Las manecillas del reloj se movían con total normalidad. El cielo estaba despejado a eso de las 9 de la mañana donde LuHan se encontraba junto a su perrito Golden, al fin a su lado. Cuando despertó, lo abrazó fuerte haciendo que el pequeño se estirara hasta conseguir despertar. Lo primero que hizo fue rodar por la sedosa y espaciosa cama con frazadas cómodas y frazada superior color morado, LuHan le sonrió y acarició su lomo.
.- Qué lindo es verte de vuelta, pequeño. Me diste un gran susto.-Dijo con una voz ronca, señal de que estaba recién recobrando los sentidos.-
.- ¡Rawr!
Tocaron la puerta tres veces antes de que una figura delgada y pálida, con cabello castaño oscuro entrara con lentitud mirando hacia el ciervo.
.- ¿Puedo pasar?
.- Por supuesto que puedes… bueno, es tu propia casa, de hecho.
.- De todas maneras quería darte un espacio.- Dijo SeHun acercándose a la cama para sentarse mirándole con una sonrisa, además de acariciar la cabeza de Golden que jugaba a darse vueltas alrededor de la suave frazada.- ¿Dormiste bien?
LuHan asintió con energía. Había dormido como un verdadero bebé, y feliz, porque dormía con su bebé. Y más si fue en el mismo sitio que SeHun.
En la noche, SeHun había llevado a LuHan a su casa. Una casa bastante amplia, con un gran comedor y cocina americana que decía que había invertido un poco más de que LuHan había gastado. Aunque solo tenía un piso, tenía 4 habitaciones para los huéspedes, en uno de ellos había dormido LuHan. Ni siquiera se había dado cuenta de la hora, solo quería dormir. Ahora que la veía de luz natural, era bastante hermosa la habitación, aunque fuese un poco “simple” con el color crema en sus paredes y una que otro cuadro para adornar, pero en sí era bastante espaciosa y eso le hacía sentir libre, incluso con la puerta cerrada.
Se había dado cuenta de que no se había duchado cuando vio sus manos con un poco de barro, y a Golden por tener un color café en todo su pelaje, cuando su color era uno más pálido. Miró hacia las sábanas y las había manchado con el mismo barro, dejando todo sucio en todo su alrededor. Sus mejillas enrojecieron mirando a SeHun. Pero antes de abrir la boca para disculparse por todo lo sagrado en el sucio mundo, SeHun negó con la cabeza rápidamente y tapó su boca con ambas manos.
.- ¡No digas nada! Está bien, se lavan y se vuelven a poner, ¿cuál es el problema? Seguramente tienes hambre, el baño está ahí con todo para que te des una ducha. Luego ducharemos a Golden juntos, ¿sí?
.- …
.- ¿P-Por qué me miras así? - Preguntó él bajando su mirada y mirando hacia un punto fija en la habitación. LuHan sonrió por el gesto de SeHun. ¿De verdad podía ser así, tímido y nervioso como lo era él? Se acercó un poco a él, dándole un beso pequeño en la mejilla y quedarse en esa posición por unos minutos. SeHun no dijo nada teniendo a tal chico con ojos dulces mirándole. Con LuHan, sus palabras, acciones, hasta su mente se iban a blanco. Era como una sorpresa: la estás viendo, y quedas sin habla. Pero la sorpresa que tenía cara de un bonito ciervo, cada vez que lo veía se ponía nervioso, quiera o no. Lo único que hizo, fue respirar profundo, tocar su barbilla y besar sus labios de una vez. Corto, pero preciso.- Prepararé el desayuno, ¿está bien? ¿te gustaría un desayuno americano o más bien tradicional?
.- A-Americano estaría bien… yo… yo iré a ducharme, sí, sí, eso haré.-Dijo alejándose de a poco levantándose hacia el baño, casi tropezándose con sus mismas zapatillas. SeHun escondió su risa y se levantó hacia la puerta para salir.-
.- Golden, ¿me acompañas?
.- ¡RAWR!
LuHan quedó solo en la habitación, y sin esperar más, fue al baño a ducharse y asearse. Luego de hacerlo, se dio cuenta de la ropa que estaba doblado al lado del lavamanos. Era ropa de Sehun, para él. Con un poco de nerviosismo, se colocó las prendas con cuidado y dejó la suya en la cama, junto a las sábanas, para no seguir manchando.
.- Vaya, te queda casi justo, al parecer somos de la misma talla.-Dijo SeHun sonriéndole desde la cocina a LuHan, que había venido con lo que le había dejado en el baño. Golden se encontraba comiendo comida para perro en un plato cualquiera, porque Sehun no tenía mascota.
.- Huele delicioso…-Inhaló el delicioso aroma de café y de jugo de naranja recién exprimido, se acercó más a la cocina al ver el famoso desayuno americano, hotcakes humeantes más aquel jugo, sería un desayuno delicioso. LuHan estaba acostumbrado más a las tostadas con té, pero esto, jamás lo olvidaría.-
.- Siéntate, comencemos a comer.
Luego de una hora conversando, comiendo, riendo y haciéndolo todo el mismo orden, SeHun le dio un pequeño tour a LuHan a lo que era su casa. SeHun había trabajado en restaurantes, de ayuda en empresas, de cuidador de perros y también de muchas cosas más para costear todo lo que era el mantenimiento de la casa en general. Era de un solo piso, un casa pequeña, pero acogedora, un lugar familiar, aunque él viviese completamente solo.
Se fueron al patio amplio de atrás, donde tenía mucho césped y una pequeña terraza, con solo dos sillones individuales, SeHun tomó la mano de LuHan para sentarse en el sofá más largo. Golden se acostó y tomó una siesta, mientras que ellos estaban en silencio, mirándose el uno al otro.
.- Tu casa es acogedora, creí que vivirías en un departamento.-Soltó LuHan mirando uno de los árboles que estaban encima, la buena vista del cielo despejado con las hojas verdes del gigante árbol que estaba encima, haciendo de quitasol. SeHun lo miró solamente y sonrió nuevamente antes de contestar.-
.- No quería, siempre he querido una casa para mí, de hecho, pienso quedarme aquí por mucho tiempo, no quiero alejarme de esta casa.
.- Creo que entiendo, ¿planeas tener tu vida aquí?
.- Claro que sí.-Suspiró mirando también hacia arriba, se quedaron en silencio en unos minutos, era un día relajado, tranquilo, podían quedarse hasta todo el día así, hasta que…
.- ¡DIABLOS, LA EVALUACIÓN, SEHUN! – LuHan se levantó de una vez mirándole. SeHun tranquilamente se levantó confundido.-
.- ¿Qué sucede con la evaluación?
.- ¡Será en menos de una semana… nos quedan tres días, TRES! – Le mostró con los dedos el número tres, en la cara de SeHun, aún sin preocuparse. LuHan tenía algo que se llamaba “conciencia académica” desde que tenía memoria, por lo que siempre se preocupaba cuando se trataba de trabajos en la escuela e incluso en la universidad.
SeHun rió un poco y en vez de sacar su mano de su cara, entrelazó sus dedos con los del ciervo para comenzar a caminar, pasarle una cubeta mientras él sacaba una manera, jabón, y esponjas.
.- Lavaremos a Golden y luego harás eso, pero… ¿trajiste tus partituras?
.- … n-no. ¡MIS PARTITURAS, LAS DEJÉ EN CASA!
.- ¡VAYA! Es una pena, en serio, tendrás que ensayar mañana.-Dijo con sumo sarcasmo con la sonrisa más inocente (y hermosa) que podía tener mientras se acercaba a Golden, lo tomaba del sillón y lo dejaba en el piso, con las cosas al lado.-
.- ¡SEHUN!
.- Ven, tu dulce voz no se gastará en un día.
.- ¿C-Cómo sabes que tengo una dulce voz? – Se acercó con la cubeta golpeando sus rodillas y dejándola en el suelo, luego sostuvo a Golden para que SeHun pasara el jabón, ya que SeHun no tenía mascota, pero debían lavarlo, estaba café cuando es de color dorado, y no olía precisamente a rosas.-
.- ¿Que cómo lo sé? Tu rostro me lo dice a kilómetros. Mh, pensándolo bien, no me has enseñado qué estás cantando para la presentación. ¿Podrías…?
.- No he practicado muy bien con todo lo que ha pasado, SeHun.
.- ¡Vamos, sólo una estrofa~! – Le incentivó SeHun a Luhan. El chico ciervo respiró profundo con una ligera sonrisa, mirando a su perrito y concentrándose todo lo que podía para abrir la boca y dejar salir su más grande talento: el cantar como un ángel.
“Yīgè rén zǒu dào zhōngdiǎn
bù xiǎoxīn huí dào qǐdiǎn
yīgè xīn de shìjiè
cǐkè wǒ cái fāxiàn
shíjiān méiyǒu juéduì
zhídào yǒu lìng yīgè rén
néng tǐhuì wǒ de gǎnjué
bùyòng shuō bu yòng wèn
jiù míngbái jiù liǎojiě
měi yīkè dōu xiàng yǒngyuǎn…”
SeHun tenía la intención de cuando empezara a cantar, besar sus labios con tanta pasión y cariño como pudiese, por… ni siquiera sabía el por qué, solo quería hacerlo. Pero cuando LuHan abrió la boca y se dejó llevar cerrando los ojos y mirando al frente, con su cuerpo moviéndose de un lado a otro, una vez más, se quedó sin habla. Terminó por sonreír y dejar que sus oídos se ahogasen en las correctas notas que dejaba salir.
Luego de un minuto precisamente, LuHan quedó mirando al frente hasta que cayó en cuenta de que no sabía nada más de la canción y miró a SeHun. Parecía que iría a explotar, porque estaba mucho más rojo que el arbusto de rosas que estaban a un lado de ellos.
.- Olvidé la siguiente parte…
.- Tranquilo, lo estabas haciendo perfecto.
.- Y también el coro…
.- LuHan…
.- ¡NO ESTOY LISTO, NECESITO PRACTICAR! – LuHan tenía en su poder la manguera con agua, y estaba funcionando. Movió su mano un segundo y mojó a SeHun por completo, un accidente que sacó risas al más alto mientras trataba de secarse con la estilada camiseta que tenía encima.- Oh, Dios… SeHun… ¿estás bien? L-lo siento.
.- Dame eso.
.- ¡RAWR!
.- ¡No, ya sé que vas a hacer!
.- ¡Que me lo des, Lu!
.- ¡RAWR, RAWR!
.- ¡Ni lo sueñes!
.- ¡AHHHHH!
.- ¡NOOOOO!
.- ¡RAAAAAAAAWR!
SeHun, LuHan y Golden terminaron con barro y restos de césped en sus cuerpos y cuerpecito, sucios con tierra mojada, después de un momento de jugarretas.
El baño de Golden se multiplicó por tres, decidieron bañar a Golden primero y secarlo, después de una tarde y mañana bastante agotadora para el perrito, luego de que los dos se ducharan (por separado, claro está) se sentaron en el sofá los tres quedándose descansando allí, solo viendo televisión, con papitas, bebidas y chocolate para recuperar energías.
.- ¿LuHan?
.- ¿Mh? – El ciervo estaba casi quedándose dormido entre los brazos de SeHun, ambos tenían una frazada de materia de polar encima, que los abrigaba por completo.
.- ¿Tú… te gustaría salir conmigo?
.- Seguro, ¿a dónde?
.- …
.- … ¿SeHun?
.- Me refiero a salir.
.- …
.- ¿…?
.- ¿Y bien…?
.- Oh…
.- Sí, ahora me entiendes.
LuHan se levantó un poco para darse la vuelta y mirarle con suma confusión, pero al mismo con una emoción dentro de él que le impedía hablar. Sentimientos encontrados, sí, eso debía ser. Porque había un pequeño gran detalle que le molestaba aún y eso era…
.- ¿Y… JongIn?
.- Oh, créeme, después de esto… creo que habrá alguien más que tomará mi lugar a su lado.
.- ¿KyungSoo?
.- Claro, se quedó en casa cuidando de él.- LuHan frunció el ceño y rió mirando hacia un punto del sofá.
.- Esto realmente es extraño.
.- Lo es, pero no quiero perder la oportunidad.- SeHun se sentó, cosa que pudiese ver su fino rostro al preguntarle por segunda vez.- ¿Y entonces…?
LuHan tenía el corazón en la garganta, por milésima vez desde que apareció aquel chico de cabello oscuro y piel nívea. Sonriéndole así, le quita el aliento en un segundo, incluso cuando pensó que era un ladrón en su propia casa. Lo grandioso es que, no se rindió cuando tuvo la oportunidad, incluso pensando que no hizo mucho para tener su corazón. Era una atracción bastante extraña viniendo de LuHan, que nunca le había pasado esto, desde su niñez en el jardín ni siquiera pudo tener su primer beso, hasta que SeHun llegó a su vida.
Extrañamente, sintió su primeros celos cuando vio a tal cuerpo con alguien que no era él, sintió su corazón romper cuando los veía junto y evitaba estar con ellos. JongIn le molestaba por estar tan feliz con alguien que quería él. Era extraño como todo se formó hasta ese momento. Y no tenía idea de cómo era después.
Pero de una cosa estaba muy seguro y nadie se lo quitaba de su cabeza.
SeHun ha sido su más grande aventura hacia su corazón, y lo incentivaba a ver qué hay más allá si está con él.
No hizo nada más que asentir, tampoco es que tenía palabras en su mente o en su garganta para dirigírsele. SeHun besó sus labios con suavidad tomando de las mejillas a LuHan para que no se separase, disfrutaba de aquellos finos labios y dulces, succionaba más el inferior con mucha energía aunque tomaba con suavidad la situación, porque LuHan lo valía.
Quizás no se hacía notar de los sentimientos que tenía con el ciervo, pero el solo mirarle hacía su corazón palpitar y sonreír como un perfecto idiota, como si fuese un niño con un dulce delicioso, aunque por supuesto no veía así a LuHan.
Bueno, tal vez un poco. Añadiendo su delicado cuerpo quizás diseñado por querubines de marfil. Ahora, solo debía saber manejar la situación como solo él sabía, y ni que JongIn lo hacía: ser él mismo. El tonto, simpático, agradable y razonable Oh Sehun.
Al final de su beso, juntaron frentes y nariz sin decir nada, sabía que LuHan no estaba acostumbrado a aquello, así que lo haría todo con calma, para no asustarse y alejarse de él.
.- Lo haremos bien, ¿de acuerdo? Me aseguraré de que te sientas bien a mi lado.
.- ¿Lo prometes?
.- Claro que sí.- Con su dedo meñique alcanzó la contraria y lo levantó para que ambos viesen su promesa gráfica.- Lo prometimos.
.- Sí, ahora lo veo, Yo…
En cuanto LuHan había dicho eso, el teléfono de SeHun que estaba en la mesita junto con la comida, vibró y sonó un tono de nuevo mensaje.
.- Qué extraño, ¿puedes pasarme el teléfono, Lu?
.- Sí, aquí tienes.-LuHan se lo entregó obediente y SeHun desbloqueó la pantalla y fue a la opción de ver mensaje. Dio un largo suspiro sin soltar el teléfono. Miró a LuHan un tanto nervioso.- ¿Qué sucede?
SeHun solo le mostró la pantalla de su teléfono, para que él lo viera. LuHan hizo el mismo gesto, no daba buena espina.
“¿Sabes que tenemos que hablar, verdad?
Nos vemos mañana en la universidad, donde están los campos de fútbol, a eso de las 6:00.
No faltes, por favor.
JongIn”.
Ambos se miraron un poco complicados, pero SeHun fue el primero en reaccionar: algún día debía pasar. JongIn estaba comportándose distinto y él también, ya no había algo que los unía, al menos el cariño y afecto que tienen con alguien. Era hora de ser finalmente de LuHan, y él de KyungSoo, quien había ocultado tanto por mucho tiempo. El día siguiente sería un día para marcar un adiós..
Y marcar un nuevo comienzo.
Luego de eso, LuHan y SeHun volvieron a ver televisión, abrazados y con sus manos entrelazadas, como si fuesen cadenas que ni se molestarían en desatar, porque estaban perfectamente bien así. Ambos con una sonrisa que desaparecía a medida que se quedaban dormido, juntos.
Juntos.
Al fin.