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Juntos en la Oscuridad. por Mizuki Nozomi

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Notas del capitulo:

Bien, al fin termine el capitulo 2 ñ.ñ

Lamento mucho la tardanza, eh estado muy ocupada esta semana entre idas al hospital por unos problemillas y la prepa para mi reinscripción xD

muchas gracias por sus lindos reviewa a:

-Rose

Demon Witch

- AbSeMaJe

Geri Haratari

- Loveless

-  HolasoyYaoista

Y  super agradecimiento a Demon Witch (leanla, es una gran escritora!!) por los fic dedicados a mi loca persona ^^ ¡¡muchas gracias linda, me encantaron!!

Bien, sin mas que decir, les dejo leer! Espero les guste!!

Mas notas al final del cap ^^

 

JUNTOS EN LA OSCURIDAD

CAPITULO 2

------- Pov Ciel -------

Me encontraba arrodillado en el suelo. Dos hombres me sostendrían de los brazos mientras que un tercero ponía un cuchillo sobre mi garganta.

Sentía la adrenalina recorrer todo mi cuerpo, me negaba a terminar de este modo, ¡mi padre quizás aún estaba vivo!, tenía que hacer algo, tenía que ayudarlo, pero mis intentos por liberarme de mis captores  eran en vano, era mucho más pequeño y débil que ellos. Era inútil.

¿Cómo es que había llegado a esto? Tan solo hace unas horas había estado platicando tranquilamente con mi progenitor, habíamos cenado, le había ayudado en el despacho, me había despedido de el para ir a dormir… ¿Cómo había pasado esto?

-------FLASH BACK------

-Padre, ¿respondiste la carta de la Reina? –pregunte mientras ojeaba un libro sobre el escritorio.

-Sí, ya lo hice. Es un caso sencillo –respondió  desde su lugar, sin dejar de leer un documento que mantenía en sus manos –solo necesito ver a Undertaker.

-mph –musite asintiendo. No conocía bien a ese hombre, solo lo había podido ver en persona unas cuantas veces, tenía una funeraria en la ciudad y aunque era alguien con  una actitud extraña y un tanto retorcida, me parecía interesante y bastante útil…aunque también no podía evitar notar algo…extraño  en su persona, independientemente de su rara y lúgubre forma de vestir.

-Ciel –llamo mi padre sacándome de mis cavilaciones

-Si –dije levantando la mirada, topándome con la suya que me observaba con ternura, preocupación y…tristeza. No me gustaba ver esa última expresión en su rostro, no quería verlo así, y menos por mi…

-Ya es hora de dormir, mañana continuaremos ¿te parece bien? –musito dedicándome una sonrisa

-De acuerdo –le devolví la sonrisa lo más convincentemente posible, dejando el libro sobre el escritorio.

Levantándome de mi lugar me acerque a mi padre, que sentado, quedaba a mi altura.

Sin esperar el permiso (que en realidad no necesitaba) lo abrase con fuerza, recargando mi mentón en uno de sus hombros.

-No sonrías si no quieres–murmuro abrazándome por la cintura y dándome un beso en la mejilla, a lo que correspondí devolviéndole el gesto.

-Tu tampoco –masculle cerrando los ojos, apoyando la frente en su hombro.

-…Que descanses, Ciel –susurro tomándome de los hombros, separándome de él un poco, para que lo encarara –te quiero…y ella igual.

-Lo sé – abrí los ojos, dedicándole una sonrisilla fugaz –yo igual, los quiero.

 Cualquiera que viera el afecto que nos teníamos, juraría estar alucinando. Él y yo éramos el perro guardián de la reina, y como el titulo lo pedía, mostrábamos ante la sociedad una actitud fuerte, reservada, estoica; pero estando fuera de los ojos de las personas, éramos padre e hijo que no se comportaban de acuerdo a su estatus. En casa éramos nosotros mismos. Solo eso. Aunque a decir verdad, antes no éramos así, antes nos tratábamos como extraños, casi no nos veíamos ya que él debía de trabajar y yo debía concentrarme en mis estudios. Era curioso como por algo devastador podían fortalecerse lazos que se creían rotos.

Sin decir más, me separe del abrazo y dedicándole una última sonrisa a mi progenitor, me retire del despacho, con rumbo a mi habitación. Apenas subí las escaleras, escuche pasos cercanos a mí.

-Joven amo –llamo una voz desde el pie de la escalera.

-Tanaka –reconocí dándome la vuelta

-¿Ya va a irse a dormir?

-Sí, iré solo –avise dando a entender que no quería ayuda para cambiarme de ropa.

-Bien, ¿va a quieres que le lleve algo?

-No, gracias. –dije dándome la vuelta y retomando mi camino.

-Que descanse joven amo. –escuche decir a mi sirviente  antes de doblar la esquina.

Soltando un bufido ingrese a mi habitación –que era tenuemente iluminada por algunas lámparas de poca iluminación –y comence a deshacerme de mi ropa, para después sustituirla por un camisón blanco y unos pantaloncillos cortos del mismo color.

Una vez vestido, entre al baño para lavarme los dientes y la cara. Cuando termine, no pude evitar mirarme al espejo, mi rostro estaba demasiado pálido, y mis ojos eran adornados con algunas ojeras. Baje la mirada, decaído; desde hace ya tiempo tenía esa apariencia.

-Mamá…no sabes lo mucho que nos haces falta –susurre antes de salir del baño y cerrar la puerta.

Con pasos perezosos me acerque a la ventana, y sin mirar afuera, corrí las cortinas. Después me asegure de apagar todas las lámparas menos una, pues no me gustaba dormir completamente a oscuras.

Una vez todo en orden, me metí a la cama y me tape con las cobijas hasta el pecho. No paso mucho tiempo cuando mis parpados empezaron a parecerme muy pesados y comenzaron a cerrarse contra mi voluntad. En tan solo unos segundos, caí en la inconciencia.

No fue sino hasta que sentí un gran dolor en una mejilla –que me noqueo por unos segundos –cuando asustado, abrí los ojos, solo para toparme con el rostro de un hombre que no conocía en lo más mínimo, a solo unos centímetros de mí. Era castaño, piel rojiza y ojos grandes color café oscuro.  

-¿Ya despertaste mocoso? –pregunto sonriéndome con maldad.

No pude ni gritar cuando el hombre se abalanzo contra mí, tratando de inmovilizarme, más moviéndome más rápido que  él, rodé sobre la cama hasta caer al otro lado de esta, en el piso, llevándome un golpe en la cabeza.

Levantándome lo más rápido que podía, y deshaciéndome con torpeza de las sabanas que aprisionaban mis piernas,  corrí hacia la puerta, sin esperar que al abrirla me estuviera esperando otro sujeto (este era de al menos 1.90m, pelinegro, moreno y de contextura grande, vestía un traje negro desgastado), que sujetándome de los brazos me puso de cara contra el suelo. No fue sino hasta ese momento que note que por la puerta por la que planeaba salir, se veía con alarmante claridad, un poco de humo negro en el aire. ¿Qué estaba pasando? ¿Quiénes eran estos sujetos?

¡FUEGO!- grito una voz en mi cabeza haciéndome reaccionar.

-¡SUELTAME! ¡MALDITO INFELIZ! –grite retorciéndome, tratando de liberarme. Pero ni lento ni perezoso, el hombre que me había despertado se unió al forcejeo, ayudando a su compañero a amarrarme las manos tras la espalda con un lazo.

-¡QUEDATE QUIETO Y CALLATE! –grito el trajeado soltándome un puñetazo en la cara, antes de levantarme.

Enojado, me las arregle para darle una patada, justo en la espinilla, lastimándome a mi vez los dedos del pie.

-¡MALDITO HIJO DE MIERDA! ¡ME LAS VAS A PAGAR! –gruño aventándose contra mí, siendo detenido por el otro tipo.

-¡Cálmate!, ¡no sabemos si debemos matarlo! –le dijo empujándolo del pecho con fuerza.

-¡Maldito Ash! Solo nos dice “revisen las habitaciones” pero no dice algo de utilidad ante estas cosas–farfullo mi atacante imitando la voz del tal “Ash” -¿Entonces qué hacemos?

“¿¡Ash!? –Me pregunte mentalmente, exaltado.

-Llevémoslo afuera. El  princesito de la reina ya comenzó el incendio –dijo tomándome de los brazos y jalándome fuera de la habitación sin problemas pues me había quedado en shock debido a la sorpresa…

-“…Ash Landers…el mayordomo y guardaespaldas de la Reina…”-pensé uniendo la información que los hombres soltaban  – “¡ESE MALDITO NOS  TRAICIONO!”

Iracundo por saber quién era el causante de todo lo que estaba sucediendo, comence a retorcerme con renovadas fuerzas, dando patadas al aire, sonriendo con amargura cuando lograba asestar con éxito alguno golpe.

-¡MOCOSO DEL DEMONIO! –grito una víctima de mis golpes dándome un puñetazo en la quijada que me mando al suelo.

Sin ver con claridad debido al golpe, me volvieron a levantar. Sentí el sabor metálico tan característico de la sangre en mi boca.

-¡Ponle esto! –indico el castaño pasándole algo negro al otro. Antes de darme cuenta, me encontraba con una mordaza en la boca y con la cabeza cubierta con una bolsa de tela que impedía mi visión por completo, para después  volver a ser llevado a rastras por los pasillos, tropezando varias veces debido a la brusquedad con la que me jalaban de los brazos.

Hacía calor, a pesar de la cosa que cubría mi cara pude vislumbrar un poco de luz.  Podía escuchar el sonido del fuego consumiendo mi hogar, oler el aroma a cenizas y humo.

-…Maldita sea…-masculle debajo de la tela que tapaba mi boca,  sintiendo escocerme los ojos. Mi hogar estaba siendo destruido, el hogar de mi familia.  

“No, no voy a llorar” –me impuse con la garganta cerrada, tanto por el dolor emocional como por mi problema respiratorio.

-¿Adónde lo llevan? –pregunto una nueva voz, que escuche unos metros a mi derecha.

“Pasillo lateral derecho…lleva a la habitación de mi padre” –razone entrando en pánico

El nuevo tipo se acercó a mi posición. Podía escuchar sus pasos. Sin decir nada, me levanto la bolsa que cubría mi cara, permitiéndome ver su rostro y viceversa. El tipo era horriblemente feo, dientes amarillos, moreno, cabello cano y corto, vestía pantalones negros y una camisa blanca manchada de sangre…

-Es el hijo de Vincent Phantomhive –reconoció con burla embozando una sonrisa retorcida. Apreté los dientes.

“papá…”

-¿Qué hacemos con él, Viki? –pregunto uno de los sujetos que me sostenía.

-Ash no dijo nada del chico, lo más probable es que igual lo quiera muerto, espérenme abajo iré a preguntarle…ojala me lo regale…-farfullo el tal “Viki” inclinándose hacia mí, dejando su rostro a tan solo unos escasos centímetros del mío. Podía oler su asqueroso aliento a tabaco y licor

-Déjame oír tu voz…-me susurro quitándome la mordaza y botándola al suelo.

-Jodete… -masculle sonriéndole con superioridad, antes de tomar impulso con rapidez, y darle un cabezazo en la frente.

-¡HIJO DE PERRA! –grito mi victima llevándose ambas manos al lugar afectado, torciendo la boca en un gesto de dolor.

No puede evitar soltar una risilla a pesar de que mi acción igual me había afectado a mí, pues sentí un líquido resbalar por mi frente.

Un rodillazo en el estómago que me hizo callar, cortesía del trajeado que me había estado sosteniendo.

-Espérenme abajo –gruño Viki regresando por donde había venido.

-Apresúrate, este lugar se está convirtiendo en un infierno –dijo el castaño antes colocarme la bolsa en la cabeza de nueva cuenta, esta vez sin la mordaza.

Sin decir más, fui llevado hasta donde reconocí era el salón principal, debido a la textura del suelo que reconocí por ir descalzo.

Para ese momento ya me encontraba jadeando, me costaba respirar debido al poco oxigeno de la habitación.  El agarre que tenían sobre mis brazos era tal que casi me hacía llorar.  

-Deberíamos esperarlo afuera, este lugar se caerá en pedazos –carraspeo uno de los sujetos que me sostenían

-No tardara mucho cof cof –respondió el otro tosiendo –pero más le vale al principito que se apresure en lo que esté haciendo, no quiero arriesgarme a ser arrestado

-Ya…estoy aquí –anuncio a quien reconocí por la voz como el tal Viki, tosiendo.

-¿Por qué tarda tanto Ash?

-Le cof cof  está dando un discurso al Conde –respondió tosiendo el recién llegado.

-¿Qué hacemos con el niño?

-dijo que no quería a cof cof nadie con vida. Llevémoslo afuera, cof cof este maldito humo me está matando.

-jajajajaja me parece bien.

Sin agregar nada más, fui arrastrado fuera de la mansión…

------------FIN DEL FLASH BACK--------------

El cuchillo sobre mi cuello fue presionado con más fuerza, regresándome a la realidad.

Enfocando la mirada, la fije sobre el sujeto que sostenía el arma.

-Me hubiera gustado divertirme más contigo, tu cuerpo es hermoso –me dijo Viki mirándome insinuantemente–pero ya no queda tiempo. Que desperdicio. Como sea…adiós…

Mi cuerpo tembló involuntariamente, preparándose para lo que pasaría.

Mamá…perdón por no haber podido cuidar a papá, sé que te lo prometí, pero no pude…lo siento…-pensé con tristeza cerrando los ojos, esperando mi final. Más justo en el momento en el que la presión del cuchillo fue más fuerte  y sentí como la piel era levemente cortada, el contacto cesó, al tiempo que sentí un líquido caliente caer sobre mis rostro.

-AHHHHH…! –fue el grito que me hizo abrir los ojos, para toparme con el tipo que hace un momento sostenía el cuchillo, retrocediendo entre gritos de forma agónica. Abriendo los ojos como platos, vi el camino de sangre en el suelo, que iba del sujeto hacia un bulto en el suelo –a solo dos metros a mi izquierda –que me costaba identificar, y que tenía al lado suyo, el cuchillo que hace un momento iba a acabar con mi vida; siguiendo el camino de extremo a extremo, aquel bulto era el brazo del sujeto que ahora se retorcía de dolor.

-¡VIKI! ¡VIKI!

Los tipos que me sostenían corrieron hacia su amigo, soltándome y haciéndome caer hacia enfrente, de pecho al suelo ensangrentado. Asustado, seguí con la mirada a los sujetos,  viendo con asombro como a solo unos centímetros de llegar a su compañero, una espada negra se clavó en la tierra frente a ellos, impidiendo su avance. Dicho objeto tenía la hoja manchada de sangre.

Un escalofrió me recorrió la espalda, avisándome de la presencia de alguien detrás de mí.

El hombre que había perdido el brazo miraba en mi dirección horrorizado, haciendo que sus compañeros se dieran el vuela, para terminar con una expresión igual.

-¿¡Quién eres tú!? –grito despavorido uno de los hombres, mientras que los otros retrocedían.

Sin éxito alguno trate de levantarme del suelo, mas apenas hice un movimiento, algo parecido a un gruñido me hizo detenerme en seco.  

-¡RESPONDE! –exigió otro de los hombres.

-Las ratas como ustedes de verdad me repugnan –musito una voz detrás de mí dejándome estático. La voz era clara, fuerte, aterciopelada, burlona, enojada…

-¿¡QUE RAYOS ERES TU!? –grito el sujeto sin brazo con grandes lagrimas saliendo de sus ojos.

-Cierra los ojos –susurro el hombre tras de mi de forma terminante. Sin saber por qué, obedecí sin objeciones.

Apenas mis parpados se cerraron, escuche pasos a mi lado. Mi respiración se agito. Como en una pesadilla, gritos desgarradores hicieron aparición, haciéndome apretar los dientes con fuerza. Asustado, trate de incorporarme, logrando quedar hincado.  Mi cuerpo temblaba, casi convulsionando, debido a la incertidumbre que me embriagaba en ese instante. ¿Qué estaba pasando?

-¡PORFAVOR! –fue unos de los pocos ruegos que pude escuchar antes del sonido de algo liquido caer  al suelo, acompañado de un peso muerto.

Sentí algo blando golpear mis piernas antes de caer al suelo.  Mi respiración se asemejo con los jadeos de un animal asustado. Baje la cabeza sin dejar de apretar los parpados.

De manera cortante, los gritos cesaron.

Dando un suspiro hondo –en el que pude identificar el olor de la sangre en el aire –me atreví a abrir los ojos con lentitud, solo para terminar horrorizado con la imagen que tenía frente a mí. En el suelo, debajo de mí y a solo unos centímetros, una mano desmembrada reposaba. Dando un salto hacia atrás debido al asco y miedo, quede sentado en el césped, levantando por instinto la mirada, topándome con un escenario mucho peor a lo que hace un momento había presenciado.

Ante mí, a al menos 7 metros de distancia, entre los cuerpos descuartizados de los que en un principio habían sido mis atacantes, se encontraba parado un ser que de ningún modo podía ser humano aunque lo pareciera. Era un hombre alto, de cabello negro y piel muy blanca, vestía ropa negra de cuero ajustada, pero lo que más impactaba eran las alas de plumaje negro que se alzaban majestuosas e imponentes  detrás de él, en una de sus manos sostenía la espada que hace unos momentos había visto clavarse en el suelo.  

…Un demonio –susurre recordando haber visto bocetos de seres como el en uno de los libros de la biblioteca.

Sin darme tiempo de decir más, aquel ser comenzó a caminar hacia mí con deliberada calma,  mientras yo me mantenía estático cual ratón siendo acechado por una serpiente.

Con  el corazón latiéndome desbocadamente, mi cuerpo se mantuvo cual piedra, incapaz de moverse.  

Va a matarme, seguro va a  matarme –pensé  tragando saliva.

Cuando el “hombre” estuvo a solo un escaso metro de mí, se detuvo. Temblando fije mi mirada en su rostro, viendo con  asombro los ojos rojos escarlata que poseía y los largos colmillos que se asomaban entre sus labios entreabiertos.

En un movimiento rápido  el ser se agacho hasta quedar en cuclillas, para quedar a mi altura. Sus ojos miraban penetrantes los míos, con tanta intensidad que me ponía nervioso.

Esto no pinta nada bien –pensé perdiéndome en aquella mirada carmesí.

El demonio embozo una gran sonrisa.

-Te propongo un trato –dijo colocando un dedo bajo mi barbilla permitiéndome sentir lo fría Y que era su piel.

 

FIN DEL CAPITULO 2

Notas finales:

y bien? que les parecio?? lo sigo?? xD

ohh!! les tengo una petición >////< una amiga acaba de subir un fic nuevo, denle una oportunidad ¿si? ella escribe muuuy bien y la historia me parece muy interesante, este es el link https://www.fanfiction.net/s/10487933/1/Sa...s-Los-neutrales denle una oportunidad ¿si?

Sin mas que decir, me despido.
Gracias por leer!!
Besos y abrazos!!

Dewa matta!!


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