A la mañana siguiente, despertó con una dificultad en sus ojos, tenían esa suciedad que impedía abrir sus ojos, restregó ambos y pudo abrir los ojos normalmente. Bajó sus manos hasta sus mejillas donde estaban marcadas las lágrimas secas de la noche anterior, bufó por la razón y automáticamente la espalda de SeHun posada en sus ojos.
.- ¡No!-Negó con su cabeza fuertemente, como si de esa forma lograra sacar esa imagen de su cabeza, pero al darse cuenta de que no podía, suspiró y miró a su lado al no tener a Golden a su lado. Frunció su ceño y miró hacia la puerta, que estaba entreabierta.
Eso no era normal. Su puerta siempre estaba cerrada al momento de irse a dormir, a no ser que JongIn se había ido a su habitación mientras dormía, él nunca entraba a su habitación sin su permiso, y viceversa. Se levantó con los pies arrastrando hasta las escaleras y a la cocina aun estando consiente de la escena anterior.
Iba bajando las escaleras tranquilamente hasta que escuchó el ladrido de Golden en el sofá… donde estaba SeHun.
Eso lo extrañó, ya que Golden no se acercaba al sofá sin que estuviera él, así que se acercó un poco más y vio algo que lo dejó netamente despierto, sin necesidad de un balde de agua o una corneta en su oído.
SeHun estaba jugando con el perrito y el segundo no se le negaba, jugaba con la pelotita que tenía en su mochila, y más que nada… la sonrisa de SeHun.
“Su sonrisa es… hermosa”.
Eso LuHan no se lo podía negar. Esas comisuras levantadas, viendo a un SeHun que parecía de verdad un niño con juguete nuevo, eso jamás se lo había imaginado.
Se veía completamente diferente a como se veía cuando se conocieron, pero de una buena forma. Todos esos recuerdos se esfumaron al concentrarse en los labios delgados del chico que jugaba con su mascota, disfrutando totalmente ante el pequeño canino, y LuHan automáticamente una media sonrisa se posó en sus labios sin darse cuenta.
Pero el ¡Rawr! Del pequeño dirigido a él, lo hizo despertar y volver a su living, agachándose para recibirlo alzándolo con sus manos y chocando sus narices y riendo.
.- ¡Aquí estás pequeño! Me asusté al no verte en mi cama...-Acunó al perrito en sus brazos y en un intento de evitar la mirada de SeHun, no logró hacerlo ya que SeHun estaba caminando hacia él, y sus piernas habían olvidado las palabras, “Corre y no mires atrás”.
.- Buenos días.-Le dijo con una leve sonrisa y llevando sus manos a sus bolsillos.
.- B-Buenos días…-Dijo extrañado. En las veces que SeHun había estado en casa, no habían hablado casi nada, porque JongIn era el que más hablaba con SeHun, por razones obvias.
.- Es un lindo perrito, ¿cómo se llama?
.- Golden…-Bajó la mirada hasta su perrito que se mordía su patita distraído, automáticamente una sonrisa en sus labios.- Tiene un mes y par de semanas, ¿no es cierto, bonito?-Le habló al pequeño mientras subía su mirada con cierta lentitud a las del chico, sonriéndole con timidez y luego se dio la vuelta hasta la cocina. No tenía un tema de conversación normal, ya que no lo conocía y su presencia no le favorecía a su cuerpo.
Entró a la cocina dejando a Golden en el suelo, Kai no se encontraba en la cocina, pero sí dejó una nota.
“Luhan, debo arreglar unos asuntos por la beca de la universidad y encontrarme con Tao, SeHun estará esperándome en casa así que no lo golpees ni nada de eso. Es inofensivo. Llegaré a eso de las 12 a la casa.
- Kai”.
“Genial, ahora seré una niñera” Bufó al final de leerlo y miró a SeHun que se encontraba apoyado en la puerta, lo cual lo asustó y brincó rápidamente antes de soltar un leve chillido de su voz.
No dijo nada más que reír con suavidad, y SeHun solo sonrió, cruzando sus brazos mirando hacia el piso.
.- ¿Ya… desayunaste?-Preguntó con timidez mientras hacía hervir el agua y tostar los panes que estaban puestos en la panera de la mesa.
.- De hecho, no. Solo acompañé a Kai desayunar.-Contestó a su pregunta parándose de hecho acercándose al hervidor, y a LuHan. Lo que hizo el segundo fue alejarse y yéndose hacia Golden, comiendo normalmente.
.- Solo hay que esperar a que esté todo listo. Espero que no te moleste un desayuno normal con… café y tostadas.- Se levantó de su lado y le sonrió, ante el silencio de SeHun y su sonrisa, haciendo que el silencio se volviera pesado en su ambiente. LuHan pasó a su lado y sacó el hervidor de su puesto, y sacó de los muebles dos tazas de café. SeHun se acercó a él hasta que su pecho chocara con su hombro.-
.-Para nada, no me molesta, con tal de comer algo todo está bien.-Se volteó lentamente hasta chocar con su hombro. LuHan había sentido un empujoncito en su hombro así que volteó su rostro y quedó a la par con el de SeHun, un par de milímetros más abajo. En una rápida acción, LuHan se alejó con un “Oh” de accidente y sacó las tostadas del tostador que se encontraban a un lado de él y en silencio terminó con el desayuno y colocó las tazas en la mesa y SeHun colocó los panes en la mesa y se dispuso a sentarse junto a él.- Gracias por la comida.
.- De nada, no es mucho esfuerzo.- Le sonrió cortésmente y colocó en su boca y un poco de la tostada, comenzando así, un desayuno muy diferente a los demás.
Las risas de LuHan se escucharon con ecos en la casa como nunca, la sonrisa de LuHan nunca había estado tan blanquecina ante los ojos de SeHun. Hablando desde sus gustos de los desayunos, hasta los gustos en sus pasatiempos y estudios, hizo del desayuno un momento grato para ambos personajes comiendo juntos.
Tras los oídos de LuHan, pudo saber que SeHun estudiaba también en la Universidad que los primos estudiaba, él iba en la clase de su novio, claro estaba, con mención danza. Sus gustos por las bebidas era solamente el Bubble Tea, ha confesado que se ha teñido el cabello en muchos colores y que la danza era su pasión, y era lo que lo llevaba a ser el mejor.
Varias cosas de SeHun quedaron en su mente, junto con su sonrisa y sus brillantes ojos cada vez que hablaba sobre algo que le gustaba. Eso a LuHan le hizo sentir extraño, tanto así que a veces en las miradas que les daba el de cabello castaño hacia él, bajara su mirada a su taza vacía.
SeHun se daba cuenta de las tímidas miradas que daba a veces cuando quería aportar de sus gustos cuando estaban a la mitad del desayuno, con la mitad de su pan tostado a medio comer y la tibia taza de café en la mesa, ya que con la respiración de ambos botaban en sus lugares hizo que se enfriara, al igual que el tiempo. Sí, el tiempo se paralizó cuando ellos ya estaban en una conversación plena, llena de palabras y de miles de situaciones por contar.
Aquel chico con rostro de ciervo, jamás en su vida lo había reconocido en la universidad, ni siquiera se le pasó por la mente en tener de familiar a alguien tan amigable y tan amistoso como JongIn, simplemente nunca le preguntó sobre su familia, por lo que no le parecía importante, ya que sabía que sus padres no estaban en la ciudad y no podía conocerlos aún.
Pero debía admitir que cuando conoció a LuHan creyó que era una chica con pelo corto, hasta que escuchó su voz y su nombre, y la forma de verlo no había cambiado mucho, debido a que aún no lo conocía.
No creyó que era una mala idea quedarse en la casa de JongIn para aprovechar de conocer más a su primo, que ha estado en su mundo (según él) y que de alguna manera le llamaba la atención. Aunque el primero que conoció fue su novio en una fiesta normal conversando y bebiendo normal, la manera en que se conoció él y el chico pelirrojo, nunca lo había experimentado, hasta que recordó eso a la hora del desayuno y le causó gracia.
O al menos, creía que la “gracia” lo hacía sonreír desde que conoce la palabra “felicidad”, y no otra cosa.
Al terminar de desayunar a eso del mediodía, recogieron los platos y se propusieron a lavar, y ya al terminar de hacerlo, solo le faltaba limpiar la última taza que le correspondía a LuHan.
.- ¿Siempre estás en casa haciendo estas tareas, LuHan?-Le preguntó SeHun apoyando su cuerpo en el lavamanos, mientras que LuHan concentrado con una media sonrisa, asentía ante su pregunta.
.- Sí, JongIn siempre está afuera y bueno… yo estoy aquí, debo aportar algo a la casa.
.- De alguna u otra manera debe ser un poco solitario estar aquí, ¿verdad?
La sonrisa de LuHan desapareció y el limpiar el plato lo hizo más eterno, a lo que SeHun tosió falsamente para poder arreglar los labios del pelirrojo y que volvieran a ver…
“Una maravillosa sonrisa”
Lo que había pensado.
.- Bueno, pero al menos tiene la casa para ti solo, puedes hacer lo que quieras con Golden…
.- Sé que tratas de evadir la pregunta que me hiciste.- Le respondió con una triste sonrisa. No era la que SeHun quería, ya que los ojos amenazaban con la cristalización de ellos, haciendo que el interior del chico serio se encogiera y se sintiera mal.- A veces es solitario, pero me gusta mucho la tranquilidad. No soy de esos que son bulliciosos gritando o riendo como un maniático, o al menos no en la casa cuando solo estoy jugando con Golden. Aunque no puedo negar que a veces en esta casa, habitando dos personas, se siente como si estuviera en una mansión solitaria y yo fuera el calvo con un bastón y leyendo los viejos libros de la biblioteca en mi solitaria vida.-Bufó riendo y negando su cabeza de un lado hacia otro.-
SeHun asintió cruzando sus brazos y mirando hacia el piso y mordiendo su labio inferior, un gesto bastante propio de él cuando confiesa algo.
.- Si necesitas compañía para eso, no dudes en preguntarme, porque seguramente tu compañía será maravillosa, por el hecho de que eres tú.
LuHan abrió sus ojos en demasía a tal punto de que sus ojos se aguaran por la falta de cerrarlos, y sus manos temblaron al igual que sus piernas al decir tal cosa. Lo único que atinó a hacer es mirarlo de reojo sin poder creerlo.
¿Eso… fue un cumplido, verdad?
Podría haberlo escuchado de su mejor amigo, de su primo, y de las demás personas y solo lograrían un bufido de LuHan más una mueca de no creerle. Pero todo eso no hizo cuando el chico que estaba a su lado lo había dicho.
Lo único que hizo fue…
Soltar la taza que estaba en sus manos al piso, destrozándose la taza por completo, en pequeños pedazos irregulares el piso que no era alfombrado, era cerámica y eso era bastante peligroso para LuHan.
Al gritar debido al susto del impacto de la taza, chasqueó la lengua y se agachó a tratar de agarrar los restos de la taza, pero eso hizo que empeorara la situación, ya que se lastimaba sus delicadas manos con leves cortes. Eran demasiados, ya que la piel de LuHan es sensible a cualquier cosa. SeHun solo lo observó por unos segundos y se agachó a detenerlo, se estaba haciendo daño y eso le molestaba, sin razón alguna.
.- LuHan, te vas a lastimar si lo tomas con las manos, basta.-Detuvo su acción tomándolo de un brazo, pero el pelirrojo se removió de eso y siguió con eso. Eso a SeHun no le gustó, para nada. Lo que odiaba SeHun era que no le hicieran caso, y eso hizo que el rostro del chico se volviera de piedra y tomara sus antebrazos, con las palmas hacia arriba, viendo la fresca sangre brotando de las líneas de sus manos.- ¡LuHan, ya basta!
LuHan no quería mirar a SeHun a los ojos, pero lo hizo a regañadientes con un leve rubor en sus mejillas. Una perfecta imagen de una bella persona en su punto de tristeza y miedo. SeHun no logró usar su rostro de piedra hasta que relajó sus ojos y suspiró negando con la cabeza y haciendo que se levantara.
El pelirrojo sintió un escalofrío al momento que SeHun tocó sus antebrazos y siguió con sus muñecas, su respiración se detuvo enseguida cuando sintió esa electricidad de las que muchos hablaban, y sus piernas temblaron al máximo.
No se dijeron nada, SeHun estaba igual de impresionado que LuHan, pero solo se quedó allí por unos segundos, y luego pasó sus yemas por las heridas, a lo que el afectado se fue encogiendo y removiéndose del dolor. SeHun se dio cuenta de eso así que sacó un mantel de la cocina y la punta la mojó con algo de agua y los pasó por encima. El ardor lo mataba por dentro, además del movimiento de la mano del contrario que pasó a su dorso, para sostenerlo.
Quedaron así unos minutos, en sus mundos, con temor de mirarse a los ojos, SeHun nunca lo había hecho, y LuHan era bastante cuidadoso, así que nunca le había pasado eso. Pero de algún modo, se sentían bastante bien ante ese toque.
Pero no la tercera persona observando todo desde la puerta de la casa, que daba perfectamente la vista desde donde estaban las dos personas juntas en el lugar.
JongIn no estaba de lo más feliz por ese trato hacia su primo, así que tendrá muchos sentimientos encontrados a partir de ese momento.