5:45 Sai: En verdad no sé lo que paso, yo no le dije enserio, pero el simplemente me tomo la palabra… ahora no sé si es verdad que lo va a hacer… ¡pregúntale!
5:48 Sai: Mejor aún no le digas nada, no lo creo capaz...
5:52 Sai: Pero si te comenta algo, no le digas lo que pienso, porque lo va a hacer, ¿estás con él?
6:03 Sai: Maldición Sasuke porque no me contestas, más seguro, tú eres el que lo mal aconsejas…
Sasuke estuvo a punto de aventar su teléfono por la ventana de la limosina, si no fuera que estaba rodeado de futuros socios de negocios.
Respiro tranquilamente antes de echar una mirada cautelosa a su amigo sentado a un lado de él. Gaara parecía totalmente ajeno a las pláticas de los socios, su cabello antes largo ahora se mantenía acomodado hacia atrás y su traje le daba un entorno de ejecutivo que hace pocos años nadie le hubiera creído. Y aunque su relación con Sai tenía altas y bajas, parecía de alguna forma feliz. De repente Gaara lo miro extrañado de que lo mirara tan cautelosamente y Sasuke solo rodo los ojos mirando por la ventana, evitando alguna pregunta de su parte o que empezara a platicar con el de su vida privada, que gracias a Sai y para su desgracia, estaba muy bien informado.
Este trato que acababan de cerrar le daba una estabilidad empresarial que ni en sus mejores tiempos su padre pudo lograr. Se sentía orgulloso de ello, además de que pocas veces podía trabajar a la par con Gaara el cual también ya era responsable de la empresa de su familia.
Cuantos años ya habían pasado… a si 3 años y 5 meses, pensó divertido, recordando la cantarina voz de Moriko que cada 5 de cada mes le recordaba su edad desde el momento justo que supo hablar, que si era lista… Suspiro antes de que se le saliera una sonrisa de entre los labios, un nuevo mensaje entro en su teléfono arruinando todo su buen humor.
Ignorando los 20 mensajes sin leer de Sai, que por ningún motivo leería, busco el último que era de Itachi y se pensó seriamente el dejarlo en la bandeja sin leer. Seguramente hoy era el día de cabrear a Sasuke o solo era mero ocio de su familia, por que sin duda Sai llevaba la delantera, pero nunca se podía subestimar a Itachi, meno cuando apenas eran las 10 de la mañana.
Miro por la ventana y quiso pensar que era relacionado a su viaje que sería en una hora y no una de sus locuras. Abrió el mensaje y supo que era la segunda “SASUKE ESTO ES UNA EMERGENCIA, TIENES QUE VENIR AL AEROPUERTO ¡¡¡¡AHORA!!!!” y ahora sí, sin preámbulos aventó el teléfono por la ventana, sabía con exactitud lo que planeaba.
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--… no tardare tanto, claro que estaré ahí contigo nunca me lo perdería… _ cansado colgó el teléfono, en verdad que había sido largo su día, después de tantos retrasos en el aeropuerto, apenas había podido llegar temprano a aquella junta. Junta a la que tenía que haber ido su hermano y no el.
Pero el mayor colmo de aquel día, por muy sorprendente que pareciera para el mismo, no tenía nada que ver con la estúpida actuación que había montado su hermano y Deidara fingiendo un rompimiento, demasiado dramático tenía que admitir, solo para evitar a ir a aquella junta. Y no es que la junta fuera una tortura, no es que la amabilidad de su socio le hostigara, ni tampoco el hecho de que fuera un antigua amigo de su familia que él nunca en su vida había conocido. Lo que en verdad le molestaba era el tener que ser, literalmente hablando, “obligado” a quedarse algunos días más en aquel lugar.
Claro que podía irse cuando quisiera, podría ir a su estúpido hotel y no quedarse aquella enorme mansión, pero no podía hacerlo, o no quería hacerlo. Ciertamente aquel hombre había insistido hasta que todas sus escusas fueron abolidas con sus ingeniosos argumentos. O eso quería creer.
--Joven Uchiha la mesa está servida_ le aviso con educación el mayordomo antes de dirigirse al comedor.
El lugar no era incomodo en realidad, aunque más chica que su casa aquella enorme mansión era mucho más acogedora y alegre, o bueno, parecía un rasgo característico de la familia Namikaze, cosa que podría afirmar solo conociendo al Patriarca Minato.
--Que alegría de que estés aquí, si eres más guapo de lo que las fotos dejan ver, no sabes lo que le hubiera hecho a Minato si no hubiera logrado traerte…_apenas había entrado al comedor, casi le había caído encima una mujer, a leguas parlanchina, la cual lo miraba de cerca apenas dándole tiempo para respirar_... que claro no dejaría que te quedaras en cualquier lugar. Si ese fuera el caso yo misma iría a traerte, de eso no hay duda, o no Minato.
El nombrado solo sonreía rascándose la cabeza, ante lo impulsiva que era su mujer. Y de nuevo el corazón de Sasuke volvió a dar un vuelco en su pecho. Eso era lo que lo tenía ahí parado, con solo ver a aquel hombre su respiración se agitaba y su piel se erizaba, pero era muy tonto de su parte el confundirlo de tal forma, nada parecía encajar y aun así una copia casi a calca de Naruto estaba frente a él sonriéndole dulcemente a su esposa, mientras esta parecía reclamarle algo. Y se volvió a sentir estúpido al pensar tonterías por ese hombre.
--Pero no te quedes ahí parado Sasuke-kun, sé que mi esposa es un poco intimidante, pero, así como la vez es inofensiva_ le dijo Minato señalando una silla a su lado_ Pero es cierto no los he presentado, Sasuke ella es mi esposa Kushina Namikaze_ La nombrada solo le sonrió afirmando.
--Por más que lo escucho no me acostumbro a la idea Jajajaja_ contesto la mujer, haciendo sonreír a su esposo_ pero cuéntame cómo esta Mikoto, he tenido tantas ganas de ir y platicar con ella hasta quedar afónica pero cualquier tontería siempre lo evita, aunque tengo que contarte que tú y yo ya nos conocíamos, así que no hay forma que te deje escapar tan fácilmente viendo cuanto has crecido _ Sasuke la miro escéptico pero divertido por lo fácil que era sentirse cómodo con ella.
-- Pues tengo que admitir que, si Minato no me intercepta en aquella junta, yo no hubiera sabido de ustedes_ Sorprendida Kushina parecía triste al oír aquello_ no es porque ni madre no quisiera contarme sobre ustedes, pero he estado demasiado ocupado con lo de la empresa y cuestiones familiares_ Todo esfuerzo de enmendar sus palabras era en vano, pero Kushina parecía recuperarse rápido.
--Creo que tendrías que darle algunas clases de responsabilidad a mi hijo que parece totalmente negado a lo que es nuestra empresa_ comento Minato antes de meterse una albóndiga a la boca y tratando de cambiar la atmosfera que se empezaba a crear.
-- Y yo quisiera un padre, que no se metiera en mis asuntos, pero no todo se puede_ contesto con sorna apenas entro al comedor aquel rubio.
--Qué bueno que llegaste justo a tiempo para cenar hijo, tengo que presentarlos, él es Sasuke Uchiha, hijo de una amiga mía muy querida, me lo encontré por casualidad en una junta de un megaproyecto, junta a la que tenías que haber ido.
El chico rodo los ojos, antes de extenderle la mano a Sasuke_ Mucho gusto Naruto Namikaze_ sus ojos solo chocaron por un instante, antes de darle una pequeña sonrisa y sentarse en una silla del comedor_ Y no es que no quisiera ir, pero Umiko necesitaba de mí y no pude negarme…
--Esa chica me roba a mi hijo_ comento Minato entre risas de su esposa.
Naruto Namikaze ese era el chico rubio de ojos azules que estaba frente a él sentado, sonriendo de esa maravillosa forma como recordaba de los chistes de su padre, parecía totalmente tranquilo cenando con su familia. O más bien tendría que decir Naruto Uzumaki. Su confusión era grande, que estaba pasando, estaba más que seguro que era el mismo Naruto, lo sabía, pero, aun así, el otro chico parecía totalmente desentendido de conocerlo o al menos haber lo visto antes.
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-- 1...2...3... Pas de Bourrée...1...2...3... Glissade_ con una cantarina voz marcaba uno a uno los pasos, mientras lindos pasitos seguían la música envueltos por sus lindas zapatillas rosas_…1…2…3
Lleno de risas y juguetes el salón de danza rebosaba de alegría, todo ante la atenta mirada de la maestra. Que con una dulce sonrisa mantenía atentas a las alumnas y dedicadas a hacer los mejores pasos de balé. Dignas de ser observadas en cualquier espectáculo de danza.
--Que sorpresa el encontrarte aquí_ le dijo animosa al llegar casi corriendo, se podía ver que apenas había pasado al supermercado y de paso llegaba a recoger a su pequeña, se sentó a su lado, observando que la clase todavía no terminaba y suspiro satisfecha de haber logrado hacer toda su odisea.
--Solo quería aprovechar mi oportunidad de raptar a mis sobrinos, así que no te preocupes de Tetsu que Deidara ya está cubriendo ese lugar_ Sakura lo miro intrigada.
--¿Pero que no estaban pelados? _ Itachi soltó una pequeña carcajada, haciendo dudar aún más a Sakura_ O bueno eso me dijo Sasuke…
--Jajaja entonces si fue muy buena mi actuación hoy en la mañana, aunque Deidara me allá dicho que era muy dramática yo sabía que era lo adecuado jajaja, el hecho es que no nos peleamos solo quería evitar esa engorrosa junta y mi hermano no me dejo otra opción jajá.
Sakura rio por lo bajo al comprender el ingenioso plan de Itachi, imaginando a Sasuke totalmente exasperado por la escena, casi reventándose una vena en su frente_ “soy libre” pensó por un instante, haciendo que todos sus músculos se relajaran y que alguna paz interior le rodeara, hace mucho que no había podido tomarse un tiempo solo para ella que por un instante dudo el poder recordar que era lo que hacía cuando no tenía nada que hacer.
El silencio los envolvió, con cada uno perdido en sus pensamientos, bueno también estaba el hecho de que entre ellos solo se podía dar conversaciones ocasionales, más por obligación que por otra cosa. Observando a las pequeñas haciendo sus últimos pasos de relajación, Sakura empezó a acomodar sus bolsas para poder recogerlas más rápidamente.
Pero de repente, Itachi, le empezó a hablar seriamente, haciendo que parara _ Sabes… por un tiempo no sabía si esto estaba en verdad pasando, tengo que aceptar que me negaba a aceptarlo o no sabía muy bien como tomarlo_ negó con la cabeza ante sus pensamientos, antes de mirarla directamente a los ojos_ Sakura no es que tuviera algo en tu contra menos aun el que te odie… sabes lo único que quiero es que mi hermano sea feliz_ ninguna reacción se podía distinguir de los ojos jade de la chica, teniéndola totalmente en shock _ pero tengo que decirte que ya los descubrí… no es que no me hubiera dado cuenta antes…. Sakura creo que es justo que te lo diga ahora, estoy ya al tanto de todo y aun en contra de cualquier expectativa me di cuenta de que todo esto ha hecho en verdad feliz a mi hermano y aunque no es la felicidad que esperaba para él, sé que has dado lo mejor de ti para que esto fuera lo mejor…
--Itachi yo no sé qué estás hablando…
--No, Sakura si lo sabes… y ahora yo te hago una cuestión ¿dejaras que el encuentre la verdadera felicidad o seguirás tratando de pensar que todas estas mentiras son la realidad?
--¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡Tioooooooooooo Itachi!!!!!!!!!!! Que feliz me hace verte aquí
--A mí también me hace feliz el verte pequeña, sabes que si por mí fuera no me separaría de ti nunca amor_ agarrándola al vuelo, le dio algunas de vueltas antes de darle un dulce beso en la mejilla y hacerle un poco de cosquillas, haciendo que soltara la risa_ Hoy vamos a ir a mi casa así que despídete de tu mami.
La pequeña se soltó de los brazos de Itachi, camino hacia Sakura, dándole un dulce beso en su mejilla_ Mami, tío Itachi me invito a ir a su casa.
Sakura solo le sonrió mientras asentía con la cabeza, le acomodo su pequeño abrigo, antes de darle un dulce beso en la frente y ella volviera a correr a brazos de Itachi. Este se despidió de Sakura con la mano, antes de encaminarse a la salida.
Aun desconcertada por lo que le acababa de decir Itachi. No podía negar que el descubriría, todo en algún momento, más si la pequeña Moriko era la más descarada prueba, de todo.
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--¿Qué piensan que haces, después de tantos años? _ recargado en la puerta de la habitación, con mirada sombría el chico lo miraba con rencor, y una creciente molestia en su interior.
Sasuke se levantó en instantes de la cama en la cual se había dejado caer apenas había entrado en la habitación, totalmente confundido, sin creer nada de lo que había pasado aquella noche. Lo miro de nueva cuenta lo más detalladamente que podía, pero la escasa iluminación apenas le permitía verlo minuciosamente. Sus rasgos eran solo un poco más maduros, 4 años suficientes para hacer cambiar a alguien, pero él seguía brillando ante sus ojos como la primera vez, también era más alto y su cuerpo parecía más fornido. Pero estaba en lo cierto, era el mismo Uzumaki Naruto que había conocido, y se sentía aliviado de que, aun viéndolo con odio, parecía reconocerlo, todo era mejor que el olvido.
--¿Te estoy preguntando que qué es lo que haces? _ bufo molesto entrando a la habitación_ no podías solo mantenerte a la raya como en los últimos años, si te lo puse lo más fácil posible, no quería que mi presencia cerca te incomodara. Es por eso por lo que te lo pregunto ¿Qué haces aquí?
Sasuke apenas podía salir de su sopor, pero apenas pudo procesar lo que dijo supo que las cosas no le iban a ser fáciles_ Naruto las cosas no son como parecen… no es que yo quisiera que te alejaras…
--No me hagas reír Sasuke, sabes qué, ahora soy yo el que no tiene tiempo para escuchar y mucho menos el que quiere discutir algo, solo vine a decirte, que al contrario de lo que piensan mis padres, tú no eres bienvenido aquí y te pido de la manera más amable posible que te largues de mi casa_ dispuesto amacharse, el ser acorralado por Sasuke nunca estuvo entre sus planes al ir allá.
Sus ojos se volvieron a encontrar y por un instante su corazón volvió a dar un brinco al ver tal fulgor desbordándose de los ojos oscuros de Sasuke_ No tienes idea de lo perdido que estado todo este tiempo sin ti, muerto de angustia y desolación_ lo atrajo con un abrazo, empleando toda la fuerza que podía, para evitando que los forcejeos del rubio los separaran.
Por primera vez desde hace mucho tiempo, se sintió de nueva cuenta completo y feliz de que no le hubiera pasado nada. Su nariz volvía a percibir su aroma, su piel sentía su calor. Pero no duro mucho. Naruto violentamente lo alejo de él, asiéndolo trastabillar algunos pasos.
--No me importa lo que esté pasando por tu retorcida cabeza, pero esto no volverá a ser. No volveré a caer, ya no eres nada para mí, no creas que tus mentiras surgirán algún efecto en mí, ni siquiera puedo creer como pude amarte de esa forma, así que te advierto que, si para mañana en la mañana no estás fuera de mi casa, yo mismo votare todas tus pertenencias fuera de aquí_ y con eso dicho salió de la habitación.
--“No me daré por vencido” _ pensó al verlo marchar, controlándose de correr otra vez detrás de él y abrazarlo, con mucha más fuerza si era necesario. Por estos años el pensar que algo malo le hubiera pasado le corrompía día a día. Pero sentirlo a solo unos pasos cerca de él, sin duda alguna le hacía levitar de la felicidad.
Había podido sentir como los seguía amando y el cada día lo amaba más, mucho más.