CAPITULO 2
Luego de la sorpresiva y para nada desagradable visita de Ariel, Damián se encontraba con una gran sonrisa en el rostro, feliz de que él haya venido a verle sino que además le había dicho que lo esperaría. ¿Podría haber una mejor noticia que es?
-Tienes una llamada Damián – La voz de su madre lo hizo volver a la realidad, pues se escuchaba disgustada y eso lo llevo a pensar ¿Será que los vio?
-De acuerdo, voy de inmediato –Ni siquiera le preguntó quién era que lo llamaba, lo descubriría enseguida el mismo.
Contesto el teléfono y lo primero en escuchar fue:
-¿Siempre tardas tanto en atender el bendito teléfono? -Esa voz, solo puede ser una persona –Sabes lo mucho que detesto esperar.
Era Fabián.
-Oye vine lo más rápido que pude, además no llamaste en mi celular.
-¿Que no lo hice? Llevó como 20 minutos intentándolo, pero es imposible me deriva las llamadas –Por supuesto, había olvidado que dejo el celular en su cuarto y en silencio.
-Tienes razón lo siento – Se disculpó, estaba tan entretenido con Ariel, que lo último en lo que su mente pensaría es en el celular.
-De acuerdo, por ser tu día te disculpo…por cierto ¡Feliz Cumpleaños! – Lo último lo dijo tan fuerte, que Damián separó el teléfono de sus oídos.
-Gracias Fabi, pero no era necesario tanta energía en tus palabras –Enserio, no era necesario pensó sonriendo.
-Claro que sí, además…hey…espera…ya te lo paso –Al parecer esta con otra persona –Bueno, te paso con Gabriel, quiere felicitarte también.
No pudo evitar reírse, esos dos son un desastre.
-Hola Damián, amigo, muchas felicidades –Escucho la voz de Gabriel, el junto a Fabián eran dos de sus amigos más cercanos del colegio, los estimaba mucho.
Luego de un buen rato de charla, los chicos convencieron a Damián de ir esta noche a Solar, un club social donde cada tanto iban para despejarse y bailar.
-Por supuesto que estaré allí –Le confirmó Damián a Fabián, que en un tiempo de la charla volvió a apoderarse del teléfono.
-Genial hoy a las nueve, por cierto ¿te traerá el chofer o quieres que pase por tu casa? –Le preguntó Fabián.
-Ven por favor, eso será más fácil.
-De acuerdo a las nueve entonces, nos vemos.
Y dicho esto ambos colgaron, Damián estaba feliz, hoy tuvo la visita de Ariel, sus amigos le invitaban a una fiesta en el club por su cumple, todo estaba muy bien, omitiendo lo acontecido a las primeras horas, y además de que aún no consiguió permiso de sus padres.
Aunque confiaba en que se lo iban a conceder, desde su separación con Ariel, ellos eran un poco más liberales.
Al llegar a la fiesta, fue sorprendido por todos sus compañeros y amigos de otros cursos, que fueron invitados por os organizadores (Gabriel y Fabián). En el lugar, había platillos muy diversos para todo tipo de gustos, ya que el lugar era bastante costoso y solo gente adinerada asistía. Lo siguiente fueron las horas de baile continuo que dejaron a los tres chicos exhaustos.
Fueron hacia unos bancos para descansar, Damián les contó lo sucedido con Ariel y de lo que él le había dicho.
-Que buena noticia Damián, eso significa que a pesar de ese año sin verse Ariel aún siguió pensando en ti.
-Exacto y eso es lo que más me alegra Gabi, que aún me quiera.
-Pues bien nene, pero ¿qué vas a hacer con tus papas? Recuerda que ellos te obligaron a terminar con el –Fabián tenía razón, si sus padres lo saben, no creo que les agrade la noticia.
-Pues creo que…-Damián no pudo continuar con lo que iba a decir, alguien le toco el hombro lo que lo llevo a voltear.
Se encontró con un chico de último año llamado Enrique, era un muchacho tímido pero muy amable.
-Felicidades Damián.
-Enrique gra…
-Vaya y se puede saber ¿quién demonios te invitó? –La voz tosca de Fabián para con Enrique evito que Damián continuase.
-Hola Fabián –Las palabras de Enrique se apagaron al escuchar a Fabián –Pues me invito Gabriel –Fabián miró a Gabriel con cara de pocos amigos, mientras que este asintió sin problema-Además te vez lindo hoy sabes –Le sonrió.
-Por favor Enrique, yo siempre me veo, me siento y luzco bien aunque…–Fabián hizo un gesto indicando que estaba pensando para luego continuar –aunque al verte ya no me siento bien mugre, así que por favor vete –le ordenó.
-Fabián basta –Damián y Gabriel se exaltaron al mismo tiempo, no podía ser que lo tratase de esa manera, Enrique perdió totalmente esa sonrisa que tenía a causa de haber oído las palabras hirientes de Fabián.
Sin embargo, este ni siquiera se inmuto, sino que siguió observando a Enrique con asco, en verdad detestaba a ese tipo, pues desde hace un año que lo perseguía, lo invitaba a salir al cine, a tomar un café, a ir a un baile, pero Fabián lo rechazaba de manera grosera y vulgar.
-No puedes hablarle de esa manera –Le reprochó Damián.
-Pues yo de esta mugre hablo como quiera y si no desea que lo trate así pues que se aleje de mí lo más lejos que pueda.
Los ojos de Enrique comenzaban a cristalizarse al escuchar las expresiones de Fabián, Damián no pudo evitar sentirse mal al verlo, le parecía terrible la forma en que Fabián lo trataba.