Las palabras que más quiero escuchar
-¿Ya deja de reírte de mí quieres? -Kyungsoo regañaba a su novio desde el otro lado del cuarto, donde sostenía una guerra con él mismo; en una de sus manos tenía un smoking de color azul marino, y en la otra, uno de color blanco. La boda del vicepresidente estaba a menos de una semana. Se suponía que los tortolos no se casarían hasta la primera semana de Octubre, pero por motivos “desconocidos”, se había adelantado 2 semanas más.
-Te vez bien con todo, ¿podrías dejar de caminar en círculos? –Le reclamó el moreno a quien le divertía la escena mientras degustaba su deliciosa manzana.
-Sí, pero quiero ser el mejor vestido de ahí - Jongin alzó sus cejas por un momento y luego se descojonó en su cara. Kyungsoo nunca había sido de los chicos que se preocuparan de su atuendo.
-Sabes que eso no es posible; Baekhyun te va a ganar, desde que tengo memoria se le ha dado la competencia en ese tipo de cosas… de la moda –El pelinegro acabo por desesperarse de ser el objeto de burla y le propició un buen golpe en el antebrazo a Kai, haciendo que su cara se estampará contra la cama.
El ex cocinero se dio por vencido de una buena vez y concluyó que elegiría el traje al azar.
-¿Por qué no retomamos el juego de póquer que dejamos ayer? Eso te podría relajar – Kai palmeó una porción de la superficie de la cama, haciendo que el pelinegro rodará los ojos.
Al final, Soo aceptó ser el contrincante de su novio. Se dirigió hasta su cómoda y sacó la caja de las cartas. Ahora sólo faltaba las fichas, pero… no había dinero.
Ambos chicos se miraron con lástima.
-Será apuesta de ropa –Ironizó su tono el más bajo.
-No tienes idea de cuánto me duele perder mi ropa –le siguió la corriente el moreno.
Ambos sonrieron lascivamente para luego sentarse sobre sus rodillas, frente a frente. Una vez ocupados sus lugares, la partida comenzó; favoreciendo a Kyungsoo quien se reía del moreno. Una vez más Kai volvió a perder:
-¿No te cansas de ganar?
-La verdad es que me complace verte en bóxers –Sus miradas se conectaron, haciendo que el aire se cargará de una esencia que quería inundarlos.
De un momento a otro Jongin tiro las cartas a un lado –Empecemos con el verdadero juego -, y como un animal atacó los labios del pelinegro, quien lo recibió gustoso; sus lenguas se acariciaban vehemente, y sus manos descendían hasta la bragueta del contrario. Como por arte de magia se quitaron las prendas estorbosas que les impedían sentirse más cómodos, y como por instinto Kyungsoo se dejó caer en la cama, abriendo sus muslos insinuantemente, a lo que Jongin contestó gustoso de posicionarse en el espacio que formaban las piernas de su novio.
Ferozmente fue marcando el cuerpo de su novio, dejándole moretones que al día siguiente serían la evidencia de sus acciones. Con más rapidez, el moreno comenzó a frotar el miembro de su acompañante hasta dejarlo completamente duro y sin compasión lo penetró con su dedo índice, pasando a introducir con más fuerza sus otros dedos; una y otra vez lo hizo sentirse en el cielo. Como el tiempo es oro, Jongin comenzó la tarea más importante, y esa era la de embestir a Kyungsoo, hasta que gritará con todas sus fuerzas y lo haría porque era suyo y probablemente sus vecinos de cuarto también lo sabían.
______________________________________________________________________________________
Suho estaba de nuevo preocupado, si una característica se le atribuyera probablemente hubiera sido esa; el señor que cuida de todo y que se preocupa de todo, y está vez Baekhyun era la razón. Desde que había pasado el accidente y por mencionar que solo habían sido dos días desde entonces, Baekhyun había estado encerrado en su cuarto. No lo obligó a salir, por supuesto; pero le preocupaba que su hermano volviera a ser como antes.
Se acercó hasta Chanyeol que cumplía con su horario de Bartender, le hizo ademán de que quería hablar con él y el rubio asintió.
-Lo diré rápido que no quiero interrumpirte –La seriedad con la que hablaba el vicepresidente era impresionante –No quiero que Baekhyun sufra y la única persona que lo puede ayudar eres tú.
A pesar de no esperar por la respuesta del rubio, Suho sabía que él era el indicado. Lo más obvio hubiera sido que él mismo, como el hermano que era, hubiera arreglado las cosas y lo intentó, hizo todo lo que pudo para convencer a Byun de que todo estaba bien, a lo que el pelinegro-platina asintió a todos los consejos que le daba su hermano, pero no dio resultado, él seguía ensimismando.
Se fue del bar, tenía que preparar unos cuantos detalles más para la boda, que era la siguiente semana. En verdad quería que su hermano saliera de su mundo y lo viera casarse.
_______________________________________________________________________________
Con el dolor en el pecho, tragó un poco de sus lágrimas. Era débil de corazón y de mente. Lo sabía perfectamente pero le dolía todo.
Desde que su madre había muerto por su mano, lo que más le abrumó fue el hecho de sentirse solo. Al otro lado de la puerta, sus amigos: Kai, Kyungsoo, Suho, Lay…Chanyeol, lo trataron de animar, de apoyarlo, pero no pudo dejar de sentir ese vacío. Pensó que después de que Madame Byun se hubiera ido, todo sería más cómodo, más colorido y estaría feliz. Muy al contrario, sintió como si nadie estuviera ahí, y tal vez estaba loco, porque el mismo se hacía sentir mal, le gustaba sentir ese dolor y a lo que más tenía miedo era al abandono. Las dudas vinieron de todos lados:
“¿Y si esas personas que conocía como hermano, amigo, amante… le decían que todo era una mentira, que lo odiaban, como su madre lo había hecho?”
Tenía miedo a que la situación se volviera a repetir y en la primera persona que pensó fue en Chanyeol. Se había enamorado profundamente de él, pero si el rubio no correspondía a sus sentimientos, su vida se estaría empañando, de nuevo, de esa mancha negra.
Lo único que le quedaba era ponerse una máscara y vivir como lo había hecho años atrás.
Sus pensamientos se detuvieron en el mismo momento en que alguien tocó la puerta, esperó con ansias que fuera Kai, quería hablar desesperadamente con él, por desgracia sabía que su día libre era ese y que lo aprovecharía con su novio. Su mejor amigo no estaba, le quedaba su hermano; aunque ya había hablado con él, deseaba hablar con Joonmyun en ese momento, pero sabía que estaría ocupado con los preparativos de su boda.
Un haz de luz iluminó la oscuridad que recaía en la recamara. Era de noche y creyó que Chanyeol estaría ahí para descansar; en lugar de eso Jongdae entró haciéndole compañía.
-Chen… -suspiró.
-Lo siento por irrumpir en tu mazmorra –el castaño quería hacer un poco de humor en esa situación, pero debido a la pesadez del ambiente eso fue imposible.
-¿Qué quieres? –Baekhyun subió un poco su tono de voz, pero lo único que logró conseguir era que sonará constipado.
-Suho me pidió ayuda y vine a brindarte mi apoyo en lo que sea que necesites -. El castaño avanzó más hasta el cuerpo inerte, del otro lado de la habitación.
Sus respiraciones estaban tan cerca que lograba sentir el calor que emanaba el contrario. Los labios del castaño se acercaron peligrosamente a los del pelinegro. Este último necesitaba a alguien y aunque no fuera uno de los antes mencionados, tenía la necesidad de sentirse querido.
Cuando sus labios chocaron, Baekhyun no pudo reaccionar, sus labios no se movían en lo absoluto; solo sentía culpa y desagrado, como si estuviera comiendo una limón. Chen prosiguió agarrándole el muslo, subiéndolo hasta su cadera. En un segundo y sin pensarlo, Baekhyun se protegió. No sabía por qué, pero no quería eso. Comenzó a forcejear pero no podía alejar a Jongdae.
Se sentía como una marioneta, y sus lágrimas amenazaron son salir disparadas en cualquier momento. Cerró sus ojos, queriendo pensar en otra cosa, y se deshizo por completo; comenzó a sollozar con todo. Sus fuerzas se habían agotado.
De pronto, Chen se detuvo ante un estrepitoso ruido; abrió sus ojos empañados por las lágrimas y sintió alivio. La escena que vio lo dejo más débil aún. Chanyeol le había dado un puñetazo en la cara al castaño. Éste último sonrió como de costumbre y le guiñó el ojo a la magdalena enfrente de él. Se retiró sin adentrarse a una pelea y cerró la puerta, dejando a Chanyeol y a Baekhyun en la oscuridad de la noche.
Byun se sentó en su cama y se cubrió su rostro empapado con sus manos. No quería ser visto así. Chanyeol se arrodilló enfrente de él, viéndolo hacia arriba.
-Baek… -le rozó la mejilla, pero el pelinegro le retiró la mano.
-Déjame solo, no me gusta que me vean así. No eres nadie para verme así, para hacerme sentir así, para arruinarme cada vez que puedas… -Siguió llorando, diciendo incoherencias al aire- “Te odio”, esa es la palabra que siempre vas a oír de mí. Jamás…jamás te quise y sé lo que piensas de mí. Te ríes de mí –Ahora su histeria salía – Me vas a abandonar… No vuelvas nunca más –Con sus puños hacia débiles intentos de golpear el pecho del rubio.
Después de que no pudo seguir con su monólogo, se acomodó en posición fetal en su cama. Chanyeol se paró de su posición y se sentó en la cama. Baekhyun lo miró y al revés.
-Vete –le gritó lanzándole un puñetazo que nunca llegó porque su mano fue agarrada por el rubio. En vez de ver una mirada de decepción en la cara de Chanyeol, la cara del gigante dejo ver una cara que soltaba dulzura hacia su enamorado. Lo miró tan tranquilo y con toda su fuerza lo sentó enfrente de él, sobre la cama.
-Yo Baekhyun, te quiero de la misma manera que tú lo haces conmigo –los ojos del pelinegro se abrieron, poniendo toda su atención en los contrarios – Te odio porque me arruinaste –el rubio sonrió –, me arruinaste la vida de mierda que llevaba y me enamoré de ti…
-Mientes… -Baekhyun interrumpió pero Chanyeol le puso un dedo en su boca.
-Dime cuantas veces me odias y yo te diré cuantas veces te amo; te diré que no me río de ti, me río contigo. Me haces enojar cada vez que te pones meloso con otra persona que no sea yo, pero sobre todo me haces sentir cosas que nadie más lo ha hecho, incluso Kai.
-Te odio, te odio, te odio –Baekhyun trataba de forcejear inútilmente.
-Te amo, te amo, te amo –Chanyeol susurró atrayéndolo hasta él, envolviéndolo con sus brazos.
Baekhyun se recargó en su pecho y como una tormenta, arrasó con todo, se dejo llevar empañando su cara de nuevo, pero ahora, sentía ese calor en su pecho que le indicaba que estaba seguro.
Pasaron muchos minutos hasta que dejo de llorar; ahora se sentía cansado pero despejado de todas sus dudas.
-Chanyeol- le llamó, queriéndose asegurar de que él seguía ahí, cuando el rubio lo miro prosiguió –Dímelo otra vez, exijo que me lo d-digas.
-Te amo.
-Otra vez.
-Te amo –los labios se posicionaron en la sien de Baekhyun depositándole un beso. El pelinegro volvió a hacer el pedido recibiendo un beso en la nariz, y por último, volvió a pedir esa seguridad:
-De nuevo.
-Te amo- Ahora los labios del rubio y del pelinegro se encontraron en un tierno beso que duro por mucho tiempo. Durante ese tiempo ninguno de los dos presionó, solo siguieron la corriente que inundaba su interior, transmitiéndose sus sentimientos.