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End of times. por Haru-Chan1294

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Notas del capitulo:

Hola :D

Espero les guste este capitulo.

 

https://www.facebook.com/pages/Historias-originales/448723025260799?ref=ts&fref=ts

 

 

La tarde paso muy tranquila sin ningún contratiempo hasta ahora, ningún sonido del motor de un coche o de algún helicóptero de noticias, nada. Ni si quiera indicios de que los chicos vinieran. Solo silencio. Mientras yo tome una exquisita ducha, lo extrañaba tanto. El agua calientita de la regadera es la gloria. En el refugio y el campamento no podíamos bañarnos, el agua la usábamos para limpiar a los enfermos y para tomar.

Me apuré a cambiarme y fui en busca de John y Dillon que estaban haciendo guardia en el tejado de la tienda. Antes de llegar a interrumpirlos me detuve por lo que dijo John. Me senté para pasar desapercibido y poder escuchar. Ellos estaban sentados dándome la espalda, aun así temía que me vieran.

 -¿Crees este bien Sam?

-No lo sé - la voz de Dillon revelaba una leve tristeza ¿Quién es ese tal Sam? ¿Un amigo? O ¿El novio de Dillon? Eso ultimo me hacía sentir molesto. Moví la cabeza de un lado a otro intentando alejar esos sentimientos extraños que empezaban a crecer en mi interior. Era estúpido que me sintiera así, si llevamos días de conocernos -La ciudad estaba invadida.

-Ahora tenemos más armas. Podemos ir a buscarlo, si tú quieres- John le afirmo.

-Podríamos… - enarque una ceja ¿Sam fue importante para Dillon?

-¿Qué sucede?- John le pregunto incorporándose un poco en la silla.

-No creo que este en la ciudad, tal vez salió antes de que esto sucediera-Dillon le respondió con mucha seguridad.

- ¿Acaso hablaste con el antes de que ocurriera esto? ¿Te dijo algo?

-Nada, yo no hable con él, pero estoy seguro de que está bien en donde sea que se encuentre.

-Eso no lo dudo. Le enseñaste bien.

-Sin duda alguna.

-¿Te encuentras bien? – pregunto John mientras colocaba su mano sobre el hombro de Dillon y lo presionaba un poco para darle ánimos y hacerle saber que lo apoyaba.

-Te aseguro que me encuentro en perfectas condiciones.

-Eres mi amigo. A me importa cómo te encuentras, así que puedes decirme lo que molesta.

-No me molesta nada. Es solo que… ese hombrecito… no lo sé.

- ¿Ese hombrecito? – rio un poco antes ponerse en mi pie- Es simpático el joven, algo bocazas, y tal vez este confundido y asustado todo el tiempo, pero es amigable e ingenuo. Me agrada, aunque a tu hermano no - estaba sorprendido y algo molesto ¿Quién será ese hom- bre- cito? Dillon no respondió nada. Aunque Dillon me daba la espalda podía jurar que cuando dijo aquello estaba sonriendo, algo que me hubiera encantado ver.

-Dejando esto a un lado. Lo que nos debe de preocupar es preparar lo necesario lo antes posible para que cuando tu hermano llegue nos vayamos a la base Central.

-Todo esta listo. El mismo día que llegue aquí preparamos los autos y mochilas para irnos enseguida.

- Excelente. Entonces me iré a dormir- fue lo último que escuche antes de bajar las escaleras tan rápido que solo me di cuenta de que lo hice porque estaba a dentro de la recamara en la que estuve hace unos minutos. Me sentía un delincuente al que le pagaron por haber escuchado la conversación. Espero que eso de espiar no se me haga un hábito. Me recargué en la puerta y escuché el ligero golpe de los zapatos de John a travesar el pasillo y perderse en alguna de las otras habitaciones.

No quise pensar en lo que John y Dillon hablaron. Primero: me sentía enojado con esa tal Sam, aunque no lo conociera, segundo: de que hombre Dillon estaba interesado ahora, eso me provocaba una molestia más grande que intentaba ignorar y no podía eso me hacía sentir confundido y más. Sin pensar más y sin darle más vueltas al asunto me acosté en la cama. Y sin evitarlo me quede dormido.

                                                                                              .&.

Abrí lentamente los ojos. Parpadeé un par de veces. Lo primero que note fue el hermoso atardecer que la ventana de la habitación brindaba. Me incorpore y salí de la habitación un poco adormilado. Me sentía más relajado que hace un par de días. Eso de dormir en el frio suelo es un horror comparado con una suave y cómoda cama. En el pasillo me encontré con el Señor Andrew.

-Chico, que bueno que ya estas despierto. Hace rato toque la puerta y no hubo respuesta. Supuse que estabas muy cansado. He preparado macarrones con queso ya que la sopa de la mañana se terminó. Ve a comer.

-Gracias- el asintió y siguió avanzando por el pasillo. Hasta entrar en una de las habitaciones libres.

Fui a la cocina y en cuanto el olor a queso lleno mis pulmones supe que me moría de hambre. Tome un plato y me serví un poco de aquella pasta.

-Podrías llevarle un poco a Dillon. Aún no ha comido. - Asentí con la cabeza a lo que dijo y serví más macarrones con queso en otro plato. Tome dos cucharas y me dirigí al tejado.

Cuando llegue note que estaba solo y observando a su alrededor a través de la mira telescópica. Me acerque un poco intentando no hacer ruido e interrumpirlo, pero no funciono.

-¿Axel?- Giro un poco su cabeza pero regreso a la misma posición en la que estaba. Pude observar su rostro serio durante unos segundos más. Se mostraba imperturbabley sus facciones lo hacían ver más maduro. No es que fuera un joven de quince años, pero a mi juicio el debía de tener aproximadamente 33 o tal vez 35 años. Su barba había crecido más desde la última vez, el viento soplo suavemente y provoco que algunos de sus cabellos se revolvieran un poco, me dieron ganas de poder pasar mi mano a través de esos cabellos café oscuro y acomodarlos.

-¿Te encuentras mejor?- su voz me saco de mi alucinación.

-Sí, me encuentro mejor. La cama es más cómoda que una manta sobre la fría tierra del bosque – escuché una leve risa de su parte- Te traje un poco de macarrones con queso. Los cocino el Señor Andrew - durante un par de segundos no dijo nada. Giro hacia mí y me observo. Sonrió de lado y a continuación soltó una leve y corta carcajada. Eso me confundió, no había dicho algún chiste o algo semejante.

-Si Andrew te escuchara decirle Señor, seguro le da un infarto. Él se siente joven como para que le digan así- ahora comprendí y simplemente le devolví la sonrisa. Se levantó del suelo y le entregué el plato con macarrones. Nos sentamos en las sillas. Y nos dedicamos a comer. Debo admitir los macarrones con queso nunca fueron uno de mis platillos favoritos porque no me gustan del todo el queso, pero hoy en día todo sabe exquisito.

Cuando terminamos baje a la cocina a lavar los platos. Dillon se había ofrecido a hacerlo a lo que me negué y le dije que mejor vigilara. Ya en la cocina esperaba encontrarme con José o Robert inclusive con el Señor Andrew o John, pero no, estaba desolada y oscura. Lave rápidamente los platos, los seque y acomode. Una vez hecho eso regrese con Dillon.

Estaba sentado recargando la cabeza en el respaldo de la silla. Cuando estuve lo suficiente cerca me di cuenta de que se veía muy cansando. Dudo que duerma bien con esta situación lo que menos quieres es cerrar los ojos. Me senté junto a él. El ambiente era tan apacible que observe tranquilamente desde ahí gran parte de la ciudad.

Cuando llegamos, John y yo a la tienda no nos dimos cuenta o al menos yo no lo hice, los infectados están por todas partes. Fue un milagro que no nos siguieran. De lado de la tienda casi no los hay porque estamos al final de la ciudad sobre Mooney Rd, pero si observabas con atención al resto de la ciudad, los infectados se congregaban hacia el centro siendo una mancha oscura a lo lejos, se movía rápido de un lado a otro. Eso provoco un estremecimiento de miedo y haciéndome recordar los momentos en los que estuve frente a ellos.

El viento soplo nuevamente más fuerte haciendo que la tarde se enfriara y ocasionando que me olvidara de mis terribles pensamientos. Me arrepentí de no haberme puesto algún suéter. Me abrace por instinto como si eso fuera a arreglar el problema. Unos minutos después Dillon hablo:

-Toma - Observe lo que me entregaba. Era su chamarra negra de piel que tenía sobre el respaldo de la silla. Me asombro el que quisiera prestarme su chamarra fue un gesto muy amable.

-Tú también tendrás frio -le dije mientras negaba con la cabeza.

-Póntela. Yo estaré bien por eso soy un General – gire los ojos ante su respuesta. Es que acaso todos los que trabajan en el ejército creen que son inmunes al frio, al calor. No debatí más y me la puse. Era suave y calientita aunque un poco grande para mí. Seguí observando la ciudad mientras Dillon se dedicaba a observar la ciudad. El atardecer estaba por desaparecer… a lo lejos solo se podía distinguir una pequeña franja roja y la ciudad que seguía tan muda y silenciosa que hace unos minutos. Podía distinguir algún árbol alto o las farolasque iluminan las calles, es sorprendente que a pesar de todo aun haya luz eléctrica.  Pues mientras estemos aquí aprovecharla.

El cansancio comenzó a surtir efecto nuevamente. Los ojos los sentían pesados y los comencé a cerrar. Aunque haya dormido unas cuantas horas eso no significo que no me sintiera todavía cansado.

-Axel…- podía escuchar que alguien me hablaba. No quería despertar -Axel…- sentí el cálido aliento de alguien chocar con mi mejilla. Abrí lentamente los ojos y me giré despaciosamente hasta toparme con su cara. Estaba a pocos centímetros cerca de la mía. Me sobresalte un poco, no era algo que esperara aun así me mantuve en esa posición.

-¿Qué paso?- susurre suavemente y juraría que estando así sentía la suavidad de sus labios contra los míos.

-No te quedes dormido. Debemos hacer guardia solo unos momentos más…- su aliento caliente choco con mis labios provocando el deseo de no romper la distancia. Lo veía directamente a sus ojos color miel que con el brillo de la luna hacían que fueran más brillantes que otras ocasiones, mostraban sus diferentes tonalidades, a mí me lo parecía.  Recorrí su rostro hasta que mi mirada se posó en sus carnosos y rosados labios. Se me antojaba tanto probarlos.

Rompí la distancia que había entre los dos.                                                                                                                                

Lo hice.

Lo estaba besando.

El contacto de nuestros labios fue como un choque electrizante que recorrió los míos y todo mi cuerpo. Sus labios eran suaves, dulces y embriagadores, sabían a Dillon. Me separe un poco de sus ellos sintiendo su aliento y el calor que desprendían y me hacían sentir arder. Esta vez fue Dillon quien a preso mis labios con los suyos. Me levante un poco de la silla para estar más cómodos. Pase mis brazos por su cuello para profundizar el beso. No sabía describir todas las sensaciones que estaba provocando en mí en ese mismo momento solo quería que continuara.

Su lengua húmeda y suave tocaba, acariciaba suavemente la mía…provocando un leve y agradable cosquilleo. Nos separamos solo un poco para respirar y esta vez el contacto fue más íntimo, más profundo… introdujo nuevamente su lengua en busca de la mía. El beso era posesivo y exquisito. Bebía de sus labios como si lo hiciera de una copa con un buen vino.

Sus manos se posaron en mis caderas apretándolas con fuerza. Me sentía tan bien, era más que agradable, placentero, y lo mejor, quiera más, más… de Dillon.

-Pensé que necesitaban ayuda. Ya veo que no es así - me separe abruptamente de Dillon. La sangre subió a mi cabeza. Estaba avergonzado. John rio suavemente y se acercó a nosotros -Solo quería decir que yo hago guardia junto con Andrew y ustedes pueden ir a divertirse- fue lo último que John. Se coloco a lado de Dillon y tomo la mira.

-Yo… yo me tengo que ir- me moví lo más rápido posible sin levantar la cara del suelo para evitar que vieran lo sonrojado que estaba- Te veo mañana- No espere a que dijera algo más. Corrí hasta la habitación para estar seguro y pensar en todo lo que acababa de hacer. Estaba a punto de abrir la puerta, pero me lo impidieron.

-Tenemos que hablar- no me gire sabía quién era.

-Yo… yo me siento cansado y quiero dormir- Le dije como pude. Estaba nervioso. Podía escuchar el latir de mi corazón. Me pregunto si Dillon lo escuchara.

 


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