JongIn estaba ordenando el comedor, la cocina y su habitación. No había hecho aseo así desde que… se mudaron a la casa con LuHan. Teniendo un pañuelo en su cabello evitando estropearlo, más un delantal diciendo: “Kawaii~!” como regalo de cumpleaños de su amigo Chen, se dispuso a ordenar todo lo que KyungSoo iría a ver en cuanto entrara. Quería impresionarle con sus dotes de limpieza aunque estaban por debajo de los talones del más pequeño, que parecía una limpia tormenta: en vez de dejar todo desordenado, dejaba todo en orden cada vez que pasaba por un lugar, así que debía dar su mejor esfuerzo.
Junto a su mejor aliado; Golden, logró limpiar el piso más rápido de lo que pensaba, colocándole un juguete en una pequeña vara equivalente a su tamaño, estaba sostenida en una pequeña esponja desde su estómago haciendo que esta chocara con el piso. Gracias a eso, Golden comenzaba a correr por todo el comedor en busca del hueso de goma que estaba atado a la varita. Sí, estaba siendo un gran niñero.
Desde limpiar la alfombra con pequeñas ‘evidencias’ de Golden, aspirar el comedor, limpiar los cuadros, vaciar la basura, arreglar la cocina… no había mucho tiempo para que KyungSoo llegara a su casa, y viera (ojalá) lo limpio que había dejado JongIn.
.- ¡Rayos! ¡Debo ducharme! – Al terminar (alrededor de dos horas después) fue al baño a darse una ducha rápida y colocarse ropa nueva y cómoda. Hacía los últimos detalles a su rostro cuando tocaron la puerta, y JongIn en un par de segundos ya estaba al frente del espejo que estaba en el comedor. Respiró profundo, y abrió al fin la puerta.
.- ¡KyungSoo! ¡Has llegado! – Lo recibió con una grata sonrisa, el más pequeño sonrió algo cohibido, además apretó sus manos en su bolso, entrando sin decir nada aún, porque JongIn lo recibió con un corto beso en sus labios. KyungSoo abrió sus ojos casi a la mitad, quedando embobado de lo hermoso que era… su querido JongIn.- ¿Estás muy cansado?
.- No… no mucho…- Susurró en sus labios. Olvidándose de todo, como siempre lo hacía cuando pensaba en él o estaba junto a él.- Estoy… de maravilla.
.- Me alegra. ¿Te gustaría comer algo? – Invitó a que pasara, KyungSoo miró a su alrededor y miró extrañado, ¿había limpiado? se preguntaba, pero aún así no dejaba de sonreír.- LuHan dejó… cereal… y… leche… para… cenar.- Dijo algo complicado rascando su nuca, haciendo una mueca en vez de esa brillante sonrisa que derretía a KyungSoo. El pequeño alzó sus cejas, confundido.- ¡Demonios, había olvidado cocinar algo, soy un estúpido!
.- JongIn…
.- Había estado tan concentrado en limpiar para que veas la casa un poco más limpia que la vez anterior, y entonces…
.- JongIn, está bien…- Dejó su bolso en el sillón y acariciar a Golden que estaba mordiendo su hueso de goma.- Puedo cocinar algo para nosotros, no tengo problema. ¿Tienes algo de pasta? ¿Quieres un poco?
.- Mh… claro.
KyungSoo estaba comenzando a cocer la pasta con una pequeña sonrisa en sus labios, mientras JongIn estaba a su lado observando más su rostro que la misma comida que pronto sería digerida por ambos (y un poco a Golden, porque KyungSoo también pensaba en el perrito como si fuese su propio hermanito). Estuvieron un rato en silencio, donde solo las miradas decían todo, aunque fuesen distintas situaciones.
Sin embargo, JongIn no podía sentirse cómodo con aquellos actos. Había algo mal con KyungSoo, lo presentía. Nunca se había dado cuenta de ello mientras estaba con SeHun… otra señal más de que no eran el uno para el otro. Quería abrazar al más pequeño, arrullarlo entre sus brazos y pedirle con una vez suave rozando su oído qué le sucedía; porque si bien, era bastante silencioso cuando se trataba de clases o andar por la universidad, él podía ser alguien extrovertido, con aquella risa que era algo así como música para JongIn.
Aún no había tomado esa confianza para tomarle de la mano y besarlo como él había querido desde que tuvo la oportunidad. Le daba miedo, no ser correspondido por ese chico y ni siquiera le importaba el hecho de que fuera un hombre más del que siente cosas mucho más fuertes. No quería estropearlo ni tampoco pretender ser aquel seductor como lo hacía con aquellas chicas que lo deseaban en cada fiesta en la que iba.
KyungSoo era completamente diferente. Agradecía a los cielos tener ese mismo sentimiento que los unía, así que debía sacarle provecho para un buen resultado al final de la noche, y un buen comienzo desde allí.
Pero, Soo no estaba tan tranquilo como lo parecía, mientras colocaba sal en aquel spaguetti que seguramente saldría delicioso. Estaba consternado, abatido… pero al mismo tiempo, pensaba como si no hubiese pasado nada. Y eso le dolía demasiado.
Si bien, la confesión de Ryewook y el hecho de que se alejó de él en medio de algo importante… bueno, aquello importante había pasado en segundo plano. Le sorprendió, no podía negarlo. Pero… ¿cómo es que un amigo de hace un largo tiempo puede irse así como así? ¿Acaso fue… todo una mentira? ¿Y si él nunca le importó su amistad? ¿Y si solo lo soportó para conseguir salir con él en una cita de pareja? ¿Y si…?
.- ¡KyungSoo! – Exclamó JongIn.
.- ¿Eh…? ¡ARGH, DEMONIOS, MI MANO! – Exclamó KyungSoo en unos segundos después. Su mano cayó al agua hirviendo, quedando el dorso rojo como un tomate, JongIn revisó la mezcla rápidamente y apagó el fuego, luego llevó a Soo a una silla que estaba cerca. El más bajo seguía diciendo improperios en voz baja, aunque JongIn lo escuchaba y siendo sincero, le hacía sonreír mucho más a sus espaldas.
Llegó a su lado con un paño húmedo y con una mirada algo preocupada por su condición. Tomó su mano con suavidad atrayéndola hacia él dando con el paño directamente en su quemadura. KyungSoo siseó por el contacto tan repentino, dolía como los mil demonios, solo quería alejarla del frío que irónicamente ardía.
.- No te muevas, Soo. Es una quemadura leve, solo debes sostener esto. Yo terminaré la pasta, ¿está bien?
KyungSoo solo asintió en silencio, como un niño traumado o intentando esconder sus sentimientos. Tal y como lo estaba haciendo ahora.
JongIn sirvió los dos platos gracias a las instrucciones del más bajo. Se sentaron a comer en silencio por unos 5 minutos. El de piel canela no podía soportarlo más, se suponía que era… una cita, ¿verdad? ¿Por qué se siente tan pesado el aire entonces?
.- Soo… tú… puedes pensar que no soy atento siempre, puedo confesar que me desconcentro, soy un estúpido a veces y no podré dejar de serlo en el futuro. Pero no lo soy cuando se trata de ti, puedo. Estás distraído y mucho más callado de lo normal… quizás no soy el mejor dando consejos, pero escucharte me hará sentir mucho más tranquilo.- Lo dijo con suma sinceridad, con una voz sin titubeos ni una risa nerviosa en medio de su pequeño discurso. No tenía idea de cómo captar la atención del pequeño, así que debía empezar con lo que había leído y visto en la televisión.-
KyungSoo quedó algo estupefacto por aquella reacción, aunque no podía negar que le hizo feliz… en verdad se estaba esforzando de que “eso” funcionara. Dejó sus cubiertos a un lado y luego limpió sus labios con su servilleta. Aunque no sabía cómo explicarle, solo dejó que sus palabras dejaran que lo controlarse, a ver si podía tranquilizarse.
Pasaron unos minutos en que la comida había desaparecido de sus platos, y estos fueron llevados al lavaplatos, dejando que el agua escurra por la loza mientras ellos estaban en el sofá, viendo televisión.
.- Voy a matar a ese chico cuando lo vea.-Dijo JongIn de repente mientras lo abrazaba aún más a él. KyungSoo solo sonrió, estaba tan cómodo estando a su lado, así como lo había soñado un par de veces. Sus pupilas se dedicaron a examinarlo, echando un poco hacia atrás su cabeza para mirarle. Estaba casi dormido, aunque no podía sacar su pequeño puchero en sus belfos que parecían perfectamente acolchados el uno del otro.-
.- No es necesario… se alejó de mí.
.- Y por eso. ¿Cómo puede alejarse de ti, cuando hizo un compromiso contigo hasta el final? Es un irrespetuoso.
.- Hyung ha sido muy cuidadoso con sus sentimientos…
.- Lo único que va a quedar sus sentimientos será el miedo cuando se acerque de nuevo a ti. Lo pensará más de dos veces.
.- JongIn, tú no lo harías.
.- Claro que sí, lo que sea para protegerte.- Hubo un rotundo silencio mientras se miraban con una pequeña sonrisa. KyungSoo no podía sentirse culpable, por supuesto que no podía. Había evadido esos malos sentimientos sobre Ryewook que al ver a JongIn subiéndole el ánimo ni siquiera había pensado…
.- Oh, demonios.- Musitó bajo mirando hacia el piso, incómodo.- ¿Qué haré ahora para la evaluación?
.- Puedes pedirle ayuda a LuHan y a los demás… de seguro habrá una buena canción para ti. ¿Qué te parece? – Tomó su cabello con delicadeza mientras acercaba su nariz a la impropia.- No te preocupes demasiado. Te irá bien de todas formas. ¿Puedes prometerlo?
.- Si tú me prometes que no golpearás a hyung, y que… sigamos teniendo estas… e-estas…- Había estado tan hundido en el momento que al solo mencionar aquella palabra le hacía poner muy nervioso. JongIn al ver eso, tomó la barbilla de KyungSoo y lo acercó más a él.-
.- ¿Citas?
.- S-Sí… citas.- Disminuyó su tono de voz a medida que se iba acercando, hasta que sus labios se pegaron a los de JongIn, en un suave beso que no pasó a mayores (por desgracia). Fue un pequeño beso en el aseguraba a KyungSoo que estaba tomando un buen camino, estando ya junto a él, no creía que algo saldría mal. Confiaba en que estaría en todo este proceso, porque sabía que no terminaría. Y lo presentía.-
.- Lo único que debes hacer, es confiar en mí.-Tomó ambas mejillas, aunque luego subieron a su cabello para que sus frentes se juntaran y ambos cerraran sus ojos solo para percibir la respiración de los dos.
Las palabras sobraban, aunque escuchar sus voces hacía todo más... íntimo.
Solamente faltaba una cosa que hasta los ángeles de la guarda esperaban con ansias. Pero ellos tienen la decisión de hacerlo realidad o no. Aunque estando así, abrazados, besándose, olvidándose del mundo, era suficiente para probar que quizás el destino puede existir y decida que dos personajes se unan y sean felices juntas.
Eso es lo que KyungSoo y JongIn querían lograr a toda costa.