- Lo siento Emily, eres como mi hermana, pero ni puedo evitarlo, no puedo, por más que intente es difícil para mí hacerme a un lado.
- Tienes que hacerlo, por tu culpa él tuvo aquel accidente, por ti él estuvo en coma 2 meses, y solo me recordó eso quiere decir que es a mí a quien quiere.
- Eso no es cierto – refuto Kou- intente advertirle pero no me escucho, el auto paso y – puso sus manos en su cabeza mientras giraba - ¿Cuándo dejaras de culparme? Yo lo amo, jamás le haría daño.
- Se lo hiciste y él ahora tiene una nueva oportunidad, la vida quiso que te olvidara Takashima, debes aceptarlo, Él está conmigo ahora, no te metas.
El aunque lo intento no pude estallar en llanto, cuanto odiaba verlo así.
- Basta – grite con mi último aliento, haciendo que mi cuerpo callera en el piso, sentí sus pasos y el grito de Emily, vi el rostro de Kou antes de cerrar mis ojos debilitado por el dolor que sentía en mi interior .
Una suave caricia estaba estimulando mis sentidos, y me invitaba a despertar, el cuerpo me dolía y los parpados pesaban más de lo que podría imaginar, había una luz blanca de la que deseaba huir.
- Lo siento mi amor, debo irme, aquí solo sobro - era la voz de él, el único que podía hacer que dejara todo a un lado, obligue a mis ojos a abrirse, y a mis sentidos despertar.
- Shima – susurre tan despacio que duda que hubiera hablado, abrí mis ojos de esfuerzo y su imagen borrosa había acelerado mi corazón, esa sensación de frio y calor que me trasmitía sonreí corto, nuestras manos seguían unidas, como siempre debían estar.
- ¿Cómo te sientes? – pregunto mientras una lagrima cayo.
- Muy bien si eres lo primero que veo – sonrió y seco sus lágrimas.
- ¿Qué paso? – pregunte confundido, quizás despertaba del sueño en el que estábamos juntos y nos perdonábamos todo el daño que nos hicimos mutuamente.
- ¿Aoi? – una voz más se mezcló en el ambiente, mire más atrás de Shima y estaba Emily con mi chaqueta de cuero negra sobre sus hombros, sonreí y zafe mi mano de Shima para extenderla hasta ella, de alguna manera sentía precio por ella, por todo lo que había hecho por mí y por no poder corresponder a su amor como ella quisiera, ella dejo mi mano extendida y se acostó sobre mi pecho, la abrace, mientras veía a Shima desaparecer y cerrar la puerta, unas lágrimas escaparon.
- Me asusté mucho – dijo Emily con voz frágil.
- No te preocupes aquí estoy.
- Prométeme que no me dejaras nunca- dijo ella, separándose un poco de mí permitiéndome ver su cara, puse mis manos en sus brazos alejándola aún más.
- ¿de qué forma no quieres que te deje Emily?
- De ninguna forma Aoi, de ninguna, no soportaría verte lejos de mí, ni... – interrumpió sus palabras y miro al fondo de la habitación, habia un visor de imágenes con unas placas sobrepuestas.
- ¿Hay algo que deba saber? – pregunte, su llanto fue más fuerte, nuevamente la puerta se abrió y el doctor Logan junto con Uruha entraban, el doctor sonrió.
- Señor Shiroyama, es un gran placer volverlo a ver – dijo acercándose a mi cama.
- Lamento no decir lo mismo, cada vez que lo veo algo malo me ha sucedido – respondí, levantando un poco mi cuerpo.
- Eso es cierto – dijo cruzando los brazos- supongo que me esperaban para hablarle- dijo mirando a Emily y a Shima, ambos afirmaron.
- Vera Sr. Shiroyama, ve esas placas de ella – señalo afirme- tiene un coagulo de sangre en su cerebro, y cada vez hace que su cerebro se inflame, puede presentar perdida de mi memoria, dolor de cabeza muy fuertes, alucinaciones, fiebres como las de hoy, y peor aún – la expresión de Shima fue la que me adelanto lo que diría el doctor, sus lágrimas corriendo por sus mejillas y dio la espalda, mire al doctor.
- ¿Hay algo que se pueda hacer? – pregunte, sentándome por completo en el camilla.