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End of times. por Haru-Chan1294

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Llegamos a lo que parecía ser un refugio, no estaba seguro. El panorama no pintaba bien soldados corriendo de aquí-allá, doctores vueltos locos por toda la cantidad de heridos y enfermos que traían en coches y ambulancias. Simplemente la gente que corría de un lado a otro. El lugar estaba inmerso en un gran desorden.

Algunos de ellos hablaban por teléfono y radios. En las noticias decían que probablemente el suceso fue un ataque terrorista, y que estaban a la espera de un comunicado del gobierno.

El hombre que me ayudo era un soldado. Me llevo en su coche junto con el resto de su equipo a este refugio. No dije nada en todo el camino. ¿en qué pensaba al quedarme parado como un idiota frente a ese hombre de ojos rojos? Dije que no quería morir y casi me suicido. ¿Qué carajos está pasando conmigo y con el mundo? Estaba tan inmerso en mis pensamientos hasta que me di cuenta de que nos detuvimos en lo que parecía la enfermería del refugio.

-Siéntate- dijo aquel soldado que me ayudo. Es un hombre alto de aproximadamente 1.85 m, ojos color miel, cabello café oscuro un poco largo y liso, tez blanca, hombros anchos y fornido. Muy atractivo si me permiten decirlo.

Me senté en la cama como me lo ordeno.

-¿Estás bien?- me preguntó. No respondí sentía la garganta seca y la cabeza me daba vuelta estaba a punto de estallar. Se arrodillo frente a mí y paso una pequeña toalla húmeda en mi rostro, un gesto que hizo que me relajara un poco.

-¿Cómo está tu mascota?- me sobresalto esa voz. No me di cuenta de que había alguien más en la habitación. Ese hombre se encontraba recargado en la pared. Era un hombre robusto de más o menos 1.90m, de cabello rubio un poco largo, tez blanca y ojos color azul claro.

-Está bien, solo un poco asustado – dijo mientras me daba un vaso con agua.

-Apuesto a que sí. Todo el mundo habla de que trajiste un bichito contigo.

-No es un bichito. Ya lárgate.

-Jaja claro que si – se reía el hombre rubio.

-Cállate. No estoy de humor para tus chistes.

-Está bien, está bien. No vine a discutir contigo, me enviaron a darte un mensaje. Se te solicita en la oficina central de inmediato.

El de ojos miel solo asintió con la cabeza y el otro salió del cuarto dejándonos solos – Oye pequeño, tengo asuntos que hacer así que lo único que te pido es que no salgas de esta habitación, ¿de acuerdo?- asentí con la cabeza- Dime que te quedaras aquí- insistió con la mirada hasta que le respondí.

-Yo… yo me quedare aquí- no lo dije con firmeza por lo que aquel hombre hizo un gesto como analizando si lo que dije lo haría.

-De acuerdo, vuelvo enseguida- acaricio mi cabello como si fuera un niño pequeño.

-Espera – le dije. El se detuvo antes de llegar a la salida y giro un poco su rostro.

-¿Qué sucede? – me pregunto.

-Yo… ¿Cómo me dirijo a ti? – estaré en shock, pero al menos quiero saber el nombre de la persona que me ayudo y salvo.

-Dillon y ¿tu? – se giro completamente en mi dirección.

-Axel.

-Muy bien, Axel. como te dije tengo deberes. Nos vemos.

-Espera – se volvió a detener- solo quiero agradecer lo que hiciste por mi- le dije un poco tímido y con la cara hacia abajo. Algo en este hombre me intimidaba. Su mirada, su altura, su atractivo... no lo sé, pero gracias a él sigo respirando. 

-De nada, es mi deber ayudar- sin más aquel hombre salió rápidamente en dirección desconocida.

Deje el vaso de agua en una de las mesitas a lado de la cama. Me recosté y respiré lentamente. Cerré los ojos tal vez lo que vi hoy ha sido imaginación mía, nada es real. Esto podría ser una pesadilla. No, claro que no. Esto es real.

Mis ojos se llenaron de lágrimas, moví mi cara para que la almohada fuera quien limpiara la lluvia de mis ojos. ¿Cómo fue que paso esto? ¿Cómo la gente mordía a otros? ¿Qué carajos ha pasado? Será como dicen en las noticias que fue un ataque terrorista o tal vez fue algún experimento del gobierno y no quieren decirle al mundo para evitar mas caos entre las personas.

Ahora bien, Daniel. Ese imbécil. Se fue. Me abandono, es mas me uso de carnada para salir ileso, pero juro que si llego a verlo le daré un puñetazo que nunca olvidara. Me sentía enojado, confundido, herido y sobre todo cansado.

Deje de pensar por un momento. Me dedique a escuchar mi respiración hasta que me relaje y de un momento a otro fui perdiendo la consciencia hasta que no supe más.

                                                                                              .&.

¿Dónde estoy? No sabía dónde estaba, tenía mucho miedo y frio; me levanté del gélido suelo y miré en todas direcciones.

Estaba en un callejón oscuro, no había nada. Ni luz eléctrica ni luna que iluminara mi visión. Caminé a tientas. Debía salir de ahí. Mi instinto decía que corría peligro si me quedaba parado. Mientras caminaba me daba la impresión de que la salida se hacía infinita. Entonces comencé a correr, aun así, no podía salir de ahí. Me detuve era imposible seguir me sentía muy cansado, agitado. Ahora me arrepiento de no haber ido al gimnasio.

De pronto, un sonido me alarmo. Mire atrás, pero por la oscuridad no distinguí nada, intente entrecerrando los ojos, sin conseguir ver algo. Lo único que logre fue que mi sentido del oído se agudizará. No estaba solo, no muy lejos de mi alguien jadeaba muy fuerte, y avanzaba en mi dirección. Entre la oscuridad, alcance a distinguir una sombra, eso fue suficiente para que mis sentidos se pusieran alerta, igual que él respiraba muy fuerte a causa del miedo. En cuanto la figura se acercaba lo reconocí era Brian pero se movía de forma extraña.

Entre en pánico. Brian había muerto. Eso que esta frente a mi debía ser un monstruo.

Corrí, corrí, corrí y no me importo nada.

De un momento a otro me encontraba en el lodo, resbale, desesperadamente me intente levantar, pero no podía cada que intentaba moverme me hundía más. Deje de hacerlo y fue en ese preciso momento que escuche gruñidos y jadeos sin duda alguna era Brian. El jadeo se escuchaba cada vez más cerca. Me gire y lo vi moviéndose como lombriz entre el lodo para llegar junto a mí. Comencé a hiperventilar, nuevamente intente levantarme pero las piernas no me respondían, con las manos rasguñaba el piso lodoso para avanzar pero nada, nuevamente gire y ahí estaba de pie frente a mí, se aventó, me cayó encima-¡Ayuda! ¡Ayuda! - yo sabía que estaba solo, y lo más aterrador que ahí moriría. Cerré los ojos y me dejé llevar.

De un instante a otro ya no sentí el peso de nadie; abrí lentamente los ojos y vi una sombra que extendía su mano hacia mí y decía de forma segura…-Todo estará bien, pequeño-…

                                                                                              .&.

-Oye, pequeño- alguien me sacudió con fuerza para que despertara. Lo hice tan rápido que mi cabeza cocho contra algo muy duro regresándome a la posición en la que estaba al principio, acostado- ¡Oye! No te levante así tan precipitadamente.

Parpadeé un par de veces para recobrar la conciencia-¿Estas bien?- volvió a preguntar aquel hombre que me ayudo. De nuevo no respondí nada. Estaba desorientado- Me preocupe un poco, estabas gritando… así que te desperté, pero no espere que te levantaras y me golpearas.

-Yo no te golpeé y estoy bien- le dije un poco molesto, ya que no fue mi culpa el que nuestras cabezas chocaran. Era Dillon el que estaba en esa habitación conmigo.

- Dime como te llamas- me pregunto.

-Axel – emplee un tono un poco brusco. Tomo una lamparilla de un cajón y la acerco a mis ojos.

-Sigue la luz – hice lo que pidió – sí, estas bien- dijo sonriendo de lado.

-Pues sí, yo te lo dije – rio entre dientes.

-De acuerdo, bebe- acerco un vaso con agua el cual tome sin pensarlo realmente tenía muchísima sed- ¿tienes hambre o prefieres comer más al rato?

-Si tengo hambre- le dije en un tono muy bajito. Acción que provoco que su sonrisa se hiciera más grande.

-De acuerdo, vamos. Este lugar tiene su espacio de alimentos- me decía mientras me esperaba frente al marco de la puerta.

-Espera - las interrogantes en mi cabeza comenzaron a brotar como el agua cuando quiere salir de algún lugar de forma rauda - ¿este lugar es un refugio? – demande.

-Si.

- Y ¿tu sabes que esta pasando en las calles?- supongo mucha gente quiere respuesta a esa misma pregunta.

-No - ¿en serio? Me responde con monosílabos.

-¿No? ¿Qué significa eso?

-Mira, yo solo hago lo que se me ordena. No se realmente que está pasando, pero lo que sea que haya infectado a esas personas es incurable. Las vuelve violetas y sedientas de carne.

Ninguno de los dos dijo algo después de eso.

-Por cierto ¿qué carajos hacías en el parque parado como un idiota? – me pregunto rompiendo el silencio que se había instalado en la habitación.

-oye, no soy un idiota y es que… no se… me asuste

-Vale, lo siento. ¿nos vamos? – asentí con la cabeza y nos dirigimos al comedor del refugio.

 

                                                                                           .&.

 

Caminamos por un pasillo de un estilo peculiar, mosaicos sin ningún tipo de decoración y paredes de color blanco, un blanco que te hace pensar que estas en el hospital.

Llegamos al comedor, y no tenía exactamente mesas con sillas de suave asiento, mas bien eran como las pequeñas mesas que hay en las cafeterías de las escuelas, hechas de metal frio y duro, y por supuesto nada cómodas.

Rodeamos varias de ellas hasta llegar a una que estaba siendo ocupada por dos hombres que comían algo café y viscoso, espero que sea avena.

Uno de los hombres ya lo conocía, pero no sabía su nombre. Es el hombre de cabellos rubios que vi hace unas horas, me observo un momento y al siguiente sonrió - ¿Cómo está tu mascota? - le pregunto a Dillon mientras que el otro hombre solo me observaba de arriba abajo.

 -Bien- dijo cortante – espérame aquí iré por nuestra comida- no pude decirle nada, se fue tan rápido que ni me dio tiempo.

- Toma asiento – me dijo el de cabellos rubios.

-Sabes cosita, eres ya muy famoso por aquí.

-¿Cosita? ¿Famoso?- realmente no sabía de qué hablaba- Me llamo Axel, y ¿por qué soy famoso?

-Oh, es que Dillon es nuestro General y pues las noticias corren – me decía en tono divertido.

-El generoso Dillon- dijo el otro hombre empleando un tono molesto. Lo observe, es un hombre guapo, fuerte y algo gruñón. Su cabello negro, tez blanca y ojos de color miel. Al parecer no le agradada nada, y su mirada me lo confirmaba, era furiosa. Me desconcertaba un poco, ya que no lo conocía ni el a mí.

Me senté cerca del hombre de cabellos rubios.

-Sabes pequeño- volvió a hablar aquel hombre de ojos miel, me pregunto si tendrá algún parentesco con Dillon- tienes mucha suerte de que Dillon sea amable, el siempre siente que tiene que salvar a todo el mundo.

-Frank, déjale en paz, ¿quieres? - me defendió el hombre rubio.

-¡¿Que le deje en paz?! Por su culpa casi morimos. La mitad es una cosa viviente y nosotros tuvimos suerte- recuerdo que cuando Dillon me arrastro hasta el vehículo, sus hombres luchaban para evitar se mordidos y para salir de allí- Deberíamos haberlo dejado en ese parque para que se lo comieran esas cosas, pero no. Dillon se sentía con el deber de ayudarlo, pobre ratita- me comencé a sentir incómodo y molesto por sus comentarios.

- No soy ninguna ratita. Me llamo Axel. Y yo no le pedí que me ayudara – levante un poco el tono de mi voz.

-No me importa. El hecho aquí es que eres la razón por la que la mitad de mi equipo están muertos – estaba a punto de contestarle, pero alguien a mi espalda hablo.

-¡Lárgate, Frank! No quiero verte – era Dillon.

-No lo hare porque debería. Tu siempre arriesgado, ordenando al equipo. No me parece – se levanto de su asiento el joven Frank.

-Dije que te largaras, no te quiero verte en este momento. Al rato tu y yo hablaremos – sin mas me entrego mi charola con comida y se sentó a mi lado.

-¡El que debería irse es el!- me señalo con el dedo índice para reafirmar. Dillon lo ignoro-¡Bien! ¡Me voy! Aunque el que debería irse es él no yo- tomo su charola y alzo la mano libre en forma de desesperación.

-No lo tomes importancia. Es un niño algo berrinchudo. Come.

El resto de la comida estuvo tranquila todos nos limitamos a comer. En mi mente las preguntas se formulaban una tras otra. ¿será verdad que estos hombres no saben nada del incidente? ¿Qué habrá pasado con las demás personas? ¿Habrán podido llegar a un refugio? ¿Qué clase de virus es tan agresivo que vuelve a las personas locas y violentas?

 

 

Notas finales:

 


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