Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

El Encuentro con el Dragón por Tavita

[Reviews - 2]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

precuela de "La Reina Blanca"

Aquel primer recuerdo lo evocaba en ocasiones como aquella, cuando el silencio y la lejanía en medio de la noche triste en Coloane lo llevaba al desfiladero de la nostalgia y veía a Macao, al otro lado del mar con sus luces brillantes como un ensueño lejano y abstracto. Su vida, sin dudas alguna, era mucho más simple ahora que estaba en medio del desangramiento terrible de un amor no correspondido, sin embargo, podía recordar, como un sabor lejano, como un aroma de recuerdos infantiles que se tiene en la memoria pero es imposible de describir, que él había sido uno de los hombres que jamás se había entregado de forma tan desnuda a un deseo como aquel. Terminó de beber su vodka cerrando los ojos luego de la jornada laboral, su cuerpo entero estaba aun tenso luego de negocios, encuentros, reuniones y la presencia de los ojos ámbar de Fei Long que lo miraban sin mirarlo, que se paseaban por la habitación sin siquiera notarlo pero con el vaivén de la provocación natural que no necesariamente tenía que ser para él.

Desabrochó su camisa sintiendo el maravilloso toque de la brisa marina en medio del verano y soltó su cinturón hasta que pudo, finalmente, descansar. Mientras tomaba aire lentamente y su mente se llenaba de la presencia siempre lejana de Fei Long, su mano se acercó a su pantalón para tocar su miembro que ya estaba dispuesto ante la perspectiva que su mente había previsto al terminar su trabajo y darle la satisfacción del roce perfecto de sus manos. Algo con lo que se tendría que contentar mientras la negativa del chino se mantuviera inquebrantable.

Desde que en Rusia, su padre le indicara que crear un puesto de avanzada de sus negocios en el Asia pacífico decidió no dedicarse a su carrera (Medicina en la Universidad de San Petersburgo) y, en cambio, poner sus esfuerzos en la creación de las rutas comerciales en Macao. La idea era expandir el negocio familiar, Mikhail se había dado cuenta de lo acertado que había estado; luego de casi seis años él mismo había constatado el aumento de ganancias, el aumento de flujo de tráfico marítimo y el mejor manejo del ingreso de mercancías de contrabando.

En la instalación del negocio familiar, la cercanía y trabajo con la familia Toh había sido esencial; Edward Toh había sido al primero que conoció cuando llegara a la residencia renovada de Coloane, un político relativamente joven, dedicado a la defensa de la independencia de Hong Kong y una pieza clave para garantizar rutas comerciales a las familias mafiosas del sur de China desde el mundo de la política. Conocía poco de la historia de la familia Toh, sabía, eso sí, que hacía muy poco el líder había muerto en un altercado con otra familia; los Liu, quienes habían sido amigos hasta la declaración de independencia de la Isla, cuando él apenas si era un crío en Rusia. Con la independencia ya pactada por parte de Inglaterra, apareció en el juego Asami Ryuichi –un japonés que había tenido negocios con su padre mientras él estaba en la Facultad de Medicina- quien había aparecido para un trabajo en específico relacionado con uno de los hijos de los Liu. Sin embargo, en una sola noche el viejo Liu, su heredero -Yan Tsui- y el viejo Toh habían muerto dando paso al recambio generacional en Hong Kong.

Edward Toh, el heredero de la familia se hizo cargo luego de los problemas vividos. Vestido a la usanza occidental y con porte de un gran político norteamericano, los dos PHD en ciencia política y economía le entregaban una nueva imagen a la política de Hong Kong y de pasada salvaba la reputación familiar ante la prensa y la opinión pública que tan mal había dejado su padre con su misteriosa muerte. Por esto mismo no fue difícil hacerse de amigo con él, Mikhail pertenecía a las nuevas generaciones y no recordaba el mundo antes del muro de Berlín, lograr la instalación de los Arbatov no fue difícil con la alianza forjada entre los jóvenes. Sin embargo le había advertido de la presencia de Fei Long “el dragón de Baishe es el líder de la tríada, estuvo involucrado en un lío con la muerte de su padre… y del mío” aquella advertencia matizada por el tono de voz le dio a entender que no debía preguntar más y que las características de su acuerdo se basaba, básicamente, en que no se involucrara con los Liu, en Hong Kong. Aun así, no dejó de sentir gran interés, curiosidad y hasta parte de obsesión por lo que el hombre, le advertía, no debía averiguar.

Por eso cuando llegara la invitación para dar la bienvenida al líder de la familia Liu no pudo menos que emocionarse. Seis años en donde la familia Arbatov había creado negocios, se había instalado, prosperado habían hecho de su presencia algo obligatorio de las actividades sociales, y de no ser por el pequeño casino que aun se mantenía en la Bahía, toda la costa de Macao sería parte de su esfera de influencia. Las familias de Shanghái, Hong Kong y Macao se reunieron y lo invitaron a él como parte de este selecto grupo de persona para darle la bienvenida y reconocimiento al heredero Liu. Después de todo, los rusos eran reconocidos como actores importantes en las transacciones económicas gracias al apoyo de Edward Toh.

El dilema estaba en mantener distancia para complacer a Toh y mantener las buenas relaciones, o satisfacer su curiosidad e ir y presentarse ante el nuevo líder. Finalmente ganó lo segundo y, decidido como estaba, se arregló elegantemente, aunque con aire casual; jeans confeccionados a medida color negro, camisa de algodón color blanca con una chaqueta de corte sastre, hecha de cuero y a medida, preparó el helicóptero y se dispuso a aparecer en aquella reunión a la que había sido invitado pero se le había insinuado que era mejor no ir.

A esas alturas, sin embargo, ya llevaba el tiempo suficiente recopilando toda información que su curiosidad pícara le indicara como necesaria: sabía lo que la mayoría sabía, pero también había escuchado historias sobre la vida y gustos de Fei Long, sobre la existencia de cierto personaje que lo había marcado hasta hoy en día, su trauma por ser adoptado –aunque no se sabía absolutamente nada sobre su madre-  su pasado como asesino y algunas otras pequeñeces que no consideró importante. Aun así, antes de siquiera verlo, ya tenía un amplio archivo con diferente información de manera que en la medida que se acercaba el día de liberación del líder Liu, más curiosidad sentía sobre aquella imagen mítica del cabecilla de Baishe.

El lugar estaba rodeado de hermosos bambús arreglados de manera que pareciera un entorno natural y al aire libre, en la entrada, muchachas con Shen-I de color dorado que les traían distintos tipos de tragos en forma de bienvenida, se le insinuaban mostrando sus rasgos exóticos y mucha piel. Siempre le habían gustado las mujeres, recordaba que cuando se adentró a aquella jungla se había sentido excitado al ver a las modelos de la entrada, algo que no lo preparó para ver al festejado de aquella noche y que lo dejaría marcado hasta hoy en día. En un salón amplio adornado con tonos blancos, rojos y dorados sobre un piso de bambú brillante y luces delicadas que rodeaban todo el salón, se encontraba el joven Fei Long seguido por Yoh, su fiel guardaespalda.

Fei Long de piel blanca y cabello largo y negro se mostraba como una figura lejana y de aire altanero, si bien demostraba cero interés en lo que sucedía, sus ojos ámbar estudiaban cada movimiento, cada rostro, reconocía y asentía a los presentes que se atrevían a mirarlo de frente para mostrarle sus respetos. Cuando Mikhail entró en escena, los mismos ojos escrutadores lo estudiaron de arriba abajo, de una manera que pareciera que lo apresaba en aquella mente guardada bajo llave. Aquella mirada bastó para volverlo loco. El rostro incólume y algo aburrido se paseaba mirando y saludando de un lado a otro sin un ápice de sentimientos, parecía una estatua de mármol con el toque eléctrico de la vida recién tomándolo por asalto y que se había fijado en él como si escaneara su existencia para luego seguir en sus asuntos, daba la apariencia de que lo consideraba completamente irrelevante, desde lejos parecía aburrido y cansado, sin interés en lo que estaba sucediendo en aquel lugar preparado especialmente para él, aun así, pudo notar un pequeño brillo de interés en su persona apenas cruzara el umbral de entrada.

Mikhail no fue capaz de acercársele para presentarse, no sin poder volver a controlarse. Estuvo observándolo en su magnífico cheom sang color marfil que hacía perfecto juego con el ambiente preparado, las meseras que se paseaban entre medio de los empresarios de la costa china sólo parecían estar ahí para hacerlo resaltar más, bebió un par de whiskys siempre a la espera de que el chino se desocupara pero sin poder darse valor en acercársele ¿Qué le estaba pasando? Era un hombre, ante todo, Fei Long era un hombre y él, como buen ruso, jamás vería a un hombre como nada más que un enemigo o un amigo. Aun así se embelesó al verlo moverse, en sus gestos, en cómo sus labios tocaban la copa que bebía, cómo se limpiaba con la servilleta que mantenía entre sus manos mientras jugueteaba con sus largos y delicados dedos. Era como la imagen de una leyenda antigua y perfecta, la perfección de una raza que estuvo encerrada por siete años en la cárcel.

“pareces ido”- escuchó la voz de uno de los muchachos de la familia Xieng que había conocido en la última reunión. Mikhail no pudo contestar, repentinamente se había sentido mal al ser arrebatado de aquel estado de felicidad que le entregaba el observar a Fei Long- “si quieres te paso a dejar al helipuerto… yo estoy algo aburrido y si el ambiente no cambia, prefiero irme pronto a Shanghái que aburrirme acá” sin embargo, la idea de alejarse lo incomodó y desistió de la invitación, decidió esconderse del resto de los que estaban ahí y esperar al momento propicio para poder hablarle.

La fiesta prosiguió sin mayores escándalos y con el estricto protocolo de la familia Liu. Hasta que finalmente un par de jóvenes se le acercaron al muchacho Xieng quien los presentó como parte de sus hombres “ya sabes, consiguen cosas” le dijo mientras les sonreía con confidencialidad. Resultaba ser que estaba preparando una verdadera bienvenida a Fei Long, no aquella aburrida presentación ante los viejos de la costa asiática “algún día nosotros estaremos al mando, creo que debemos conocernos mejor, ¿no te parece?” Mikhail se enteró que, luego de terminada la velada, Fei Long los acompañaría. Aquella sería su oportunidad.

Cuando despidieron al último de los invitados, un grupo de no más de 7 hombres esperaban a Fei Long quien, al verlos, les sonrió amablemente, Yoh, como siempre, lo siguió con cuidado y prestancia, era obvio que no dejaría a su amo a pesar que el resto del equipo de seguridad no se había movido en lo absoluto. Miró por un momento al rubio y un pequeño gesto demostró que no lo reconocía, sin embargo, el resto de jóvenes que seguían al joven Xieng parecían ser parte de un pequeño club. “es momento de tu real bienvenida” comentó el que había hablado de “alejarse de la fiesta” a Mikhail. Fei Long, grácilmente, los saludó con una venia y los siguió por los pasillos del hotel hasta las profundidades de lo que parecía ser una hermosa cámara adornada con estilo clásico, cristalería, brillos, lámparas, telas suaves y un ambiente mucho más íntimo, algunas de las muchachas que servían la comida afuera ahora los esperaban vestidas como odaliscas ofreciéndoles frutas exóticas y sonriéndoles febrilmente, era obvio que estaban bajo el efecto de algún tipo de droga.

Mikhail se quedó detrás del grupo, con las manos en los bolsillos estudiando los movimientos de Fei Long mientras éste miraba a los jóvenes de las otras familias de Hong Kong. Por un momento, el rubio se dio cuenta que, mientras hablaba y asentía a uno de los muchachos, lo miraba de reojo detrás de su cabello negro, un brillo de complicidad y ante todo, curiosidad ante la presencia de aquel rubio le dio el pase para sentirse seguro de lo que no se atrevía a hacer ante tanta gente.

Mikhail no se había equivocado, al verlo llegar, una especie de golpe electrizante le llegó de lleno al chino cuando se encontró con la figura fornida del extranjero. No se había atrevido a preguntar quién era aunque podía asegurar que no pertenecía al círculo que frecuentaban las familias de Hong Kong. Escuchó pacientemente las noticias sobre las elecciones del parlamento, las nuevas disposiciones del gobierno Chino, cómo los compañeros del partido territorialista, donde había ayudado su padre antes de su muerte, ahora buscaban su apoyo. Recibió a cada uno de los invitados para escucharlos, presentarse y luego asentir a sus peticiones mientras Yoh anotaba diligentemente lo que solicitaban. La tríada volvía a tener líder, Baishe volvería a ser lo que fuera en su momento. Sin embargo, el extranjero no se acercó, si bien lo vigiló durante la velada, no parecía interesado en hablar con él o solicitarle algo como sí lo había hecho el resto de quienes se encontraban ahí.

Ahora que sólo se encontraban los jóvenes (el hijo del medio de Xieng, quien luego moriría en un altercado en un centro de entretención al recibir una bala de un esposo celoso, insistía en hacer dicha distinción puesto que para él, los negocios familiares dependerían de la generación del internet, los celulares y aquella visión facilista de la vida) Fei Long, por el contrario, debía tener más cuidado, no sólo porque en su memoria seguía el dolor de la pérdida de quien fuera su familia, la necesidad de honrar a su padre y las tradiciones que mantenían los equilibrios dentro de la tríada.

Por otra parte, aunque no quería aceptarlo, internamente sabía que el encuentro con Asami le había dejado marcas irreparables, además de una duda que se acrecentaba en la medida que se reinstalaba en su sitio, prefería no ser reconocido por sus gustos, hacía sólo unos pocos años que la ley permitía el homosexualismo en la isla, él mismo creció en la educación estricta de un padre amoroso pero que no hubiese resistido el saber sus tendencias a pesar de lo que su, ahora muerto, hermano quisiera hacerle. Sus gustos iban más allá de las muchachas semidesnudas que se contoneaban ante los más jóvenes. Él estaba en sus veintes, unos pocos años mayor que aquellos muchachos pero en su prestancia hacía notar mayor experiencia que los más jóvenes. Dejó sus divagaciones para volver su atención al extranjero rubio quien se dirigía al bar. Le indicó a Yoh que lo dejara solo apenas con una inclinación de cabeza para poder conversar con él, la curiosidad, en esta ocasión, pudo más que la necesidad de prudencia.

-un vodka tonic, por favor- escuchó cuando llegara a su lado

-lo mismo que el señor- escuchó la voz controlada de Fei Long. Mikhail sintió como el cabello de la nuca se erizaba al sentirlo cerca. Decidió que no sería bueno voltearse, después de todo, no era una amenaza ¿o sí?- he visto que, luego de llegar a la fiesta, no se ha presentado… laoban??

Mikhail se inclinó más ante la barra y lo miró por sobre el hombro sonriéndole e indicando uno de los taburetes que se encontraban desocupados

-en mi país, compartir un buen trago se hace con quienes estamos presentados- habló con un notable acento ruso. La cabeza de Fei Long trabajó rápidamente y se imaginó que estaba ante uno de los subordinados de los Arbatov, familia instalada en Macao gracias a la ayuda de los Toh mientras él mismo estaba en la cárcel

-supongo que los Arbatov lo han enviado- habló, conjeturando, mientras se sentaba a su lado y recibía su trago

-por lo general, me mando solo- contestó Mikhail bebiendo su vodka- su corazón dio un vuelco al notar que aquella respuesta había sido bien tomada por Fei Long. El chino sonrió en un gesto ladeado de sus labios y aquel gesto fue maravilloso, durante la velada lo había estudiado, sólo inclinaba la cabeza con educación, aquel gesto parecía hecho con más libertad. El ruso negó con la cabeza ¿Qué demonios le estaba pasando? Nunca antes había estado tan interesado en un hombre, no al menos de la manera en la cual lo estaba ahora, sentía su corazón correr con fuerza, luego desacelerarse ante la indiferencia del chino y luego volver a arrancar por pequeños gestos como aquella sonrisa ladeada. Una de las muchachas se les acercó, apenas vestida y se inclinó, mareada y con las pupilas dilatadas ante el chino, era de una belleza algo distante, al parecer, elegida especialmente para él en su bienvenida

-creo- se atrevió a hablar el ruso acercándose un poco al cuello del chino de manera que pudo tomar su aroma y hacer sentir su aliento- que no se debe menospreciar un regalo como este- la verdad era que no tenía intención de poner su atención en la muchacha.

La muchachita sonrió tontamente, drogada y dispuesta mientras se acercaba y se abrazaba al chino. Fei Long no la alejó más que nada porque sentir el aliento del ruso con un aroma leve de vodka lo excitó. Mikhail se apegó apoyando su pecho a la espalda del chino y tomó la cabeza de la muchacha quien, con los labios rojos y tibios lo recibió en un beso violento. Fei Long pudo notar entonces lo que estaba haciendo el ruso, se estaba ofreciendo porque al tiempo que sentía la musculatura bien trabajada, notó cómo su miembro se mostraba dispuesto ¿Ésta era la razón por la cual no se le había acercado en la recepción formal? La muchacha casi no podía respirar al ser besada por el ruso, Fei Long, con el brazo izquierdo, la acercó apretándola a sí mismo mientras que por el lado derecho sentía cómo el brazo del ruso lo apretaba al cuerpo de ella.

-este es un regalo para mí- comentó el chino mirando a la muchacha que sonreía alucinada y ladeando la cabeza hacia atrás para que el ruso lo escuchara. Mikhail apretó más a la muchacha, podría haberle roto un hueso con tal de estar más cerca de él- no soy bueno para compartir

-has tenido toda una fiesta para ti- le habló rozando el oído y ahora atreviéndose a rozar su piel. La muchacha, por mientras, le desabrochaba el cheom sang destapando la piel de su pecho- ¿No te gustaría hacer una excepción?

Los latidos subieron en frecuencia mientras la muchacha comenzaba a masturbarlo. Fei Long evaluó la propuesta y le pareció interesante, sobre todo sintiendo el cuerpo del ruso en su espalda. La muchacha lo besó en el cuello y luego lo invitó a un cuarto que quedaba detrás de la barra. Fei Long la siguió, moviéndose con la misma elegancia que Mikhail le reconociera al llegar, antes de que la puerta se cerrara, el chino se volteó para invitarlo, debía aceptar que la muchacha más el ruso sería un excelente regalo.

Apenas se cerró la puerta, con Fei Long semi desnudo y Mikhail notablemente excitado, poco se demoraron en un beso en donde el chino aprisionó al ruso en la puerta para besarlo con la misma impaciencia que le había visto hacerlo con la muchacha, Mikhail lo tomó por la cintura y lo acercó para sentir cómo su propia excitación tocaba la de Fei Long, aquel fue el primer beso que se dieron y Mikhail aun recordaba que había sido así de auténtico porque Fei Long no sabía quién era él. Al separarse, podía sentir el aliento del líder de Baishe, su piel acalorada y cómo le quitaba la camiseta mientras la muchacha los esperaba en la cama

-quiero ver cómo la coges- le dijo el chino cuando terminara. Mikhail, en una actitud que luego marcaría el resto de su relación, obedeció mansamente tomando a la muchacha por la espalda mientras lo miraba a lo lejos sobre la cama de seda dorada. Cuando la penetró y sintió los pequeños gemidos se dio cuenta de cómo Fei Long disfrutaba el poder ejercido, le asentía y se movía rodeando aquel pequeño pero cómodo espacio, acercándosele para lamer su oído, acercar su propio miembro al trasero del ruso o darle instrucciones de que disminuyera el ritmo para verlo mejor, o sólo por el placer de ver el esfuerzo de controlar su propia excitación. Finalmente le permitió dejarse llevar por la oleada tibia y arrebatadora del orgasmo mientras el chino se preparaba para el segundo ataque, al ver al ruso cansado, volvió a besarlo y lo guió hasta su entrepierna para ver su desempeño con su boca. Él mismo se dejó llevar por el rose delicado de la lengua del ruso y la forma en la cual succionaba con glotonería y ritmo. Aquella oportunidad el mismo Mikhail aprovechó para probar algo que nunca imaginó sería parte de sus deseos, sin embargo cuando sintiera cómo se iba en su boca y caía en ese sopor maravilloso del sexo, se dio cuenta que el sexo con todas las mujeres que había tenido durante su vida, nada tenía que ver con el sexo con aquel hombre que lo había obsesionado las últimas semanas. Su corazón brincó, se deleitó con el sabor maravilloso de él y luego cayó en un profundo dolor al saberse tan lejano por su posición como por el peligro que sabía, significaba el uno para el otro.

La muchacha ya había quedado de lado y ambos se miraban acostados frente a frente con la respiración cada vez más pausada. Fei Long, en medio del aura de su cabello negro lo miraba aun con interés, sin saber bien si había actuado bien al dejarse llevar con un desconocido como aquel. No hablaron, solo respiraron tranquilamente, sintiendo la piel desnuda del otro y mirándose extasiados el uno del otro

-Aun no sé tu nombre- habló Fei Long con autoridad. Mikhail sonrió con enigma en sus ojos azules y miró a la muchacha que dormía, desnuda y sudorosa, al otro lado de donde ambos intentaban volver a la normalidad luego del arrebato sexual que habían tenido

-no te lo daré- contestó, notando que debía pagar el silencio que a propósito había decidido mantener. Se levantó de mala gana mostrando su cuerpo y buscando su ropa

-¿Me dejarás sin la respuesta?- preguntó el chino, de forma peligrosa. Ningún inferior lo trataría de esa manera aunque fuese de otra familia… entonces en un latido en su pecho, imaginó lo que podía significar que le respondiera de esa manera sin preocupaciones. Mikhail abrochó su pantalón y lo miró sonriendo, primero con picardía, luego con algo de pena

- nos volveremos a ver, espero que de manera tan placentera como hoy… supongo que la fiesta ha llegado hasta acá- tomó su chaqueta y se volteó para mirar a Fei Long como despedida- ha sido una interesante conversación esta noche. Los Arbatov le presentan los respetos.

Cuando Fei Long saliera, en medio del salón privado algunos jóvenes de las familias de Shanghái se mantenían con algunas de las muchachas que habían contratado. Como siempre, Yoh estaba esperándolo fuera del privado y no hizo comentarios hasta que llegaran al último piso de aquel hotel. Si bien se había despedido del ruso hacía menos de 20 minutos, al recordarlo, parecía un simple sueño.

-Quiero saber quién es- fue lo único que dijo, antes de que cualquier otro de sus guardias lo escuchara. Yoh abrió sus ojos y luego se mantuvo impasible, era obvio, por el tiempo que conocía al hombre, que le escondía información, sólo Fei Long lo podía leer de manera tan clara-… y me acabas de confirmar que sabes quién es- presionó en voz baja

-es el segundo hijo de Alexei Arbatov- contestó escuetamente- tienen relaciones y negocios con los Toh- dijo para zanjar el tema.

Fei Long entrecerró sus ojos, primero algo alagado por cómo había reaccionado el hombre ante sus órdenes en la sala privada, luego con rabia por no haberse dado cuenta de quién era el que se estaba pasando por un simple enviado de la familia Arbatov. Finalmente, cuando estuvo sentado en su limusina vino la ola del desengaño al ligar la misma experiencia con la experiencia de hacía siete años con Asami… los hombres no podían estar ligado sentimentalmente, nada más que sexo, un sexo sumiso y salvaje era lo que podía pedir de ellos, Mikhail Arbatov –como supo después que se llamaba el ruso de aquella noche- era la muestra de ello, lo había engañado, decidido silenciarse para luego irse y desaparecer dado que eran conocidos los negocios que mantenían con los Toh, la familia que todo el mundo en la costa china sabía estaban vetados para los Liu.

Mikhail exhaló profundamente mientras sentía en su mano el líquido viscoso que él mismo, gracias a su mano y los recuerdos evocados, había sacado luego de embriagarse frente a la costa de Macao. El recuerdo presente de Fei Long, la noche, la primera y única noche que habían pasado juntos y de la cual, no se arrepentía haber seguido el juego que siguió por pasar una noche con aquel hombre aunque luego le costara las relaciones con la familia Toh y ahora tuviera que perseguirlo constantemente para poder llamar su atención. 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).