–Eh… Bueno… Mi respuesta… ¡En el almuerzo te la doy Akira-senpai! –Gritó el rubio para huir de nuevo.
–Ah ¿Qué tan difícil es responder? Si le gusto… Me dice que sí, y si no, entonces no –Reclamaba el chico de cabello azabache, pero, no se esperaba que una persona ajena a él hubiera visto y escuchado todo.
–Jeje... –Sonreía maliciosamente un chico en un árbol –Que rápido se repone… Igual, sigue siendo mío, no se lo cederé… ¡A NADIE!
A LA HORA DEL ALMUERZO
– ¡Dios, dios, dios, dioooos! –Gritaba un chico desesperado, agarrándose el pelo – ¡Kou! ¿¡Qué hago!? –Le pregunto a su amigo.
–Pues responderle ¿No? –Respondió desinteresado, cosa que molestó al chico rubio, quien le tiró un lápiz – ¿Qué? ¡Oye! Eso dolió –Se quejó.
–Entonces tómatelo en serio –Dijo Akemy cruzándose de brazos.
–Te gusta ¿no? Entonces dile que sí, deja de hacer tanto alboroto Akemy.
–Pero… No estoy, seguro… –El rubio se sentía indeciso – ¿Y si Akira solo está jugando conmigo? ¿Sería feliz? ¿Todo sería perfecto?
–Voy a traerlo –Declaró sonriente Kou, y se puso en marcha.
-¡EH! ¡Kou! ¡¡ESPERA!! –Gritó Akemy, pero el chico ya se había ido –Mierda, estoy inseguro –Susurró para sí.
–Te sientes inseguro ¿Eh? Será que… ¿Sigues enamorado de mí? –Preguntó un chico bajando elegantemente de un árbol, con una sonrisa maliciosa en el rostro.
–Oh, Shido, tanto tiempo –Dijo Akemy, ignorando la pregunta con una mueca de irritación. El sólo hecho de escuchar la voz de “ese tipo” lo molestaba.
–Sí, sí, mucho tiempo –Respondió Shido con tono de irritación –Hey, no negaste el hecho de que sigues enamorado de mí –Sonrió de una forma arrogante.
– ¿Hecho? ¡Pff! por favor, te dije mil veces que nunca sentí nada por ti, sólo te usé ¿entiendes? –Respondió de forma altanera.
–Por favor, Akemy, se honesto contigo mismo, tú me amas –Afirmó Shido.
–Deja de ser tan patético y de buscarme… ¡Cómprate una vida! –Gritó dándose vuelta para irse, pero Shido le detuvo.
–Mírame a los ojos y dime que no sientes ni sentiste nada por mí –Demandó Shido, acorralando a Akemy contra una pared.
–Bien, tú lo pediste –Suspiró el rubio, mientras miraba a los ojos al chico que tenía en frente – ¡Nunca sentí nada por ti! Sólo te utilicé para intentar olvidar a alguien, y lo único que siento por ti ¡Es lástima y repugnancia! ¡Eres patético! –Terminó viendo retadoramente a Shido, quien ahora estaba en estado de shock.
–Mentira… Tú me amas ¡Lo comprobaré! –Declaró para, en un acto de desesperación sujetar los hombros del rubio y besarlo –Seguramente me golpeará, pero lo necesito –Pensó Shido, y se llevó una gran sorpresa al ver que el rubio solo le miraba y hacía como si nada pasara –Pero qué… –En ese momento llegaron 2 chicos, presenciando aquel beso. El más alto salió corriendo, mientras que el otro se quedó viéndolos.
– ¿A-Akemy?... –Susurró el chico que se había quedado viéndolos, para recién atinar a que su acompañante se había ido –Eh… ¡Yamaha! ¡Espera! –Gritó para salir corriendo a buscar a Akira.
– ¿Kou? ¿¡Yamaha!? –Se sorprendió Akemy, pero, lo disimuló muy bien.
–Que rico –Dijo Shido para terminar el beso y lamerle los labios a Akemy.
–No seas asqueroso, los besos que das son mediocres –Respondió Akemy, limpiándose los labios –Ya te quedaste satisfecho ¿Verdad? No me vuelvas a buscar entonces, que tengo novio, un novio que besa mil veces mejor, y que no me deja este sabor de asco que me dejaste tú en los labios.
–Mal… –Shido le iba a decir “maldito”, pero en ese momento sintió un fuerte dolor en su entrepierna, Akemy le había pegado una patada, haciendo que Shido cayera al suelo.
–Quédate en donde perteneces, insecto –Dijo con notorio asco, y luego se fue.
–T-Tú… Serás mío… Akemy –Susurró para luego cerró los ojos quedándose en el suelo.
MIENTRAS TANTO
– ¿Dónde carajos se metió Yamaha? –Se preguntaba Kou, mientras corría buscando a Akira por toda la escuela. Hasta que, al fin, lo encontró, pero no estaba solo – ¿Quién mierda es ese tipo que está sentado con él? Oh dios, solo espero que no sea nada malo… Para Akemy –Pensaba tratando de buscar respuestas, mientras se acercaba a los 2 chicos –Yamaha… –Susurró estando ya frente al nombrado – ¡Perdón! no sabía que ese tipo aparecería y besaría a Akemy, la idea de llevarte allá sólo era para que Akemy respondiera a tu pregunta…
–Con lo visto, me dejó en claro cuál es su respuesta –Respondió Akira, ocultando su mirada con su flequillo. Aun así, Kou pudo notar que había llorado.
–No, enserio, perdón, no debiste a ver visto eso, el que besó al estúpido de Akemy fue su ex – Aclaró, algo nervioso por cómo podía reaccionar Akira.
– ¿Su…Ex? –Akira estaba desconcertado – ¿y por qué lo besó? –Preguntó el azabache.
–Eso… No lo sé… Supongo que fue…
–Yo puedo responder eso –Declaró Akemy apareciendo “como por arte de magia” atrás de Kou – ¿Quién es el estúpido? –Preguntó golpeando a su amigo.
–Itte… ¡Dolió! –Reclamó el agredido.
–Esa era la idea –Volteó a mirar a Akira –Akira yo te quería responder...
–Como que me quedo clara tu respuesta –Susurró Akira desviando la mirada.
–No… Akira… Yo… –Akemy no sabía que decir para sacarle esa idea errónea a Akira –Voy a tener que ser sincero con él… Por primera vez –Pensó –Akira Yamaha yo… Yo… ¡Yo he estado enamorado de ti desde hace 2 años!, y no podía pensar en nada por la felicidad que sentía de que me hubieses pedido noviazgo, yo… Yo realmente te amo y me encantaría ser tu novio –Soltó, completamente rojo y con los ojos cristalinos.
Después de la declaración de Akemy nadie sabía qué hacer; Kou estaba orgulloso, en shock y confundido – ¿Realmente Akemy pudo hacerlo? –, Akira estaba enrojecido a mas no poder y con una sonrisa boba en la cara, aun no se la creía; El otro individuo estaba en blanco, parado sin hacer nada y sin mostrar alguna expresión.
– ¿A-Akira? –Susurró Akemy, que no podía que no podía sonrojarse más, al menos, eso creía.
– ¡Te amo! –Gritó Akira para abrazar a Akemy y darle un tierno y cariñoso beso, a lo cual, el rubio quedó como un tomate.
–Hmm… –Musitó el individuo. Luego aclaró su voz –Akira, idiota ¿No me presentaras? –Preguntó riendo, a la vez que la pareja terminaba el beso.
–Oh… Eh, sí –Rio nervioso Akira –Akemy, él es...