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End of times. por Haru-Chan1294

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Notas del capitulo:

Hola :D

Espero les guste este capitulo e intentare no tardar mucho en actualizar.

Gracias :D

Por si les interesa les dejo el link de pagina de facebook, cuando tenga tiempo pasen a visitar :D

https://www.facebook.com/pages/Historias-originales/448723025260799?ref=ts&fref=ts

 

Apenas y se hizo visible la calle y los infectados nos atacaban. Y lo peor de todo la cortina se abría lentamente, John y Robert no dejaban que se agregaran infectados cerca de la salida, lo intentaban, aun así, cada vez era más y se movían rápido. Tal vez hoy la suerte no estaba de nuestro lado porque como era de esperar en los peores momentos ocurren las cosas que menos te esperas, la cortina se atoro a la mitad. Esta situación era como para reírse si estuviéramos viendo una película de terror en donde estos hechos son predecibles, pero da el caso que nos pasó y ahora tenemos que salir de alguna forma de este maldito embrollo. John bajo de la camioneta sin pensarlo y grito:

-¡Cúbreme Robert, arreglare la cortina!

-Adelante, yo te cubro.

En cuanto John estuvo abajo fue atacado por un par de infectados que no le supusieron ningún esfuerzo en derribarlos y hacer que sus cráneos chocaran contra el suelo.  José abrió la puerta y bajo enseguida para ayudar a John a quitarle los infectados que no lo dejaban arreglar la cortina. Cuando un infectado estuvo a punto de atacarlo nuevamente, José sin más ni más le dio una patada que lo mando al suelo de manera abrupta y al segundo apareció otro infectado que corriendo hacia ellos y como un jugador de futbol los derribo. José enseguida con su cuchillo le atravesó el cráneo y la sangre salpico su rostro. José escupió la sangre. Algo no andaba bien. John se levantó y apunto a la cara a José.

-¡No! ¡Espera…!- y sin más disparo y el cuerpo de José impacto con brusquedad al piso.

-¡Pero qué demonios!- dijo Dillon, volteo hacia donde estaba John. No dijo nada al respecto. Yo en cambio, estaba más que sorprendido por la decisión tan apresurada  de John.- ¡Dense prisa!- fue lo único que dijo.

-¡Necesito que continúes cubriéndome Robert! ¡No puedo con estas cosas interrumpiéndome a cada momento!- John gritó eufórico.

-Andrew, ponte al volante- seguido de esto Dillon bajo y como el experto que es, alejo a varios pares de infectados que no dejaban a John trabajar. Les disparaba con una precisión aterradora y cuando podía los tiraba y con la fuerza de sus pies les estrellaba el cráneo manchando el asfalto de rojo, sin ningún esfuerzo Dillon le abrió el estómago a otro infectado y aunque sus intestinos estaban en el suelo, este siguió caminando en su dirección y como era de esperar, disparo. El infectado cayó al suelo uniéndose al charco de sangre y entrañas.

Desde que conocí a Dillon no lo había visto combatir, bueno tal vez cuando estábamos en el hospital tratando de ponernos a salvo, pero no me importo en ese momento, y ahora sé que es muy bueno... mucho muy bueno. No ha dejado acercar a ningún infectado y con ayuda Robert parecían invencibles.  

Yo solo estaba dentro de la camioneta sin hacer nada. No podía permitir eso, debía hacer algo. Me asome por la ventana de la camioneta para ver si tenía el camino libre, mire hacia la salida y por el poco espacio que había del suelo hacia la cortina se podía distinguir que no eran veinte o treinta infectados, era muchos más y si no se apuraba John pronto seriamos uno de ellos o la comida. Es gracioso que diga algo así cuando el único de todos que será un maldito infectado seré yo. Reí mentalmente.

Se estaban congregando cada vez más por el ruido de las armas.

No espere más. Salí de la camioneta. Corrí hacia la cortina y me deslice por debajo de ella. Pase a lado de José y de reojo en uno de sus brazos tenía una mordida. Me estremecí, ya que ese probablemente sería mi final.

-¡Axel! ¿Qué haces?- escuche a lo lejos al señor Andrew, mas no  le respondí y mucho menos gire. Que más daba, ya he sido mordido y solo es cuestión de tiempo para que sea uno de esos malditos infectados. Así que, creo que puedo ayudar a matar algunos infectados. Rápidamente, revise que armas portaba, la pistola y dos cuchillos. Ahora solo espero que, si muero, quiero hacerlo como un ser humano.

Preste más atención a mí alrededor. La situación era grave, parecía que estábamos sobre un hormiguero. Había tantos, que decir cientos es quedarse corto.

-¡Joder! ¡Axel, regresa a dentro!- gire mi cara y me topé con el rostro preocupado de Dillon.

-¡No puedo regresar! ¡Debo ayudar!

-¿Que estupidez dices? Regre…- antes de que pudiera terminar de formular la palabra, un infectado que estaba en el techo, se abalanzo sobre él.  Ambos rodaron.

-¡Dillon!- chille. Corrí hacia el sin pensarlo. En cuestión de segundos ya tenía a varios infectados a su alrededor. Cuando tome por la ropa a uno, lo jale, ambos caímos con mucha fuerza sobre el piso. Cuando creí que me atacaría, no lo hizo, solo me observo unos segundos, y me ignoro. Se levantó y fue hacia Dillon, aun confundido por esa acción saque el cuchillo y lo enterré con fuerza en el cráneo de quien antes fue un hombre rubio.

Jale el cuchillo. Estaba atorado. Saque el otro cuchillo y mate a dos infectados. Ambos escuchamos la cortina levantarse a pesar de la distancia. No podíamos hacer nada Dillon seguía en el suelo y sudando del esfuerzo por intentar quitar a los infectados. Tome al siguiente infectado y lo jale, choco conmigo y cayó sobre mi e hizo lo mismo que el otro, me ignoro. Estaba desconcertado, pero con mi arma dispare y me manche la cara y la ropa de sangre.

Dillon logro ponerse en pie y rápidamente saco una pistola, magnum color plata. Y sin mucho esfuerzo abrió camino hacia John.

Me levanto con brusquedad y corrimos. Robert ya estaba en la camioneta. Subimos y avanzamos rápido y lejos de aquel lugar.

En cuestión de segundos todo fue tan bello. Nos alejábamos de aquel lugar. Los infectados corrían tras la camioneta, sin lograr alcanzarnos. Algunos se aventaban creyendo que nos alcanzarían y otros caían con torpeza.

-Esto fue una locura – exhaló John.

-Si, que lo fue – concorde con él. La verdad que fue eso. Varios de los infectados me ignoraron. Fui invisible para ellos. Será que me estoy convirtiendo en uno de ellos. ¿Oleré como ellos? ¿me estaré pudriendo como esas cosas? Tomé el arma y vi me reflejo a través de ella. Me veía normal, salvo por el olor. No lo distinguía. Era entre sudor y sangre, eso bueno.

Una vez que ya estábamos lo suficientemente lejos de aquel y de aquellos muertos. La velocidad de la camioneta fue mas lenta. Como bien habíamos dicho tuvimos que esquivar algunos coches y matar a algunos infectados para poder salir de Wilton Rd en cuanto llegamos casi a las afueras de la ciudad. A lo lejos se veía a un grupo de gente.

-Dillon, ¿ya viste? A lo mejor es Frank y el grupo- dijo el Señor Andrew. Conforme nos acercamos, distinguimos al grupo de gente. Efectivamente eran los chicos, se veían cansados y con muchas magulladuras. Estaban mugrosos y llenos de sangre. El Señor Andrew detuvo la camioneta. Dillon bajo y abrazo a su hermano.

Solo estaba Frank, El Monster y El Nino. Daniel no estaba con ellos. Me pregunto si estará bien. ¿habrá logrado escapar y avisar al resto?

-¿y Daniel y el refugio? – pregunte sin dirigirme a nadie en particular.

-Lo siento, la mayoría murió – respondió El Monster – aunque vi a algunos esconderse entre el bosque. Quizás sabremos de ellos mas adelante. Saben a donde tienen que ir – concluyo.

No quise insistir. Tiene razón. Quizás algunos viven.

-Me alegra que estén bien, pero debemos irnos, así que suban. Nos vamos a la base central- dijo John.

-Excelente, entonces vámonos, porque tenemos compañía – dijo Frank señalando en dirección contraria a nuestro destino.

-No puede ser. ¿aun nos siguen? – dijo Robert desesperado – Nunca se cansan.

-Ellos no, pero nosotros sí. así que ¡vámonos! – dijo Dillon.

Los chicos subieron a la parte trasera de la camioneta. Una vez listos. Arrancamos rápido y esta vez no habrá paradas.

 

                                                                       .&.

 

Viajamos por varias horas. Nos dirigíamos a la base central. Según lo que Robert nos dijo solo un par de kilómetros más y estaremos en casa.

Durante el viaje se rotaron turnos para manejar y dormir. Un día de trayecto es cansado para una sola persona en especial cuando es de noche.

Esta vez me toco sentarme en la parte de atrás junto a Frank y Dillon.

-¿Cómo estas Frank? ¿aun te duele? - pregunto Dillon.

-No del todo, pero si necesitare puntadas y antibióticos antes de que me dé septicemia- dijo Frank mostrando una herida enorme en la pierna.

-¿Cómo te la hiciste? – pregunte curioso. Frank me miro con cara de pocos amigos y respondió:

-Una noche nos refugiamos en una casa, pero de la nada salieron unos tipos encapuchados pidiendo que entregáramos todo lo que llevábamos, en especial las armas. Yo hice caso omiso a la petición y se armo la revuelta. Luchamos y uno de esos imbéciles me corto. De no ser por el Monster estaría muerto o sería un infectado. ¿y tu cosita? ¿Cómo te hiciste esa herida del brazo?

-Me caí – respondí secamente.

-Te caíste. A mi contaron que andabas de curioso.

-Un poco – así que Dillon le conto mi hazaña. Agache la cabeza. Me sentía triste y culpable por esa situación.

-Me impresiona que sigas vivo, cosita – dijo Frank.

-Lo mismo puedo decir de ti, y deja de llamarme cosita.

-La cosita se molesta.

-Basta Frank, déjalo- reprimo Dillon. Durante todo el trayecto Dillon no me ha dirigido la palabra solo se ha dedicado a observarme. Yo he intentado hablar con él, y solo responde ahora no. Sigue molesto conmigo, lo hice perder a uno de los suyo, y provoqué un caos en la tienda. Supongo que es de esperarse. Sin mas que decir o pensar solo me dedique a observar las ciudades en llamas, los bosques infestados y los pueblos destruidos por los infectados.

En un par de horas llegamos hasta la entrada. Nos detuvimos frente a una puerta de acero. Y de ella salieron un par de hombres para comprobar nuestra identidad.

Dillon bajo de la camioneta y hablo con aquellos hombres. Ellos hicieron una reverencia de respecto a Dillon y dieron la señal para que las enormes puertas de acero se abrieran.

 


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