Novato
Eran las 2 de la mañana del viernes. Al parecer el centro de investigaciones (oculto) del lujoso club de verano, estaba desierto y abundaba un silencio sepulcral. Todos los empleados; meseros, cocineros, ballet parkings y demás, yacían en sus camas tratando de descansar para comenzar su trabajo en 4 horas. Pero, y como siempre hay una excepción, el empleado y asesino Baekhyun se encontraba despierto en su oficina. Si los muertos hubieran entrado a su despacho, se hubieran aterrorizado más de Baekhyun que viceversa, pero de igual forma, se hubieran preguntado ¿Que hace a estas horas de la noche aquí? La respuesta era sencilla: él se preparaba para ir a recibir a su nuevo inquilino; Park Chanyeol.
El dios de la muerte del mundo humano, se encontraba leyendo el expediente con la información básica que debía saber sobre el gigante con orejas de extraterrestre. Baekhyun miraba con furia el expediente, no porque le molestara la foto, más bien, porque envidiaba su sonrisa; llena de destellos, de luz… de Felicidad.
Guardo el documento con mucha calma y tomó las llaves de su auto, de igual manera, tomó los objetos que le ayudarían a desmentir al impostor; unas dagas… ¿unas dagas? Sí, nuestro querido asesino prefería usar un par de cuchillos bien afilados, tenía una puntería de 10, por así decirlo, casi nunca fallaba en su objetivo. Por otro lado, también usaba diferentes tipos de pistolas, pero sólo las manejaba desde distancias muy lejanas entre su presa y él; él era un francotirador.
Sin decir una palabra el pelirrojo salió del centro de investigaciones, salió del club y se infiltro en su auto. No se molestó en ponerse el cinturón de seguridad y arrancó su auto, se aseguró de ponerlo en la tercera velocidad, pisando la velocidad, como si aplastara a una cucaracha. Con una voz suave se repitió- Calle El Diamante, al norte de Seúl. No. 3452 -y siguió conduciendo, aumentando más la velocidad.
Kai se levantó por el muy obvio rugido de un motor, corrió a su oficina y suspiró al no ver a su amigo ahí. –¡Ay “Bacon”! ¿Qué voy hacer contigo? -dijo tristemente, se dirigió al escritorio de su amigo, de pronto, soltó un golpe en la pieza de madera.
-¡¿Por qué?! Él no se merecía esto- reventó en furia Kai. -Maldita sea su madre y el idiota de su padre –se le humedecieron los ojos.
Se sentó tratando de recuperar su aliento, ahora siendo opacado por sus lágrimas. Cuando se hubo calmado lo suficiente, recargó su cabeza en el asiento y la imagen de Baekhyun apareció en su mente; tenía esa sonrisa, que tanto le alegraba la hora de la comida, esa voz mimosa cuando hacía “aegyo” y esa vibra de entusiasmo, cuando hacía lo que más le gustaba; actuar. Así era, como el moreno recordaba a su mejor amigo, así era…
-Todo se ha ido a la mierda -dijo casi susurrando.
Cuando llegó a la dirección descrita en el expediente, esperó por largas horas en su auto.
-¡Ash! ¿Por qué diablos este chico no sale? -maldijo el pelirrojo.
Ahora el sueño, no parecía tan lejano… estaba empezando a hacer efecto, cuando por fin, el novato decidió salir.
Baekhyun abrió sus ojos, no por notar que el chico se alejaba y que lo tenía que seguir y él seguía ahí, cuando lo vio, no pudo creer que hubiera una persona así; era, alto, rubio, delgado y… bueno no dejaba de pensar que tenía una bonita sonrisa y buen cuerpo, pero ¿tendría las habilidades para matar a alguien? Mmm… no lo sabía, el expediente decía que el chico era un traficante de drogas y baterista de una banda, pero… ¡¿Y eso, en qué carajos lo convertía en un asesino?!
-Que desperdicio de cara -dijo fríamente Baekhyun. Todos sus colegas, sabían que la persona que había aplicado a su “compañía” debía ser un hacker; para encontrar perfectamente los códigos para conectarse con ellos, a través de la red. Desafortunadamente, una vez que estabas ahí no había vuelta atrás, y eso era, si pasabas la prueba, si no; nunca volverías a ver este mundo.
Con mucha pesadez en sus músculos, movió sus manos y pies e hizo que el coche avanzara. Una vez que el rubio alto llegó a la escuela y entró, fue seguido por el pelirrojo.
Baekhyun puso su armamento dentro de una funda de un violín e ingresó al edificio de al lado, que era una biblioteca. El edificio estaba vacío a excepción por la recepcionista, por supuesto, todos estaban en clases. Baekhyun subió al segundo piso y cerca de la ventana en la sección de “Cuentos infantiles” sacó su “violín” y comenzó a armarlo. Cuando por fin terminó, decidió checar a su examinado a través del lente.
Sí… sí, ese era <<Chanyeol, un chico normal, aunque drogadicto no lo podría ver ni como un verdugo de la edad media>>pensó el pelirrojo al verlo jugar con un pedazo de papel, al parecer estaba construyendo un avión. Decidió, que de verdad lo probaría hasta que acabará la escuela, para ser más exactos, en la noche.
Eran exactamente las 4:30 de la tarde y su amigo aún no regresaba. Sabía que se tomaría su tiempo, pero a Kai no le gustaba comer solo.
Como ya no aguantaba más, decidió ir a verlo a él; a Kyungsoo. Caminó por el pasillo de su oficina, subió las escaleras y entró a una habitación, demasiado grande e iluminada para su gusto, ya que, solía trabajar en la oscuridad.
Atravesó la habitación y se acomodó en una silla vacía, para luego recargar su brazo en la mesa contigua, y con éste su cabeza. Ahora, se encontraba mirando al jefe técnico de operaciones especiales en la agencia y chef del club. Si Kyungsoo hubiera visto a Kai, quien lo miraba de una forma, digamos; atrevida, por supuesto que no, pero…salvaje ¡eso sí! Para mala suerte de sus ojos, Kyungsoo estaba durmiendo, hacía mucho tiempo que se había quedado dormido pero no pudo irse a su cuarto debido a la misión que mantenían los hyungs de Kai y Baekhyun; Donghae y Eunhyuk. Al parecer se habían infiltrado en la compañía vecina, con tal de sacar más información de sus contrincantes, que eran otra liga de asesinos bien entrenados. Su trabajo consistía en hacerse pasar por bailarines, ya que, el trabajo “superficial “que hacía la otra compañía era el medio del cine y la televisión; así como ellos, sólo que su líder, debía controlar a algunas personas a través de sus cadenas de hoteles, aerolíneas… y por supuesto, las cadenas de club de veranos, donde se encontraba ahora.
Sin decir nada, cargó al pequeño dormilón en sus brazos y lo llevó a su habitación. Jongin sabía perfectamente la ubicación del cuarto de Kyungsoo, lo había observado por años, él estaba enamorado del pequeño. Aunque Kai era “mujeriego”, en realidad, nunca le interesaron las mujeres, prefería a los pequeños e inocentes expertos en cocina como Kyungsoo.
Faltaba una hora para que Chanyeol terminara sus “clases”. Baekhyun era paciente pero se encontraba aburrido.
El pelirrojo notó que Chanyeol estaba recostado en una banca leyendo un libro. Al principio a Byun le pareció extraño no verlo en su salón, ya que, aún no terminaban las clases. Para ser sinceros nunca lo vio en una clase, más bien lo vio afuera vagando, pero eso era irrelevante ahora, ya que, era tiempo para la prueba.
-Que empiece la función -dijo en voz baja y con cierta tristeza.
Un día antes, Baekhyun había checado todas las instalaciones eléctricas de la escuela de su alumno.
Así que caminó hacia la entrada de la escuela, se aseguró que nadie más quedara ahí y apagó las luces.
El silencio, era algo conocido por él y por sus fantasmas, camino lentamente hasta el salón donde se suponía que debía de estar Chanyeol y volvió a encender las luces, pero él no estaba ahí, el pelirrojo sacó una daga de su abrigo y se dirigió hasta una puerta al lado del salón, ya que, no perdía nada con registrar ese lugar. Poco a poco la abrió y retrocedió al mismo tiempo que un cubo de agua hirviendo caía en el lugar que se encontraba.
Está vez, sin dudar y una vez más; apagó nuevamente las luces y acompañó a su daga, con otra más.
- Así que después de todo no eres un novato -susurró y luego todo se quedo en silencio.