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La princesa se convierte en caballero. por jezzica

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Pamela

Primer día de clases, me levanto temprano y ayudo a mi hermana con sus cosas, mi madre ya se fue al trabajo, preparo el desayuno para mi querida hermana y comimos a gusto, al salir de la casa pase a dejarle en la entrada y su maestra no dudo en hablar.

- Hola pamela, buenos días, me alegro de verte – su tono no me decía que todo estaba bien – Tu hermana es una excelente alumna aun así… tu sabes que la escuela tiene un protocolo sobre el uniforme y tu hermana no cumple con el…

- Lo sé y le agradezco la molestia con respecto a lo de mi hermana, ella tiene el dinero, le dará sus medidas para encargar el uniforme y le sea entregado hoy mismo.

- Me alegro tanto que así sea – me sonrió – nos vemos pronto ve con cuidado.

Seguí mi camino a la escuela me quedaba algo lejos pero si no quería gastar debía caminar, cuando poco a poco me estaba acercando a la escuela se notaba la diferencia de mundos en los que ellos vivían a la que yo tengo, un auto destaca mas entre todos, una chica rubia alta y de un buen cuerpo, bajo de él sonriéndole a todas ellas respondían a su sonrisa parecía una princesa visitando a sus súbditos pero que más me importaba. Pase a un lado de ella ignorando esos detalles y entre a la escuela; casi se me cae la mandíbula en cuanto entre era enorme y los salones eran del doble de donde yo vivía, entre con timidez a dirección y una señora solo me dio mi horario y numero de casillero, el lio era encontrar ese famoso casillero ya que los pasillos estaban llenos de ello, respire hondo y comencé a buscarlos.

Alejandra

Un día más en la escuela donde todos me saludan e idolatran como lo que soy su reina, sonreí para mis adentros con victoria. Una chica de cabellos negros paso a un lado de mi como si nada <<Pero que irrespetuosa ya me las pagara>> entre y pase directo al salón, mi asiento como siempre estaba lleno de notas y unas cuantas rosas, sonreí tomándolas y metiéndolas a mi casillero personal. Vi nuevamente a aquella chica esta vez sí sabrá de mi…

- Pamela, ¿Lo encontraste? – La estúpida de Carol se le acerco.

- No, esto es tan…

- Lo encontraremos – puso su mano sobre su hombro y le sonrío. Esta aura me molesta salí de ahí y por una extraña razón me molesta ver aquella niña; un golpe me distrajo y la humedad en mi pecho me molesto.

- Oye idiota – me voltee… era ella

- Yo… lo siento mucho – sus ojos eran bellísimos un color avellana y su sonrisa tímida era…

- Pero quién diablos te crees, ahora debes lavar.

- Yo lo siento mucho – Saco de su bolso un billete – espero que con esto alcance

- No lo creo, de seguro eres una de esas chicas con una beca completa, sólo eres una pobre más – tome su mano, una agradable sensación apareció pero esta sanción me daba miedo – Acompáñame ahora.

Simplemente no dijo nada, se encogió de hombros y me siguió, en los pasillos todos nos veían, sentí como se jalaba – Esto no se quedara así – comente mientras jalaba con más fuerza. La lleve al último piso y la solté.

- Si crees que me vas a utilizar ni lo pienses tengo demasiados problemas como para estar pesando en uno más… tú… te dije que lo lavare, estoy harta pero es lo único que se puede esperar de las personas que van a esta escuela.

- Oye, quien te crees para tratarme así pequeña irrespetuosa – hable molesta

- Sólo soy una chica que se parte el alma para mantener a su familia y esta… esta – su voz se quebró – no voy a perder esta oportunidad – volví a tomarla de la mano

- Tu no me vas a retar pequeña idiota, aquí todos hacen lo que yo quiero – se soltó y lo primero que recibí fue una cachetada.

- No, lo que tú necesitas son modales, dije que lo pagare... te doy mi palabra – se dio la vuelta y se fue.

Me quede ahí estática, mi mano se a mi mejilla que estaba roja pero no sólo eso me dolía el pecho. Tome mi celular y le hable a mi investigadora personal – Hola soy yo, quiero que me investigues a la nueva chica, lo quiero todo -  colgué y baje las escaleras.

Camine de nuevo por los pasillos, todo esto me pertenece nadie va a volver a ponerme una mano encima, ella pagara su osadía. Mis dos mejores amigas se me unieron y nos fuimos a nuestras clases privadas.

- Se quién es, su nombre completo es Pamela Carroso, vive con su hermana y su madre, su hermana estudia en la primaria está a media hora de aquí, y su madre trabaja en un restaurante de mala muerte lavando platos. Ella tiene dos trabajos aunque eso me falta por investigar – hablo Mia.

- Pues lo quiero todo, te doy hasta antes que salgamos de clases – abrí mi cuaderno y empecé a estudiar olvidándome de la irrespetuosa.

Llego la hora del receso y fui al comedor por algo de comida todas las chicas me miraban y me sonreían, yo correspondía pero siempre con algo de superioridad. Me senté a comer escuche unas risas cerca y después… los murmullos de las chicas de tras de mí, Mia y Sofía me miraban preocupadas.

- Quien fue esta vez – me levante el doble de molesta – No me importa quién eres, chicas llévenla a la sala ahora – se levantaron y la tomaron de los brazos.

- Lamento lo de hace rato – Pamela se acercó y me dio un pañuelo – con tu permiso.

Su gesto hizo que me sonrojara, y a la vez mi mejilla ardiera, la vi retirarse, llevaba una bolsa en la mano – Olvídense de ella, y tráiganme a esa chica – señale a Pamela.

Camine sin mirar atrás hasta la sala que pagaba mi padre dentro de la escuela, videojuegos, televisión, juegos, entre muchos otros me senté en mi sillón de terciopelo y espere a que llegaran, la puerta se abrió y me levante para recibir a mi invitada.

- Las cosas están así, tú vas a salir conmigo después de lo que hiciste en público – no podría rechazarme.

- Estas loca yo no tengo tiempo para eso – se forcejeó y logro soltarse – tengo que cuidar de mi familia, no tengo tiempo para educar a una chiquilla tonta como tú, sin valores, y sin respeto por la gente, tal vez tengas todo contigo, pero escúchame bien, nunca, de los nunca tendrás a alguien como yo – no tolere más que me insultara, me acerque y la bese a la fuerza, ella forcejeo aún más y golpeo mi estómago, para después darme una cachetada el doble de fuerte y en el mismo lugar, pobre mi sangre por primera vez… - escúchame bien Alejandra Mandeti, podrás tener dinero, ser y tratar a la gente como si tu fueras la reina y ellos tus esclavos. Lo que tú nunca has visto es lo difícil de la vida, en cambio yo, se lo que es desvelos, que las rodillas te sangren que los pies te duelan tanto que ni quieras caminar, lo mucho que te cuesta ganarte la vida y todo eso para que puedas comer un día – sus palabras eran de tristeza de odio, la vida le quito la humanidad y yo que lo tenía todo, no sabía que era humanidad – Nunca podrás amar a alguien de verdad.

 

 

Notas finales:

Espero sea de su agrado. ¿Dos por día esta bien?


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