Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Sleep íncubo por Mask Matt

[Reviews - 20]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Bueno, subo sólo un capítulo y tardaré en poner el otro pero planeo continuarlo cuando pueda.

*Sí, tomará más tiempo.*

Espero les guste.

“¿Misa sabía?”

La cabeza de cierto pelirrojo daba vueltas y vueltas, no sabía con exactitud en qué momento fue que se había desmayado… Cómo le había pasado varias veces, bastante tiempo atrás.

¿A qué se debía que le pasará eso? Además, algo había notado antes de perder total conciencia, ¿dónde estaba y que hacía?

Sus ojos se abrieron, siendo lo primero que logró visualizar un paisaje coloreado en tonos verdes, en sí, casi todo era verde.

— ¿Árboles?

Se sentó y con una de sus manos verificó que no tuviera ningún tipo de raspón o rasguño. Nuevamente dio un vistazo rápido a su alrededor.

¿Un parque?

Se fue levantando con cuidado, al momento que iba notando como varia gente que pasaba lo observaba con atención. Ahora se sentía apenado por andar haciendo la imagen de todo un “chico vago y sin nada de qué preocuparse”. Se sacudió la ropa, había estado durmiendo en el pasto completamente a la intemperie.

— ¿Qué…paso?

Se quedó paralizado al notar que sus brazos estaban chorreados a lo largo de un líquido negruzco y un tanto brilloso. Lo más extraño es que recordaba haber portado una de sus tantas camisas con manga larga, y ahora estás, no las tenían aunque era la misma.

Tanteo su cuerpo nervioso y muy asustado, tenía constantes escalofríos desde que comenzó a despertar. Pareciera que había durado un largo rato en ese estado de reposo, hasta las piernas se habían entumido. Paso sus dedos entre las hebras de su cabello. Sentía que el cuero cabelludo le ardía, aunque en el momento de estar tocando con la yema de sus dedos no había ningún tipo de dolor o incomodidad.

Lo extraño es que con cada movimiento que estaba ejecutando se sentía cada vez más pesado, como si algo o alguien estuvieran encima y se jactará en su cara por su situación. Sentía claramente un aliento cálido chocar por completo por su boca, demasiado cerca y aún así, no había nada enfrente.

Un poco confundido y sin respuestas aún, con algo de duda en sus movimientos, se movió. Comenzó a caminar, bajando de ese pequeño jardín, que adornaba perfectamente a gusto de cualquiera el parque. En ese tipo de estado ya no podía evitar que lo miren, sólo restaba ignorarlos.

Sentía como el cuerpo le pesaba.

-Matt-

Sus extremidades casi no se lograban sentir, pareciera que habían estado congeladas en algún punto donde perdieron sensibilidad.

-¡Matt!-

¡Mierda, de nuevo lo estaba llamando alguien! Quizás era sólo su imaginación… Quizás todo eso estaba siendo una simple ilusión.

“¿No, Mihael?”

Sus pies no siguieron avanzando, ni su cuerpo obedeció la orden de mantener la compostura y el equilibrio; iba a caer de nuevo. Los ojos se le abrieron en gran medida, ahora no veía hacía lo lejos sino más de cerca; algo sobresalía en el espacio. Era como si una silueta estuviera saltada en algún tipo de dimensión enfrente de él, o quizás estaba partiendo el aire, ni siquiera lo entendía pero ahí estaba, lo veía.

Observó aquella cosa, era una línea, un poco más arriba de su boca. Entrecerró los ojos y fue entonces que se expandió; la línea que estaba totalmente en recta se modificaba y se iba curveando.

¿Una sonrisa?

*Oye…*

Su corazón se acelero al notar el tono de voz escurriendo por su tímpano y haciendo saber que ese algo lo llamaba. Su respiración comenzó a acelerarse y poco a poco el aliento que hace un instante sintió se fue haciendo cada vez más caliente. ¡Le quemaba el labio!

— ¡Matt!

Los ojos perdieron la dimensión que habían captado. Volteó a ver detrás de su espalda. No había nadie.

Suspiró exasperado, ¿qué era lo que le pasaba? ¿Sería por comenzar a fumar a tan temprana edad? No, quizás no fuera eso, llevaba un buen rato fumando sin parar.

— ¡Joder, eres un pesado!

— ¿Eh?

Fue en ese preciso instante; en que su cuerpo fue bajando a causa de un peso ajeno, donde se dio cuenta de que era simplemente su gran amigo y compañero: Light. En ese momento rápidamente sus ojos se dedicaron a inspeccionar de nuevo su cuerpo, ¿cómo era que no veía en la situación que estaba? Ese idiota. Pero, en las condiciones que alguna vez se encontró había desaparecido como si fueran parte de su imaginación. Estaba impecable del cuerpo, quizás un poco sucio pero no exactamente de sangre.

—Te ando hable y hable, eres malo. No eres ni para ver bien a tu alrededor, vago. — Sacudió el cabello rojizo con fuerza, alborotándolo.

Aquellas palabras se le hacían pesadas y sin nada de gracia. No era el momento de andar bromeando, Light.

— ¿Ah? ¡No hagas eso!

Una gran irá lo invadió, sus labios ardían y no estaba para nada tranquilo, su cuerpo estaba por completo fuera de control y, su mente, ¿qué estaba pasando? Y sin darse cuenta estaba frunciendo el ceño, viendo de mal forma al castaño, el cual sólo mantenía su rostro lleno de sorpresa ante su comportamiento, Matt no solía ser esa clase de persona que trata mal a cualquiera y menos si es un amigo muy cercano.

—Agh, te he dicho que no hagas eso… ¿Qué querías? Debiste de hacer esto si querías que te notará, en vez de estar gritando. —Hizo una mueca de disgusto mientras quitaba el brazo ajeno de sus hombros.

Parpadeó el pelirrojo al notar que le era posible controlar su cuerpo y justamente la sensación que tenía se había desvanecido casi por completo. Ahora se sentía mucho más ligero pero el ardor no se iba y poco a poco sentía como iba recorriendo las orillas, llegando apenas a su mentón.

— ¿Q-Qué…?— Tanteo sus labios en busca de algo.

El pelirrojo le dedicó una mirada llena de confusión y algo de molestia ante las reacciones que estaba dando su amigo.

— ¿Mh? ¿Qué pasa?— rodó los ojos y los dirigió a los ajenos con decidido enojo.

Los ojos de color miel revolotearon en la cara de Matt, observando su blanca piel y sus labios que extrañamente se tornaban más rojos de lo que comúnmente eran. Colocó dos de sus dedos en los labios de Matt, los paseo por el largo sin vergüenza alguna hasta que notó un leve moretón en el labio superior, casi topando con la esquina.

Soltó un silbido un tanto pesado.

— ¿Ya tienes novia? — Se alejó y sonrió al parecer forzosamente.

— ¿Ah? ¿Por qué dices? Bien sabes que no. — Arqueó una de sus cejas y enseguida paseo uno de sus dedos en donde había terminado el castaño aunque no notó nada.

—Mh… Nada, nada, que raro… — Paseo nuevamente los mismos dedos, tocando los que Matt había colocado y no había quitado de sus labios.

El castaño se mordió los labios notoriamente y eso al pelirrojo le pareció muy sobrante.

—Deja de bromear. No ando de humor, Light.

—No hago nada de eso, mi querido y fiel amigo… — Arqueó una ceja ligeramente. Se siguió mordisqueando el labio y su rostro se acercaba cada vez más con la del pelirrojo.

— ¿Light? — Su rostro por inercia se iba alejando ante una suposición de que el castaño se acercaba.

Los ojos miel jugueteaban, miraban sin cesar como si quisiera desgastar a su compañero. Al tiempo los ojos esmeraldas no sabían para donde tendrían que mirar, la única reacción coherente que se le pudo ocurrir y en lo único que pudo preferir hacer, fue cerrar los ojos fuertemente.  En ese momento, cuando sintió un leve tirón de su labio, un fino hilo de sangre escurrió por su mentón. Lo sentía claramente.

¿Lo había mordido?

Lentamente fue sintiendo como aquella presencia se iba alejando de su rostro. ¿Light, hizo eso?

—Oye, nos invitaron a una fiesta hoy.

Los pasos no se hicieron esperar, Matt lo había ignorado y se encontraba en la esquina. Light sólo sonrió y lo fue siguiendo en el camino hasta perderse de vista.

*Murmullo, murmullo.*

— ¿Crees que sea necesario intervenir?

*Murmullo, murmullo.*

—No… Por el momento no es conveniente que Matt sepa por completo todo… Necesitamos más tiempo, ¿no le parece de esa forma?

*Murmullo, murmullo.*

—Pero si no nos apresuramos, esto no podría resolverse.

Un sonoro suspiro salió y se dio a notar con un gran hastío.

—Creo que fui muy claro con lo que vamos a hacer. Prepara todo, hoy lo veremos. Está noche.

—Como usted diga.

+++

Después de estar insistiendo, insistiendo y finalmente casi rogando, Matt había aceptado ir a la dichosa fiesta que organizarían los de su escuela por un cumpleaños o algo por el estilo. La verdad que se había desesperado de lo insistente y poco cansado que le resultaba a Light estar hablando de lo importante que era que ambos asistieran.

Claro, Light era el chico más popular de todo el colegio, todo un “Casanova” y prodigio de primera aunque sería una lástima revelar que era totalmente homosexual. Sí, el secreto se lo había revelado en una de las tantas aventuras que tenía el castaño por conseguir a alguien quien le hiciera compañía esa noche; había confundido al pelirrojo con una: “sexy y ardiente mujer”, según le había inventado el cuento al ver que era un chico y nadie más que su mejor amigo, Matt. Cosa que Matt no le creyó en absoluto ya que el castaño lo había estado siguiendo a todas partes seguido del dichoso accidente.

Un aro de humo se posaba por escasos segundos junto al aire, sosteniendo su forma y finalmente ir deshaciéndose de a poco con el poco viento que circulaba de la ventana.

Matt se mantenía viendo el techo con sumo interés, aunque no era del todo cierto. La fiesta comenzaría en pocas horas y ni siquiera sabía que se pondría, siendo eso no muy relevante para los que seguramente irían; sólo idiotas lame culos. La mayoría de esas personas buscaban hacer entrar a Light a su grupo de amigos o algo así, no estaba muy familiarizado con todo eso, siendo que desde que conoció la parte oscura de su amigo habían estado sólo ellos dos en todo tipo de proyectos o investigaciones. En conclusión, la gran parte de los alumnos y/o compañeros del colegio no les agradaba para nada la presencia del pelirrojo, ya que, era bastante claro que Light se uniría a algún grupo que Matt quisiera y simplemente, no estaba interesado.

El cigarro que sostenía en su diestra iba acabándose, y eso era lamentable, tendría que ir por otra cajetilla y encima, no había avanzado la investigación que era proyecto final, además que de eso dependía como lo calificarían. Vamos, el proyecto final no era algo de lo que tuviera que pasar con un simple soborno. Demuestra la clase de detective que eres en realidad, cómo y cuando tienes el trabajo en tus manos y que tan inteligente, que tan ágilmente captas las cosas, las pistas que tienen que ser pan comido para los investigadores y más si son para asesinos en serie. No era un juego.

—Agh, que molesto y encima…— Llevó a su ojos a ver el reloj que estaba en el escritorio.

“18:49”

¿A qué hora se suponía que tenían que llegar a la fiesta? ¿A las siete? Según mal no recuerda, aunque ni siquiera el castaño había llegado por él. Quizás sabía que tardaría en arreglarse y esas cosas.

Sus pensamientos se vieron interrumpidos por el sonido de su timbre, una y otra vez sonaba aunque en cierto tiempo. Sí, era Light.

“Maldición.”

Se levantó con pereza y fue hasta la puerta principal. Abrió y sus ojos notaron un traje fino negro, completamente de etiqueta, combinada con una corbata de color rojo algo brillante. El peinado no era muy cambiante, era la misma división desde el centro. Subió la mirada y una gran sonrisa algo forzada se hizo ver. Sí, estaba apresurado por llegar a tiempo.

“¿Necesitas mantener tu imagen, joven Light?”

Se rió para sí mismo al pensar esas cosas aunque era muy poco común siendo él. Sacudió sin exagerar la cabeza de lado a lado, dando a ver que se tronaba el cuello más bien.

— ¿Matt?

Su apariencia elegante no parecía estar de acuerdo con la actitud del portador. El pelirrojo sonrió con inocencia y arqueó una de sus cejas.

— ¿Sí?

— ¿Sí? No te hagas el tonto, ya debemos irnos. — Señalo el reloj sin ninguna paciencia.

—Ah… Entra, estoy en diez minutos…— Se hizo a un lado dando paso a su amigo.

—Te necesito presentable, Mail.

Uy, golpe bajo. Era muy poco usual que usara su nombre verdadero de esa forma y, tan raro como se estaba comportando, Matt sólo sonrió y continuó como si nada, caminando hasta su habitación con pasos cortos y un tanto burlones. El castaño al ver eso, sonrió ampliamente y lo tomó de la cintura para irlo empujando y que fuera más rápido.

— ¡Para hoy!

Pequeñas risas se escuchaban a lo lejos.

—Claro, Light, deja de molestar.

 ++++

El sonido que estallaba por todas partes era sumamente estresante. ¿Por qué tenía que estar en ese preciso lugar?

Un joven pelirrojo se situaba en un sofá, rodeado de innumerables de adolescentes que bailaban sin preocuparse de su entorno y pegando con su hombro bastantes veces como para que les dirigiera la mirada y estos se recorrieran de sitio.

Light llevaba rato en que lo estaban entrevistando para quién sabe qué de la escuela. Era lo malo de que su amigo fuera tan popular y todo un genio; todos buscaban estar junto a él y en cierta medida, no le importaba pero no había querido estar en ese lugar por cuenta propia, precisamente.

Suspiró varias veces, queriendo dar a entender que estaba por completo aburrido y hastiado de todo eso. Sabía que nadie le haría caso, la música no dejaba ni siquiera escuchar las vagaciones de pensamientos que intentasen hacer.

Rodó los ojos al ser golpeado de nuevo aunque esta vez fue un poco más fuerte que los anteriores. Cerró los ojos ya desesperado, ¿quién había sido el idiota que le pegó?

Dirigió lentamente su rostro hacía un costado, con el ceño fruncido y los ojos aún cerrados. Colocó ambos brazos en el respaldo del sofá en cuanto se acomodo completamente de lado. Estaba dispuesto a armar un escándalo por un simple golpe como ese.

—Imbécil, ¿qué no sabes que la fiesta está llena de per-

Abrió los ojos en sobremanera al sentir como unos labios tibios tomaban control de los suyos, lentamente chocaban ambas de esas partes carnosas mientras Matt intentaba alejarse lo más que podía, pero algo lo sostenía del dorso. No había dado permiso a la intromisión de una lengua en su cavidad aunque había sido descartada la posibilidad de que a esa persona siquiera le importase ser caballeroso.

Su respiración se iba acelerando conforme los besos se iban multiplicando y dejando sin momentos disponibles en que pudiera tomar algo de aire. Sus ojos se cerraron por simple inercia, y cuando se dio cuenta de ello se sentía todo un completo idiota, ¿por qué era en ese momento tan pasivo? Normalmente mandaría a volar a esa persona por lo irrespetuoso que estaba siendo.

Había fruncido el ceño hasta que sintió como unas manos -no muy grandes- recorrían el largo de sus muslos, lentamente y ejerciendo una fuerza que, sinceramente, lo estaban poniendo nervioso.

¿Qué le pasaba a ese? ¿No tenía conciencia de dónde se encontraban?

¡Esto no era una puta orgía!

*¿Seguro?*

Escuchó a lo lejos un chasquido de dedos, curiosamente, lo había escuchado a la perfección. Los ruidos que lo estaban atormentando hace unos instantes se habían esfumado de repente, quedando un ligero eco y llenando todo de negro. Las luces ya no chocaban con sus parpados; no veía ese tono rosa que le dejaban. Ni siquiera sentía que lo estuvieran besando, ni tocando.

Lentamente fue abriendo los ojos con algo de miedo. No había mucha diferencia de tenerlo o no cerrados, puesto que alrededor sólo lo alumbraba una luz tenue, para su sorpresa en un tono grisáceo. Con suma curiosidad, mezclada con ápices de miedo, fue volteando hasta checar por completo su alrededor. Era tal como aquella vez en que visualizó a esa criatura.

*Pic, pic*

—“¡Agh!”— llevó ambas manos a su cabeza, sosteniendo está con fuerza.

*Pic, pic*

Sentía como le estaba dando pequeños golpecitos, justo en el medio de su cabeza. Normalmente lo dejaría pasar, estando en una situación que no era muy favorable pero esto no era algo que pudiera sólo ignorar. El sonido que le provocaba en el interior era muy agudo y destructivo para sus oídos, incluso se mareo un poco al no cesar cinco golpecitos dados seguidamente.

—“¡Déjame!”

Sacudió la cabeza y al mismo tiempo se puso de pie e hizo la misma acción con su cuerpo. Observó alrededor, pareciera como si se encontrará parado en un lago o algo por el estilo, la luz grisácea iluminaba ondas como las que se formaban en esos lugares con abundante agua.

Dio el primer paso y con ello un golpecito en la espalda, se paralizó por unos segundos, eso estaba dejando que su cordura se mantuviera intacta; el lugar donde había sido tocado comenzó a quemarle de una manera desesperadamente irritante. Iba a quejarse y patalear si era necesario. Fue en ese entonces que le rodearon la cintura dejando la misma sensación que el de hace unos momentos.

Su cara se lleno de terror al ver que eran brazos y manos de un humano, ¿cómo era posible?

*¿No volteas?*

Un ligero olor a chocolate se le colaba por la nariz sin poder evitarlo. Cómo aborrecía ese olor aunque en este era un tanto diferente, estaba causando una reacción en su cuerpo; su temperatura comenzó a bajar y enseguida que estaba totalmente frío y sin sentir las partes de su cuerpo, subió, como si nunca hubiera conocido la sensación de tener calor, de ese que es abochornante pero a la vez nada incomodo.

Subía, subía y seguía, ahora parecía que se estaba quemando y sus lágrimas empezaron a salir. Era una sensación sobrehumana, ¿qué estaba pasando?

—“¡Ya!”

De repente, todo se calmó, ya no había ni frío ni calor… Sólo sentía un aire fresco que daba en todo su ser. Se mantuvo estático, ¿dónde estaba? Sus ojos desesperadamente se pusieron a buscar en todas partes algún tipo de salida, no podría seguir con eso, estaba confundido, aterrado, indefenso. ¿Qué pasaba con todo eso?

Un silencio lleno el lugar, ahora era posible decir que escuchaba su corazón latir e ir acelerándose mientras más atención le ponía. Al mismo tiempo oía claramente como su cuerpo palpitaba y cada movimiento, por más mínimo que fuese producía un ligero sonido chillante, muy exasperante.

Tenía que hacer algo y quitarlo él mismo.

Se trono el cuello hacía un lado, tratando de calmarse. Por ahora se había deshecho de los sonidos exagerados de su cuerpo. Todo iba bien, tendría que moverse antes de que se volviera loco en ese pequeño o gran espacio que tenía alrededor pero, ¿hacia dónde iría?

Una gran sonrisa se formo en su rostro al saber que ahora podría deshacerse de esas cosas con tan sólo mover algo de su cuerpo, esa era la clave para salir de ahí. Poco a poco iba viendo cada vez más cosas; muebles, sillas, cuadros, botellas de alcohol derramadas y arrojadas en cualquier punto de la casa, no había ni un solo rincón que mantuviera su vista original. Esas eran las cosas de la fiesta a la que había ido con Light.

En ese caso, no se encontraba fuera de ese lugar, sólo todo el alboroto se había terminado y seguramente había quedado dormido o algo por el estilo.

—“He ganado… No va a pasar nada.”

Con más confianza que en un principio fue dando paso a paso hasta casi llegar al sofá donde había estado casi toda la noche. No sabía cuánto añoraba sentir esas cosas en la palma de su mano y cuan real estaba siendo todo, por un momento se había creído varado en otra clase de dimensión.

Soltó unas leves risas con fuerza al pensar lo estúpido que había sido pensar de esa forma, por supuesto que no tenían nada que ver, sólo se había estado sugestionando. Más alegre que nunca recargo las manos y las rodillas en la base del sofá, dispuesto a dormir un poco aunque viendo el sofá más de cerca… Podía notar unas ligeras manchas, no, más bien eran como alguna clase de estampado que nunca antes había visto.

¿Estampado o espejo?

Eso parecía, un espejo, se veía a sí mismo en las colchonetas que estaban frente a él. Enfocó mejor la mirada y notó algo detrás. En ese preciso instante en que notó que ese “algo” sonreía, intentó voltear tan rápido como le fuera posible.

¡¿Qué era esa cosa?!

*Eres mío…*

Algo se encontraba justo detrás de él, respirando lentamente contra su nuca. Su aliento se sentía caliente y por alguna razón estaba exageradamente nervioso. El pelirrojo comenzó a reír, no sólo de nervios sino que eso ya no le daba tanto miedo como hace unos segundos, todo iba empeorando.

Una mano se colocó en su cabeza, inclinándola y pegando uno de sus cachetes en una colchoneta. El simple acto parecía muy grosero aunque, sentía Matt, que lo mejor era no resistirse. Podía presentir unas largas uñas rozar con su piel y picando el sofá a pesar de la gran distancia que había entre ellos.

*¿Listo, M-A-I-L?*

Aquello lo había escuchado lento, pausado con dejé de burla y suma diversión.

¿Cómo sabía su nombre?

Una serie de recuerdos le fueron expulsados en la cabeza, como si de una bomba se tratará. Diferentes formas y colores aparecían en cada rincón de su espacio de memoria, un sinfín de imágenes se cruzaba, revolvían, al igual que los colores y se iban haciendo borrosos. Un grito largo, fuerte y desgarrador salió sin pudor de la garganta del pelirrojo al verse sometido a tanta información en un sólo instante.

Comenzó a sudar y a quedarse sin fuerza en ambos brazos. Las escenas que estaba viendo se iban reduciendo y pasando con velocidad. Ahora, después de unos cuantos minutos sólo se estaba enfocando en un cuerpo sudado y desnudo, el dorso ligeramente bien formado. Iba controlando lo que veía en ese recuerdo, fue subiendo la vista hasta dar con la cabeza de esa –al parecer- persona.

¡Era él mismo!

El cabello rojizo se encontraba empapado en sudor, sus mejillas sonrojadas y muy notorias, su boca entreabierta y los ojos cerrados. Tal parecía que sus manos se aferraban a algo que tenía enfrente. Al ver esto, Matt con el control que tenía, fue viendo al otro lado y ahí estaba, tan humano como si nunca hubiera muerto.

“¿Qué?”

Se ruborizó al momento en que dicha acción paro y lo habían retrocedido, arrebatándole todo ápice de autoridad que había tenido en ese vago recuerdo. Un poco confundido volvió la mirada hacía enfrente y se puso pálido como una hoja. Sus labios empezaron a temblar y sus dientes seguían el mismo ritmo, tallándose entre ellos sin control alguno. Su cuerpo sentía como le recorría un escalofrío por la espalda. Eso no podía ser cierto.

++++

Un cuerpo se encontraba en reposo sobre una camilla, se mantenía tranquilo al momento de respirar, eso indicaba que todo estaba en completo orden aunque aún no se entendía el motivo de tener a una persona en la base de las investigaciones que hacían.

Se acercó al cuerpo, había estado a unos cuantos metros alejado y observándolo constantemente sin decir nada más que lo que fuera necesario al momento que llegará esa cosa blanca que tanto lo hacía enojar. Paso uno de sus dedos en la mejilla blanca aunque nada molesta de esa persona.

— ¿Qué haces aquí?

Fruncía el ceño y lo veía con decisión al momento en que se iba acercando, atraído de nuevo por esos labios rojizos. ¿Qué era lo que le estaba pasando? Sentía la gran necesidad de decirle lo mucho que lo apreciaba y lo bien que se sentía al estar a su lado, que esos latidos enloquecidos no eran para nada un juego, estaba siendo totalmente sincero.

Al momento de seguir avanzando hacia esos labios, un ligero movimiento de parte del contrario le hizo retroceder de inmediato. Su respiración se había acelerado y ahora, escuchaba los pasos cortos y apurados que amenazaban con quitarle nuevamente la oportunidad de hacer lo que planeaba.

—Maldita cosa blanca…

Se alejó y con paso tranquilo aunque algo apresurado, se dirigió a la silla en que se encontraba desde hace varias horas. Sacó uno de los tantos libros que se había llevado para pasar el tiempo de espera. La puerta corrediza se abrió, y de ella pasaron un solo hombre.

—Nada ha cambiado, por lo que veo. — dirigió sus orbes grisáceas hacía el castaño que parecía estar demasiado entretenido con el libro.

—Y como lo vez. — no despegó la mirada de las letras que ni siquiera había leído, ni el libro había empezado en realidad.

Unos pasos cortos más se escucharon casi llegando hasta el lado de la camilla. El joven intruso se mantenía estático observando al raro espécimen que tenía enfrente. Curiosamente era un tanto lógico con la situación, en cualquier momento pero en está ocasión no había podido mantenerse de esa forma. ¿Quién era ese chico realmente?

—Necesitamos revisar el caso en que estaba trabajando Mail… Sé que sabes de eso.

Los ojos castaños se dirigieron al frente con suma furia, ¿qué tanto a estado vagando, ese idiota? Su sonrisa se ensanchó.

—Veo que tu interés no tiene nada que no quiera saber sobre él.

—Por favor, no finjas arrogancia, Light. Es parte de lo que estábamos investigando, te aseguró que esto tiene un buen fin y que, a tu gran amigo, no le ocurrirá nada que no sepas. — sus labios se curvearon, no tanto pero lo suficiente para notar que estaba sonriendo.

Light enojado por supuesto, sólo bufó a un costado y se cruzó de brazos, dejando el libro en sus piernas.

—Más vale que sea así, podría hundirlos cuando se me dé la gana… A ustedes dos.

Unos cuantos tosidos llamaron la atención de los dos individuos, que inmediatamente y con suma sorpresa llevaron a sus ojos a presenciar algo insólito.

Frente a sus ojos y sin ninguna vergüenza, la cobija que rodeaba al invitado en ese lugar se iba quitando de encima de este, dejando expuesto por completo el cuerpo que apenas y lo cubría una bata delgada. Ambos de los presentes parpadeaban sin creer que estaba ocurriendo, ¿estaba siendo víctima de algo paranormal? Es más, estaban siendo testigos de algo como eso.

Unos pasos llegaban desde afuera y los dos chicos voltearon con algo de miedo. La puerta lentamente se estaba abriendo y al momento de abrirse por completo se dio a ver a un chico con cabello azabache y ojos negros, incluso más que su propio cabello.

La acción que estaban presenciando hace unos minutos continuaba, el invitado se notaba intranquilo con las mejillas sonrojadas. En escasos segundos la habitación se encontraba fría, como si estuvieran encerrados en un frigorífico, podían notar como sus alientos salían como vapor y sus cuerpos iban entumiéndose conforme no se movían.

— ¡Rápido, agarren a Mail!

El grito sonoro de L se hizo notar en la habitación, haciendo que el castaño se moviera de inmediato e intentará aproximarse al pelirrojo. Ante dicha acción el joven albino captó la atención del detective con un movimiento de mano, indicando que era mejor no hacer nada estúpido.

Por otro lado, Light no tuvo problemas con llegar a un costado de la cama aunque sentía una extraña atmosfera rodeando al pelirrojo, no se atrevía a tomarlo en brazos y salir de ahí.

— ¡¿Qué estás esperando, Yagami?! — los pies de L se movieron rápidamente para ayudarle a llevarlo pero en cuanto estuvo al lado contrario del castaño quedaron ambos iguales, estáticos y con un miedo inexplicable.

—No, L, Light, tenemos que sa-

En ese preciso instante pequeños y audibles gemidos salían del pelirrojo, se movía un tanto lento y hasta se podría mencionar que sensual. ¿Qué estaban presenciando? En la habitación el único que se había sonrojado al presenciar todo eso, era Light.

¿Acaso Matt estaba teniendo sueños húmedos?

Dejo de mirar aquella escena que le estaba provocando sensaciones un tanto extrañas. Volteó a ver al albino que simplemente rodaba los ojos con enfado al no ver que se movieran ambos, ni siquiera L se estaba apresurando y fue en ese entonces en que lo vio desviar la mirada al piso.

*Tsk, tsk, tsk…*

Sonaba ese chistar en toda la habitación, los tres lo escucharon y de inmediato supieron que no los querían en ese lugar. Los ojos grisáceos se enfocaron en unas huellas que se iban notando en el piso, muy cerca de donde se encontraba Light. Abrió los ojos con sorpresa al notar que estos se habían subido a la cama desde tan larga distancia. Se posicionó una sombra de una persona encima del cuerpo de Mail, se apegaba y se notaba que ejercía fuerza sobre dicho cuerpo.

Lentamente la orilla de la bata fue subiendo, se encontraba hasta la rodilla y quedó por encima de la cadera. Un sonrojo se hizo notar en Light y se tapó la boca con una de sus manos, ¿qué estaba pasando?

— ¿Qué… está pasando? ¡Near, L!— el castaño había perdido los estribos al notar como cierta cosa agarraba las muñecas de Matt y las colocaba encima de su cabeza.

El albino comenzó a retorcer un mechón de cabello en uno de sus dedos sin dejar de prestar atención a la exótica escena que les estaban ofreciendo. ¿Querría demostrar algo con eso? Quizás, estaba dando una orden. “No se metan.” Viendo desde ese punto el albino sólo camino hacia la única silla que se situaba pegada a la pared de esa habitación. Se subió  se acuclillo y continuó con su movimiento monótono en su cabello.

—No debemos interferir.

El de cabello azabache llevó ambas manos a sus bolsillos. Tal parecía que se les permitía moverse siempre y cuando no interrumpiera aquel acto de violación. Era lo más interesante que había logrado ver desde hace casi nunca, ¿qué era lo que estaba haciendo eso? Si mal no recordaba eran muy famosos, ¿íncubo?

—Vaya que nos hemos metido en algo inexplicable para la ciencia, Light. Matt ha sido escogido por ese monstruo. — se talló una pierna con la planta de su pie.

El rostro del castaño daba a entender que no podía presenciar eso pero para sorpresa de ambos detectives, esté verdaderamente no podía moverse tan libremente como pasaba con ellos. ¿Era una amenaza?

Pasaron varios minutos y tuvieron que presenciar dicho acto de apareamiento, siendo un tanto extraño y escalofriante lo rudo y salvaje que se podría estar tornando todo eso y no poder hacer nada para impedirlo.

El cuerpo de Matt se encontraba embestido contra la cama, los gemidos y jadeos golpeteados contra la almohada no cesaban y al parecer había pasado mucho tiempo desde que el pelirrojo recobró la conciencia y se le veía asustado. Igual no se podía mover, simplemente era movido como si fuera un títere.

Tanto como el albino y el de cabello azabache, no parecía molestarles en absoluto presenciar aquello pero por el contrario, el joven estudiante Ligth parecía enojado y tenso. Respiraba con dificultad y no lograba desviar la mirada de su amigo.

—Joder, esto… es demasiado… ¡Matt! — un intento por alcanzar el brazo del pelirrojo fue en vano; inmediatamente en que sus dedos pasaron hasta el espacio de la cama, esa cosa que se encontraba prácticamente violando a su amigo le había mordido.

Unos gruñidos se escucharon y el cuerpo dejo de ser embestido. Con un poco de dificultad el pelirrojo se incorporó en el colchón, temblando y con un líquido blanquecino manchando su abdomen, estaba despeinado y sus ojos se notaban cansados, sorprendidos y temerosos. Veía con desesperación a los que lo habían visto por minutos y se sintió avergonzado, más al ver que el castaño estaba un tanto excitado y a la vez muy molesto.

Pequeñas lágrimas salieron de sus ojos, llevó ambas manos a su cadera, era un dolor espantoso y aún lo recorrían espasmos de haber eyaculado varias veces. Se sentía agotado y caliente aún. No entendía nada, acaso… ese era, ese que tanto tiempo se posicionó encima de él, era… ¿Mihael?

¿Acaso había sido violado por… él?

Parpadeo un tanto inquieto, observó de nuevo a los que estaban presentes. Seguramente ellos sabían que estaba pasando y no sólo eso, seguramente se estaban divirtiendo.

— ¿Qué… pasa? ¿L? ¿Light?

Una ira y pura confusión iban invadiendo su mente, más que nada sentía mentiras en Light; nunca pensó que llegaría a ocurrir eso.

— ¡¿Qué se supone que pasa?!— buscó respuestas al ver a cada uno de ellos, como siempre el único que parecía estar realmente impactado era su amigo. Dirigió su mirada con decisión sobre la de Light. — ¿Sabes algo?

Como le fue posible se levantó y agarro con ambas manos la camisa de Light, estrujándola con fuerza y zarandeándolo con desesperación. Las manos ajenas lo colocaron de nuevo en el colchón y recibió una bofetada.

— ¡Idiota!

Se quedó en estado de shock, pensando en todo lo que estaba pasando y en lo que había ocurrido. Era Mihael, sin duda alguna. Sentía como su cuerpo desprendía un olor a chocolate amargo, comenzó a tallarse con las uñas mientras todos salían del lugar dando indicaciones de que seguramente lo encerrarían o algo por el estilo había entendido.

Después de dejar su piel irritada y con varios rasguños, una voz se escuchaba rumorear en su oreja, aunque esta vez no era como en ocasiones anteriores; está voz decía una sola cosa constantemente, y aunque se lo esperaba, no estaba cesando ni estaba a punto de desmayarse. Se le estaba poniendo su piel como la de gallina, escalofríos le pasaban por el cuerpo y la voz no dejaba de hablar con fuerza en su oído.

“Mío, mío, mío, mío, mío…”

Notas finales:

¡Gracias por leer!


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).