Autor/a: DelPacifico.
Disclaimer: Ace of Diamond no me pertenece, esta grandiosa obra pernetece a Yuji Terajima.
Cuestión de Verlo.
All/Sawamura.
– Mientras estés a mi lado, todo estará bien porque contigo, la vida tiene color y sentido.
El trozo del poema leído por sí mismo en voz grave resonó en toda el aula, la cual parecía guardar un silencio especial, podría ser ciertamente, o solo eran imaginaciones suyas, no veía él porque el resto de los alumnos le prestarían toda su atención.
Después de un asentimiento del sensei prosiguió.
– Te amo, fuiste la primera persona a la que amé y serás la última.
Silencio sepulcral.
– E-eso es todo. – balbuceó, las miradas del resto del alumnado lo ponían de cierta forma inquieto, por sobretodo incómodo.
– Ah. – musitó el maestro. – Bien, entonces para la próxima clase quiero que lean la siguiente página.
Y desde ahí fue que Jun perdió el hilo de la clase, estaba muy avergonzado como para si quiera prestar atención. Sus palabras, esas que diría si alguno le preguntaba eran falsas, habían sonado muy honestas, no salieron con esa intención, prácticamente el sentimiento abandonó sus labios, como una especie de vómito verbal.
El timbre que anunciaba el receso se dio a conocer y pronto todos los estudiantes comenzaron a retirarse dejándolo solo en el salón, bueno casi solo.
– Jun. – murmuró alguien cercano a su oído. Para su mala suerte conocía muy bien a ese alguien. – Esas palabras, ¿iban dirigidas a una persona en especial?
– Che. – chaqueó la lengua fastidiado. – Tetsu-san, no bromees conmigo. – espetó enfurruñado. – Solo estaba leyendo.
El que sus mejillas estuvieran parcialmente rojas no significaba lo contrario, al menos eso quería creer el bateador, no significaba nada, ¿verdad?
– Ya veo. – respondió. – Vamos, el entrenador ha dicho que quería hablar con los de tercer año.
Isashiki no contestó solo se limitó a seguirlo en silencio, uno algo incómodo. Jun no era idiota como su actitud sugería en ocasiones, sabía que a pesar de sus palabras Tetsuya desconfiaba de sus palabras, eso era casi seguro. Hundió resignado ambas manos en sus bolsillos adoptando una postura intimidante con su andar, no estaba de humor y se lo haría entender al resto del alumnado para que nadie intentara hablarle.
– Sonó muy convincente.
Eso fue lo que dijo Yuki después de salir de la oficina del entrenador, algo le decía a Jun que esas palabras podían aplicarse a las dos situaciones tanto a la anterior como la reciente.
Él solo seguiría su camino intimidando a todo el que se le cruzara.
Él no estaba enamorado de Sawamura Eijun.
.
– ¡KAHAHAHAHA! – rió. – Volví a ganar, Sawamura.
– ¡Wah! ¡No! ¡Eso es trampa, tramposo!
Raichi ante la acusación del pitcher rió aún más molestando y enrojeciendo a su acompañante, ya sea por la vergüenza de ir perdiendo ante Todoroki o la furia de que este riera a sus anchas sin que pudiese hacer algo al respecto. Juraba que aquello era peor que perder ante Furuya, al menos su compañero tenía la decencia de solo jactarse para sus adentros, no es que le gustara perder ante él o algo parecido, solo que era menos penoso.
– ¡De nuevo!
Y así comenzaron de nuevo, otra tanda de tiros que seguramente Eijun volvería a fallar y que Raichi batearía sin mayor inconveniente.
– Parece ser que hemos sacado conclusiones apresuradas. – susurró Miyuki. – Todoroki no representa amenaza alguna.
– Así parece.
Fue Chris quien secundó el murmullo del cátcher, aunque no les gustara la idea de que Sawamura siendo Sawamura estuviese a solas, -si es que a solas se podía considerar estando todo el equipo titular ahí espiando-, con otro hombre, si no hacían más que solo batear no estaba mal, podían con ello.
– Ha sido solo paranoia colectiva. – comentó Ryosuke, riendo un poco después.
– ¡N-nada de colectiva! – gritó Kuramochi. – Yo solo… vine para divertirme a costa de Sawamura.
– Si, yo también. – secundó Jun. – Solo eso.
Miyuki rodó los ojos, no engañaban a nadie, querían con Sawamura tanto como el resto del equipo y los demás.
– Deberíamos irnos en ese caso. – propuso el correcto Yuki.
Furuya mordió su labio interno, no quería irse, pero expresarlo frente al cátcher sería ganarse burlas por meses, quizá mucho más.
– Ciertamente, esto es ridículo. – agregó Tanba.
– Maa, maa. – los calmó Miyuki. – No se alteren, además ya estamos aquí, podríamos ir a batear un poco.
– Miyuki, no deberíamos arruinarle la noche a Sawamura solo por… – habló Tetsuya, encontrar las palabras a su pequeña sesión de espionaje no era fácil. – Preocuparnos de más.
– Sawamura ha demostrado ser de confianza.
– Así es. – musitó concordando Tanba.
Y como si fuera una especie de broma de mal gusto ahí estaba un motivo para no retirarse. En algún punto mientras estaban deliberando en si irse o no, Todoroki se había posicionado detrás del cuerpo del pitcher y rodeado con un brazo su cintura, mientras el otro sostenía el bate.
– Debes sostenerlo así y flexionar un poco tus rodillas.
Eijun obedeció bajando su centro un poco más, tal como Raichi pedía, estaba un tanto emocionado, si aprendía a batear podría echárselo en cara a Furuya después.
Por supuesto ante los ojos del Seidou eso lucía como si el bateador quisiera el sublime trasero del pitcher de primer año más cerca de su entrepierna, no podían permitirlo bajo ninguna circunstancia.
Con los reclamos en la punta de la lengua estaban a punto de gritar, sin embargo alguien se les adelantó.
– ¡Quítale tus manos de encima, Todoroki!
El grito dejó estático a todo el equipo titular.
¿Qué demonios hacía Narumiya Mei escondido tras los arbustos con una gorra y un par de lentes oscuros?
Seguro el mismo acto deshonroso que ellos llevaban al cabo.