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La Mascara De Skull Kid por dragona blanca

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Notas del fanfic:

—Título: La Máscara De Skull Kid.

—Autoras: Dragona Blanca y Ninchi Sushari – Vaatiewe.

—Disclaimer: Zelda no nos pertenece.

—Advertencia: Lemon, yaoi ewe.

—Parejas: VaatixLink; AzulxRojo; VioxVaati; ShadowxLink ewe.

En realidad… iba a ser un one-shot xD pero está muy largo uvu así que decidimos dividirlo en dos capítulos… o tres… o cuatro… depende xD más probable, dos uvu. Yo lo subo aquí y Dragona Blanca lo subirá en Amor Yaoi. Porque, últimamente, AY me odia.

—Dragona Blanca: y a mi Fanfiction TvT.

—Ninchi Sushari: antes… aguántenme con “El Secuestrador”. Está largo el capitulo xD.

Dragona Blanca y Ninchi Sushari: Disfruten leyendo uvu.

Notas del capitulo:

Bueno chicos y chicas espero que les guste el capitulo y mucho n_n, por que a mi me encanta mucho y mas hacerlo.

 

Disfrutenlo mucho :D

.::LA MÁSCARA DE SKULL KID::.

Capítulo 01:

"¿Alguna vez te has preguntado si el mundo es éste, en el que estamos viviendo? ¿Te has preguntado si puede haber otros mundos dentro de este? ¿U otra dimensiones? Hay leyenda sobre un bosque, cuyo nombre no recuerdo, pero dicen que en ese bosque hay de todo: elfos, ciclopes, duendes, hadas, fantasmas y muchas cosas más. Pero al final del bosque, en la profundidad, hay un portal que te llevará a otra dimensión. ¿Será una dimensión buena o mala? ¿Qué clase de dimensión te llevará?".

—Aaah... El mundo tiene sus misterios— suspiró Verde mientras levantaba la cabeza hacia el cielo, contemplando las nubes blanquecinas que caminaban por el cielo. Sentado en una banca fuera del colegio, esperaba a su hermano pequeño y a su pareja. No paraba de pensar sobre ese bosque tan misterioso que su profesora ha comentado en su clase. Al menos, lo mantuvo ocupado y desaburrido hasta la llegada de Rojo y Vaati.

—¡Hermano! — Rojo salió del colegio corriendo hacia el rubio a abrazarlo.

—Bien, Rojo, Quítate que sigo yo—Vaati apartó al pequeño Link de su novio para plantarle un beso a Verde.

—Vaati no comas carne en frente de los pobres—dijo Rojo haciendo que se separaran los dos novios.

—Algún día tendrás a la persona con la que puedas besarte y hacer otras cosas, claro—Link acarició la cabeza de su hermano pequeño para después tomar la mano de Vaati.

—Ni que fuera tan necesitado— rió juguetón Rojo —por ahora estoy bien solo— Link y Vaati se miraron con una sonrisa incrédulas entre sí.

—Como digas, ¿Vamos a casa? — el brujo comenzó a caminar y los Links le siguieron el paso.

—¡Por fin viernes! — Rojo estiró sus brazos, fue una semana agotadora para los tres.

—¿Haremos algo mañana? ¿Como salir o algo así? Digo... Para despejar la mente —se encogió de hombros el brujo.

—¡Sí, Me Parece Bien! —Gritó Rojo de emoción.

—Perfecto, ¿Qué opinas tu Link? —preguntó Vaati.

—Pues, sí… Está bien… ¿Qué tal si vamos al hipermercado o a la pradera? —propuso Link con una sonrisa.

—Bueno, creo que mañana veremos a donde ir—comentó Vaati. Después empezó a llover, y los tres chicos se cubrieron de la lluvia yendo a un pequeño granero que estaba cerca de allí.

—¡Genial! ¡Justo tenía que llover!— dijo Link de mal humor.

—Tranquilo hermano, ya veremos cómo salir de aquí—Rojo intentó animar a su hermano.

—Sólo esperemos un rato — el brujo apretó la mano del rubio, quien le dedicó una sonrisa un tanto molesta debido a la lluvia.

—Sí, no va a llover desde ahora para toda la noche, ¿O si? —Sonrió apacible el optimista.

—Sí... —suspiro Verde. Para pasar el tiempo decidió empezar una conversación — ¿Qué tal su día?.

—Pues, el mío bien y va mejorando— Vaati se acercó un poco a Link.

—¡GAAAAAAAY!—gritó Rojo para molestarlos.

—Oh, vamos Rojo, yo tratando de ser cursi y romántico por primera vez y tú lo echas a perder—reprochó Vaati un poco enojado con Rojo.

—Perdón. Pero vi la oportunidad y no quise echarla a perder — Rojo empezó a jugar con un pequeño cerdito que estaba allí. Rojo llevó al cerdito hacia la pared, apoyó las patitas del cerdito y comenzó a cantar — puerco araña, puerco araña, al mal ataca con su tela araña — cantaba infantil.

—¿Tú? ¿Has tenido un buen día, Link? —susurró el brujo antes de depositarle un beso en la frente.

—Sí, estuvo bien y tranquilo—dijo Link para mostrar una sonrisa.

—¿Cómo está tu amiga Zelda? — dijo Vaati; Verde rió al notar los celos del brujo en la voz. Le dio un beso en los labios para calmarle aquellos celos.

—Tranquilo, ella es sólo una amiga — susurró meloso.

—Más vale— infló los cachetes el mayor.

—jejeje.

—Verde... —llamo Rojo preocupado con el cerdito en sus manos. Los mayores le dirigieron la mirada — Papá nos dijo que nos necesitaría al salir del colegio.

—Hum… cierto — murmuró Link bajando la cabeza.

—Tranquilo, creo que puedo ayudarlos—dijo Vaati tratando de animar a su novio.

—Pero ¿Cómo?—preguntaron los dos hermanos al mismo tiempo.

—Recuerden que soy un mago, puedo llevarlos a su casa con mi magia—dijo Vaati de una forma presumida.

—¿Y cómo piensas hacerlo?—preguntó Link.

—Con magia, tonto—dijo Vaati para luego prepararse a usar su magia — ¡Oh, esperen! ¡Qué tonto!— rió, sacó la gorra minish de su mochila y se la puso en su cabeza — algunas magias no funcionan sin la gorra. Sujétense bien. — Verde y Rojo apoyaron sus manos en los hombros de Vaati, quien pronunció unos conjuros mentalmente para llevarlos a su casa; no obstante, al abrir sus ojos zafiros y rubíes, no se encontraron en ningún lugar familiar.

—¿En dónde estamos?—preguntó Rojo un poco asustado. Los tres chicos estaban en un bosque, era un bosque algo oscuro, y se veía más terrorífico gracias a la lluvia.

—Es un bosque… —contestó Vaati.

—Gracias, Capitán. Obvio, eso se ve enseguida—dijo Rojo de una forma sarcástica.

—Entonces ¿Para qué preguntas?—preguntó Vaati con un poco de ira.

—Ya, ya, ya, chicos… Tranquilos, éste no es el fin del mundo—dijo Link calmando a los chicos.

—Sí, cierto, pero ¿Qué bosque es éste?—preguntó Vaati mirando a los alrededores, para ver si reconocía a algo.

—No lo sé. Es la primera vez que estoy aquí—dijo Rojo sin reconocer el lugar. Un crujido se oyó escondido entre la arboleda detrás de los chicos. Los tres se giraron hacia donde provenía el ruido. —¿ Podemos irnos de aquí? Este lugar me da miedo — las piernas del más pequeño comenzaron a temblar, se aferró a su hermano mayor sin despegar la vista de aquél punto.

—Sí, puede haber un animal peligroso aquí —se preocupó Verde.

—De acuerdo... — susurró el brujo. Rojo y Link apoyaron sus manos en los hombros de Vaati otra vez. El brujo murmuró unos conjuros, espero unos segundos. Nada. Volvió a repetir el conjuro. Otra vez, nada.

—¡Vamos, Vaati sácanos de aquí! — seguía Rojo con miedo.

—¡Eso intento pero no puedo!—dijo Vaati sin entender lo que pasaba.

—¿¡Cómo que no puedes!?—preguntó Link algo asustado.

—No puedo. No lo sé. Tal vez el bosque está hechizado o algo—dijo Vaati, mirando el cielo que todavía estaba nublado.

—¿Ahora Qué Hacemos?—preguntó Rojo con ganas de llorar.

—Tranquilo, Rojo… Todo saldrá bien —dijo Link calmando a su hermano pequeño, pero después se escuchó otra vez el crujido y estaba vez más cerca —pero… creo que será mejor que nos vayamos rápido de esta zona a pie—dijo Link también asustado, tomando a Rojo y a Vaati para comenzar a caminar. Los tres amigos seguían caminando, y el más pequeño ya estaba cansado, y tenía hambre.

—Hermano, tengo hambre — dijo Rojo sentándose en una roca.

—Es cierto… ya hace hambre — dijo Link sentándose en un tronco.

—Sí, y yo ya estoy cansado de caminar—dijo Vaati sentándose a lado de Link y recargando su cabeza en el hombro de su novio, provocando que se sonrojara un poco Link.

—Amor, ¿No puedes intentar una vez más? — susurró el rubio hacia su pareja de manera melosa. Vaati perduró pensativo por unos segundos. Observó que la mano de su pareja se entrelazara con la de Rojo. Entrelazó su mano pálida con la de Link y volvió a pronunciar el conjuro. Pero no ha pasado nada.

—Es inútil, Link, si teniendo la gorra no sucede nada, algo malo está pasando. Es una magia poderosa la que está bloqueando mis poderes — habló el brujo. Llevó sus codos hacia sus rodillas — no sé como pudimos terminar aquí... He pronunciado bien el conjuro como para acabar aquí.

—Quiero ir a casa... — gimoteó el más pequeño.

—Me preocupa más mi padre... El quería que lo ayu— mas las palabras de Link fueron calladas por Rojo.

—¿Qué pasa, Rojo?

—... — Silencio. —¿No oyen eso?...

—¿Qué cosas, Rojo?—preguntó Link sin escuchar nada.

—Escuché… la risa de un niño—dijo Rojo tratando de volver a escuchar el sonido.

—¿La risa de un niño?—preguntó Link un poco asustado.

—¿Será un fantasma?—preguntó Vaati en tono de seriedad.

—¡NOOOOO! ¡Un Fantasma, No! ¡Será Otra Cosa Pero Un Fantasma, No!—contestó Link con algo de miedo.

—¡Oh, Por Dios, hermano! ¡No seas niña!—dijo Rojo molestando a su hermano.

—¡NO LO SOY! Recuerda que soy el héroe del tiempo—dijo Link en una forma heróica.

—Bueno, héroe del tiempo, ve a ver que fue el ruido que escuché — dijo Rojo retando a su hermano.

—Ro... Rojo yo no lo escuche, así que no puedo ir a investigar— En el momento en el que dijo eso Link, se volvió a escuchar la risa de un niño acompañado con una melodía.

—Eso debieron de haber escuchado—reclamó Rojo a la pareja.

—Sí, yo sí lo escuche—dijo Vaati.

—¡VAATI! ¡Deberías apoyarme a mí, yo soy tu novio! — dijo Link mientras tenía ganas de llorar.

—Vamos, Link. Veamos que fue ese ruido — dijo Vaati tomando la mano de Link para caminar hacia donde se había escuchado el ruido.

—Está bien —bajó la cabeza el rubio mayor; al segundo, sonrió malicioso mientras por el rabillo del ojo miraba al optimista— dejemos al niño solo con los fantasmas — Rojo sintió un tremendo escalofríos recorrer por su espalda.

—Ya, Link. Vamos — rió bajo el brujo mientras comenzaban a caminar. Rojo miró a su alrededor con expresión de miedo. El bosque no daba una buena pinta de bienvenida al trío. Y el sol, escondido detrás de las nubes grises no ayudaba mucho que digamos. Un aullido de un lobo bastó como para que el pequeño cogiera su mochila y corriera hacia la pareja.

—Cobarde — rió Link. Rojo infló sus cachetes en señal de molestia.

—¿Soy yo... O es una flauta lo que se escucha? —habló el brujo antes de que los hermanos se pusieran a discutir infantilmente.

— Ah, pues sí—dijo Rojo quien también escuchó el sonido de la flauta. Los tres chicos caminaron hacia donde se escuchaba la flauta, loa tres llegaron a un espacio muy grande y en ese lugar se escuchaba más fuerte la flauta —aquí es donde se escucha más fuerte—dijo Rojo mirando a todos lados.

—Pues sí, pero aquí no hay nada—dijo Vaati también mirando a todos lados.

—Entonces, sí es un fantasma—dijo Rojo para asustar a su hermano.

—¡NO, CALLATE!—gritó Link temblando. Entonces, de repente, unas hojas secas rodearon de los tres haciendo que se juntaran mucho, y luego una luz iluminó una roca grande donde apareció un Skull Kid. El Skull Kid apareció tocando la flauta y paraba para reírse, y su risa era como la de un niño pequeño.

—Así que… él es el que tocaba la flauta—dijo Vaati mirando al Skull Kid

—Ohhhh, no era un fantasma… ¡Qué mal!—dijo Rojo desanimado.

—No entiendo por qué te desanimas. Si eso es muy bueno—dijo Link muy contento.

—Quería que te asustaras — sonrió apacible el más pequeño, a lo que Link lo quedó mirando raro, por unos segundos.

—Disculpe... — el brujo, al ver que ninguno de los rubios tomaba la iniciativa, optó por tomarla él. — nos hemos perdido y no encontramos la salida, ¿Podrías ayudarnos? — el pequeño Skull Kid clavo su mirada en los tres —... ¿Por favor?— completó la frase. Perduraron unos largos minutos mirándose a los ojos. Skull Kid lucía como si estuviera pensando en algo. A continuación, se bajó de la roca de un salto, y corrió a dirección contraria de los estudiantes.

—¡Oye! ¡Espera! — gritaron los tres al unísono. Los pequeños comenzaron a correr hacia la dirección por la que Skull Kid fue. Dando pequeños saltos para esquivar los charcos, los árboles, chocando con varias ramas que se interponían en su camino y tropezando con algunas raíces que sobresalían del suelo, llegaron hasta un pequeño lugar en forma circular. Parecida a la anteriór. Buscaron con la mirada al Skull Kid, quien se hallaba en pie sobre otra roca. Detrás de la roca, se hallaba tres cuevas semicirculares pequeñas, perfecta para que una persona pudiera entrar. Link, Rojo y Vaati miraron absorto dichas cuevas. Y luego al Skull Kid.

—¿Qué es lo que querrá decir?— Preguntó Rojo en voz baja.

—No lo sé — Dijo Link con el mismo tono.

—¡Ya Cállense! Se Puede Enojar — Dijo Vaati callando a sus amigos.

—Ok, nos callamos — dijeron los dos hermanos al mismo tiempo.

—Sí. Sé cual es la salida — dijo el Skull Kid a la respuesta que le preguntó el brujo.

—¿En serió? ¡Genial! ¿Nos podrías decir por dónde es? — preguntó Vaati con un tono de amabilidad.

—Sí, pero primero quiero pedirles un favor —.

—¿Qué clase de favor?—preguntó el Link Verde.

—Bueno... En esas cuevas se encuentran una máscara en cada una, quiero que me las traigan — dijo el Skull Kid señalando las cuevas.

—Ok. Permítenos un momento... — dijo Vaati para luego hablar con los dos hermanos — ¿Qué opinan, chicos? — peguntó el brujo no muy seguro de la propuesta del Skull Kid.

—Pero no sabemos dónde está la salida — dijo Link preocupado.

—Y él es el único que sabe donde está — dijo Rojo mirando al Skull Kid.

—Sí, eso es cierto — dijo el brujo todavía dudando.

—Yo pienso que aceptemos su propuesta—dijo Link muy confiado.

—Yo digo los mismo — dijo Rojo con el mismo tono de su hermano.

—Está bien, tenemos que decirle — dijo Vaati para luego dirigirse al Skull Kid.

—¿Qué dicen? — preguntó Skull Kid a la vez que clavaba la mirada en el brujo.

—Está bien. Te ayudaremos — sonrió el minish.

—Bien. Quiero advertirles que cada cueva conduce hacia una dimensión diferente; en cada una se encuentra una máscara mía. Algunas dimensiones pueden ser peligrosas como otras, no — el trío se miraron entre sí dibujando una mueca de preocupación. — Cuando encuentren mi máscara, regresen y les enseñaré la salida — los tres asintieron — aquí los espero — Skull Kid tomó asiento sobre la roca y comenzó a entonar el bosque con una suave melodía.

—¿Por dónde vamos primero?— cuestionó el Link más adorable.

—Mmm... no lo sé... El de la izquierda, yo quiero ir en esa — Link se encogió de hombros y dio el primer paso. Rojo y Vaati le siguieron atrás. Verde fue el primero en entrar; mas al entrar, una pared invisible apareció impidiéndole a Rojo y a Vaati el acceso hacia esa cueva — ¿Mm? — Link dio media vuelta, se percató de que su hermano y su pareja no podían entrar — ¿Qué pasa?

—No sé... No podemos entrar — respondió Rojo mientras sus manos se apoyaban en dicha pared.

—Solamente una persona puede entrar — Skull Kid detuvo su melodía para darle la advertencia.

—Bueno... creo que tendremos que separarnos—dijo Vaati sin tener algo más que hacer.

—Pero no quiero estar solo — el pequeño Link tenía ganas de llorar.

—Tranquilo, Rojo. Tú eres muy fuerte, tú te puedes defender — dijo Vaati animando al pequeño.

—Sí, Rojo. Tú puedes — el hermano del pequeño lo apoyaba desde la cueva.

—Ok. Seré fuerte y valiente — el pequeño ya se sentía con un poco más de confianza.

—Bueno, Link... Cuídate mucho. No quiero que te pase nada malo — dijo Vaati apoyando sus manos en la pared invisible en donde estaban las de Link.

—Sí, tú también. Cuídate — agregó Link con un tono de sentimiento de amor.

—Bien, ya me voy — se despidió Vaati para luego entrar a la cueva del medio. Rojo entró a la cueva de la derecha y, en el momento en que los tres se adentraron a las cuevas, el Skull Kid siguió tocando la flauta y se reía a veces.

Rojo entró con un poco de miedo. Dando pasos lentos en la tierra. A medida que avanzaba la obscuridad caía, a casi un kilómetro divisó una luz blanca. Rojo seguía avanzando lento, no quería llegar, le atormentaba el miedo de que fuera de esa cueva pueda ver algo peor.

Vaati caminaba sin problemas, al igual que Rojo, a pasos serenos. No tenía malos presentimientos, sólo rogaba que algo malo no les pasara a los Links. En la mitad del camino, una daga se hallaba tirada. Sin pensarlo dos veces, cogió la daga. —Esto podría servirme — murmuró mirando detalladamente la daga. A continuación, la guardó en su bolsillo del pantalón y siguió caminando. Verde observaba detalladamente a su alrededor por cada paso que daba, de vez en cuando miraba hacia atrás. Una tenue luz naranja se veía a lo lejos. Avanzó hasta llegar a la luz. Rojo, al salir de la cueva vio una especie de bosque, ese bosque se veía muy alegre y muy colorido.

—¡Qué lindo bosque! Jejeje y eso que tenía miedo de ver que me podía pasar — se dijo a sí mismo mientras caminaba por el bosque. El pequeño siguió caminando buscando la máscara o algún animal, pero después de unos minutos pudo ver a un chico de espaldas con cuernos de venado. — ¿Eh?... Disculpe, señor — dijo Rojo llamando la atención del chico. El chico volteó para mirar a Rojo y éste último se asustó un poco porque vio a Ghirahim con un vestuario de venado.

—¿En qué te puedo ayudar, pequeño? — preguntó el Ghirahim venado.

—¿Ghirahim? — preguntó Rojo acercándose a Ghirahim venado.

—Bueno... de hecho, mi nombre es Ghirahim, el venado — se presentó Ghirahim venado.

—¿Eh... Ok?... Bueno, estoy buscando una máscara ¿No la has visto por aquí? — preguntó Rojo tratando de no mirar los cuernos de Ghirahim.

—Bueno... He he... — Ghirahim venado no pudo terminar la frase porque alguien lo llamó

—¡GHIRAHIM, EL VENADO! — se escuchó la voz de otro chico.

—¡Ah! Hola, Vaati, el conejo — saludó Ghirahim al ver que Vaati vestido de conejo se acercaba brincando.

—WADAFACK!? — se preguntó Rojo al ver a Vaati así.

—Hola... ¿Quién es él? — preguntó Vaati a Ghirahim mirando al pequeño.

—No lo sé. Perdona si no te lo pregunté antes. ¿Cuál es tu nombre? — preguntó Ghirahim, el venado, al pequeño Link.

—Mi nombre es Rojo, mucho gusto — se presentó Rojo con una sonrisa.

—Mmm... Es un poco raro... ¿No crees? — murmuró el conejo hacia el venado.

—¿Raro en qué sentido? — cuestionó perplejo el peliblanco.

—No es un animal como nosotros — Vaati le examinó de pies a cabeza, adelante y atrás.

—Tienes razón, recién ahora me doy cuenta — Ghirahim comenzó a mirar cada parte de su cuerpo.

—Eeh... Yo... No soy de aquí... — rió nervioso Rojo. Los animalitos le quedaron mirando perplejo a Rojo.

—¿Ah no?... ¿De dónde eres, entonces? — se asombró el venado mientras se cruzaba de brazos.

—De otra dimensión... — respondió el Link optimista.

—¿Otra dimensión? — se preguntaron los dos animalitos al mismo tiempo.

—Sí, vengo de Hyrule que está en otra dimensión... algo distinta a la suya.

—¿Tú le crees? — preguntó el venado al conejo.

—No mucho — contestó el conejo.

—Bueno pero no estoy aquí para causar problemas, sólo estoy buscando una máscara — dijo Rojo para no meterse en problemas.

—¿Máscara? — preguntó Vaati mientras estaba en una pose de pensador; Ghirahim hizo lo mismo y el pequeño esperaba una respuesta, hasta que Vaati dijo algo — no sé ustedes pero yo no puedo pensar con el estómago vacío — fue lo único que dijo Vaati para hacer enojar a Rojo.

—Pues, busca algo de comer — dijo Rojo molesto.

—No es fácil — contestó Vaati algo triste.

—¿Por qué? — preguntó Rojo curioso.

—Porque él se da cuenta — contestó Ghirahim por su amigo.

—¿Quién es él? — preguntó Rojo un poco confundido.

—Él, es el lobo Azul, él se molesta por todo. Si tomas las cosas que son rara para nosotros, él te golpeará hasta que lo sueltes—.

—¡Vaya!... Suena aterrador—.

—Y lo es. Tenemos que ir a su castillo y que me dé de comer. — contestó Vaati deprimido — de seguro, él tiene la máscara que buscas— dijo animando al pequeño.

—¿Tú crees? — preguntó Rojo.

—Esperemos... — murmuró el venado.

—Síguenos — el conejito comenzó a brincar hacia una dirección siguiendo un caminito de tierra. A lo lejos, el Link optimista logró ver un castillo con un aspecto lúgubre a como estaba acostumbrado ver.

—Vamos, pequeño — insitó el venado Ghirahim comenzando a caminar.

… … …

La noche reinaba, la luna llena se hallaba en lo alto del cielo. Unas antorchas iluminaban lo que era un cementerio abandonado. Vaati miró a su alrededor mientras se mordía el labio inferior. — Lo menos que quiero pensar es que la máscara se encuentre dentro de una tumba — pensó. Un escalofrío le recorrió por la espalda. Metió la mano en su bolsillo y se aferró de la daga, por si acaso. Comenzó a recorrer por todas las tumbas, leyendo cada contenido en cada lápida. — 'Aquí yace: La Princesa Zelda' 'Aquí yace: Impa de los Sheikah' 'Aquí yace: Link, el héroe del tiempo' — se detuvo impactado — ¿Qué?... — preguntó perplejo leyendo la lápida — ¿Qué clase de bromas es ésta? — se rascó la nuca, al lado de dicha tumba, decía 'Aquí yace: Rojo Link, hermano del héroe del tiempo' — ...— absorto. — Pero ¿Qué rayos?... pero de seguro son otros, de hecho esta es otra dimensión, sólo espero que no sea mi misma dimensión pero en el futuro — dijo Vaati viendo la tumba de "Link" — aunque no me afecta mucho ésta — dijo el brujo mirando la tumba de Zelda — bueno... tengo que buscar esa máscara — dijo el brujo mientras se separaba de las tumbas y siguió caminado — bien, si yo fuera una máscara estaría en una cara ¡Eso No Me Sirve! — gritó el brujo enojado consigo mismo. Siguió buscando por todo el cementerio pero no encontraba la famosa máscara — ¡Maldición! ¿Dónde estará esa estúpida máscara?— maldijo el brujo. Mientras buscaba sintió que algo o alguien le quitaba su gorro mágico — pero ¿Qué diablos? — se preguntó Vaati para luego voltear hacia donde, supuestamente, estaba su gorro. Cuando volteó vio que su gorro flotaba y se dirigía a una tumba. El brujo fue tras él, y cuando su gorro dejó de flotar, cayó en una lápida que decía "Aquí yace el Vampiro Vio", el brujo no le tomó mucha importancia y tomó su gorro, y cuando lo tomó sintió que una mano lo había tomado la pierna — WADAFACK!? ¡SUELTAME! ¡SUELTAME! — gritó el minish tratando que la mano lo soltara. Movía su pierna con la intención de salvarse, pero no lo lograba. Aquella mano emanada de la tierra lo tenía bien amarrado. Recordó la daga en su bolsillo. Agarró la daga y cortó el dorso de la mano, dejó una línea de sangre correr por su muñeca. La mano lo soltó. Y Vaati tomó la oportunidad de retroceder. — ¿Qué rayos...? — preguntó desconcertado. Retrocediendo, tropezó con una piedra y cayó sentado. En la tierra sale otra mano y eso dejó más que impresionado, y más cuando vio como un chico salía de la tumba, y salió con la cabeza baja sin mirar al brujo, y cuando el chico ya estuvo por completo fuera de la tumba Vaati se levantó para tomar la daga en ambas manos para defenderse por si ese chico lo atacaba o algo.

—Oye… ¡Qué malo eres!... ¿Por qué hiciste eso? — preguntó el chico todavía con la cabeza baja Vaati no contestó, sólo se quedó como antes, el chico levantó su cabeza para ver a su atacante, y cuando lo vio se quedó impresionado por la ¨belleza¨ del brujo. — Pero eres un chico muy guapo, no me puedo enojar contigo— dijo el chico con una mirada y sonrisa de lujuria.

—¿Eh? ¿Un chico muy guapo?— se preguntó Vaati confundido — Espera ¿No me vas a atacar?—.

—No, claro que no. Eres muy guapo como para hacerte daño — el chico fue hacia el brujo volando para verlo más de cerca.

—¿Y tú quién eres?—.

—Yo soy Vio, el Vampiro — se presentó el chico para luego mostrar sus colmillos.

—Ya veo...— murmuró el brujo.

—¿Cómo te llamas tú? — preguntó serenamente el rubio—.

—Gufuu— mintió Vaati desviando la mirada.

—Mientes— rió bajo el vampiro mientras se cruzaba de brazos.

—Vaati — rodó los ojos.

—¿Vaati, eh?— el brujo lo examinó, éste chico se parecía mucho a Verde y a Rojo, hasta la vestimenta que dichos chicos suelen usar, salvo que vestía de color violeta. Y una capa colgaba de su cuello unido a una cruz.

—'La máscara!' — se asombró el brujo al ver una máscara de madera colgando del cinturón del vampiro.

—¿Qué tanto miras?— preguntó el rubio.

—¿Eh? Nada… Sólo quería saber si me podrías dar esa linda máscara de madera que tienes allí — contestó Vaati señalando la máscara que tenía el vampiro.

—¿Ah? ¿Esto? — preguntó Vio tomando la máscara.

—Sí, ¿Me la podrías dar… Por favor? — dijo Vaati extendiendo su mano hacia Vio.

—Sí, te la puedo dar — dijo extendiendo la máscara hacia Vaati — pero con una sola condición — dijo para luego apartar la máscara otra vez.

—Bueno ¿Qué quieres? — preguntó Vaati algo molesto.

—Lo que quiero es... un beso del chico más guapo de todos — lo dijo con un tono de lujuria.

—¿Y quién es ese chico?—.

—Pues tú, tonto — dijo el vampiro para luego poner sus brazos alrededor del cuello del brujo.

—¡NO, TODO MENOS COSAS COMO ESAS! — gritó Vaati para luego apartarse del vampiro.

—¿Eso era un beso? — preguntó Vio.

—Pero yo ya tengo novio. Y lo amo… Y mucho—.

—Pero él no está aquí, él nunca se entrará — dijo Vio para acercarse y mientras más lo hacía más Vaati se alejaba.

—Jejeje —rió Vio maliciosamente. Clavó sus ojos en los de Vaati, su sonrisa jamás se borró de su rostro. El brujo comenzó a retroceder.

—Deja de acercarte — el minish perdía la paciencia.

—No — negó juguetón el vampiro. Una pared detuvo los pasos del brujo, giró la cabeza para mirar al culpable de detener sus pasos. Era un viejo y pequeño mausoleo.

—¡Genial! — bufó. Movió la cabeza encontrando a Vio frente a él. El vampiro llevó su mano hacia el mentón del brujo para que lo mirara a los ojos — ¿Qué estás haciendo? — preguntó confundido mas el rubio no respondió, seguía sonriendo. El brujo poco a poco sentía que se dormía, se sentía tranquilo. Vio se emancipó del brujo, dio media vuelta y comenzó a caminar.

—Sígueme, Vaati— dijo.

—Sí... Vio...— hipnotizado, lo siguió.

Link caminaba por la cueva con algo de miedo, pero quería ver a su novio lo más pronto posible, así que empezó a correr y en vez en cuando se caía — ¡Diablos! —murmuró Link cuando vio que su ropa se ensució mucho y se rompió. El Link Verde siguió caminando y pudo ver una luz que se veía al final de la cueva — ¡UNA LUZ, SIIIIIII! — dijo Link y siguió corriendo y se volvió a caer — Ok, creo que será mejor que deje de correr — se dijo Link levantándose del piso. Cuando salió de la cueva pudo ver que el lugar era muy terrorífico, sombrío y deprimente y eso le asustaba demasiado al Link Verde — ¡Genial! Lo que me faltaba — se dijo a sí mismo con miedo. Siguió caminando por el lugar y mientras caminaba pudo notar que estaba en una especie de jardín sombrío, con las flores todas marchitas y con plantas carnívoras pequeñas; eso no era lo que asustaba a Link, lo que le daba miedo era que se escuchaban lamentos y voces de personas que no podía ver. — Espero encontrar esa máscara pronto — dijo Link entre llantos. Aclaró su garganta y se dio ánimos a sí mismo. — No llores, Link, eres el héroe del tiempo. Y los héroes, no lloran — Siguió avanzando, observó a su alrededor y notó algo — un momento... Este lugar... Este jardín, lo conozco... — dio media vuelta, había venido de una cueva, o eso creía, las paredes con ladrillos grises eran una pista de donde estaba— éste lugar parece el castillo de Zelda pero... —murmuró, gran parte del castillo faltaba o estaba fuera de lugar— parece... Destruido... Como cuando Vaati se adueñó del castillo... — Siguió caminando por el lugar y se dirigió hacia el castillo — parece que hubo una guerra y que Hyrule o sea cual sea éste reino perdió — se dijo Link mientras caminaba por el jardín — Bueno… tengo que buscar esa máscara, pero ¿En dónde estará?— se preguntaba mientras veía hacia todos los lados —supongo que lo más razonable es que entre al castillo—se dijo Link mientras miraba al castillo —bien, voy a entrar y sin sentir miedo—se dijo Link mientras temblaba de miedo — ¿Por qué no me envían a lugares más bonitos— dijo Link para luego ir lentamente al castillo. Entró. Curioseó el lugar, más que un castillo, parecía una mansión. Al entrar, se encontró dentro de un salón, dos grandes puertas de hallaba a su izquierda y derecha. Podría entrar sin problemas pero un par obstáculos lo impedían, trozos de techo. Había unos cuadros y jarrones en ese lugar que han sobrevivido con la mayoría de destrucción, sólo contenían polvo. Link se acercó a ver las fotos; arqueó las cejas absorto al verse en un cuadro teniendo matrimonio con la princesa Zelda y con una bebé en sus brazos. — jeje, eso sería raro… Aparte… yo ya tengo a Vaati—se rió mientras veía el cuadro — pero ese bebé es muy lindo — dijo mientras veía al bebé — me pregunto si Vaati le gustará tener una familia conmigo — se preguntó Link mientras empezaba a deprimirse ya que no estaba con su novio — bueno, sigamos —se dijo animándose y mirando más cuadros. Siguió viendo cuadros y mientras más caminaba, vio como una línea de tiempo empezaba por él y muchos soldados atrás de él. Mientras más avanzaba iban desapareciendo soldados. — Entonces… ¿Yo morí en ésta dimensión? — se preguntó mientras miraba el último cuadro, donde había uno que otro soldado pero no estaba él. — Bueno… ya no me tengo que distraer con esas cosas. Tal vez nunca pase — dijo alejándose de la zona de los cuadros. — Puede que sea la misma persona pero la dimensión es otra, pensó —. Una escalera se hallaba a su paso; subió. Al final del escalón, se encontró con dos puertas de madera como las que se hallaban abajo. Llevó su vista hacia una y luego hacia la otra, una y otra vez. No se decidía cual abrir primero. Así permaneció por unos segundos hasta que se decidió. Se decidió por la puerta del frente. Apoyó su mano sobre el picaporte y empujó de manera sútil. Asomó la cabeza, un pasillo con tres puertas lo esperaban. — ¡Oh bueno, tres puertas, un chico y un único destino, que es seguro la muerte! —pensó con sarcasmo al ver las tres puertas — Bueno… creo que...— miraba las tres puertas una y otra vez— bueno… dos de esas de seguro son malas y una no, así que tengo que escoger sabiamente— se dijo mientras miraba las puertas con una miraba de seriedad — De tín marín de don pingüe cúcara mácara títere fue yo no fui fue tete pégale pégale que ella fue — dijo mientas señalaba cada puerta y terminó con la del centro — bien, con esa— caminó hacia la puerta. Tomó el picaporte y empujó la puerta. Al abrirla sintió una brisa y eso hizo que se asustara un poco. — Ok… eso sí me dio miedo — pensó mientras veía lo que había en la puerta y vio un gran pasillo con unas cuantas puertas a los lados — bien… creo que esto tardará un buen rato… Un momento... — se dijo a sí mismo, cerró la puerta para luego abrir la tercera, donde también había un pasillo con varias puertas. Cerró dicha puerta y se dirigió hacia la primera. También había un pasillo con varias puertas— ¿Cómo rayos está construido éste lugar? — se cuestionó cerrando la puerta. Volvió hacia la puerta del centro y se adentró en ella. Intentó abrir las puertas pero todas estaban cerradas, se inclinaba a observar por la cerradura. Nada, sólo obscuridad. Salió de ese lugar, en cuanto abrió la puerta, se encontró con algo que no había visto antes: una nota pegada a la pared, al lado de la ventana. Link se acercó a leer la nota, en ella rezaba: “Las llaves se encuentran en la sala del recibidor”. — ¡Puf! ¿Cuál es la sala del recibidor? — refunfuñó. Caminó hacia la puerta que lo condujo allí. —¿Será ésta? — preguntó volviendo a la primera sala, la primera que vio cuando entró. Comenzó a bajar por la escalera, un escalofrío le recorrió por la espalda cuando en la mitad de la escalera se percató de unas nueve llaves. Link no recordaba haberlas visto ahí. Varias preguntas comenzaron a formularse en su cabeza como si alguien estaría jugando con él. — Esto me da muy mala espina—pensó Link mientras miraba las nueve llaves — bien… creo que mi técnica no servirá aquí, así que... no sé — se dijo Link mientras miraba las llaves— bien, ya está — tomó la llave del centro. En el momento en que la tomó, las otras desaparecieron — bien, espero que haya sido una buena idea — se dirigió a la escalera para ir a la habitación de las puertas. Pero mientras subía sentía que algo o alguien lo estaba mirando y siguiendo. — Namás no espero que sea Slenderman o Jeff The Killer — pensó mientras seguía caminando. Pero mientras caminaba se decidió a voltear. No vio nada y eso lo empezaba a asustar. — esto ya no es gracioso, ¿Quién está allí? — preguntó Link en voz alta. Nadie respondió. Y nadie estaba ahí. La sensación de que él no estaba solo le atormentaba al rubio. Meneó la cabeza, se convenció de que era, solamente, su imaginación. Link metía la llave en cada cerradura. Ninguna dio un buen resultado. Solamente, la penúltima — ¡Se abrió! — dibujó una sonrisa. Abrió la puerta lentamente, su estomago sintió un leve dolor debido a los nervios. Asomó la cabeza. — Aw... — se tranquilizó. Era una habitación, común y corriente. — supongo que me equivoqué. Pero, al menos, no hay nada malo aquí — dijo mientras entró por completo a la habitación — creo que será mejor buscar esa máscara. Tal vez esté aquí. — Empezó a buscar por toda la habitación para comprobar si podía estar allí la máscara pero mientras buscaba, seguía sintiendo que había alguien más con él. Trataba de distraerse con otra cosa, pero luego sintió una mano sobre su hombro, y eso hizo que Link gritara de una manera muy gay. —¡AAAAAAAAAAAAHHH! ¡Ya Basta! ¿¡Quién Está Allí!? — dijo Link volteando pero no veía nada — ¡Sé que estas aquí, y yo no estoy loco! ¡SAL!—. Una risa traviesa acompasó la habitación. La puerta se cerró. Link corrió hacia la puerta y tiró de ella para abrirla, pero estaba bien cerrada.

—Eres un cobarde…— dijo una voz, Link se volteó a ver. Su corazón llegó a su boca al ver a un niño sentado en la cama. Un joven muy parecido a él, salvo su cabello ya que era violeta oscuro. Vestía de una túnica larga color negra y una calza blanca debajo, como también una playera de mangas blanca del mismo color.

—¡Yo no soy cobarde, Tú lo eres! —dijo el rubio algo asustado por la presencia del nuevo chico.

—¿Por qué me dices cobarde a mi? Si tú eres el que gritó como niña en mi castillo.

—¡NO GRITO CÓMO NIÑA!. ¿Eh? Espera… ¿Tu castillo? –

—Sí, éste es mi hogar. Aparte nadie más vive aquí, solo yo. Soy como el rey de éste castillo — dijo el chico oscuro mientras se ponía una corona.

—¿Eh? Claro, bueno en fin, ¿Por qué me estabas asustando? — preguntó el rubio un poco más tranquilo.

—Es que estaba aburrido, no tenía nada mejor que hacer — contestó el chico algo deprimido —eres el único humano aparte de mí que hay aquí.

—¿Único humano? —preguntó un confuso Verde.

—No lo entenderás... — calló por unos segundos como si estuviera pensando en algo— Espera... ¿Cómo entraste aquí? ¿Qué haces aquí?.

—Ni yo lo sé, me perdí con mi hermano y mi pareja en un bosque, le pedimos ayuda a un Skull Kid y él dijo que nos ayudará si encontramos sus máscaras; y aquí estoy, buscando su máscara.

—Creo que se a que máscara te refieres — dijo la sombra mientras llevaba una de sus manos hacia su mentón. — está escondida en una habitación.

—¡Genial! ¿Me ayudas a encontrarla? — sonrió Link.

—No— negó con la cabeza el chico oscuro— búscalo tú— sonrió malicioso.

—¿Qué? Pero… ¿Por qué?. No seas malo. ¡Ayúdame! Necesito regresar. Mira si me ayudas te daré lo quieras — propuso el rubio en una forma de desesperación.

—¿Lo que yo quiera?—.

—Lo que tú quieras—.

—Mmhh… No lo sé… déjame pensarlo — dijo el chico mientras estaba en una pose de pensador.

—Vamos… No seas malo—.

—Yo quiero muchas cosas... Y yo sé que tú no me darás lo que yo quiero, salir de aquí.

—Eh!? — confundido— claro que si, te sacare de aquí, pero ayudame a encontrar la máscara.

—Como puedo confiar en ti? —preguntó el chico oscuro.

—Pues, yo soy de fiar, créeme — dijo Link quien le sonrió al otro chico — dime… ¿Cómo te llamas? — preguntó el rubio al otro chico.

—Me llamo Shadow Link—.

—Bueno Shadow Link yo me llamo Link — se presentó el rubio.

—Todavía no estoy muy seguro—dijo Shadow Link todavía no muy convencido.

—Vamos… confía en mí—dijo Link tomando la mano de Shadow Link.

—Si no cumples tu promesa, te la verás conmigo, Link— le susurró en un tono muy escalofriante para el rubio.

CONTINUARÁ :D

Notas finales:

—Ninchi Sushari: JAJAJAJAJA no me imagino a Vaati brincando x'D que lindooo!

—Dragona Blanca: Jejeje, yo tampoco pero de seguro se vería tan lindo

—Ninchi Sushari: Muy muy bonito *.* xD conejito vaati saltarin! xD.

—Dragona Blanca: Me gusta hacer éste fanfic contigo, es divertido n_n.

—Ninchi Sushari: Me too *3* de a dos o más es divertido uvu.

—Dragona Blanca y Ninchi Sushari: Ojalá les haya gustado éste capitulo.

—Ninchi Sushari: Gracias por leer :D

—Dragona Blanca: Nadie se muere por dejar un review n_n, y mucha suerte y besos a todos n_n

— Dragona Blanca y Ninchi Sushari: nos vemos en el siguiente n_n!


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