Llevaba conduciendo un par de minutos, recién había salido de la oficina. Llevaba tres años como abogado y trabajaba para la empresa de mi padre, yo era su sucesor.
Con total desgano abrí la puerta de mi departamento, ubicado en un acomodado barrio alto de Seúl. Tiré mi maletín a un lado de la sala, sin importar donde pudiera caer. Me detuve a mirar mi solitario hogar, por un momento pensé en lo que perdí; a mi novio e hijo.
Kibum era una herida que jamás había sanado y que nunca lo haría, porque de alguna u otra forma lo seguía amando y me sentía culpable por todo lo que le hice.
-Ah...Kibum
En mi familia no estaba permitido que yo escogiera la música antes que la empresa familiar, desde pequeño quise ser compositor y cantante pero jamás me permitieron serlo. Cuando llegó la hora de entrar a la Universidad, entré a la carrera de leyes, tal cual quería mi padre.
Durante el primer año me dediqué a estudiar día y noche, quería que mi padre se sintiera orgulloso y me prestara algo de atención. …l nunca fue cariñoso conmigo, nunca me consoló ni apoyó en nada; sólo tenía a mamá. Ella era la única que realmente me quería, pero no oponía resistencia a papá por temor de quedar fuera del libro familiar.
En la Universidad era muy popular, muchas chicas se morían por pasar una noche conmigo e incluso hombres...He ahí unos de mis problemas, me daban asco. Cuando iba en preparatoria, yo me burlaba de los gays, les golpeaba y maltrataba psicológicamente sólo por gusto y porque quería tener la atención de todos mis compañeros de clase. Pero desde que me gradué dejé de hacerlo, me limitaba a mirarlos con asco y nada más, casi todos los fin de semana iba a fiestas con mi amigo Jinki. Confiaba completamente en él, era mi mejor amigo y compañero de carrera. Con él salíamos y nos llevabamos a las chicas más guapas a la cama.
Ese era mi estilo de vida, estudiar en la semana y luego festejar como si no hubiera mañana. Había tenido un par de novias, pero al cabo de un mes me aburrían con sus cursilerías.
Hasta ese entonces mi vida no había tenido ninguna complicación por la cual preocuparme, hasta que lo conocí...
Recuerdo que era un viernes por la mañana, iba atrasado a clases por quedarme dormido. Corría por los pasillos de la Universidad, hasta que de pronto, a pocos metros de mi persona, lo ví.
Rubio, ojos hipnotizantes, delgado, una cintura pequeña, buen trasero, un cuerpazo. Me quedé babeando por él un par de segundos, jamás lo había visto antes y con solo verlo bastó para que tuviera unas inmensas ganas de llevarlo a mi cama.
Pero mis ojos se desviaron al hombre que se encontraba a su lado, un chico alto, delgado y unos ojos gigantes. Choi MinHo, era el capitán del equipo de baloncesto, conocido por toda la Universidad como "el hombre perfecto", todo porque el muy desgraciado era un pan de Dios. Si yo era conocido como el chico malo, él era un angel. Muchas chicas hacían lo imposible para llevarlo al lado oscuro, todas querían ser la afortunada novia de Choi, pero él jamás salía con ninguna, no iba a fiestas de desenfreno total, no bebía alcohol, no fumaba, no se drogaba. El muy maldito era un mojigato.
A pesar de que nunca le había hablado, en esos momentos tuve unas ganas de ahorcarlo. Sí, ahorcarlo, en ese preciso momento estaba abrazando al rubio bonito que me había gustado.
Miré mi reloj, me había perdido la primera clase. No me importó, valía la pena. Haber descubierto al rubio era mucho mejor que una hora de clases con un maestro gruñón.
Decidí que lo mejor era acercarme a conocer a tan bella criatura, mientras más me acercaba, más me gustaba. Hasta que lo tuve enfrente de mí.
-Hola, ¿eres nuevo, cierto? Jamás había visto a un chico tan lindo como tú.
-H-Hola, acertaste. Me acabo de transferir aquí.- Me mordí el labio cuando tartamudeó, el chico sería mío. Noté como MinHo me fulminaba con la mirada, apuesto a que ya me odiaba por coquetear con el rubio bonito.
-Pues entonces bienvenido...
-Kibum, Kim Kibum.
Me encantó como sus labios se movieron y pronunciaron su nombre. Kibum era el nombre de mi futura perdición, lástima que eso lo sabría mucho después.
Desde ese momento en que lo conocí, decidí que el chico sería mío a toda costa. Me había encaprichado con Kibum, quería llevarlo a la cama. No pensaba enamorarme, ni nada por el estilo, quería al chico para pasar el rato hasta que me aburriera de él. Quería un juguete nuevo.
Y para conseguir lo que quería, hice hasta lo imposible. Lo perseguía por los pasillos, lo invitaba a fiestas, al cine, a comer, etc. …l jamás aceptó una proposición mía, yo creía que era porque MinHo le lavaba el cerebro con su conservacionismo. El maldito de Choi estaba pegado como lapa a Kibum, hacían todo juntos. Según lo que las chicas me dijeron, eran mejores amigos de la infancia pero por el trabajo del padre de Kibum, él se había mudado a los Estados Unidos y recién había vuelto. Según mi ojos, Choi estaba en la friendzone. Pero era obvio que MinHo quería algo más, aunque el rubio parecía no notarlo o se hacía el ciego.
Un día, escuché a una chica llorar desconsoladamente, yo no era el típico hombre cursi que iría y la ayudaría pero la pobre se veía tan fea llorando que me acerqué y le pregunté el porqué de su llanto.
Lloraba porque Choi MinHo le había roto el corazón, rechazandola y diciéndole que tenía a otra persona y que ese mismo día se declararía.
Sonreí para mi mismo, ya sabía lo que Choi planeaba. Lástima que esa declaración no sucedería. Mi próximo movimiento fue inmediato, busqué a Kibum por toda la Universidad hasta que lo encontré. Yo sabía que el rubio sentía cosas por mí, su nerviosismo y sonrojos lo delataba, pero no se atrevía a coquetear conmigo ni aceptar mis proposiciones.
Lo encontré recargado en el tronco de un árbol, con sus felinos ojos cerrados. No sé en qué estaba pensando cuando rápidamente me acerqué hasta donde estaba, lo agarré posesivamente de la cintura y estampé mis labios en los suyos. No fue un beso dulce, fue uno agresivo y lleno de lujuria. Sin pedirle permiso ni tiempo de protestar, introduje mi lengua en su bonita boca, le estaba comiendo la boca a besos. Creí que él me alejaría, pero no lo hizo, me sorprendí cuando sentí sus brazos rodear mi cuello y corresponderme el feroz beso.
Cuando sentí que se nos agotaba el oxígeno en los pulmones, me alejé solo unos centímetros para que él pudiera respirar como normalmente lo hacía. Lo miré intensamente a los ojos y le acaricié la mejilla.
-Kibum, ¿Quieres salir conmigo?.- …l me miró y me abrazó, a lo lejos pude ver a MinHo con un ramo de rosas en la mano. Sonreí de lado, correspondiendo el abrazo de mi rubio.
-Si quiero, JongHyun.
Miré fijamente a Choi, y enseguida tomé el rostro de Kibum entre mis manos y lo besé en los labios.
Le había robado el chico a MinHo. El muy idiota pensaba declararse con un ramo de rosas, que cliché.
Desde ese día me gané el odio de Choi, él realmente me detestaba. Kibum ya no pasaba tiempo con él, no lo acompañaba a los entrenamientos de baloncesto ni iba a su casa porque ahora iba a la mía. Follabamos como dos animales en celo, cada vez que tenía ganas de un polvo, llamaba a mi novio. Kibum no se quejaba, aunque sí lo hizo cuando a escondidas le puse a su bebida un afrodisíaco. El pobre no podía ni caminar, estaba tan caliente que me rogaba que lo hiciéramos. Ese día perdí la cuenta de cuántas veces nos revolcamos en mi cama, incluso había roto mi propio record de orgamos en un día.
No tenía planes de casarme ni de formar una familia, ya le había dado el gusto a mis padres de estudiar lo que ellos querían, era mi turno de hacer lo que yo quería. Estaba comenzando a trabajar en la empresa de mi padre como su sucesor, osea que estaba a cargo de todo. A Kibum aún le faltaban dos años para terminar su carrera de diseño de modas.
Hasta ahí, todo estaba bien, mi vida junto a Kibum era perfecta, con el tiempo lo comencé a querer y él me profesaba amor. Pero pronto las cosas cambiaron, con mi nuevo trabajo estaba estresado, llegaba muy tarde al departamento que compartía con Kibum. …l me esperaba despierto, con un plato de deliciosa comida hecha por él mismo. Lástima que yo llegaba demasiado cansado para sentarme a la mesa y probar bocado. Despertaba a Kibum y me iba a dormir, incluso habían días en que ni siquiera llegaba, me quedaba a dormir en un hotel cercano a la empresa. Ya no podía con el trabajo, la mayoría del tiempo estaba enfadado, le gritaba a todo el mundo, en las noches me iba a un bar a beber. Durante mi relación con Kibum, jamás lo engañé pero esos días lo único que quería era acostarme con mi novio y desestresarme un poco. …l accedía y me daba unas magníficas noches de placer. Eso hasta que comencé a gritarle, a culparlo por mi trabajo.
El deseo carnal me ganó, una noche en que solo quedamos mi secretaria y yo, acepté su propuesta de una noche, aunque claro con unas copas de más. Recuerdo que esa noche no llegué hasta el otro día, encontré a Kibum durmiendo abrazado de Choi MinHo en mi sofá, en mi departamento. Ardía en celos, estaba en cólera, furioso hasta la médula. Les grité a ambos.
-Kibum, ¡¿Qué mierda significa esto?!
…l despertó asustado, mirando hacia todos lados hasta que se dio cuenta de con quién había dormido. Bajó la cabeza y le pidió a MinHo que se fuera, éste aceptó no sin antes salir y maldecirme.
Kibum se puso de pie y trató de acercarse a mi, pero me hice a un lado.
-Puedo explicarlo Jong.
-¿Qué rayos me vas a explicar? ¿Qué te acostaste con Choi mientras yo trabajaba? No puedo creer que me hagas esto, Kibum.
-¡No es así! Estás equivocado. Yo sólo...
-Mierda, Kibum. Trabajo todos los días, me parto el lomo trabajando para que no nos falte nada y tu puedas comprar tu estúpida ropa de marca, te pago la Universidad, ¿Y esto es lo que recibo a cambio? ¿Acaso no eres feliz conmigo?
-Tu eres todo para mi, JongHyun. Estás malinterpretando las cosas, yo sólo invité a MinHo pero las horas pasaron. Me quedé esperándote y MinHo me acompañó, no quería estar solo. Además no lo veía hace tiempo.
-No te creo, Kibum...
-¡Tienes que creerme! ¡Estoy diciéndote la verdad! Por favor...Confía en mí.- Y me abrazó, tan fuerte como tuviera miedo de perderme. Sentí su cuerpo rodear el mío, el calor que desprendía era acogedor. Llevé ambos brazos a su cintura y también lo abracé.
-No lo vuelvas a hacer, Kibum. Ni siquiera lo pienses, tú eres mío. - Tomé su rostro con ambas manos, y le besé en los labios. Devoré su boca una vez más, el me correspondió gustoso.
Luego de aquel incidente, en mi departamento Choi MinHo se paseaba a diario, aún desconfiaba de él. Pero según Kibum podía estar tranquilo porque Choi salía con un chico pelirrojo, un tal Taemin.
Los días en el trabajo seguían empeorando, día tras día, tenía mi agenda completa. Mis visitas al bar y a la cama de mi secretaria fueron aumentando, ya no dormía en casa. Cada vez más me alejaba de mi novio, y era muy evidente, tanto así que ya casi ni hablábamos. Todo se volvió tan rutinario, nuestros saludos, nuestros besos mecánicos, nuestros "Te quiero" sin amor, todo era monótono.
Pero aunque fuese así, noté que Kibum estaba enfermo, vomitaba a diario y estaba pálido. En un principio creí que tenía anemia, pero era algo muy distinto, lo supe unos días después y de la peor manera...
Estaba buscando mi corbata para ir a trabajar, Kibum había salido a comprar a no sé donde por lo cual no se encontraba en el departamento para ayudar a vestirme. Busqué la corbata azul por toda la habitación, en cada rincón. Menos en un lugar, un lugar casi prohibido para mi persona; la mesita de maquillaje. Jamás me había interesado por ese lugar, sabía lo pretencioso que era mi rubio, pero nunca me interesó que marca de maquillaje usaba o esas cosas. Pero en esa ocasión estaba desesperado por encontrar la puta corbata, quizás Kibum la había dejado por ahí. En la mesa, había un pequeño cajón, con cuidado lo abrí y lo que encontré me sorprendió a tal extremo que casi me desmayo.
Era un sobre blanco, y tenía las letras escritas "Paciente Kim Kibum", lo abrí con cuidado, saqué su contenido; una pulcra hoja blanca. Decía: "Se confirma en su totalidad que el señor Kim está embarazado, actualmente tiene dos meses de gestación..."
Me quedé en blanco, con el papel en la mano. No podía procesar la información, era imposible porque Kibum y yo hace más de dos meses que no teníamos relaciones, nada de nada. Eso dejaba una sola opción; Kibum me había engañado. Y no había mejor candidato que Choi MinHo.
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