Y ahí estaba él mirando hacia el patio del colegio, por su enorme ventanal el Director del mejor colegio de Konoha Madara Uchiha cualquiera pensaría que estaba vigilando a todos los alumnos que se encontraban en el; pero no, su mirada se centraba en un solo alumno, una sola persona, la cual abarcaba todos sus pensamientos, despertaba sus más bajos deseos, y sus más perversas fantasías, aún no se explicaba cómo había quedado tan obsesionado con aquel pequeño, aun recordaba el día que lo vio por primera vez tan pequeño, tan frágil, tan… hermoso…
FLASHBACK
Era el primer día de clases; se iniciaba un nuevo ciclo escolar, él se encontraba en su oficina corrigiendo los últimos detalles de su discurso de bienvenida, odiaba con el alma dar esos discursos, a pesar de trabajar con niños aún no lograba tener la paciencia para tratar con ellos agradecía a Dios el ser el Director y no dar las clases por que estaba más que seguro de que si fuera así ya estaría en la cárcel por haber estrangulado a alguno o a varios de esos pequeños monstruos
-Tsk… Maldición aun no me gusta cómo queda… aunque no se para que me esfuerzo en mejorarlo si estoy seguro que esos mocosos ni siquiera se molestaran en prestar atención- era lo que murmuraba Madara en su escritorio
De pronto escucho que tocaban la puerta de su oficina
-Pase- contesto simplemente
- Sr. Madara ya es hora- le informo su secretaria una hermosa señorita de cabello azul con una flor blanca en su cabello llamada Konan
- hum- suspiro- si lo se vamos no hay q hacerlos esperar si no será difícil tranquilizar a esos mocosos una vez de que se pongan a platicar
-Señor no les diga mocosos son nuestros preciados alumnos trátelos con cariño- le comento una resignada Konan por como siempre se refería y trataba a los alumnos el director
-ya se Konan les digo mocosos de cariño-contesto Madara
-si como no ¬¬ - lo miro acusadoramente
Así salieron juntos de la oficina de Madara para dirigirse al patio de la escuela donde sería el evento de apertura de inicio de clases… Madara Uchiha era un hombre con una carrera impecable en el área de la educación su colegio era el mejor en Konoha tanto por sus maestros, sus reglas y su impresionante infraestructura, había invertido mucho en él, era un hombre muy guapo y codiciado por muchas mujeres y algunos hombres, su piel blanca, su cabello largo y con puntas en algunos lugares lo hacían sumamente atractivo pero lo más llamativo de aquel hombre eran sus ojos, esos ojos tan negros como la más oscura de las noches y una mirada severa y penetrante que pareciera que miraba tu interior, sin dudas era un hombre atractivo, por donde pasaba con sus 1.80m infundada respeto y a algunos algo de temor, casi nunca sonreía por no decir que nunca lo habían visto sonreír pareciera que estaba enojado todo el tiempo.
Al llegar al patio del colegio se encontró con todo un verdadero relajo todos los alumnos estaban platicando por aquí y por haya cabe decir que el colegio abarcaba desde primaria hasta preparatoria por ende todos los alumnos estaban revueltos platicando con sus conocidos, a Madara comenzaba a palpitarle una vena en la frente sin mencionar que estaba próximo a darle un tremendo dolor de cabeza por ver tal desastre...
-Ves Konan te lo dije que estos mocosos armarían un tremendo alboroto- decía un Madara sumamente molesto
Rápidamente Konan tomó el micrófono y trataba de ordenar a los alumnos para que regresaran a sus respectivas filas antes de que el director perdiera completamente la paciencia pero nada ningún alumno la tomaba en cuenta…
-TODOS A SUS LUGARES MOCOSOS!!!!- Madara le había arrebatado el micrófono a Konan de la mano al ver que nadie le hacía caso a está
Al momento de escuchar la potente y enojada voz del director del colegio todos corrieron a sus lugares y en menos de un minuto todos estaban en sus respectivos lugares firmes y en silencio no se escuchaba ni un murmullo todos le temían al director y es que en verdad era de temer, entonces le regreso el micrófono a Konan
-Buenos días niños- decía una alegre Konan mirándolos con ternura- Bienvenidos sean todos a un nuevo ciclo escolar la mayoría de ustedes se conocen y nos conocen así que en sus salones verán quienes serán los maestros que les impartirán sus clases- entonces dirigió su mirada a los nuevos alumnos de Primero de Primaria- mis pequeños sé que son nuevos pero pronto se acostumbraran al colegio y sus reglas no tengan miedo ne- y les dedico una hermosa sonrisa- Ahora el Director Madara les dirá unas palabras de Bienvenida-y le cedió el micrófono a Madara
-Todos ya saben las reglas no se atrevan a romperlas y los que no las conozcan- dirigiéndose a los pequeños que acababan de entrar- encárguense de conocerlas y cúmplanlas al pie de la letra pequeños mocosos!!!- si lo sabía no era para nada parecido al discurso emotivo y motivador que había preparado durante dos días pero es que en verdad lo habían sacado de sus casillas- ahora todos a sus salones PERO YA!!!!
Konan lo miraba acusadoramente
-qué?- Le pregunto Madara toscamente al sentir la mirada acusadora de su secretaria sobre él
-Konan suspiro- Nada debí de imaginar que darías un discurso sumamente encantador como todos los años- dijo Konan resignada y con un deje de sarcasmo en su voz-
-que querías que hiciera?? me sacaron de quicio como siempre- dijo Madara sin un tono en especial en su voz
Konan solo movió su cabeza de manera negativa
-Solo… regresemos a su oficina Director-sama – sonrió la chica al ver el pequeño gesto de disgusto que hacia Madara el odiaba que se refirieran a él con el Director-sama de solo escucharlo se le revolvía el estomago
Se dirigían a su oficina cuando un pequeño choco contra él, no lo movió ni un centímetro pero el niño cayo de sentón al revotar contra él, Madara estaba a punto de gritarle a ese pequeño escuincle que no debería de correr en los pasillos… cuando lo vio…
Era la criaturita más tierna que había visto en la vida, era tan pequeño y se veía tan frágil y delicado y lo miraba con unos grandes ojos azules con algo de lágrimas en ellos por el sentón que se había dado y si eso no fuera suficiente unas pequeñas marcas en sus mejillas que lo hacían ver como un pequeño zorrito asustado…
Claramente se trataba de uno de los pequeños de primer año, pero que hacia corriendo en el pasillo debería de estar en su salón con los demás entonces se fijó que tenía en su espalda aun su mochila significaba que el pequeño había llegado tarde al colegio, fue cuando escucho su aterciopelada voz…
-Disculpe Señor por haberlo golpeado es que se me hizo tarde y me perdí por los pasillos – decía limpiándose las pocas lagrimas que había derramado por el golpe al caer
-No te preocupes por eso pequeño te comprendo este colegio es muy grande, pero no lo vuelvas hacer es muy peligroso y te puedes lastimar- le dijo ayudando a levantar al pequeño zorrito que seguía en el suelo
Konan no cabía del asombro en los años que llevaba ahí con Madara nunca pero nunca lo había visto tratar tan bien a un alumno y ni que decir de decirle “pequeño” a algún alumno, bueno si les decía pequeños a los demás alumnos pero siempre acompañado de un “mocoso” “escuincle” o “monstruo”, pero a este le hablaba tan lindo y cariñoso, si fuera algún otro estudiante de esa institución ya estaría lavando todos los baños del colegio solo con un cepillo de dientes no sin antes haberse ganado una mirada de odio puro por parte del severo director…
-Si señor no volverá a pasar se lo prometo- sonrió el pequeño niño dejando impactado a Madara por la hermosa sonrisa que le mostraba
-No me digas señor pequeño soy el director del Colegio mi nombre es Madara Uchiha pero para ti puedo ser simplemente Madara- le dijo con una pequeña sonrisa entonces vio que aún tenía una pequeña lagrima en su mejilla y con su mano se la limpio,
- nunca había tocado una piel tan suave- pensó impresionado Madara al momento de limpiar aquella lagrima que había quedado rezagada
-Hai- dijo el pequeño con un notable sonrojo por el resiente contacto que había tenido el director con él
- y bien? Yo ya te he dicho mi nombre tu no piensas decirme el tuyo???- dijo Madara con un tono divertido
El pequeño se sonrojo aún más y algo tímido le respondió
-Mi nombre es Naruto Namikase Uzumaki y seré alumno de 1ro de primaria Señor
- en qué quedamos Naruto? Dijimos que me dirías Madara pero si lo prefieres Madara-san – le dijo aun con una sonrisa aun en su rostro
- si lo siento Madara-san- contesto un apenado Naruto, no se atrevía a llamar solo por Madara al director del Colegio se le hacía demasiado inapropiado por más que el mismo director le haya pedido llamarlo por su nombre solamente
-Bueno entonces ya que no sabes dónde queda tu salón y es algo tarde yo mismo te llevare para que no te vuelvas a perder- y teniendo esa excusa tomo de la mano al pequeño Naru para llevarlo a su salón
Konan lo veía y no lo creía el frio e insensible Madara Uchiha trataba con cariño a aquel niño que apenas conocía y más al ver que lo tomaba de la mano para llevarlo a su salón cuando en toda su carrera estaría 100% segura que nunca lo había hecho, Madara siempre había dicho que todos los niños eran unos pequeños mocosos llorones, latosos y caprichosos así que solo porque lo estaba viendo podía asegurar que era verdad…
Al llegar al salón correspondiente Madara toco la puerta y salió un Profesor moreno con una coleta, el cual se sorprendió al ver al serio y porque no decirlo amargado director en ese salón en especial ya que de todos los grados, los profesores estaban seguros que a los que menos soportaba era a los niños de primer grado de primaria ya que los consideraba especialmente los más chillones e insoportables; pero elo ahí parado justo enfrente de él y lo más extraño de su mano se encontraba un pequeño totalmente sonrojado lo que era aún más sorprendente
-Buenos días Iruka –sensei disculpe que lo interrumpa pero este pequeño andaba perdido por los pasillos ya que llego un poco tarde- le dijo amablemente Madara lo cual sorprendió al ya de por si asombrado profesor por la amabilidad con que el director le hablaba
- no se preocupe señor director apenas estábamos en las presentaciones- contesto amablemente Iruka abriendo completamente la puerta del salón para que el pequeño entrara
-Nos vemos luego pequeño Naru- dijo Madara dulcemente revolviendo los dorados cabellos del niño
-Claro que si Madara-san- respondió un alegre y sonrojado Naruto
Iruka los miraba sorprendido ya que la actitud del Director era sorprendentemente extraña nunca se imaginó que el serio director pudiera ser tan amable con algún ser viviente
FIN DEL FLASHBACK
De aquel primer encuentro ya habían pasado seis tormentosos meses en los cuales solo miraba de lejos al pequeño y tenía encuentros ocasionales los cuales él provocaba pero de un “Hola Madara-san” no pasaban
Estaba llegando a su límite tenía que hacer algo para tener a ese pequeño completamente para él, pero primero tenía que ganarse completamente la confianza del pequeño zorrito….