El día sábado, se levantó a regañadientes, con la iluminación en su habitación como lo habitual, se levantó mirando a su alrededor con un ligero abultamiento de labios y mirando a su lado, con Golden durmiendo como si nada. Sonrió ligeramente hacia él y acarició su cabeza.
.-Buenos días, bonito.-Le susurró y sacó las frazadas de su cuerpo, para darse la vuelta y levantarse hacia la cocina, a tomar un desayuno tranquilo, ya que estaría solo… o eso creía.
Bajó las escaleras junto a Golden que ya se había despertado y se dirigían hasta la cocina rascando su nunca y moviendo su cuello para hacerse sonar los huesos que tenía contraídos, en cuanto a Golden movía su pequeña colita de un lado a otro acompañando a su dueño. Pero un sonido de un “ronquido” hizo que el oído del pelirrojo estuviera alerta, y la colita de Golden se detuviera.
Pero de todos modos, se fue a la cocina a coger un uslero que tenía al principio del lugar e indicándole a Golden silencio colocando su índice en sus labios, y se fue al sofá, de dónde provenía tal sonido. Se acercaba a pasos lentos con ambas manos en el objeto para amasar hasta que vio algo negro removiéndose. LuHan se alarmó, así que se acercó rápidamente hasta el sofá…
Y lo primero que hizo fue observar en silencio al cuerpo que estaba descansando.
Un joven no más de 20 años, cabello castaño, piel nívea y con el atuendo de negro, con sus pantalones ajustados y zapatillas deportivas blancas con líneas del color de los pantalones, con una camiseta a cuadros se encontraba durmiendo plácidamente en el sofá principal, como un lindo bebé, con el rostro sereno y ambas manos en su mejilla, haciendo de almohada. Parecía no molestar a nadie, además de que…
“Vaya…” Fue lo único que pudo pensar en ver a semejante hombre en su casa. Sus ojos se relajaron por un momento, pero luego pensó el hecho de que era un desconocido y que estaba violando su privacidad según una ley del que no recordaba, pero había visto las noticias. Su corazón palpitó y con las manos en el uslero, golpeó con fuerza el hombro del chico, que hizo que saltara del susto y cayera al sofá, y LuHan asustado se acercó al cuerpo en el piso.
.- ¿¡Q-Quién eres tú y qué haces en mi casa?!
.- ¿Eh? Agh, mi cabeza…
.- S-Sí, e-estás en mi casa y… ¡TE ESTOY PREGUNTANDO QUÉ HACES AQUÍ!-Gritó temblando y apuntando su uslero a su cuerpo que se estaba levantando, sin mirarlo a los ojos.
.- Auch… ¿pero qué demonios…?-El chico maldecía al levantarse y abrir sus ojos. En cuanto los abrió un chico con rostro de chica estaba en frente de él con un uslero como si fuera una espada. El chico tenía arrugada su nariz y eso lo encontró demasiado adorable, pero la mirada en sus delicados ojos color marrón no decía que era una cosa tierna, más bien se veía demasiado enojado. Pero, ¿quién era él?- Oye, ¿quién eres tú?
LuHan abrió sus ojos con la boca abierta y ya estaba que echaba humo en sus orejas.
.- ¡MÁS BIEN QUIÉN ERES TÚ! Soy uno de los dueños de esta casa, así que exijo una explicación antes de que te golpee con esto.
.- ¿Un uslero?-Preguntó frunciendo el ceño y apuntando el artefacto de cocina.-
.- ¡DÉJATE DE HACER PREGUNTAS Y CONTESTA LAS MÍAS! ¡AAAAAAAH!-Corrió hacia él y golpeaba su cuerpo con el uslero, haciendo que el chico contrario se encogiera y escapara de sus golpes, ya que si bien era madera, dolía demasiado.- ¡YAH! ¡CONTESTA!
.- ¡OYE, DEJA DE GOLPEARME! ¡AGH! ¡DUELE! ¡DETENTE!-Gritaba el que estaba siendo golpeado por el chico con rostro de chica.-
.- ¡SAL DE MI CASA, NO ERES BIENVENIDO! ¡YAH!-Golpeaba su cabeza infinitas veces en segundos, no tenía muchas fuerzas, pero quería aturdirlo, al menos eso es lo que había visto en las películas para secuestrarlo y hacer que hable.
Esa era su idea, pero no tenía idea de que el otro tenía fuerza, mucha más que sus delicados y debiluchos brazos.
El sin nombre aún, se dio la vuelta cabreado de sus golpes y tomó su muñeca haciendo que el uslero cayera a los pies ajenos, lo que hizo a LuHan que se soltara y le brindara un golpe en su estómago antes de poder escapar. Pero el chico contrario tomó su brazo para que no se escapara, pero la fuerza era demasiada para el pelirrojo que se acercó demasiado e hizo que ambos se cayeran al piso.
.- ¡AGH!-Gritaron los dos cuando cayeran al piso. LuHan encima de él y el chico sin poder creerlo que estaba debajo de él, no sabía en qué momento tenía tanta fuerza que consiguieron estar en esta posición. LuHan había aprovechado de soltarse de él y coger su uslero para amenazar para golpear su cabeza nuevamente.
Golden estaba comiendo su desayuno, así que había llegado a ladrar como todo un perrito loco, junto a LuHan y el chico que estaban en plena batalla.
Así estaba el lío entre en comedor y las escaleras, hasta que JongIn quien había regresado de su ducha en su baño y tomar desayuno, vio semejante escena a LuHan golpeando a la persona ajena y a Golden ladrándole. Abrió impresionado sus ojos y corrió hasta donde estaba su primo, levantándole de los hombros y aún con el uslero en su mano.
.- ¡LUHAN, YA DÉJALO, YAH!
.- ¡DÉJAME, JONGIN, QUIERO PARTIRLE LA CABEZA! –Respondió gritando tratando de golpearle pero JongIn se lo impedía abrazándole de la cintura.- ¡ES UN DESCONOCIDO, NOS VA A MATAR!
.- ¡NO LO ES, MALDITA SEA LUHAN, RELÁJATE, NO NOS HARÁ DAÑO!
.- ¡¿Y CÓMO ESTÁS TAN SEGURO?!
.- ¡PORQUE ÉL ES MI NOVIO!
LuHan le frunció el ceño y detuvo toda acción de querer matar al dicho “Se Hun”, mirándolo con rareza y con la boca abierta, hasta Golden detuvo sus ladridos para dirigirse a sus amos. JongIn le miraba con una leve sonrisa, pero con el rostro de LuHan borró su sonrisa y le quitó el uslero de su mano, debido a la impresión. Se fue hacia el contrario ya levantado y con las manos en sus bolsillos, tomándolo de la nuca y besándolo en frente de él, donde su boca se abrió más.
.- Lamento no haberlos presentado… LuHan, él es Oh Se Hun, mi novio. Hun, él es LuHan, mi primo y mi compañero de casa.
Se Hun, el chico con el que estaba peleando hace unos minutos le miró a los ojos con una ladina sonrisa, por cortesía, pero LuHan sabía que no estaba muy a gusto debido a la “bienvenida” que le dio el pelirrojo. LuHan se relajó y suspiró e hizo una reverencia profunda.
.- Oh, SeHun. Lamento lo de hace un rato. No sabía que mi primo llegaría con visitas.-Habló mientras casi se pusiera rojo de la vergüenza mientras bajaba su mirada y cogía a su cachorrito en una mano.-
.- ¿No le avisaste que vendría?-Le preguntó al moreno y el rodeó sus ojos.
.- No creí que se despertaría tan temprano, además de que quería que lo conocieras, pero… no creí que ya se estaban conociendo.-Comentó frunciendo el ceño recordando la escena anteriormente.- ¿Te golpeó con esto?
.- Sí, en la cabeza, pero estoy bien, no alcanzó a partirla.-Añadió mientras se tocaba su cabeza y mirándolo a él. LuHan bajó enseguida su mirada hasta su cachorrito, ya que de algún modo, no podía acostumbrarse al contacto visual del desconocido.-
.- Me alegra mucho eso, Hun.-Abrazó a su novio y besó su mejilla, el otro le sonrió y le dio un beso en su frente.- Vamos a ir a desayunar afuera, ¿vienes con nosotros, LuHan?
LuHan solo bufó y negó con su cabeza dirigiéndose a la cocina para al fin desayunar.
.- ¿Y ser un mal tercio con los besitos y abracitos que se darán? Gracias, pero no quiero vomitar sin antes comer algo, le hará mal a mi estómago.-Les sonrió a ambos, hablando sarcásticamente, a lo que JongIn le dio una mala cara y SeHun solo frunció el ceño, ya que no comprendía su punto.- Es decir no, no quiero ir.
.- Entendí con el sarcasmo, LuHan.-Se llevó a su novio a la puerta, dejó el uslero en el sofá y sacó sus llaves.- Llegaré a eso del almuerzo, nos vemos.
.- Adiós, pásenla lindo.-Canturreó acariciando a Golden mientras sentía la puerta cerrarse.
En cuanto la puerta se cerró dejó a Golden en el suelo, para hervir el agua en el hervidor y tostar el pan, esperando unos minutos, y pensando en lo que había ocurrido.
No quería pensar mucho en el chico, ya que no lo conocía para nada, pero su mirada hizo que bajara la suya y se quedara así hasta que se armó de valor para sonreírles por unos segundos, pero de cierta manera, esos ojos quedaron en su mente, como manera de presentación al desconocido dígase novio de su primo, o eso creía él. No podía dar alguna conclusión aún, ya que aún estaba aturdido y necesitaba comer, antes de iniciar un nuevo día en casa, haciendo lo que más sabía ser: Un invisible chico en su propia casa.
