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End of times. por Haru-Chan1294

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Después de la comida me regresaron a la enfermería. Dillon me dijo que estaré unos días ahí en lo que me asignan un cuarto - “tardaran en darte una habitación, ya que hay mucha gente”- eso me dijo antes de dejarme solo e ir a hacer sus deberes- “Tengo cosas hacer, vuelvo en un rato. Para ver como sigues”.

Estaba aburrido en esta habitación. No tenía mi celular para ver las ultimas noticias de esta catástrofe, no había tele mucho menos radio. Lo único que pude hacer es estar acostado, sentado o caminar por toda la habitación. La enfermería tiene cuatro camas separadas por una cortina blanca, sin ventanas, un escritorio donde debería de estar un médico, y varias vitrinas donde hay diversos medicamentos (antibióticos, antihistamínicos, laxantes, analgésicos, broncodilatadores o antisépticos), lo típico que todo botiquín tiene. Ahora que lo pienso adecuadamente es muy raro que no haya medico aquí y más aún, que no traigan heridos, lo más lógico que se me ocurre es que haya otro lugar mucho más grande que este, con un mejor equipo de curación desde medicamentos hasta instrumentos para realizar cualquier tipo de cirugía para la enorme cantidad de gente que llega.

Debo ser honesto, pero estar encerrado esta habitación me ponía mal. No soy claustrofóbico, y aun así siento que el aire se me va. No podía seguir aquí encerrado; abrí la puerta y miré por ambos lados del pasillo, era tan tétrico y enfermizo ese color blanco. Ni hablar, salí de la habitación y fui en dirección contraria a la que tomamos para ir al comedor.

Me encontré con varias puertas de madera algunas abiertas otras cerradas. No les preste ninguna atención. Ahora bien, ya estoy afuera ¿Qué debería hacer? Lo mas obvio buscar a Dillon. Me pregunto ¿dónde estará? ¿este será el camino correcto? No conozco este lugar ni conozco a ese hombre. No me dio la impresión de ser un hombre malo e indiferente sino un hombre protector y amable, algo mandón, pero nada más.  

Llegue al final de ese pasillo, gire a la derecha. Por fin, colores más vivos; el piso era sustituido por una alfombra color azul naval, las paredes de color hueso y puertas de madera. Seguí avanzado; algunas habitaciones estaban abiertas dentro tenían un escritorio y un pequeño librero. Por lo que parece esta parte esta desolada ¿de verdad es un refugio? Estas habitaciones parecen oficinas ¿Quiénes trabajaran aquí? Mire hacia arriba buscando alguna cámara de vigilancia o algún cuerpo de seguridad, pero nada.

Continúe mi recorrido. El lugar parecía un laberinto, pasillos y más pasillos; me perdí de eso estoy seguro. Me detuve en un cuarto donde había muchas pantallas que transmitía información, me acerque y abrí un poco más la puerta para tener mejor visibilidad. Estaba sorprendido en las pantallas podía ver lo que estaba ocurriendo en diferentes partes del país e inclusive los reportes más recientes de otros; esto era terrible ciudades enteras habían sido destruidas y otras pronto el fuego las consumiría. Me enfoque en una de las pantallas en el centro decía “San Francisco”, el puente estaba en llamas al parecer hubo un choque automovilístico.

Sin darme cuenta estaba dentro de la habitación con la mano en la boca, empecé a sentir pánico; me senté e intenté tranquilizarme, analizar la situación en la que está sin hogar, sin familia, sin amigos, sin novio, nada. Estaba completamente sorprendido. No ha pasado ni un día y el mundo esta ardiendo. Esto es el fin de los tiempos ¿Qué carajos paso?

Momentos después salí de la habitación y me recargué en la pared. Me deslice hasta quedar sentado, las imágenes de las pantallas se reproducían en mi cabeza como si estuviera volviéndolas nuevamente; había incendios en todas partes, la policía no podía hacer mucho al respecto, todo se salió de control. Las personas se atacaban entre sí por alimentos, incluso luchando contra personas infectadas con algún tipo de virus que las transforma en monstruos sedientos de carne.

Abrace mis rodillas, tengo miedo. No soy de los que se queda paralizado ante algún problema, pero esta vez no se a que me estoy enfrentando. No se usar armas ni se combate cuerpo a cuerpo ¿Cómo voy a sobrevivir en este apocalipsis?

-¿Axel?- levante mi rostro al escuchar mi nombre. Era Dillon quien estaba frente a mi sorprendido de que estuviera ahí- Axel, ¿cómo llegaste aquí? Sabes que olvida mi pregunta.

Me talle los ojos para borrar los rastros de lágrimas que se empezaban a formar.

-No podía esperar ahí, me sentía asfixiado- intente sonar lo más calmado posible. Dillon suspiro para contener su desesperación y enojo por mi desobediencia.

-De acuerdo ¿sabes cómo regresar? - negué con la cabeza. Suspiro por segunda ocasión- Está bien, ven conmigo-. Me levante y lo seguí hasta una habitación, al lado de la puerta decía “Informes”. Dentro de la habitación había estantes, sobre ellos había filas de cajas y dentro de ellas lo que parecían folders.

-¿estas bien? – me pregunto algo preocupado – te ves algo de caído.

-Vi las pantallas. Los noticieros muestran escenas desgarradoras de la situación en todo el mundo – le exprese y un nudo se formaba en la boca de mi estómago. Me quede viéndolo unos segundos. Su rostro era inexpresivo, ¿Qué pensara? ¿sabrá con certeza lo que provoco este apocalipsis?

-Lo sé. Esto se salió de control. Algunos líderes están empezando a considerar eliminar ciudades.

-¿Qué? ¿Por qué harán eso? ¿acaso no están buscando una cura? - no podía creer lo que acababa de decir. A los gobernantes no les importa su gente solo quieren detener la infección a toda costa. Joder, ahora si no eres un enfermo serás asesinado.

La reacción de Dillon me indico que lamento haber dicho eso. Se mordió el labio inferior y se limitó a ignorar mis preguntas.

-Espera aquí, regreso en un minuto – me dejo en la entrada, y camino entre los estantes hasta que ya no lo vi, pero mis pies comenzaron a moverse en la misma dirección, no quería estar solo y yo quería respuestas. El lugar no era muy grande por lo que lo encontré rápido.

-Dillon, yo no puedo esperar aquí- señalé en dirección a la puerta.

-Ya lo creo. Agarra esto- tome la caja de color verde que puso frente a mí; estaba un poco abierta, pero no lo suficiente como para ver el contenido- Sabes, eres como un niño, me recuerdas a mi hermano pequeño. Tenía que estar cuidándolo todo el tiempo para que no se lastimara, era muy inquieto- decidió cambiar el tema de conversación mientras buscaba algún documento dentro de otra caja de color verde.

-¿Tu hermano es el joven que vi en la cafetería, al que llaman Frank? – le pregunté.

-Si, ese es mi hermano, aunque tenga esa actitud arrogante y grosera. No siempre es así pero cuando se trata de mi o de John, se vuelve sobreprotector y algo insoportable.

-¿John? ¿Es el chico rubio de cabello largo?

-Exacto, es uno de mis mejores soldados y mi mejor amigo.

Es mi oportunidad de preguntar, ahora que el ambiente está más tranquilo. Realmente quiero saber que está pasando, conocer mis posibilidades de sobrevivir en este mundo, y Dillon parece ser la persona que tiene las respuestas a mis preguntas.

-Puedo preguntarte algo más- suspiro y se giró en mi dirección esperando mi pregunta- ¿Qué infecto a la gente? - Me observo por un momento, para después seguir buscando. Ese silencio se volvió incómodo. Tal vez estoy tentando mucho a mi suerte, y como dije al principio no conozco a este hombre. Dejo de buscar en la caja y se quedó pensativo por varios segundos hasta que finalmente respondió.

-No lo sé, no hay informes al respecto- su respuesta fue muy seca. No era lo que esperaba, y me da la impresión de que él sabe, no me lo dirá. Tiene sentido, yo soy un civil y él podría perder la vida si alguien de alto mando se entera que ha dado información a un civil. Tendré que ser mas cuidadoso al respecto.

Dillon tomo la caja verde de mis manos – vámonos – me ordeno. Salimos de la habitación, y nos encontramos con John se sorprendió mucho al verme salir con Dillon.

-¿Qué hace el aquí? – frunció el ceño.

-Es claustrofóbico el muchacho – respondió con una sonrisa y tono burlón. Ahora yo fruncí el entrecejo.

-No lo soy- dije un molesto por su comentario.

-Tu otra vez ¿Por qué Dillon? ¿Qué hace el aquí? Ahora lo veré hasta en la sopa. Acaso no puede estar lejos de ti. ¿ya es tu cachorro?

Si que me molesto su comentario, paso de ser cosita a rata y ahora a cachorro. ¿Quién se cree que es para decirme esos apodos?

-Como ya te dije me llamo Axel, y yo no te he hecho o dicho algo para que me trates así.

-Estar aquí.

-¡Frank, basta! Parece un crio malcriado ¿Qué te pasa? – Frank iba a hablar, pero fue callado por Dillon nuevamente – estas en el ejército. Esto no es lo que se te enseña. Honor, lealtad, valor y patriotismo no son lo valores que te describen en este momento.

Dicho eso. Frank no dijo más.

Estaba pasmado; porque no imagine ver a ese feroz hombre agachado y pidiendo una disculpa.

-Una disculpa a mi comportamiento. No volverá a pasar – dijo sin más.

De un momento a otro se rompió la paz con el sonido de armas, explosiones y gritos. Los cuatro sobresaltamos, pero nadie más que yo. Mi primera reacción fue tomar del brazo a Dillon antes de que corriera en dirección a la vorágine. Regreso la vista hacia mí, note por un momento que dudo en llevarme, pero enseguida me tomo de la mano con fuerza y corrimos tras John y Frank que nos llevaban la delantera por varios metros.

-Cuando lleguemos al lugar del desastre, quiero que te quedes cerca de mí. Adonde me mueva lo haces porque no podré estar protegiéndote si estas lejos- presiono mi brazo para asegurarse que realmente haya estado puesto atención a cada una de sus palabras.

-Sí -mi voz sonó temblorosa y agitada. Llegamos a lo que solía ser el área de urgencias. Era terrible, la situación no la pudieron controlar adecuadamente y de algún modo llegaron infectados a la zona.

Dillon y su equipo se organizaron para ayudar, pero no fue suficiente. El ruido comenzó a traer a mas infectados y poco a poco las balas y los mismos soldados disminuían. Se escuchó una explosión del lado de donde veníamos, de un instante a otro, esa parte del lugar estaba siendo devorada por las llamas.

-¡Dillon! La situación es grave no podemos contener esto. Son muchos infectados y no. Debemos pedir refuerzos.

-No podemos comunicarnos con nadie. El área de control ha sufrido un gran daño debido a la explosión del área B.  Hemos quedado solos- dijo Frank con voz muy agitada.

-Dillon, debemos sacar a todos de aquí- esta vez fue John quien hablo.

Inmediatamente se organizaron junto con el resto de los soldados. Comenzaron a reunir a todas las personas que pudieron y salimos en dirección a los autos y tanques de guerra. Pero no todo es sencillo. No todas las personas cabían en los autos, obviamente que tomaron la decisión de dejar a muchos atrás enfermos, doctores, soldados... eran tan desgarrador.

Mientras yo me dejaba guiar por Dillon hasta uno de esos autos, podría decir que era afortunado. Avanzamos detrás de algunos autos que nos abrían paso a través del mar de infectados, atrás de nosotros había igual muchos autos avanzando pero no todos lo lograron, algunos se volcaron y otros fueron invadidos por infectados. En cuanto llevamos más de 200 metros lejos de ese infierno avanzamos veloces.

A lo lejos lo único que se pudo distinguir era el humo gris de aquel refugio.

-Asustado, co-si-ta- Frank susurro en mi oído de manera melosa, como si se hubiera olvidado lo que acababa de suceder hace unos minutos. No lo entendía, yo estaba temblando de miedo como si tuviera frio y sudando como si fuera verano y el simplemente estaba ahí molestándome como si nada. Lo único que hice fue observarlo con odio.

-Déjale en paz, acaso me tomaste el pelo, Frank – Dillon se oía molesto.

-Ya, ya. Lo siento.

-Axel ¿Te encuentras bien? Haz estado muy callado y te has puesto pálido-dijo Dillon con un tono de preocupación.

-Creo que estaré bien-. Respondí, antes de fijar la vista en lo que antes era un refugio. Regrese mi vista hacia los hombres que estaban a mi lado. Parecía tranquilos, algo agitados por la situación, pero no estaban asustados o si lo están si que lo saben disimular. Toque mi pecho y mi corazón latía rápido, un poco mas y seguro que me da diabetes del susto.

No tengo idea de adonde nos dirigimos. Ni de como vamos a enfrentar a esas personas enfermas. Sé que no será fácil lo que viene y aun me cuesta aceptar lo que está ocurriendo en muchas partes del mundo. Solo me toca aprender a adaptarme y sobrevivir en mundo que se ha vuelto hostil.

 

Notas finales:

 


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