porque Tae hace movimientos circulares con el dedo pulgar sobre su polla y le besa el hueco de su clavícula y le susurra, le susurra muchas cosas que luego no va a recordar entre los mechones de su pelo.
“Ahh…” Jonghyun se corre, y ambos se dejan caer sobre el suelo, pesadamente, suspirando a la misma vez.
“Jonghyun.” Dice el maknae, después de un rato mirando al techo. Pero Jonghyun está demasiado lejos de ahí para contestar, así que murmura “Mmmh.” y espera que Tae le entienda.
“Ha sido fantástico.”
“See…” “No puedo esperar para volver a hacerlo en casa, neh?” Le guiña un ojo al maknae y el ojos caramelo cree por un momento que es la persona más feliz sobre la faz de la tierra.