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Sleep íncubo por Mask Matt

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Notas del fanfic:

Otro fic, que se me ocurrió al leer cosas ewe

Siento que me endrogó con cada fic nuevo uwu haha

<3

Notas del capitulo:

Bien, había tenido varios capitulos de este fanfic, pero ahora que lo he retomado me dije: Debería de juntar todo en un sólo capítulo y hacer estos más largos, ¿porqué no?

En fin, es lo mismo que ya algunos han leído.

En pocos días espero actualizar después de tanto tiempo dejado.

Caso No. 102 949

10 de noviembre de 1995

Mihael Keehl.

Tiempo de trabajo:   1 año con ocho meses.

Ocupación:    Mesero en el restaurant Whammy´s.

Paradero:    Desconocido.

Este caso se ha vuelto uno de los más exuberantes y aterradores de toda la ciudad. Un joven de unos dieciocho años aproximadamente, desapareció sin dejar rastro, dejando solo su cama sin tender junto con unos líquidos extraños; los médicos aún no saben de donde proviene dicho fluido, pero todos concuerdan de que no es normal. Al parecer se había marchado de su hogar por voluntad propia, pero registros indican que no salió para nada de la ciudad, ni tomó transporte, no había revelación de donde pudiera encontrarse, ni siquiera parientes cercanos, nada.

Lo extraño de esto, es que no solo se conoció al mencionado de una forma peculiar, según cuentan es que era un íncubo. Sé que es ridículo, comparar a una persona con un demonio del sexo, ¿Qué mierda piensa esa gente? ¿Qué tienen en la cabeza? Pero la gente no solo habla por hablar, al menos eso es lo que yo creo.

El chaval era alguien demasiado apuesto, poseía una belleza inigualable y un carácter difícil con el que lidiar, todo un esplendor de persona. Quizás fuese la envidia a su aspecto que lo catalogó como demonio, fuera de lo normal para muchas personas. Pero sigue sin tener lógica esto, algo debe de estar relacionado, algo, una pequeña pista, un simple pedazo de prueba que nos diga con exactitud qué tiene de verdades  en esos disparates de leyendas. Personalmente considero, que es un dos por ciento en cuanto a  posibilidad de que sea cierto aquello, aunque no sería demasiado fiable. Lo demás es más probable que suceda, una simple mentira, un rumor de alguien rencoroso por la presencia de otro ser, esa sería una respuesta más lógica.

Comenzó un siete de mayo de mil novecientos noventa y tres, un serio y calmado rubio caminaba despacio en dirección a su trabajo, llevando su uniforme para ejecutar dicho puesto y comenzar con la jornada del día. Se le vio atendiendo diferentes mesas, nada fuera de lo normal, en realidad fue un día cualquiera para sus compañeros pues comentaron que no demostraba señales de querer salir de su rutina diaria o que estuviera harto de ello.

Así habían pasado las semanas en que la escena se repetía constantemente. Hasta que un día, ese mismo día, terminando su trabajo, tomó una desviación al regresar a su casa, era el camino más largo pero al parecer no le había importado. Cámaras de seguridad siempre estaban grabándolo, ya que por su casa habían varios negocios, no había noche en que no pasará por estas y se le viera irritado, suspirando y soltando una que otra maldición antes de meterse en su hogar, desayunar y seguido quedarse dormido.

A pesar de la desviación que hizo, llegó sano y salvo a su casa, aunque lo anormal fue que no prendió las luces en ningún momento, al parecer se fue directamente a dormir. Después de eso, a pesar de haber amanecido y tener que ir a trabajar, en ningún momento se le vio salir, a ninguna hora. Siguieron los días y era lo mismo, los vídeos mostraban a innumerables personas pasando por las calles pero nunca captaron de nuevo a este chico.

Fue cuando la policía intervino, los vecinos le habían informado de la situación y sin más se adentraron a la casa. No había nada anormal, de hecho todo se encontraba en perfecto orden a excepción de su habitación que se encontraba en condiciones extrañas, más que nada su cama, revuelta y con los ya mencionados líquidos sobre ella. No se encontraron huellas ajenas a las del blondo, lo cual hizo del caso un verdadero espectáculo…

Por falta de pistas, la investigación se dejó, cerraron el caso y se fue perdiendo con el tiempo la historia tan rara que nunca se pudo resolver.  No hay más datos que registrar.

Detective. L. Lawliet.

—Mhn… Y pensar que tengo que encontrar un buen caso para poder graduarme…— un descuidado pelirrojo mantenía un libro en una de sus manos, sentado en las tantas sillas de la biblioteca. —Este suena interesante… aunque parece difícil de resolver… que problema…—

— ¡Ey, Matt! Tenemos que irnos, ¿Qué tanto haces? —

—Busco el tema para lograr que me pasen, se supone que a eso veníamos, Ligth. —

—Bueno eso no importa… — camino lentamente hasta llegar atrás de su compañero.  

— ¿Tomarás ese? —

— ¿Ah? Sí, será complicado. —

El castaño solo lanzó un largo chiflido y sonrió.

—Pues así parece… solo ten cuidado con esas cosas... Nunca sabes lo que provocarás. —

—Lo tendré, ¿vale? Será mejor que regresemos a la clase, no quiero que me regañen de nuevo, ya bastante tengo con el primer maestro. — sonrió divertido y se levantó de la mesa, sosteniendo el archivo en su brazo.

Ambos muchachos salieron de la biblioteca y se dirigieron a sus respectivas clases. Pasaron las horas y el maestro Teru pidió a sus alumnos que le enseñaran su caso de investigación, era necesario para poder salir de la escuela y ser recibidos con diplomas de detectives.

—Jeevas, ¿sería tan amable de enseñarnos su caso? —

El mencionado suspiro, vaya que tenían algo en su contra ese día, asintió y se levantó, caminó un poco para quedar enfrente de todos.

—Soy Mail Jeevas, mi seudónimo de trabajo es Matt y esté… — levantó la carpeta color negro con el nombre del desaparecido, mostrándola a todos. —Será el caso en que trabaje… — mostró una gran sonrisa con confianza.

—Carpeta negra, eh~ Estás decidido a resolver un caso que nunca se pudo, ni siquiera por el famoso detective L, ¿estás seguro que quieres tomarlo? — el profesor sonrió y se acomodó mejor sus lentes para poner atención; sería muy interesante.

—Por supuesto… aunque sinceramente será un coñazo. —

—Nada es imposible, ¿verdad? Muy bien, comienza. —

Asintió energéticamente y sin más se dispuso a redactar lo que contenía la hoja. Al terminar de hacer presente su opinión personal del caso, sintió como su oído comenzó a zumbarle y sentía exactamente que le picaban.

“Tsk”

Se escuchaba sin cesar, provocando que se olvidara de donde se encontraba y desesperadamente comenzará a tallar su oreja, en seguida el sonido de ese chistar se detuvo, se sintió aliviado y continuó normalmente su redacción. Sin embargo, está vez pudo escuchar como un susurro decía suavemente muy cerca de su oído, dejándolo con las palabras en la boca y petrificado.

“Nunca sabes en lo que te metes, cosas que son simple curiosidad terminarán por matarte, Jeevas.”

Un escalofrió recorrió su cuerpo, seguido de un mareo y su vista se tornaba borrosa, en pocos segundos todo comenzó a darle vueltas y finalmente cayó en el suelo lentamente, escuchando las incesantes voces de sus compañeros retumbando en su cabeza, manteniendo imágenes de los que se acercaban para ayudarle y al último todo se pintó de negro…

Todo rincón de ese desconocido lugar estaba oscuro, no podía ver nada, ni siquiera sus manos que se posaban frente a su rostro o al menos eso creía, ya no estaba del todo seguro de lo que hacía o no, necesitaba ver.

“Matt~ Mhn… Ahhh…”

Un cálido aliento le golpeo de lleno en la espalda, haciendo que se erizará por completo. Sentía como unas manos se apresuraban a subir por el largo de su pecho, deteniendo su andar hasta sus pezones; estimulándolos. Una piel se juntaba con la suya, su cuello fue asaltado por besos incesables, entonces sintió como su cuerpo comenzaba a reaccionar a tales acciones. Asustado solo pudo sacudirse un poco, ¿Qué pasaba?

El movimiento en su cuerpo ceso, dejándolo solamente desconcertado, su respiración se había agitado demasiado, nunca antes estuvo así y en ese silencioso espacio, podía escuchar claramente los latidos de su corazón, que se habían acelerado de golpe.

Pareciera que su tormento hacía terminado, con más confianza se dispuso a caminar en la nada; no sabía porque se le ocurrió algo tan estúpido como moverse, en primera: no sabía ni a donde iba, en segunda: ¿A dónde quería llegar exactamente?

Aun sin saberlo solo siguió caminando hasta que desde lejos apreció un rayo de luz, iluminando un gran sillón y en este parecía estar recostado… ¿un felino?

Se fue acercando lentamente, aun indeciso de lo que se trataba todo aquello. Entre cada paso, más sentía como el miedo recorría su cuerpo, aquella cosa estaba peluda y con escamas, no sabía exactamente si eso era pero se veía desagradable. Un paso más, podía apreciar que dormía pacíficamente, apenas y se podía distinguir en donde se encontraban sus parpados, por tanto pelaje o lo que fuera que lo estuviera tapando.

Intentó lo más que pudo ser cauteloso, sentía ansias por tocarlo, saber que era realmente. Acercó su mano, que temblorosa se acercaba de manera lenta, aun dudoso si hacerlo o no. Estando a casi nada de tocar una parte de ese misterioso ser, los ojos de este se abrieron repentinamente, provocando que el pequeño chico retrocediera de inmediato.

Los ojos contrarios que se iban despabilando, observaron con duda al intruso, no paso mucho tiempo para que logrará identificarlo y mostrarle una gran sonrisa en su velluda cara. Se estiró un poco, divirtiéndose de la graciosa reacción del otro; se le veía asustado, temblaba en el mismo lugar donde quedó cuando había retrocedido.

El cuerpo de la criatura comenzó a cambiar de aspecto; el pelaje se le comenzó a caer, mostrando una fina y blanca piel, su textura parecía demasiado suave y provocadora, dejando visible piernas, brazos, pecho, un rostro con ojos, boca, ceja, nariz… una completa figura humana a ojos del pelirrojo.

—“¿Q-Quién eres?” — se animó a preguntar con un sutil temblor en su voz.

En un abrir y cerrar de ojos, la figura desapareció, dejando solo el sofá y siendo este aún iluminado. Buscó desesperadamente con su mirada a la extraña criatura, no, al ahora ¿humano? No entendía que pasaba, no sabía cómo fue que se había metido en aquello pero sin duda era un problema y un gran pase a un paro cardiaco instantáneo.

Camino muy apenas como pudo hasta llegar al sofá, lo observó unos instantes y seguido se sentó en este, era real, joder… Algo no estaba bien, peligraba, de eso estaba seguro. Palpo el mueble por completo, perdiendo la piel de sus manos entre el abundante pelaje que había quedado ahí, era tal cual como la de un animal, de eso no había duda.

Suspiró, no sabía nada, se sentía tan ignorante y desafortunado. Estaba dispuesto a levantarse pero unas manos sujetaron sus hombros, impidiéndole que lo hiciera, devolviéndolo bruscamente al sillón y sin intención de dejar que hiciera lo que quisiera.

—“¿Qué?” —

Intentó levantarse por la fuerza pero sus intentos eran en vano, esa cosa tenía más fuerza que él, debía reconocerlo. Un peso cayó de lleno en sus piernas, haciendo que diera un leve grito de la impresión, ¿Qué cosa estaba encima?

Sus ojos se desorientaban y veían a todas direcciones, no veía que tuviera nada enfrente, pero el peso seguía ahí. Escucho un suave gruñido, casi como un ronroneo cerca de su oído, seguido de unos colmillos que se incrustaban en su cuello de manera lenta pero potente, sentía como un líquido tibio salía de donde ejercían fuerza y un punzante dolor se hacía más y más fuerte en esa misma zona.

—“¡Ah!” —

Apretó fuertemente sus labios, no quería seguir con eso, era extraño y solo provocaba qué se llenará de miedo y una excitación que para nada era voluntaria. Una presión más se sentía en su entrepierna, masajeando en círculos y provocándole que soltara uno que otro gemido.

—“B-Bas…ta…” —

Sus ojos se abrieron rápidamente, dando paso a su visión al fuerte calor del atardecer. Paso su mano por su frente que se encontraba aperlada de sudor junto con unos cuantos cabellos de su rojizo cabello pegado en esta. Se reincorporó despacio, dudando por unos segundos de en donde podría estar, finalmente se percató de que estaba en la cama de la enfermería.

“Obviamente” pensó para sí mismo, ¿A dónde más lo llevarían, si no era ahí?

Espero unos cuantos segundos para que su vista se acostumbrará al brillo en la blanca habitación, seguido busco sus preciadas gafas, ya que, si la luz le había calado era porque no se encontraban en su sitio correspondiente; tapando sus ojos.

Las sensaciones de ese extraño sueño se sentían aun presentes, su cuerpo le ardía y seguía agitado. ¿Qué había sido ese sueño? ¿Por qué lo tuvo? ¿Era quizás un sueño húmedo? No, vaya gustos había que tener para soñar con un monstruo y seguido que te viola una cosa que ni siquiera puedes ver.

—Veo que ya despertaste, nos diste un gran susto a todos... ¿estás bien?—

El pelirrojo ignoró aquello, lo que buscaba no lo encontraba y comenzaba a desesperarse. Por su lado el joven castaño sonrió divertido, se encontraba sentado a un costado de la cama. Con tranquilidad buscó en su bolsillo y sacó lo que tanto buscaba su compañero.

— ¿Ahora puedes prestarme atención? — dijo enseñando las gafas en una de sus manos.

Matt bufó por lo bajo y solo asintió, agarrando el objeto y colocándoselo. Light aclaro su garganta dispuesto a continuar con lo que intentaba decirle al pelirrojo.

—Bueno, tu estado no es muy bueno, supongo… El profesor Teru cree que estaría mejor si dejarás el caso que elegiste. —

— ¿Ah? No me salgan con estupideces, ¿eso que tiene que ver con esto? — había dicho eso en un tono algo irritado, después de todo no sabía que pasaba con él.

—Bueno eso yo no lo sé, deberías hablarlo con el profesor, yo solo te lo hice saber. Vaya mal genio que te cargas… — intentaba hacer más llevadero el ambiente que a su parecer estaba tenso.

—Mhn… Si, tienes razón. Perdona eso, Light. — trató de tranquilizarse, no era momento para peleas absurdas.

El chico solo sonrió, se quedó unas cuantas horas más platicando con su amigo, explicándole sobre la entrega de trabajos; tenían un mes para terminar la investigación, sino se tenía para ese tiempo, no había graduación en definitiva, pero sabiendo que el caso que había escogido Matt era uno de los más difíciles, además que era el único que había puesto su atención en uno de esos, no le tomarían mucha importancia si no llegaba a resolverlo, sería graduado de todos modos, contando solo los intentos que haya hecho por supuesto.

—Bueno… Eso me parece genial, creo. — sonrió alegre el pelirrojo.

—Agradece que te hacen ese favor. Si no lo llegarás a resolver, no te graduarías. —

—Vale, me quedo claro. —

—Tómalo como un pequeño caso de prueba, un entrenamiento pues. —

—Eso solo lo hace más interesante, ¿no te parece? —

—Siempre te gustaron los retos aunque solo lo notaba cuando jugabas. —

—En definitiva, así veo esto. —

—Ya me lo imaginaba. —

Sonrieron y después de varios minutos salieron de la escuela. Caminaron tranquilamente, Light acompaño a Matt a su casa, llegaron hasta la puerta principal, intercambiaron una que otra mirada graciosa.

—Bueno, te dejo. Más te vale no estar drogándote que te desmayarás de nuevo. — el castaño hizo una graciosa imitación de desmayo.

—No me jodas, sabes que no le entró a esas cosas. — rió y le siguió el juego fingiendo que aspiraba dicha hierva.

—Solo decía. — se encogió de hombros aun con una gran sonrisa en su lindo rostro. —Nos vemos mañana. — hizo un ademán con su mano mientras se alejaba.

—Vale, ve con cuidado. — en cuanto su amigo siguió caminando y se perdió a lo lejos, se dispuso a entrar.

En la casa solo vivía el chico de cabellos rojizos, sus padres hacía un buen tiempo que habían muerto y pues realmente la única familia que consideraba –aunque no fuera de sangre- era su amigo Light. Lo conocía desde que eran pequeños e incluso estuvo con él cuando le informaron de la terrible tragedia. Siempre lo apoyo y ahora después de tantos años, se había ganado su confianza y cariño.

Matt entró y se perdió por unos cuantos segundos en la oscuridad del lugar, cosa que no duró mucho pues de inmediato encendió la luz. Camino despacio, se quitó sus zapatos y se dirigió a la cocina, dejando tirada su mochila en la sala, que se encontraba de paso.

Pasaron los minutos, en ese tiempo Matt se había preparado de comer, –si a eso se le podía llamar comida- solo había hecho sopa instantánea y una soda. Regresó a la sala, buscó unas cuantas hojas para comenzar con el trabajo que les habían puesto esa misma tarde, según le había dicho Yagami,  ya que duró mucho tiempo inconsciente.

Teniendo todo en mano se dirigió a su habitación, encendió la luz encontrándose que estaba en una condición lamentable; bolsas de frituras, latas de refresco, ropa, juegos y demás cosas regados por todo el suelo e incluso su cama y en el escritorio que estaba por ocupar.

—Maldición… necesitaré ser más ordenado… — suspiró, arrojo todo lo que se encontraba encima de una mesa de noche y dejo sus cosas en esta.

Decidió ordenar por completo su habitación, claro, para poder trabajar más a gusto y no tener tanto que hacer el fin de semana. Había mucha diferencia de cómo había entrado en un principio, ahora se veía mucho más decente aunque en realidad casi no se podía apreciar nada; las grandes y largas cortinas, impedían el paso a la luz del día o tan siquiera de la luna, eran muy gruesas, claramente se habían puesto con ese mismo objetivo; dejar todo en oscuridad.

Camino torpemente hasta llegar a su escritorio, prendió una pequeña lámpara y se dejó caer de sentón en la silla, no estaba para nada acostumbrado a hacer mucho esfuerzo pero ya lo había hecho. Se mantuvo inmóvil por unos cuantos segundos, seguido se estiró y trono los huesos de sus dedos.

—Bien, entonces ya que… —-

Comenzó a teclear rápidamente mientras veía de re ojo aquellas hojas. No era mucho lo que tenían que investigar pero aun así, sería algo difícil para él. Para empezar, casi no se sabía nada del chico que había tomado como caso, excepto lo que había puesto el famoso detective L.

“Solo lo que el famoso detective L Lawliet había logrado investigar.”

Volteo por completo su rostro hasta las hojas, dejando de teclear y concentrando su atención solo en estas. Suspiró e hizo una mueca, no era necesario resolver por completo el caso y la verdad no es como si le interesará demasiado, pero algo tenía, ese tan mencionado “no sé qué.”

Estiró uno de sus brazos, alcanzando solo una de las tantas hojas, era la que había leído horas antes justo cuando estaba en la biblioteca. El archivero: un buen lugar para encontrar pistas muy útiles, después de todo, eran de los mejores detectives que han existido en la historia. Leyó varias veces ese mismo documento, tenía que haber algo… Obviamente empezaría con el nombre del chico, era lo más esencial para comenzar con un caso.

Asintió y regreso su vista a la pantalla, ingresando a la red y escribiendo el nombre del susodicho. No tardo mucho para obtener varios resultados con ese nombre, había mucho de ellos, claramente todos eran de diferentes ciudades, edades y en unos se conocían el cómo murieron. Rápidamente esa clase de información fue descartada, si L no había mencionado causa de muerte es porque así era, conocía bien como trabajaba.

Miles de datos pasaban con rapidez por la pantalla, el sonido del tecleo era incesante, archivos que no eran de utilidad se acumulaban y amontonaban en el escritorio, no había encontrado casi nada acerca de ese chico. Pasaron unas cuantas horas, entre tantas páginas, archivos y fichas, encontró algo interesante; la dirección en donde se suponía alguien había desaparecido, debía de ser ese el lugar en donde ocurrió todo pero… ¿hace cuánto fue? Seguramente el lugar había cambiado y la mayoría de las personas no sabían acerca de lo que ocurrió ahí.

Tendría que arriesgarse…

Apunto la dirección y se deshizo de sus gafas que se habían mantenido tapando su vista, tallo con insistencia hasta sentir que se acostumbraban a la poca luz. Dirigió su mirada al papel donde escribió recién, ya era noche como para salir y el lugar era retirado, solamente le quedaba ir por la mañana… que molesto.

Se estiro hacia atrás en su asiento, dejando que su cabeza diera con el respaldo y se mantuvo así por unos largos y relajantes segundos. No quería hacer nada de ahora en adelante, pero tenía tanta curiosidad, tampoco es como si le gustara estar al pendiente de que la justicia se cumpla, no, solo le gustaría tener dinero y una vida relajada, él y sus videojuegos, sus miles de cigarrillos de alta calidad o ni tanta, cualquiera lo haría sentirse mejor.

Sus hermosos ojos esmeraldas se centraron en un solo punto; el techo, tan blanco y liso, no hacía mucho que se había mudado aún más cerca de la escuela, por lo mismo de que era un vago de primera y se desvelaba siempre que podía, su puntualidad siempre se podía considerar mala pero algo tan normal para sus compañeros y maestros.

Sus brazos se mantenían por encima de su cabeza, uno de estos sosteniendo el papel, sin darse cuenta comenzó a jugar con este entre sus dedos, se aburría demasiado rápido y los nervios lo atacaban. ¿Creías que los juegos eran mero hobby? Quizás, pero también era una gran solución para sus molestosas ansias que lo hacían sentirse demasiado atrapado con él mismo, aunque igual la gente le parecía aburrida y fácil de conocer, era nervioso y eso desde que era pequeño, ya se había acostumbrado… algo.

Una suave brisa le movió mechones de su cabello, pero al parecer no lo había notado, estaba ensimismado viendo el techo y pensando en un mil juegos que podría descargar en ese momento pero simplemente se abstuvo de hacer un mínimo movimiento de parte de cualquier parte de su cuerpo y se mantuvo como estaba.

*Tsk*

Le zumbo el oído con insistencia, era desesperante aquel chistar y ahora que lo notaba, era lo que había escuchado en su presentación… Se levantó de un salto y le dio la espalda a su escritorio, viendo en todo lugar, aunque no podía diferenciar bien las cosas de lo que fuera que hubiese. Era de noche y eso simplemente no le favorecía demasiado.

*Tsk*

Se escuchó de nuevo, pero esta vez se encontraba más lejos, sintió un enorme alivio y le invadió una curiosidad que nunca antes había sentido.  El sonido, lo que sea, se había escuchado justo en su cama o eso creía, no estaba seguro ya de que pasaba. Trago saliva, levanto uno de sus pies dispuesto a dar su primer paso en la habitación, podría llamar la atención, eso lo sabía, de… ¿fantasmas? Sonaba absurdo pero era lo único lógico que se le ocurría –bueno ni tan lógico- pero… sonaba interesante, todo eso ocurrió cuando decidió tomar el caso del chico Mihael, algo estaba vinculado. No era tonto, vaya que no lo era.

Su pie toco el suelo, dando paso a una leve risa que sonó por todo su cuarto, siendo siniestro por un momento pero seguido de un gruñido algo más fuerte e hizo que retrocediera el paso que había dado. Justo venia de su cama, estaba en lo cierto después de todo y no era todo, todo le sonaba tan familiar.

Empuño ambas manos, tratando de recobrar coraje, iba a dormir y eso era seguro, si no tendría problemas en la mañana y ya tenía demasiados. Dio otro paso y se mantuvo así, esperando a que un gruñido o risa se volviera a escuchar pero… nada. Enarco una de sus cejas y suspiro, no podía creer que ahora lo sacaran de su propia cama, no lo iba a permitir, pero sinceramente se moría por dentro; sentía emoción mezclado con miedo, demasiado para su corazón, que comúnmente en esa situación se agito sin medida.

Paso tras paso se iba acercando, sin escuchar ningún ruido de nuevo y eso le ponía aún más nervioso y emocionado. Unos cuantos pasos más fueron suficientes para llegar hasta un costado de su mullido colchón, respiro unas cuantas veces, tratando de controlarse. Su mano se posó a unos cuantos centímetros de la cama, lentamente iba descendiendo hasta que pudo agarrar una sábana. Miro fijamente, exhalando e inhalando rápidamente y poco a poco se iban haciendo lento, cerró los ojos fuertemente y de un tirón, hizo volar la fina tela de su cama mandándola hacia el suelo.

Espero estático unos cuantos segundos más, en espera de que le pasara algo, pero… todo estaba en silencio y no parecía que siguiera un próximo movimiento. Abrió lentamente los ojos, nada, ninguna acción, sonido o cualquier cosa. Se encogió de hombros y se dispuso a recostarse, seguramente había sido su imaginación, seguramente no había estado durmiendo lo suficiente, seguramente, seguramente… El pelirrojo imaginaba un sinfín de respuestas a las cosas extrañas que le habían estado ocurriendo mientras se disponía a cubrir su persona entre las cómodas y limpias colchas.

Matt miraba aun el techo, no tenia sueño aun y eso le parecía un poco raro a decir verdad, sería que no estaba acostumbrado a dormir tan temprano. Se dispuso a divagar un poco en la investigación, mañana sería un buen día para ir al lugar aunque son le permitirían el acceso a ingresar en el hogar de quien fuera que esté viviendo ahí. Ya se las arreglaría. No paso casi nada para que el friki cayera en brazos de Morfeo.

*Tsk*

La noche era tranquila, los rayos de la luna daba por completo hacía la casa del pequeño pelirrojo; quién por el momento se encontraba dormido cómodamente en su cama. Las horas pasaban y pasaban, tal pareciera que el sueño del joven, iba a terminar bien en esa noche.

Por otra parte, en un lugar desconocido, se podía escuchar el tecleo de una computadora; rápido, limpio e incesante. Un peculiar joven de cabello color azabache, miraba sin despegar su vista de la pantalla,  sentado en una postura un tanto extraña y sosteniendo una rosquilla con glaseado de fresa con dos de sus dedos. La mayoría del tiempo se la pasaba así; resolviendo casos, tratando de encontrar pistas, errores, aunque fuera la más mínima, siempre había un “algo” que ayudaba a sus teorías.

—Con que es él… —

+++

13:47 p.m.

Hace aproximadamente una hora fue cuando se vio a un joven pelirrojo con googles salir de su departamento con total normalidad. Al parecer tenía otro rumbo, claramente no se dirigía a la escuela, al menos eso es lo que se supone.

He mandado a seguirlo con una persona digna de confianza; siempre me ayuda en lo que necesito y por ahora eso es todo lo que se hará.

15:56 p.m.

Se me ha reportado que el joven llegó a una casa en donde vive una famosa actriz: Amane Misa. Hablaron unos cuantos minutos, enseguida la chica le pidió que entrara de inmediato, claro que se lo había dicho de una manera amable y algo coqueta, pues el otro acepto fascinado. Pasaron los minutos y no se me reportó que haya salido de esa casa aún… 17:34 p.m.

Esto es un tanto extraño, ayer justamente, me informaron acerca de la investigación que no pude resolver hace varios años; algo realmente humillante pero era un caso que no estaba en mis manos resolver. ¿Destino, capricho quizás? Eso no lo sé, pero de lo que es seguro, es que mi presencia en este tablero no es necesaria o más bien, no la requieren.

Siendo un detective muy famoso y muy conocido para los que están pendientes de los asesinos, que muestran interés por esto, no veo la razón del porque no me dejarían retomar el caso directamente de nuevo. Ahora solo es un capricho mío, si, el hecho de que persiga y espíe a ese pelirrojo, es porque está vinculado. Si se ve desde esa perspectiva tiene mucho sentido.

Cuidarlo… más que nada, ese chico es una de las piezas para poder cerrar este caso, para poder armar el rompecabezas.

-Seguimiento de la investigación.-

Nombre: Mail Jeevas

Edad: 18

Ocupación: Estudiante

+++

El sonido del reloj llenaba por completo la habitación, dos personas solo se dirigían miradas, esperando a que uno de los dos comenzará con el incomodo relato o más bien del suceso que pasó hace mucho tiempo atrás.

Matt y Misa habían platicado en la puerta principal, pero no de lo que venía directamente el freak, de hecho, tal parecía que la actriz no sabía nada, pero a Matt no le daba mucha confianza pensar en eso.

—Bueno… He venido, porque necesito información para un proyecto de mi escuela… así que, ¿serías tan amable de ayudarme con eso? — sonrío nerviosamente Matt, recargando ambos brazos en sus piernas, con el propósito de poder acercar más su rostro y poder escuchar con mejor.

— ¡Oh! Pues… Misa- Misa hará todo lo posible por responder lo que quieras saber. —le devolvió la sonrisa y seguido le copio la posición del cuerpo.

—Primero que nada, quiero saber si conoces el caso que se dio hace muchos años en este sitio, más bien por así decirlo, aquí mismo, en tu casa. —movió una de sus manos, apuntando al suelo varias veces con uno de sus dedos.

La pelirrubia se lo pensó un momento, tocando su mejilla con uno de sus dedos y viendo hacía el techo. Matt por su parte solo rodeó los ojos, en la entrada le pareció alguien muy atractiva pero… era un poco tonta, quizás mucho. Espero paciente por una respuesta que ni siquiera llegaba a ser dicha.

Cuando estaba decidido a salir y preguntar a otras personas, como los vecinos, Misa asintió y con su voz chillona, sonando alegre como siempre, se apresuró a decir:

—Seguramente estás aquí por el caso de la desaparición de Mihael Keehl, ¿no? Es curioso… justo me habían preguntado lo mismo pero no eras tú… Creo que era otra persona, no recuerdo…

Los ojos esmeraldas se iluminaron, tendría tan siquiera una pista pero… no podría ser tan probable. Si alguien había venido tiempo atrás para también saber acerca de eso, era malo… probablemente, si no estaba registrado o en cambio, si ya lo estaba, ya lo habría leído, eso de cierta manera era desalentador y por otro lado un tanto frustrante.

— ¿No recuerdas quien fue? Cualquier cosa está bien, como por ejemplo… — miro alrededor unas cuantas veces, viendo también a la rubia, se relamió los labios y continuó. — Como hablaba, color de cabello… Con quién venía… Lo que pregunto exactamente.

Misa solo asintió, se levantó de donde se encontraba sentada y camino a un mueble que quedaba justo al lado de donde se encontraban ambos sentados. Rebuscó entre papeles, hojas, entre otras cosas y finalmente sacó lo que parecía ser una foto. Se le acercó a Matt y le extendió esta.

—Fueron ellos los que vinieron a preguntarme y si me apoyas creo que el de la derecha es muy atractivo... — se acercó lo suficiente, justo estaba a un costado del pelirrojo, rozando su cintura con su hombro y apuntando hacía donde mencionaba al chico.

Matt miro con atención la foto, ignorando por completo a la rubia que comenzó a hablar sobre lo bueno que estaba el tipo. Esa persona, ese rostro, lo conocía pero no sabía muy bien de quien se trataba. Se quedo observando por más tiempo, incluso más cerca, tratando de captar alguna facción, y ahora que lo veía mejor, ¿acaso no era…?

— ¿L-Light?

 — ¿Lo conoces? ¡Eso es genial! Ahora sé que no es mala idea decirte lo que les dije. Es un verdadero prodigio. — canturreo y dio unas palmadas.

—Y-Ya veo… — parpadeo un par de veces, eso realmente no lo esperaba. — ¿Hace mucho que vino? — intentó sonar lo más natural posible, tal parecía que Misa creía que había sido enviado por Light, no podía echar eso a perder.

— ¿Eh? Pueeees… No realmente, me dejo su número y salimos… ¿No es genial eso? Misa-Misa tiene suerte, aunque su amigo es todo un rarito… pero igual es muy listo. — torció un poco la boca y señalo al chico de al lado del castaño.

— ¿Su amigo? Mhn… — alejo un poco la hoja, la piel de ese chico era muy blanca, sus ojos tan negros como la noche y su cabello de igual tono… Se veía que era listo aunque su manera de vestir fuera pobre o más bien sencilla. — E-Espera… — abrió los ojos. — ¡¿L?!

Sintió justamente como se posaban enfrente de él y lo agarraban con fuerza de los hombros, ya no sentía la presencia de Misa, y eso que se encontraba muy cerca. Alzó la mirada… Azul… Amarillo… ¿Mihael?

*Shhh… Sleep*

 

Notas finales:

Bueno, espero que los que apenas lo lean les guste y que los que ya lo leyeron me esperen en la actualización *sí, más tiempo*

De los fics que tengo pendientes, haré modificaciones como en "the dogs and sirvients" que espero y les guste.

Espero comentarios y gracias por leer.


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