KyungSoo caminaba por las calles después de una jornada de clases en la tarde y ensayo junto a Ryewook, que lo ha tenido pensando y su cabeza estaba por explotar. El chico bajo era bastante pensativo, mucho más que LuHan, aunque siempre suele ser silencioso y tranquilo, en su cabeza se encontraba (quizás) una batalla sin fin.
Sacó su paraguas y se colocó un abrigo, parecía llover, y eso no era una buena continuación a su día. Otro acontecimiento llegó a su corazón, que lo dejó descolocado, mucho más que cuando comenzó a ser “indirectamente rechazado” por JongIn.
FLASHBACK:
.- Hahahaha, ¡hyung! ¡Eso no se canta así! – KyungSoo reía hasta más no poder en unos sectores verdes del campus, con unas gomitas en forma de osito sobre un papel de la libreta de KyungSoo, su tarde “libre” comiendo una de las debilidades de él. Estaban en medio de un ensayo de su canción, “Missing You” y estaban preparando los últimos detalles para la presentación que estaba llegando a los días.
Ryewook solo estaba bromeando, hace muchos días en que KyungSoo estaba algo desanimado y quería volver a ver la sonrisa que tanto… le gustaba.
Habían sido amigos desde hace ya de dos años, se podría decir que eran mejores amigos, el tiempo había favorecido el corazón del mayor, por lo que KyungSoo estaba en una parte fundamental en su vida, no había día alguno en que no hablaran, ni siquiera un poco. Pero, el corazón de Ryewook comenzó a romperse de a poco, cuando JongIn apareció, y estremeció el mundo de KyungSoo. No odiaba al moreno por ninguna razón aparente, excepto por hacer sufrir desde hace mucho al pequeño, que el único pecado que había hecho, era enamorarse de ese patán.
Ryewook no podía aguantarlo más, ni siquiera sabía cómo le diría, para no asustarle o algo parecido. Ese día había elegido para decirle que le gustaba a más no poder.
KyungSoo no había reído tanto desde hacía mucho, de hecho, no sonreía demasiado cuando se trataba de no estar con su mejor amigo, sabía al tanto de la situación de Kyungsoo, así que podía contar siempre con él cuando le necesitaba.
.- ¡Oye! Es original, debería intentarlo.
.- Pero no en la evaluación, ¡en qué estás pensando! Hahaha.
.- Bueno, cumplí con mi misión.- Sacó una gomita de osito para mirarle unos momentos. KyungSoo le miró después de haber escrito una nota en su partitura.-
.- ¿Qué misión?
.- Hacerte sonreír.-Le dijo llevando la gomita a los labios de KyungSoo, él rió y comió con una pequeña sonrisa.- ¿Has estado bien? – Le pregunta luego tratando de encontrar su mirada. KyungSoo asintió sin mirarle.- Podrías mirarme, ¿sabes? Teniendo ojos tan grandes deberías mirar más a la gente.
KyungSoo soltó su lápiz y le miró con una media sonrisa, haciéndole caso de la manera más obediente que podía.
.- He estado…-Suspiró pesadamente y frunció su ceño.- ¿Cómo debería decirlo? ¿Bien? – Ryewook negó con la cabeza y volvió a su hoja para escribir algo en su nota.-
.- ¿Otra vez con JongIn?
.- Bueno… sí.
.- KyungSoo…-Suspiró profundamente solo jugando con su lápiz mirando la hoja de su partitura. KyunSoo le miró algo intrigado.- ¿Hasta cuándo planeas estar así por JongIn?
.- A-Ah…
.- JongIn no tiene a nadie más en su cabeza que a SeHun, ¿no es un poco doloroso que sigas pensando en él?
.- Yo…- Lo era. Era doloroso desde que se dio cuenta de que salía con el idiota de SeHun, aún así algo dentro de él tenía la confianza de que… lo vería como algo más. Confianza que comenzaba a esfumarse por cada día que pasaba.-
.- ¿No te has dado cuenta que… alguien más podría quererte de la forma que quieres a JongIn?
.- ¿A qué te refieres? No creo que alguien me quiera como algo más.
.- ¿Estás seguro de eso? – Le miró con ojos entrecerrados, siguiendo con su lápiz en su mano. KyungSoo se sintió nervioso en un segundo. ¿Qué tramaba?.-
.- E-Es lo que yo creo. ¿Por qué me preguntas eso de repente, hyung?
.- Por nada, sólo para que sepas. Mh… se está haciendo tarde, debo ir a casa. ¿Me acompañas hasta la salida? – Preguntó él arreglando sus cosas con rapidez. KyungSoo asintió y guardó también sus cosas, era momento de irse a casa.
Saliendo de la universidad donde no había casi nadie porque la mayoría o estaba dentro o no iba para ensayar. Ambos se quedaron parados afuera. Ryewook miraba a KyungSoo con una leve sonrisa, mientras que él, como siempre, miraba sus zapatos.
.- Anímate, Soo.-Sacudió su cabello con una pequeña risa, KyungSoo se rió de vuelta junto con arreglar su cabello como estaba.- Sabes que cuentas conmigo, ¿verdad?
.- Como siempre, hyung. Nos vemos~.-Se comenzó a alejar lentamente para irse a su casa como siempre lo hacía. Pero el día comenzaba a tornarse bastante extraño, ya que una fuerza en su cuerpo lo hizo retroceder pero sin mirar atrás. Mejor dicho, la fuerza de Ryewook.
Tenía un brazo a la altura de su estómago, y con la mano restante desordenaba sus cabellos, riendo en su oído.
.- Esa persona de la que te hablé antes… soy yo.-Se separó lentamente y se dio media vuelta corriendo. KyungSoo hizo lo mismo pero se quedó parado. En unos cuantos pasos Ryewook le sonrió y le dijo adiós con la mano.- ¡Nos vemos en unos días, hay que prepararnos, adiós!
.- A-Adiós…-Susurró lentamente. Aunque ya era el único que estaba en ese lugar, lentamente comenzó a caminar a su casa, y terminar como estaba ahora. ¿Cómo es que se lo podía tomar tan a la ligera? Le había dicho algo importante.
FIN FLASHBACK
Era la confesión más extraña que le hayan dicho en toda su corta vida… no, era la primera. Jamás le había ocurrido algo así, incluso aún estaba en un estado de shock increíblemente profundo. Su rostro estaba más serio y frío que nunca. Estaba pensando en que el amor no estaba siendo su fiel compañera como había creído cuando conoció a JongIn. Era una distracción, una notoria distracción que quizás le lleve a la mala nota en la última evaluación.
Ahora, la otra incógnita… ¿Podrá corresponder a su gran amigo?
Si bien, Ryewook era un chico gentil y amable, simpático y estaba a su lado cuando le necesitaba y más. Pero jamás, nunca en el tiempo que se conocieron, lo veía como algo más. Pensando que con Ryewook las cosas serían más fáciles y menos trágicas que con el AMOR que sentía por JongIn. Sí, lo había llamado así. Porque aunque él le había dicho sus “sentimientos”, en su mente estaba el moreno sonriendo de la manera más inocente y más gentil. Que es cuando lo mira a él.
No imaginaba su mano con la de Ryewook, ni siquiera besarlo era un espectáculo en su estómago, aunque podría confesar que ha pensado en más de una vez en algo así, pero nunca creyó que de verdad pasaría. Todo era tan repentino para el pequeño de estatura, su cuerpo parecía gelatina al imaginar sus palabras. No quería. No podía. Su corazón… ya estaba ocupado.
Con sólo eso, se dio cuenta de que no podía corresponderle, por más que quisiese, por más que NO quisiera romper su corazón, no le daría falsas expectativas ni ilusiones si no cumplirá. Amaba a JongIn, aunque eso le desgarre el alma.
En ese momento, su muslo comenzó a vibrar y mientras acomodaba su paraguas para que no le cayera a la pantalla, se dio cuenta de que era LuHan.
De ahí, dirigirse a la casa con la dirección que le dio fue una guerra contra sí mismo. ¿Pedirle que cuidase a JongIn? ¿Quién se creía él? Según su propia voz en su mente, no quería hacerlo… pero, ¿Y entonces por qué sus pies se dirigieron hacia el taxi más cercano, cuando no quería ir en ese momento por lo que ocurre con Ryewook? Su cuerpo se mandaba solo. Eso era correcto.
Agradeció al taxista y caminó hacia el camino llegando a la puerta, donde Sehun lo recibió. Vio el desastre del comedor, ignorando lo bella que era, al menos en ese momento no era tan bella como le gustaría que fuese. ¿Qué diablos había ocurrido allí?
Le indicó a Sehun y le entregó su paraguas para prevenir la lluvia, en el momento en que salió, se sacó su abrigo y suspiró lentamente. ¿Cómo cuidaría a JongIn? No era un niñero, no le pagarían por ello, no tenía ningún beneficio.
JongIn no se escuchaba en la casa, eso le resultaba extraño, creía que estaba en la casa. Al pensar en eso, dejó su abrigo en el sofá. El comedor era como si fuese aplastado por una especie de gigante, o un huracán hubiese pasado por allí. Comenzó a sacar los restos de botellas y dejarlas en una caja, dentro de esta se encontraba una bolsa de basura por precaución, había encontrado la escoba que estaba en la cocina y barrió lo más que pudo esa área.
KyungSoo tenía una manía de limpiar lo que tenía cerca, siempre era ordenado y limpio aunque la mayoría del tiempo vivía solo, o a veces con Golden, así que era una costumbre limpiar lo que tenía cerca de su alcance, aunque fuese una casa ajena, o de sus amigos. Contento con su resultado, sonrió ligeramente mirando a su alrededor, hasta que sus grandes ojos llegasen hasta el pasillo del segundo piso de la casa: en una de esas puertas, JongIn estaba dentro de esas habitaciones.
Imaginarse en su habitación, junto a él, caminando lentamente y ser recibido eran una de las grandes fantasías de KyungSoo, pero no hizo ningún movimiento, se quedó parado, luego se sentó en el sofá. Colocó el reproductor de su teléfono, dejándolo en la mesa en frente de él. Solo se relajó, cerró los ojos y cantó como si estuviese solo. La única manera de relajarse era esa. Su pasión. Y lo que le daba ganas de seguir viviendo. Canto y música.
Casi se olvidaba que era una casa ajena, quizás porque se sentía parte de ahí, sin ni siquiera saber el por qué de eso. Las gotas de lluvia que golpeaban las ventanas era un sonido mucho más aliviador que la canción en sí, dejándose llevar de a poco, y también llevando paz a su alrededor. No había traído sus partituras para practicar más. Sentía que no avanzaba nada, y eso lo ponía nervioso. Faltaba menos de una semana, para dar a conocer su trabajo ante los profesores.
Abrió los ojos lentamente, hasta que sintió una presencia a su lado, sentado en el sofá.
.- J-JongIn…-Pronunció su nombre levantándose rápidamente y acomodando su ropa. Kai había estado a su lado desde hace unos minutos, no sabía cómo lo había hecho con el yeso en su pierna, estuvo bastante silencioso. Tenía el cabello alborotado, y los ojos entrecerrados, había dormido un buen rato, al parecer.
.- ¿Qué haces en mi casa, hyung?
.- L-Lu… LuHan me había pedido que viniera… tenía miedo de que te dejara solo.- “y también estar a solas con SeHun, de seguro” pensó en su mente. Sí, aún estaba siendo rencoroso en ese aspecto. Pero era su vida, y debía respetarlo… pero con el corazón de JongIn no se juega.-
.- Estoy bien, puedo cuidarme solo.- Se dijo más para sí mismo. Se levantó rápido quedándose parado unos segundos, luego sintió un desgarro en la pierna enyesada que lo hizo sentarse y quejándose al mismo tiempo. KyungSoo se sentó junto a él, tomando su hombro y mirándole preocupado.
.- Al parecer no puedes hacerlo, ¿podrías moverte más lento? – Le pidió como sugerencia mirando su pierna que había estirado un poco.- Tranquilo, ya pasará.
.- ¿¡Cómo sabes que pasará?! Duele como los mil demonios…
.- Si no te cuidas bien, ¡¿Cuándo estarás bien?! – KyungSoo lo que más odiaba es que le gritasen cuando lo único que hacía era decir lo obvio de las cosas, además de que fuese JongIn, fue una mezcla de enojo y tristeza. Suspiró desganado y se levantó tomando el pie de JongIn y colcándolo en el sofá, en donde estaba él.- Qué testarudo. Quédate quieto, así el dolor se irá más rápido.
JongIn solo se quedó quieto mirando a KyungSoo y tragó en seco. Nunca lo había visto así de malhumorado, se dio cuenta de que ese pequeño tenía un gran carácter, y eso le atraía aún más, debía admitirlo.
Se quedaron unos minutos en silencio, KyungSoo seguía parado mirando el piso, tenía los brazos cruzados y no decía ni una palabra hacia el lesionado, JongIn tampoco daba el primer paso, los nervios le tomaban en contra, ¿por qué, si antes de esto no había tenido nervios por alguna otra cosa? Ni siquiera al bailar sentía eso, KyungSoo era todo un caso.
.- Tú… ¿comiste algo? – Preguntó el moreno con voz entrecortada, KyungSoo le miró extrañado y negó con la cabeza, JongIn, un poco más entusiasmado, se levantó lentamente y se paró con cuidado.- ¡Genial! Comamos entonces, vamos a la cocina.
.- O-Oye, JongIn… ¿necesitas ayuda para caminar? - KyungSoo caminó detrás de él, unos centímetros alejado, JongIn movió su mano indicándole que no necesitaba ayuda.
.- Estoy bien, no te preocupes, yo….
.- ¡CUIDADO, JONGIN!
Un juguete de Golden que KyungSoo había olvidado sacar del suelo, JongIn pisó el hueso de hule, dio media vuelta perdiendo el equilibrio para caer al suelo, tomó a KyungSoo quien estaba desprevenido. Cayeron los dos al suelo. El más bajo encima de JongIn, chocando sus narices y los ojos muy abiertos.
KyungSoo nunca había estado más cerca de él como lo estaba ahora. Su corazón una vez más latía como si hubiese corrido una maratón. Mientras que JongIn, se perdió en los grandes ojos de KyungSoo que ni siquiera se molestó en decir algo como “lo siento”. Se quedó mudo.
Hasta que cayó en cuenta que estaban en el suelo. Con ayuda se levantó y fueron a la cocina.
Ya en la mesa, comiendo un poco de Kimchi en silencio. Al final KyungSoo fue el que sirvió para ambos, teniendo como música de fondo las gotas de lluvia que se iban deteniendo de a poco, haciendo entrar al silencia
.- L-Lo siento, JongIn…-Comenzó a decir con timidez soltando los palillos a un lado del platillo, mirándole de frente, mordiendo su labio inferior con temor. Se sentía jodidamente nervioso, su día era extraño, comenzando con Ryewook y terminando con la cena junto a JongIn, en su casa… y solos.
.- No es nada, Soo, estoy bien.
.- ¿Estás seguro? ¿No te duele nada? ¿No necesitas nada? – JongIn rió un poco y le miró de frente dejando también sus palillos a un lado.
.- ¿Siempre estás preguntando, Soo? Eres bastante preocupado. Estoy bien, ¿sí? – KyungSoo asintió y volvió a comer, un poco más relajado y concentrado en su comida. Kai solo le vio comer. De verdad parecía un niño. Tranquilo, delicado y preocupado. ¿Cómo será entonces…?
No escuchaba su instinto. Para nada.
Siguió con lo que estaba haciendo, que era observar a KyungSoo comer como si fuese un pequeño animalito. Comía de a pedacitos y sus ojos se abrían un poco más cuando comía cada bocado. Se veía lindo. Precioso, para ser exactos. Porque nunca había tenido esta cercanía con KyungSoo. Solos. Solo los dos, en su casa.
JongIn tenía claro que quería hacer un movimiento. Sus labios ansiaba probar los voluptuosos de KyungSoo, el miedo le daba hacer un paso atrás, pero no se rendiría: debía cometer lo planeado, al menos lo planeado improvisadamente.
Quería besarle. No podía quedarse tranquilo cuando él estaba cerca.
Terminaron de comer y limpiaron los platos enseguida. Se dio cuenta de que a KyungSoo le gustaba mucho hacer los quehaceres e la casa, tanto como lavar, y asear su casa. Una rutina normal que ya estaba acostumbrado a hacer y sin chistar ni nada parecido.
.- Desde pequeño quise tener mi propia casa, así que mamá me ayudaba y me enseñaba cómo cocinar, asear mi habitación, y todo lo demás. Ahora que estoy en medio de mi sueño, sólo estoy haciendo lo que ella me enseñó.- Dijo con simpleza y con una dulce sonrisa al terminar de secar los platos y dejarlos en donde correspondían.- ¿Ya te sientes mejor?
.- ¿Eh? A-Ah… s-sí, me siento bien, gracias.
.- ¿Te sientes? ¿Q-Quieres que me vaya? Podría estar molestándote…
.- ¡NO! – Exclamó asustado JongIn, levantándose como podía y mirándole de frente.- Me siento más que bien cuando tú estás.- KyungSoo bajó un poco la mirada.. claro que se sentía bien, KyungSoo no era cualquier persona. Su cabeza hizo un clic.
Con un sencillo movimiento de su muñeca tomó la diminuta barbilla del más bajo para que le mirara, llevándola hacia arriba para que sus ojos encajen con los propios.
.- ¿Por qué casi nunca me miras? ¿Tan horrendo soy?
.- N-No lo eres… eres… todo lo contrario.-Susurró con una risa nerviosa. Le hizo sonreír a él. Soltó su barbilla y no hizo nada más que sonreírle.
Pensando que podría decirle que era lo más bonito que haya visto en su vida.
Querer decirle que quiere probar esos labios, y hacerle sonreír toda la vida.
Pero no duró mucho querer solo decirlo.
Hasta que su mismo cuerpo se abalanza lentamente sobre él rodeando su cintura con suavidad con ambas manos, sin decir ninguna palabra, bajó su rostro hasta quedar frente a frente. Desapareció su sonrisa no esperó nada más que juntar ambos labios para dar así, la bienvenida a un suave y dulce beso entre ambos. Con un poco de timidez JongIn atrapó el labio inferior primero del más bajo, hasta sentir que le correspondía, podía continuar.
KyungSoo… él simplemente no lo podía creer. Había sido correspondido al fin, por alguien que jamás pensó que le correspondería. El perfume que usaba JongIn hacía que su cuerpo se relajara por completo, sus labios que se movían de a poco a la par de los suyos, comenzando a pasar sus manos por sus brazos hasta llegar a sus hombros, para que no se aleje, estaba bien así como estaba. Junto a él. Jamás se había sentido tan acompañado en su vida.
No se separaron en ningún minuto. No querían tampoco. Era extraño. Aún así no se separaban. JongIn separaba sus labios alejándose un poco y dar besos cortos, haciendo a KyungSoo sonreír más que nunca, por aquel dulce juego que JongIn había iniciado. Algo demasiado cursi de su parte, pero se le perdonaba, porque… era el primer beso de KyungSoo.
Sólo ellos sabrían como divertirse ahora, porque ahora todo se comenzaba a aclarar, al igual que el cielo nocturno en esos momentos, dejando las pocas gotas en los tejados de las cajas, sin importar quien entrara a la casa a esa hora, pero dudaban que alguien vendría. Las llaves quedaron en la casa.
Y así, KyungSoo y JongIn en su propia nube de “felicidad”, al fin.