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-Do not worry, trust me.- (First and awkward love.) por JisungExoUkiss

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Notas del capitulo:

Primer fanfic. Dedicado a mí couple favorita de EXO, JongSoo/KaiDo, mejor conocida cómo KaiSoo. 

Disculpen faltas ortografícas. Disfruten.

Los señores Kim son una familia de jóvenes esposos que han pasado por situaciones muy difíciles y dolorosas. Con el paso de los años aprenden a no confiar en las demás personas y en ocasiones hasta de ellos mismos. Cuando llevan 3 años de casados, la Sra. Kim comienza a sentirse cansada, siente asco de todo, le dan unos terribles dolores de cabeza y siente mareos la mayor parte del tiempo. Al principio no le comunica nada de esto a su esposo "—Es sólo algo pasajero—" dice mentalmente para evitar los pensamientos de estar embarazada. Un día de esos en que sales a comprar la súper acompañada de tu esposo, se desmaya y el Sr. Kim la lleva de inmediato a un hospital y es justo así como se enteran que están próximos a ser padres. La noticia los toma por sorpresa pero en un principio no la rechazan hasta que los pensamientos sobre el futuro de su hijo comienzan a hacerse presentes en sus cabezas.
—No podemos traer un bebé a este lugar tan inmunda no, él es una criatura inocente que no merece vivir en un lugar lleno de malas personas.— dijo a Sra. Kim
—Lo se querida,... pero él.. Desde hace tiempo hemos estado deseando ser padres.
— ¡Pero! el bebé no puede pasar por el sufrimiento que nosotros pasamos, .... no puede, ....él ... él no.. —La Sra. Kim comenzó a sollozar en el consultorio del Doctor. Realmente no quería que su pequeño angelito sufriera.
—Tranquila. —dijo su esposo mientras pasaba la mano por la espalda de su esposa. De arriba a abajo en forma de caricia. —Debemos tenerlo, es lo que más deseamos, ya encontraremos la manera de hacer que el bebé no pase por ningún tipo de mal. Nosotros nos encargaremos de cuidarlo. De acuerdo.
—c-cre-es que ... es l-o m-ejor..
—No creo, estoy seguro. Hemos logrado salir de todos los problemas pasados, lo haremos una vez más. El bebé es una bendición y no debemos dejar que la crueldad del mundo nos haga no tenerlo.
—D-e acuer-do. Lo tendre..mos.
Después de tomar su decisión el Sr. Kim se dedicó a cuidar a su esposa, siempre al pendiente de ella y lo que pasaba con su hijo. Mes tras mes, día tras día. Poco a poco el estómago de la Sra. Kim fue creciendo, el bebé dentro del estómago de la Sr. Kim era un niño muy inquieto siempre pataleando y poniéndose celoso del Sr. Kim cuando abrazaba o alababa a la Sra. Kim, cualquiera diría que los Kim son una familia perfecta siempre sonriendo y mostrándose plenos en todo momento, no era mentira que lo estaban pero sus miedos siempre siendo más fuertes que su felicidad misma.

El bebé decidió nacer un día 14 de Enero, un día soleado para estar todavía en invierno. Sus primeros días de nacido él estuvo muy inquieto, siempre moviendo su cabeza hacia todas direcciones y comiendo como todo un glotón. Su piel un poco más oscura que la de un residente coreano normal hacía pensar a sus padres que se debía a lo soleado que estaba el día en su nacimiento.

Debían pensar en un nombre adecuado para su hijo, no sabían cómo llamarlo. Al fin se decidieron por llamarlo JongIn, su nombre sería Kim JongIn.

JongIn crecía y con él sus deseos por saber cosas sobre el mundo a su alrededor, no conocía nada excepto las cuatro paredes de su casa y el rostro de sus padres, pero él deseaba conocer más que eso. Así que cuando JongIn comenzó a hacer preguntas como "—Mami, ¿puedo salir fuera? o Papi, ¿qué cosas hay además de lo que está en la casa?—" sus padres tomaron una decisión, buena o mala pero una decisión, JongIn jamás sabría nada sobre el mundo, jamás saldría de casa, jamás iría a la escuela, jamás conocería nada que no fuera su pequeña casa pero sobre todo jamás sufriría. 

Estúpido. Pero esos eran sus pensamientos.

JongIn conocía sólo lo que sus padres le contaban. JongIn ya sabía sumar, restar, multiplicar y dividir, ya sabía leer y escribir, ya sabía contar, ya sabía cómo se llamaba, sabía los nombres de cada mes, sabía los nombres de los días y cuándo era su fecha de cumpleaños. Sabía cosas muy simples para otros pero que para él costo mucho esfuerzo lograr que sus padres se lo enseñaran. JongIn ya no hacía preguntas sobre el mundo fuera de casa, se cansó de recibir una negativa como respuesta. "—Deja de hacer preguntas, los niños buenos no hacen cuestiones a sus padres JongIn. Sé un niño bueno. —" JongIn era un niño bueno, JongIn dejaría de hacer preguntas. Y aunque JongIn no sabía lo que era ser un niño malo lo que sí sabía era que quería ser un niño bueno.

Los diez primeros años de su vida los paso en casa junto a su madre, su padre trabajaba y no lo veía sino hasta la tarde. Pero cuando su cumpleaños número once llegó su madre dejó de quedarse en casa dejando la puerta siempre asegurada con llave. JongIn estaba prisionero, prisionero de los miedos de sus padres, prisionero y él no sabía que lo estaba. 

JongIn tenía la mentalidad de un niño pequeño, un niño pequeño muy juguetón y alegre. Aunque a veces deseaba salir él había aprendido a ser feliz a pesar de todo, jamás se sentía triste o mal. Siempre se sentía feliz o calmado, no conocía otras emociones aparte de las que ya experimentaba (calma, felicidad, curiosidad).

JongIn ahora tenía dieciocho años ya no era un niño pero se seguía comportando como uno, si bien ya no tan juguetón pero sí seguía siendo alegre y despistado.

Martes, día después del lunes, el segundo día de la semana. JongIn se encontraba en su alcoba, un simple cuarto pintado de color azul cielo sin ventanas con una cama, un pequeño ropero con unas cuantas prendas, un sillón para una sola persona y nada más. Hoy era el "día malo" en su casa, JongIn lo sabía lo sabía perfectamente. Hace unos cuantos años cuando la madre de JongIn dejó de quedarse en casa, una vez al mes, se dio cuenta el chico, sus padres se ponían de mal humor y vociferaban cosas extrañas según él. La verdad es que los padres de JongIn una vez al mes tenían que reunir informes sobre todo lo acontecido durante el mes pasado, una vez al mes cuando entregaban esos informes el jefe visitaba la empresa y todo se volvía un completo caos y las cosas extrañas según JongIn era nada más y nada menos que sus padres diciendo malas palabras en Chino, para que su pequeño hijo no los imitase o escuchase lo que decían.
Siempre que sus padres comenzaban a dejar de hablar en coreano JongIn decidía dejarlos solos y subir a jugar a su alcoba, sus padres jamás le gritaban o la agarraban contra él pero creía que lo mejor era no estar presente pues en ocasiones sus padres ni siquiera notaban su presencia cuando el "día malo" llegaba.

Cuando deja de parecerle "feliz" estar simplemente sentado en el sillón decide que lo mejor es dormir por un momento tal vez cuando se despierte sus padres ya no estén en casa y pueda bajar a ser "feliz" por un momento.

Acostado boca bajo con la cara hundida en la almohada comienza a "vivir con los ojos cerrados", se ve a él mismo caminando por un lugar completamente vacío y todo de blanco lleva una ropa muy extraña nada parecido a lo que siempre usa, camina pero sin saber a dónde exactamente ir se siente raro no sabe qué le ocurre. —JongIn-ah. — escucha que es llamado, no reconoce la voz pero sabe que es una voz masculina, de nuevo ese extraño sentimiento se alberga en una parte de su cuerpo es raro y no le gusta sentirse así, es como cuándo sus padres lo ignoran o le recriminan por hacer preguntas sólo que esto es más intenso. No quiere sentirse así, —JongIn-ah. —, de nuevo cada vez más intenso. —Para, no me llames, me siento raro cuando lo haces. — dice pero en realidad no sabe a quién exactamente se lo está diciendo, la voz no lo vuelve a llamar y JongIn comienza a sentirse aún peor que cuando lo llamaban....

Sus ojos se abren lentamente, su alcoba sigue igual que como la dejo ya no se escucha ruido, se levanta de la cama frotándose un ojo con la mano, sale de su habitación y baja las escaleras, revisa la sala y la cocina. Sus padres no están, lo cual era obvio dado que ya eran las 12pm. Realmente no tiene el conocimiento suficiente como para hacer algo "feliz", es raro pero desde que abrió los ojos ha estado teniendo ganas de abrir la puerta principal, sería una total mentira decir que no lo ha intentado antes pero siempre obtiene el mismo resultado no pasa nada así que para qué intentarlo.

Pasa alrededor de una hora exactamente cuándo se decide por intentar girar la manija de la puerta, camina con pasos lentos e inseguros, coloca su mano en la manija, la mueve y esta se abre. —No debí intentarlo, la puerta se abrió como siempre....— dice con voz baja sin percatarse de la acción que ha hecho y mucho menos de las palabras que ha dicho.

Su felicidad es inmensa al darse cuenta de que la manija giró y abrió la puerta, realmente deseaba que esto pasara en algún momento pero ahora que ha pasado no sabe qué hacer. ¿Debería salir?, ¿Debería fingir que no pasó nada y quedarse adentro? No, él realmente desea conocer más allá de esas cuatro paredes, sólo saldrá un momento no pasará nada malo.

Con pasos inseguros avanza hacia afuera, cierra la puerta tras de sí, y camina los seis pasos de pasillo que tiene. La luz del sol le lastima un poco los ojos, cuando al fin estos se acoplan a ella puede ver con claridad todo lo que le rodea. Grandes edificios, vehículos vienen y van, personas caminando a pasos agigantados y con gran rapidez, usan ropas muy extrañas y de hecho todo es demasiado extraño para él. Al ver a tantas y diferentes personas se pregunta cómo es que nunca pudo escuchar ruido alguno, esto realmente extraño.

Comienza a avanzar sin saber a dónde exactamente ir. Algunas personas lo empujan al caminar y él en respuesta sólo esconde su cabeza, es cómo si deseará hacerse pequeño aunque de hecho entre tantos edificios y personas lo es, sus pasos son muy lentos en comparación a los de los demás que caminan como si ese fuera su último día. Sigue avanzando, su emoción cada vez más grande, demasiadas cosas hacen que su curiosidad despierte al mil.

Ya ha pasado un buen rato desde que salió de casa por lo que decide que es momento de regresar se voltea para regresar por donde vino pero a estado caminando tanto y sin percatarse de dónde exactamente está yendo que ya no sabe cómo regresar se metió por infinidad de calles que conducían a más calles que no sabe por dónde avanzar. Se metió por esa, no, no, no, es por la otra, pero no recuerda haber estado allí, entonces es la otra, pero esa ya la pasó y en definitiva por ahí no es. Comienza a sentirse extraño de nuevo es un sentimiento malo de eso está seguro, tiene miedo pero no sabe lo que es, lo único que desea es estar en casa ya salió ya conoció ahora quiere ir a casa. Tímido comienza a preguntarle a las personas, pero no sabe que preguntar.
—Disculpe, sabe dónde está casa. —es lo único que se le viene a la cabeza cuando le pregunta a un hombre vestido con traje.
—Casa, de qué hablas muchacho.
—C-asa, sólo sé que es... casa.
—No molestes ya muchacho. — y se va sin más. JongIn cree que de todas las respuestas obtenidas esa debe ser la más feliz que alguien pudo darle. Se está comenzando a arrepentir de salir de casa, las personas no son buenas con él, nadie se detiene a ayudarlo, y ahora sabe que debió de haberle hecho caso a sus padres cuándo le decían que no hiciera preguntas y no intentará averiguar las cosas. Sumido en sus pensamientos sin darse cuenta de que está a punto de atravesar la avenida con la luz roja en el semáforo y aunque casi no están pasando los vehículos al menos uno que otro si lo hace.

Notas finales:

Comenten para saber sí continuo. Nos leemos. 

:) 


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